🩸 Bite Me 🩸

En un momento lo tenía en sus manos, al alcance de sus dedos, sintiéndose segura con su presencia.. Pero al siguiente se había ido, los ojos de Hinata se habían abierto con horror mientras escucho la detonación. Todo pareció pasar en cámara lenta..

Sintió un golpe duro en su pecho, lo suficiente para que la lanzará hacia atrás.

Dolor.. El dolor reventó en su cuerpo, aunque no podía decir desde dónde venía. Escuchó ruidos sordos, cosas rompiéndose, gritos y más disparos. Pero Hinata estaba perdida en su propio dolor.. Dolía tanto..

Ella llevó su mano a su estómago, allí donde más le dolía. Un pequeño gemido salió de sus labios secos, cuando sus dedos apenas tocaron su ropa. Levantó la mano, temblorosa, a la altura de su cara, notando sus yemas rojas.

Sangre..

Los bordes de su visión se nublaron, mientras miraba fijamente sus dedos...

Hubo un fuerte golpe, el suelo bajo ella tembló. Pero nada le hizo separar la mirada de sus dedos sangrientos. Ella estaba sangrando, pensó mientras seguía observando su mano. Su respiración comenzó a hacerse más trabajosa, se dió cuenta cuando registro que el ruido profundo y lleno de lamento venía de ella.

— Ayuda... — murmuró, aunque había querido gritar.

¡Ella estaba sangrando! Sus ojos se llenaron de lágrimas y gimoteo cuando un dolor cruel subió por su estómago a su pecho. Hinata lloró, nunca había sentido tal dolor, estaba segura que era peor que un parto o a perder su maldita virginidad..

—No.. — volvió a murmurar cuando apretó sus ojos cerrados.

Ella iba a morir virgen.. no era justo. Cuando al fin había encontrado a alguien, con el cuál no tendría problemas en desnudarse, que ni siquiera se le había pasado por la cabeza que él podría ver sus estrías o michelines..

Venían unos delincuentes y le disparaban..

Abrió los ojos cuando sintió fríos dedos pasar por sus mejillas mojadas en llanto. Naruto estaba allí, él había perdido todo su aspecto arreglado, tenía un rasguño profundo en su mejilla, sangre también cayendo por allí. Ella parpadeó cuando notó la parte que debería ser blanca en sus ojos, rojas, como si hubiera reventando alguna vena. Pero no lo pensó mucho cuando el dolor volvió a golpearla, sacándole un jadeó.

— Por favor..—, murmuró, aunque quería decirle muchas cosas, sólo esas palabras salieron de su boca.

Quería pedirle que la salvará, o que la matará de una vez.. el dolor la hacia irracional.

— Tranquila—, dijo él con voz profunda. Hinata miró su boca, sin poder evitarlo, notando largos colmillos como de vampiro —. No dejaré que mueras. No volveré a perderte, Hime..

Ella abrió la boca para preguntar qué diablos estaba diciendo, pero por su garganta subió un líquido y tuvo que toser para despejar su garganta obstruida. Hinata notó el gusto de la sangre en su boca, el líquido caliente cayendo por un lado de sus labios.

Estaba muriendo..

Pero Naruto la distrajo cuando tomó su mandíbula para que volviera a mirarlo.

— Sólo relájate..

Hinata quería gritar. ¿De verdad esperaba que ella se relajará? Pero sólo frunció el ceño cuando el giró su cabeza a un lado y bajó la de él. A pesar del dolor, ella sintió sus labios en su cuello, justo donde su pulso se marcaba.

Extrañamente, empezó a relajarse, sintiendo frío en todo el cuerpo, pero el dolor comenzó a bajar y a bajar. Hasta que ya no hubo nada. Ella no sentía su cuerpo, y sus ojos quedaron clavados en el techo blanco.

No podía moverse, sólo podía escuchar.

Escuchó su corazón latiendo cada vez más lento, su respiración pausada, casi inexistente. Y succión, un ruido parecido a alguien tomando algo, un gemido largo y bajo. Sus parpadeos pesados comenzaron a cerrarse, se obligó a abrirlos cuando ese sonido extraño se detuvo y sólo llegó a ver a Naruto sobre ella.

Aunque su vista estaba borrosa, los bordes oscuros, pudo ver su cabello dorado brillando por las luces del pasillo de escaleras. Sus ojos seguían del mismo color, su piel un poco más blanca del bronceado que había visto y su mandíbula roja.

Sus ojos se clavaron allí mientras sus párpados comenzaron a cerrarse. Él movió sus labios, diciendo algo, pero no pudo escucharlo. Sólo supo que lo que goteaba desde su boca era sangre. Y algo le dijo que, esa sangre...

Esa sangre era suya.

Naruto se movió con sigilo, manteniendo a la inconsciente Hinata en sus brazos y totalmente tapada con un sobretodo negro. Nadie les dio una segunda mirada, todos parecían más preocupados por el fuego en el edificio.

Él esquivó a los bomberos, alejándose de la gente que se acumulaba en la parte baja, escapándose de los agentes que corrían de aquí para allá. Fue directo al auto estacionado en la acera, acostando a Hinata en el asiento de atrás y cerrando la puerta. Corrió al lado del conductor y entró. Se pasó las manos por la cara, acomodando sus cabellos hacia atrás, y prendió el motor del auto.

Maldijo mientras empezó a conducir, tendría que llevar a Hinata a la única pariente que tendría cerca. No se llevaba bien con ella, pero Sakura podría ayudarle. Jamás había transformado a alguien, y aunque creía que había hecho bien las cosas.. probablemente había tomado un poco de más.

Si lo hubiera hecho mal.. él no quería pensar en ello. Así que, aceleró hasta el límite de velocidad, ya que lo último que necesitaba era que algún policía de tránsito lo detuviera. Él tenía su camisa favorita llena de sangre. De los curas muertos y la propia Hinata. Mientras que tenía en la parte de atrás a una mujer herida de bala y casi muerta.. probablemente muerta para un doctor, ya que no encontraría el pulso.

Eso no sería una buena escena para un policía.

Maldijo entre dientes una vez más. Aunque su relación con Sakura había sido, más que nada cordial por órdenes de Jiraiya, él sabía que ella lo seguía odiando. Después de décadas, él podía entenderla, en cierta parte...

Ahora quería saber qué pensaría cuando viera que él, el que había matado a su hermana Hime, traía a la encarnación de ella.. mordida por él mismo.

Habrá una continuación.. pero hasta allí llega la historia de Bite Me.

La siguiente será de Hinata 😉