Bite Me VI
🩸 Bite Me 🩸
— Eres encantadora.
Hinata parpadeó, aún apretando sus dedos sobre su boca para evitar el vómito verbal. La risa de Naruto era profunda, algo ronca, e hizo cosas en su interior, apretando su estómago y otras partes más privadas.
Fue, dolorosamente consciente, del dolor que sintió desde sus pezones, que se pusieron duros contra la fina tela de su sostén y su camiseta. Apretó su otro brazo allí, intentando ocultar sus pezones enormes que seguramente se verían como pequeños dedos apuntando a donde querían ir.
Los pequeños pelos de su nuca se erizaron cuando una mano áspera se posó suavemente en sus dedos que sostenían sus labios de pasar más vergüenza. Los ojos celestes de Naruto parecieron ablandarse mientras le sacaba la mano de la cara, muy suavemente y cerrando los largos dedos en los suyos.
Su boca se sentía seca, su estómago estaba apretando y sus pechos terriblemente pesados mientras él le proporcionó una acaricia dulce y ligera como la ala de un animalito indefenso. Pero lo cierto, es que su mirada provocaba cosas en Hinata, cosas que jamás había experimentado. Por un momento se sorprendió al darse cuenta que se sentía segura a su lado. Si, los nervios la atormentaban, pero muchas veces se había sentido algo fuera de lugar con cualquier hombre que le buscará conversación. También las miradas que le daban cada vez que ella soltaba algo estúpido..
— Eres hermoso..
Hinata abrió la boca al darse cuenta que había dicho eso en un susurró ronco. Sintió toda su cara caliente y bajo rápidamente la mirada. ¡¡¡Ella de verdad era..!!!
Pero dedos se cerraron en su mandíbula e hicieron que levantará su cara al hombre que estaba terriblemente cerca de ella. Los ojos de Naruto estaban levemente afinados, llenos de diversión pero algo más.
— Muchas gracias, me siento muy halagado que una bellísima dama como usted, considere que soy atractivo.
Hinata parpadeó, su boca se abrió y no pudo detenerse.
— Llámame Hinata. Y yo no soy bella—, él frunció un poco el ceño, arruinando su hermosa expresión. Pero seguía sacándole el aliento. Habló antes de que él pudiera—. ¿Eres un modelo o algo así? Bueno, que tonta—, ella rodó los ojos—. Obviamente eres alguien importante—, se movió nerviosamente sobre sus pies—. Kiba me contó que tenías mucha lana, no es como que le haya preguntado. Bueno, en realidad si, pero no específicamente eso. Yo quería saber tu nombre, ya que no tuvimos oportunidad de presentarnos. Ya sé que tu sabes mí nombre porque yo si lo hice, pero yo no sabía el tuyo—, ella abrió la boca y volvió a tomar aire, llenando sus pulmones —. Quería agradecerte por todo este asunto vergonzoso con mí ex. Lo deje hace unas semanas, o sea, obvio porque es mí ex. No mí actual—, ese asunto parecía muy importante para ella mientras volvía a aclararlo—. Tampoco es como que estoy con alguien. En realidad estoy soltera..
Ella abrió los ojos grandes y cerró la boca, dandose cuenta que había estado hablando mucho tiempo. Las manos de Naruto, sobre ella, la estaban poniendo muy nerviosa. Podía sentir el frío de sus manos sobre su piel caliente. Para ese momento, los hombres generalmente huían o la miraban con los ojos grandes de terror. Pero, su galante caballero, parecía querer escucharla atentamente ya que no se perdió de una sola palabra.
— Me resulta un poco increíble que esté soltera, Hinata. Pero también, me alegra saber que no está con un energúmeno como ese.. hombre—, él hizo un gesto al auto de policía que seguía estacionado en la acera—. Y déjeme serle totalmente sincero. La belleza está en los ojos que lo miran, y usted es muy bella ante los míos.
Hinata suspiró, como tonta soñadora. Podía sentir los corazones saliendo de sus ojos a la dirección de Naruto. Ella se podría haber caído al suelo, hecha un charco, con la mirada de intenso interés que le dió él, si no fuera que él aún sostenía su cara y su mano. Se sintió un poco decepcionada cuando él soltó su mandíbula, pero sus ojos se abrieron grandes cuando llevó sus dedos hacia la cara de él.
— Disculpe mí falta de caballerosidad. Mí nombre es Naruto Uzumaki, soy director del hospital Bijü. Es un verdadero placer conocerla.
Hinata retuvo el aliento cuando sintió sus labios contra las yemas de sus dedos. Ella había creído que los hombres besaban los nudillos cuando hacían ese saludo, pero definitivamente, no iba a discutir con él ese asunto. Quedó completamente enganchada a su mirada, parecía fuego por la manera que su piel ardía.
— E- encantada..— murmuró.
Él sonrió, con un asomdo de dientes verdaderamente blancos. Pero, entonces sintió como un balde de agua fría y sacó su mando de sus dedos. Dando un paso hacia atrás, lo miró fijamente.
—¿Usted.. usted es el director..?
Hinata boqueo, sabía que el nombre le sonaba de algún lado y recordó de dónde.
Estaba subscrita a una revista electrónica, algo tonta y más que nada de chismes. Pero recordaba perfectamente el apartado que había escrito su mejor amiga, Ino, sobre los solteros más codiciados de Konoha...
Naruto..
Naruto Uzumaki, director del hospital Bijü...
¡¡Él encabezaba la lista!! No sólo por ser asquerosamente rico, si no también por ser terriblemente apuesto.
— Debería agradecer de mí parte a su mejor amiga por eso. Aunque, no sabía que era asqueroso tener dinero. Tampoco que fuera terrible ser atractivo.
Hinata cerró los ojos y se encogió.
—¿Dije eso en un susurro?
—No, en realidad no... Lo ha gritado.
Abrió los ojos de golpe, mirando directamente al rostro de Naruto. Encontrando una expresión divertida contenida.
—¿De verdad?— preguntó con sus facciones adoloridas.
Él sonrió de lado, sus dientes asomándose entre sus labios gruesos.
— Oh, si.
Hinata se tambaleó hacia atrás, sintiendo que iba a desmayarse. Ella nunca lo había hecho, pero jamás había pasado tal vergüenza. Era una buena forma de espacapar, pensó mientras iba cayendo hacia atrás, débil y tan sin aliento. Pero brazos la tomaron desde sus costados, tomándola mucho antes de que su cuerpo intentará golpear contra el suelo.
Abrió un ojo, viendo la expresión hambiernta de Naruto sobre su cuello descubierto. Ella creyó que no se había desmayado al final, pero cuando parpadeó un poco, levantando su cabeza pesada, se sintió confundida.
—¿Está bien?— habló Naruto con un gesto de preocupación —. Ha perdido el sentido por unos segundos.
—¿Me desmayé?— susurró, pero sin hacer ningún ademán de moverse.
Naruto estaba muy cerca de su rostro, ella no sabía que colonia llevaba, pero era el cielo.
— Hueles muy bien— dijo y luego parpadeó al darse cuenta que lo había dicho en voz alta.
Cerró los ojos por un momento, sintiéndose avergonzada de nuevo. Pero al no recibir respuesta, se obligó a abrir los ojos. Sabiendo que encontraría esa mirada de terror en él. Después de todo ella era una don nadie al lado de él.
El aliento se escapó de sus labios entreabiertos al ver la expresión más hambrienta que había visto alguna vez.. valga la redundancia. Él abrió la boca, sólo levemente, ya que parecía que le costaba respirar. A ella también parecía pasarle, ya que empezó a jadear. No pudo evitar mirar fijamente sus labios, notando dientes rectos y el asomo de pequeños colmillos un poco más largos de lo común. Sus ojos quedaron clavados allí, sólo porque no podía mirar a sus ojos, pero sin ningún pensamiento en particular en su cabeza. Parecía que había quedado en blanco.
— Hinata, lo siento. No podré llevarte a .. casa. ¿Qué sucede aquí?
La voz de Kiba fue como si reventara la burbuja donde ambos habían quedado. Naruto se irgio, pero tardó en soltarla. Ella tardo un rato más en recuperarse.
— Hinata tuvo un pequeño mareo, la detuve de golpearse contra el suelo—. Habló Naruto mientras tomaba el saco negro que le entregó Kiba mientras miraba entre ambos.
— Si.. yo si..— dijo simplemente Hinata.
— Te dije que deberías haber comido—, dijo Kiba, regañaba suavemente—. Esa estúpida dieta tuya, te matará un día.
—¿Dieta?— preguntó Naruto.
— Está con ese, del ayuno intermitente—, Kiba le frunció el ceño.
— No es sano saltar comidas por mucho tiempo..
— Exacto. Hazle caso, Hinata. Él es doctor.
Hinata miró entre ambos hombres, sintiéndose una niña en problemas. Frunció los labios, un poco molesta, pero no le diría a Kiba la verdadera razón del porqué casi se cae. Prefería que pensará que era por la falta de comida.
Kiba finalmente suspiró.
— He llamado un taxi, Hinata. Él es de confianza y te llevará a casa. Yo te pagaré..
— No es necesario — interrumpió Naruto, llamando la atención de ambos—. Podría llevarla a donde quiera, Hinata. No tengo ningún problema con ello
—¿De verdad?— jadeo ella, asombrada—. No me gustaría molestar— agregó rápidamente.
— Nunca sería una molestia contar con su compañía, Hinata.
Ella se preguntó cómo diablos él sabía qué decir para dejarla sin palabras y más enganchada de él.
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