° Capítulo 2 °
Estoy afuera de la habitación de invitados en el pasillo frente a la puerta donde está la niña. Me paseo de un lado a otro con las manos inquietas en mis bolsillos. Antón fué llamado por mi padre así que está atendiendo la llamada lejos de mí. No me interesa nada lo que este diciéndole. Pero se que esa horrible mujer que se hace llamar “madre” tiene que desaparecer y eso sería pronto y ahora. No es mi madre, mi madre huyo del territorio de mi padre y sus garras... Yo, pues yo sigo aquí con el. En sus garras y su territorio. Pero aunque ella me haya abandonado trato de no pensar mucho en eso. El idiota de mi padre quería agrandar su territorio y para eso se casó con la hija única del bando enemigo. Lo destronó, y ahora todo es suyo. Y en un futuro será mío. Ella ya nos sirve... Porque su viejo padre está al borde de la muerte una vez muerto el perro se acabó la rabia, y es allí que tendré el paso libre para deshacerme de esa inútil. Y después... Encontrar a mi madre. Mi verdadera madre, me da tanto asco tener que llamar a la inútil de mi madrastra madre. No lo es. Y claro está, me ve como un estorbo y yo a ella la veo igual. Escucho la Manilla de la puerta ser girada y la puerta ser abierta y me pongo alerta.
— Señorito Volkova. Hice todo lo que estuvo en mis manos...
El doctor sale de la habitación y una vez que escuché sus primeras palabras. Deje de escucharlo, sentí una fea sensación en mi pecho. Tal vez la niña estaba cansada de luchar. Sin quererlo mis ojos picaron y...
— Pero todo está bien, por suerte no hay hemorragia interna. Por ahora le dejé una intravenosa con un cóctel de vitaminas y hidratación. La e sedado no despertara hasta mañana. — Lo miro sorprendido no se que pensar, muchas cosas pasan por mi mente en estos momentos y me siento tan bien, tan aliviado y feliz. Antón se pone a mi lado y el doctor extiende sus indicaciones para la dieta estricta de la niña y los medicamentos que le recetó, me lo extiende a mi pero no lo tomo estoy en una especie de shock así que Antón lo toma por mi. — Y eso sería todo señor Volkova. Vendré en tres días a ver cómo sigue. En las inscripciones está todo bien detallado si los siguen. Al pie de la letra ella se repondra muy pronto. Bien mi trabajo aquí termino, nos vemos.
— Ha si una cosa más, le puse un yeso en el brazo izquierdo ya que radio está fracturado. Pero nada tan grave en 5 semanas se lo podré quitar. Eso es todo.
Y sin más se volvió a despedír. Antón le dió un maletín con lo que supongo es dinero y se posa de nuevo a mi lado. Pone una de sus manos en mis hombros y me mira con una sonrisa de lado.
— Y... Cuéntame. ¿No quieres ver cómo esta la niña?. — sonaba tranquilo, y me dió un pequeño apretón en el hombro que me saco de mis pensamientos. Suspiré aliviado y asentí dando el primer paso hacia la puerta de la habitación donde se encuentra la niña mal herida.
Abrí la puerta con cuidado y la Vi....
Al día siguiente:
— ¡Y una mierda! ¡¿Eres idiota acaso?!. — Ahora me encuentro en la habitación de invitados dónde está la niña, pase toda la noche junto a ella. No pude dejarla, tenía la necesidad de no dejarla sola. Vele su sueño profundo, ví como fruncía su seño cuando cuando parecía tener pesadillas, o tal vez eran recuerdos. Tomé sus manos para calmar la, seque sus lágrimas y mandé a que la limpiaran. Antón compro todo lo que indico el doctor con mi tarjeta y me sorprende que mi padre no me lo haya prohibido hasta... Ahora. Cómo se da cuenta que no voy a contestar a su pregunta sigue con su griterío. — ¡Estoy criando a un idiota o un pendejo?! ¡NO!
Pongo los ojos en blanco y se me resulta inevitable la verdad. Lo miro con desden y claro desinterés total por su griterío, tengo sueño, estoy cansado. Tengo ojeras, tengo hambre, y un dolor de cabeza arrechisimo no quiero lidear con los gritos de nadie y mucho menos de mi padre. Cuando comenzó a gritar salí de la habitación de la niña a toda velocidad para no perturbar la, su tranquilidad es lo primordial para su recuperación. Y con los gritos de mi padre eso no sería posible. Ahora estamos en su oficina y el se pasea de un lado a otro, está exaltado si. Y mantiene una mirada asesina en mi. Mientras la mirada de mi madrastra está risueña y burlona sobre mi. Perra... Me encargaré de borrarte la sonrisa. Desvío la mirada de la idiota de mi madrastra y veo a mi padre frotar su rostro con frustración. Es entonces que decido hablar.
— Mate a un hombre. — Suelto fuerte y claro con postura sería mi padre quita sus manos de su rostro y me mira asombrado. Pero rápidamente cambia su expresión a una seria e impenetrable, camina hasta su escritorio y se sienta en su silla de cuerpo negro. Mira a la inútil de su esposa y le hace una seña para que se largue.
— Lo hiciste... ¿Así sin más?. ¿Por qué te nació? O por que te viste obligado a hacerlo?. — Su pregunta me sorprendería de no ser porque de verdad se ve muy impresionado. Aunque el sepa que ya eh matado antes. Me mira con una ceja arqueada y detalla mi rostro mientras afinca sus codos en el escritorio y junta sus manos sobre el.
— Padre. Lo hice porque quise y no me arrepiento. — Le aclaro — Pero tienes razón si me arrepiento de algo.
Mi padre toma aire y se cruza de brazos mientras se recuesta en el respaldar de su silla. Y me mira risueño.
— De que te arrepientes hijo mío. — Me gusta mucho cuando suena ese tono de orgullo en su voz y la forma en la que me mira y me sonríe con orgullo y autosuficiencia cuando me llama “Hijo mío”. — Vamos te estoy esperando
Me alienta a seguir hablando. Tomo un suspiro y imitó su misma postura.
— Me arrepiento de no haber hecho sufrir a ese mal nacido como el hizo sufrir a mi pequeña. Me arrepiento de no hacerle el máximo daño posible y me arrepiento de haberle darle una muerte rápida y no una dolorosa y pausada como se lo merecía...
Mi padre me mira entre asombrado y orgulloso. Pero hay algo extraño en sus ojos que me hace desconfiar... Es como si el viera algo que yo no es como si el supiera algo que yo ignoro en este momento.
— ¿A caso... Haz dicho, tú pequeña?. — Me sorprendo a mi mismos repasando mis palabras anteriores, no me di cuenta de lo que había dicho antes. Y otra vez sentí ese calor en mi rostro, mientras escuchaba Larisa de mi padre. Esto es raro se ríe... Se burla de mi?. Oculto mi rostro a un lado y endurezco mi mandíbula. Miro mis manos que las vuelvo puños en mis piernas y luego miro a mi padre a los ojos. — Ah vamos hijo! No te molestes. Eso está bien, digo que lo sentí como un dejabu pero está bien ahora dime a quién mataste y como y porque mierda no me llamaste antes de toda esta mierda. No quiero creer en las palabras de Yolanda la verdad. Esa mujer es una mentirosa de primera, creo que ella tiene alguna fasinacion con que te castigue.
— Tu esposa es una molestia. Pero igualmente cuento los días para que ella ya no esté en este mundo, no te ocultare nada padre sabes que la odio y que nunca la veré como mi madre, pero algo si te dejare en claro como pongas a tu mujer por encima de mi que soy tu hijo... Allí si habrá problemas y tomate lo como quieras, una amenaza o advertencia o como se te venga en gana pero creeme no estoy jugando.
Sentencio con seriedad total. Estoy arto, arto de todo lo que tenga que ver con Yolanda estoy arto de tener que aguantar sus mierdas. Por mi que se muera.
— Después hablaremos de eso. Pero ahora quiero que me contestes Erick. — comienzo a relatarle todo a mi padre aunque sepa de ante mano que ya todos le han dicho lo que pasó. Pero aprecio que el quiera escuchar mi versión. Cuando por fin terminé de decirle todo el suelta un suspiro y me mira fríamente. — Estás seguro que nadie te vió y que esa niña no traerá problemas?
Asiento seguro de eso.
— Bien. Entonces puedes quedarte la pero con una condición. — me señala con el dedo y Siento que gane está batalla muy fácilmente tal vez sea una trampa pero me gozaré de esta victoria... No gane la guerra pero si está batalla. — No faltaras a ninguna de tus obligaciones, no descuidaras tus deberes para conmigo y la organización, mantendras a la niña a raya o me desare de ella y eso te lo juro.
— Yo me ocuparé de ella. La mantendre lejos de todos y todo. Ella no durará mucho aquí, ya pensaré a dónde la llevaré. Tu no tendrás que ocuparte yo lo haré. Tengo ahorros y seguiré trabajando...
Mi padre me interrumpe.
— Epa, un momento. No te estoy diciendo que no te daré acceso a la cuenta bancaria familiar. Solo te estoy diciendo que espero que tú rendimiento y tus calificaciones no bajen. No espero menos de tí, claro si quieres seguir ganando dinero bien, si es haciendo los trabajos que se te asignen muy bien. Pero que ella no sea una maldita distracción... Porque sabes muy bien lo que pasa con las distracciones en esta vida.
Se me helo la sangre al imaginaria muerta. No pasaría, eso no pasaría yo la protegería. Ella no sufrirá a mi causa o por lo menos eso es lo que esperaba. Solo asentí y le extendí mi mano a mi padre el cual me veía serio. Estrechamos nuestras manos y me dispuse a salir de allí lo antes posible. No quería estar ni un minuto más bajo su amenazante mirada.
— Erick. — Me detengo en el marco de la puerta al escuchar a mi padre, lo miro por encima de mi hombro esperando a que hable. — Dile a Yolanda que la quiero aquí en menos de 5 minutos.
No pude evitar sonreír con malicia...
Alguien la pasaría muy mal hoy y me alegro mucho de no ser yo. Te lo haz ganado con creces Yolanda. No puedo evitar sonreír y sentirme bien y extasiado ante todo esto, me encanta saber que que mi padre le dará su merecido por chismosa y mentirosa y eso es genial.
— Está bien padre. — Salgo de allí con una sonrisa de maníaco en el rostro y subo las escaleras de lo más feliz, está demás decir que estoy tomando mi tiempo en llegar a la alcoba de Yolanda. Mi padre y ella no comparten habitación ya que mi padre duerme solo en otra habitación y la habitación principal... La que compartía con mi madre se encuentra bajo llave, Una noche lo ví entrar en ella, y juraría por dios que lo escuché llorar allí dentro y lo escuché decir: “Tu olor dulce sigue aquí amor mío” escuché los pasos de mi padre y corrí a mi habitación después de eso. Por eso sé que mi padre la ama, y guardo la esperanza de que si él la encuentra no le hará daño alguno. El cuarto de Yolanda es más pequeño que el mío. Llego a la puerta de su cuarto y No me molesto en tocar la puerta, abro la puerta y la veo sentada en su cama pintando sus uñas de rojo vivo. Ese olor es molesto.
— Que quieres mocoso. — me mira con asco y yo a ella le sonrió porque se lo que le espera abajo. Espero que disfrutes mucho tu insolencia hasta ahora querida Yolanda. — De que te ries? Eres autista a caso?
Suelto una pequeña carcajada y la miro divertido. Y miro el reloj en su mesita de noche faltan 3 minutos...
Perfecto.
— ¿Sabías que a nadie le gustan los chismosos? Y sabes que es una de tantas cosas malas que hay en ti Yolanda... — Solo me mira como esperando a que termine. Sus ojos se achinan mientras hablo con sarcasmo y descaro y sonrió burlón por verla molesta.— Qué Tú lengua es tan larga y tan inventadora que me sorprende a veces. Pero eso ya no importa, a los chismosos siempre les llega su castigo tarde o temprano. Pero en tu caso es más temprano que tarde. Y eso es maravilloso ¿No crees?
Su cara palideció enseguida... Me gusta ver el miedo en sus ojos. Es divertido ver qué tú victimario se vuelva tú víctima... Y ella en serio se lo a ganado con creces.
— que quieres decir con casti....
La interrumpo con una pequeña carcajada, la miro y procedo a hablar mientras meto mis manos en mis bolsillos.
— ¿oh no te lo dije?. Mi padre te espera en su oficina. — Su rostro pálido y sus manos temblando como gelatina en manos de un niño torpe me daban a entender que estaba cagada del miedo. Miro de nuevo su reloj y le queda un minuto y medio, sonrió de medio lado y la miro con frialdad y maldad pura. — Mi Querida Yolanda... Te queda un minuto y medio para llegar. Talvez si ruedas por las escaleras llegues rápido a su oficina, — Hago una pausa mientras la fulminó con la mirada. El odio con el que la veo puede decir más que mil palabras pero quiero seguir causándole miedo. Si puedo hacer eso ella me respetará si o si. — Mi querida Yolanda, creeme que gozaré de verte molida a golpes. Espero que mi padre te arranque la lengua larga que tienes me haría un favor no tener que volver a escuchar tu horrible y maldita VOZ y...
— YOLANDA!!!!!
Nos pusimos alerta los dos al escuchar la fuerte voz de mi padre en el primer piso. Yolanda salta de la cama y corre a la puerta donde me encuentro. Pero le impido el paso.
— Quítate Ahora. Erick basta esto no es gracioso.
Exige pero la empujó de nuevo adentro de su cuarto y ella me mira asustadiza pero molesta.
— Te e tolerado un maldito año y medio. Y no veo la hora en la que mueras, creeme que nadie más que yo espera tanto tu muerte como yo te haré la vida un infierno a partir de ahora. Porque te lo haz ganado con creces Yolanda. Así que no me busques porque me vas a encontrar perra desquiciada.
Aún recuerdo cuando me quemó con un cigarrillo en el hombro y aunque no se note mucho la marca ahora igualmente... Después de ese día mi odio por ella creció más. Ahora ya tengo tamaño y fuerza para causarle el mismo daño y peor si quiero ella no volverá a marcarme.
Y sin más me doy media vuelta para ir a mi habitación a darme un baño mientras escucho los chillidos de Yolanda y sus pies bajar rápido por las escaleras. No llegara a tiempo y eso lo sé. No dejo de reírme de eso..
Recordar el miedo en sus ojos me encanta. Estás muerta Yolanda...
— YOLANDA!!!!!
Suelto una carcajada al escuchar los gritos de mi padre.
— VOY BAJANDO SEÑOR!!!!
Vuelve a gritar mi padre y yo suelto una risa malévola, Yolanda le responde con miedo y yo no paro de desear que mi papá le de su merecido. La ama de llaves me con horror y no puedo dejar de reír ella es la única que ayuda a Yolanda. La verdad es que ella también podría llegar a ser un estorbo. Solo el tiempo lo dirá. Mientras no se metan en mi camino más tiempo vivirán. No me molestaría deshacerme de los estorbos en mi vida.
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