Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Bite Me III

🩸 Bite Me 🩸

Naruto sonrió cuando sintió el escozor en su mejilla, pasó su lengua por el corte de su mejilla Interior, mientras sus ojos se clavaban en su cita fallida. Ella estaba agitada, roja como un tomate, y furiosa.

—¡¿Y te atreves a reír?!— chilló.

Naruto subió su mano lentamente, tocando con sus dedos su piel palpitante y bajando la mirada. No estaba arrepentido y había tenido mejores golpes, pero... Su cita fallida no sabía que jamás había permitido que otra mujer lo golpeará.. despertaba algo en él que no podía controlar.

Sus colmillos crecieron el doble, alimentados por el odio irracional. Jiraiya le había entrenado para controlar eso, pero su hambre y su vuelta al pasado, fue demasiado para que tomara control de su temperamento.

—¿Acabas de golpearme?— gruñó bajo, ronco y profundo.

—Y-yoo..

Naruto subió sus ojos, manteniendo su boca en las sombras que le proporcionaba el interior de su auto. Ella ya no parecía tan enojada, su bonito color rojo se había perdido, y estaba blanca como un papel. Sus ojos violetas se abrieron asombrados cuando miró hacia los ojos celestes de Naruto, moviendo más manos frenéticamente para sacar el seguro de la puerta. Él se mantuvo en la posición, con un brazo sobre su volante, sus dedos apretados allí, y la otra mano aún sosteniendo la mejilla levemente adolorida.

Ella no podía separar sus ojos de él, pero pudo abrir la puerta, con sus ansias de salir del auto, se cayó de espaldas. La imagen fue suficiente para que Naruto bufará de diversión, sus colmillos volviendo a su posición habitual. Siguió mirando mientras ella se levantaba tras trastabillar varias veces, estaba por empezar a correr cuando él se lanzó hacia el asiento del copiloto, apoyando la parte superior de su cuerpo en el asiento de cuero.

—¡Oye!— la llamó con una sonrisa.

La rubia se quedó quieta, como si por eso él no pudiera verla respirar agitada. Él le lanzó el pequeño bolso que estaba olvidando en su auto. La cosa cayó en sus piernas revueltas. Ella miró su bolso, con la boca abierta, luego volvió a verlo.

Naruto le guiñó un ojo, ya totalmente erguido en su asiento y cerró la puerta, justo cuando ella abría la boca en un perfecto "o".

No le dió un segundo pensamiento mientras conducía su auto, volviendo una vez más al restaurante Byakugaran. No culpaba a la chica, había sido un total bastardo y lo sabía. Admiraba que ella no hubiera hecho una escena en el restaurante, mientras él se comía con los ojos a la moza, dándole toda su atención. Sabía que la rubia había notado cuando él había deslizado su tarjeta en la cantuosa propina que le había dejado a Hinata. También como sus dedos se habían cerrado en los de ella, manteniéndola por más tiempo del necesario. Y por eso, había sido bueno y no la había secado.. aunque también estaba seguro que ella no sería un buen banquete.

Sus colmillos crecieron un poco, y saboreó el veneno que soltó en su lengua, mientras dormía su músculo. Ese veneno solo salía cuando él estaba listo para morder, pero también era como cuando a un humano se le llena de saliva la boca al pensar en algo sabroso.

Él estaba pensando definitivamente en algo delicioso.

Y planeaba disfrutarlo esa misma noche, no podría esperar. Ya había esperado suficiente..

Hinata suspiró mientras apoyaba la bandeja cuando el último cliente se fue. Estaba agotada, cómo cada noche.. pero también se sentía un poco extraña.

—¿Noche dura?

Hinata sonrió a Kiba cuando esté pasó por su lado, llevando un gran cajón con botellas vacías.

— Ni te imaginas— contesto con una risita mientras se subía a un taburete y lo miraba marchar.

Kiba era un buen compañero de trabajo, también era muy atractivo. A ella le gustaba él, podrían haber tenido una relación si él no estuviera profundamente enamorado de Tamaki. Hinata conocía a la chica, y se sintió mal por estar viendo el trasero de su novio mientras caminaba hacia la puerta trasera.  Suspiró, borrando su sonrisa cuando la puerta se cerró en su espalda.

Ella era una perra.. desde muy joven había tenido algo, ella sabía que no estaba bien, pero no podía evitar ver fijamente a cada hombre que le gustaba de manera física. Eso no quería decir que ella se hubiera entregado a alguno de ellos. De hecho, era virgen.. ella frunció el ceño ante las jugadas del destino.

Cuando había sido niña, había sufrido sobrepeso. Eso la había hecho tímida, riéndose por cualquier cosa que le dijeran. Generalmente los hombres huían de ella cuando comenzaba a balbucear estúpidamente. Ella miró su estómago, sonriendo al ver que sus esfuerzos le habían ayudado a llegar a su peso ideal.. bueno, aún le faltaban unos kilos, pero ella estaba muy contenta con su figura.

Las inseguridades ayudaron a que se mantuviera lejos físicamente de los hombres. Se había untado con cremas, pero no pudo evitar las estrías mientras bajaba de peso. Ella...

Hinata frunció el ceño al escuchar un ruido fuerte desde la parte de atrás, cómo vidrio rompiéndose. Ella giró en la silla y miró a la pantalla que mostraba la imagen de la cámara de la parte trasera y sus ojos se agrandaron al ver a Kiba en el suelo. Saltó y corrió hacia la puerta, pero antes de que pudiera llegar a la mitad del camino, la puerta se abrió lentamente.

Se detuvo con un arrastre de pies, casi cayendo de cara al suelo. Él miedo subió por su columna, su corazón golpeando duramente en su pecho.

¿Serían ladrones? ¿Habrían matado a Kiba? ¿Planeaban matarla?

Miles de preguntas llenaron su cerebro, quitándole la capacidad de pensar en una forma de escapar en vez de quedarse quieta allí como pelele. Las luces tenues del restaurante se apagaron y volvieron a prender cuando la puerta estuvo totalmente abierta. Gracias a Dios, las bisagras habían sido aceitadas la semana pasada y no hizo ni un ruido.

Probablemente ella se habría desmayado pensando que era un asesino serial.

Frunció el ceño, tranquilamente podría serlo de todos modos, le dijo una vocecita en su cabeza. Comenzó a respirara agitada cuando una gran figura de negro entro en el restaurante.

— Mira que tenemos aquí.. Un pequeño ratoncillo—, dijo la voz de un hombre que conocía muy bien.

Él miedo salió volando lejos, su mal humor subiendo rápidamente como sudestada.

—¿¡Qué le has hecho a Kiba, idiota!?

Toneri se encogió un hombro, apoyando su espalda en el marco de la puerta y cruzando sus fuertes brazos. Él extendió sus largas piernas y le dió una sonrisa pretenciosa.

— Le di una pequeña lección.

Hinata apretó los puños mientras miraba al idiota de su ex. Él era muy atractivo, alto, de grandes músculos.. pero de cabeza pequeña. Él imbécil aún la seguía, siendo que hacía más de dos semanas que se habían separado. Ella se había cansado de decirle que no había nada entre ella y Kiba, pero él era un cabeza hueca. Estaba segura que toda la sangre que tenía se perdía en sus músculos y no llegaba a su cerebro para activar más de una neurona.

— ¡Eres un idiota!— le gritó más enojada que otra cosa, caminando hacia él. Cuando no se movió, ella lo miró con los labios apretados—. Muévete.

Toneri alzó una ceja, su sonrisa pretenciosa borrando se un poco.

—¿Cuál es el problema, nena? Creí que te gustaba como usaba mis manos —, dijo subiendo y bajando una ceja.

Hinata hizo una mueca, por un momento le pareció ver a La Roca, el famoso actor, pero Toneri no tenía el encanto o carisma. Ella rodó los ojos e intentó empujarlo con las manos. Él de verdad parecía una roca, era inamovible. Sus Chucks se resbalaron por el suelo, mientras empujaba con toda su fuerza, pero sólo consiguió hacerlo reír.

— Mu- é- ve- te —, gruñó mientras seguía esforzándose.

— Creo que la señorita dijo que te movieras..

Hinata quedó congelada cuando escuchó esa voz baja, ronca y llena de amenaza. En sus brazos reventó la piel de gallina, vió primero los ojos grises de Toneri, estaban entrecerrados hacia su espalda. Hinata se volvió, despacio, quedándose sin aliento al ver al hombre rubio de traje que había estado más temprano en el restaurante.

Pero ya no parecía encantador, ni que quería devorarla con la mirada..

Sus ojos celestes estaban furiosos, y fijos en su ex.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro