𝗯𝗶𝘁𝗰𝗵.
──Terminamos hace tres días, ¿cómo es posible que ya esté tan enamorada de ella?
Lisa bufa mientras bloquea su celular. A su lado, Joohyun rueda los ojos.
──Ni siquiera te importaba Jennie, Lisa, ¿de qué estás hablando?──le dice Jihyo, quien está quitándose la camiseta sudada.
Después de un día en el gimnasio bastante movido, el grupo de amigas estaban preparándose para las duchas. Mas no había nadie más que ellas, pues esperaron a que todas se fueran por lo tímida que Joohyun era.
──Pero la respetaba──contesta Lisa buscando su toalla──. Al menos hubiera esperado una semana.
──Ugh──se queja Rosé──. Estás siendo una llorona, Lisa.
──¿Y?──Lisa la mira rodando los ojos──. No puedo creer que estén de su lado.
──No estamos del lado de nadie, Lisa──Jihyo se quita la liga del cabello──, pero tú tampoco eres del todo santa aquí.
──Eso de romper con tu novia porque no sabe comerte el coño es muy idiota──acota Rosé.
──Para mí es importante saber comer coño──Lisa mira a Joohyun, quien lentamente se está desvistiendo──. ¿No es verdad, Baechu?
──Uh, sí──responde la nombrada con pena, normalmente no dice mucho en estas conversaciones, pero Joohyun siempre está del lado de Lisa en todo.
──Bueno, supongamos que esa es una razón válida──Jihyo se acerca a Lisa──, también te enojaste porque se llama Jennie.
──¿Cómo va a llamarse casi igual que la chica que más detesto? Es un insulto──termina de preparar sus cosas y camina a las duchas──. La última vez fue como si Jennie me comiera el coño, no lo disfruté por dos cosas; lo hizo como la mierda y segundo, jamás dejaría que esa loca me toque.
Las tres amigas restantes suspiraron por lo Drama Queen que Lisa está siendo, luego se metieron a las duchas dejándola hablar sola y quejarse de mil cosas a cada rato.
Mientras tanto, los pasos volvieron a sonar por los vestidores, Esta vez de otra persona que no sabían estaba ahí.
Jennie miró a Yerim un largo rato, ella parecía pensativa.
──¿De verdad quieres hacer eso por un capricho?
──No es un capricho, Yerim, es Lisa. Yo de verdad la quiero y me cansé de su odio sin sentido. Estamos en la universidad, no es necesario seguir fingiendo.
──Es increíble que hayas escuchado esa conversación privada.
──No sabía que estaban ahí, mi turno en el gimnasio siempre fue a la noche y ellas van por la mañana. Sólo pasaba por ahí cuando las escuché.
──Pero deberías pensar en que de verdad no le agradas a Lisa, Unnie.
──Sólo haré este intento, si me sigue odiando entonces voy a soltarla y no volver a su vida.
Yerim suspiró.
──Lo que te haga feliz, Unnie.
Después de un largo día, Lisa regresó a su departamento. Creyó que estaba sola, mas el sonido de los pasos a lo lejos le hizo saber que no.
──Unnie, ya llegaste──se alegra la menor.
──Hola, Yeri.
Con una gran sonrisa, Lisa abraza a su prima con amor y cansancio. Yerim siempre fue abierta con ella, bastante amante del cariño de su Unnie a pesar de que cualquier otra persona se llevaría una paliza por solo mirarla un poco más.
──¿Qué sucede?──le cuestiona Lisa notando que Yerim está un poco diferente, no sabría explicarlo exactamente.
──Uhm, ¿me prestas tus llaves?
──¿Las del auto? Claro, las teng-
──Las del departamento──aclaró sonriente y esperanzada de que Lisa no se negara.
──Estás rara, pero de acuerdo──sin más, buscó en su bolso hasta encontrar el llavero de Hello Kitty y dárselo a la menor──. Toma.
──¡Lo siento mucho!
──¿De qué-
Yeri salió corriendo hasta la puerta de entrada, la abrió y cerró a su espalda. Lisa se quedó confundida en su lugar.
──Esta niña está rara.
──¡Usen tu habitación, por favor, vuelvo en unas horas!
La tailandesa estaba por preguntar, hasta que escucha otros pasos. Voltea para encontrarse a quien más odia ver.
──No jodas, Jennie, ¿de nuevo me dejas encerrada?
Jennie se ríe y camina hasta ella.
──Sí, conmigo esta vez.
Los pasos siguen, hasta el punto que Lalisa comenzó a retroceder.
──Me estás asustando, Jennie.
──No haré nada que no quieras.
Lisa siente la puerta justo detrás. Está acorralada, inmóvil. Jennie había logrado atraparla.
Y lo peor es que no estaba incómoda. Había algo en la mirada de Jennie que le daba calma, ella no estaba tratando de ser mala. Jennie tenía los ojos brillantes y serios.
──Hoy escuché una conversación...
──Pues que chusma eres.
Jennie paró a una distancia considerable de Lisa. No la estaba tocando mas seguía cerca, lo suficiente para que se notara que estaba siendo un poco más alta que ella. Lalisa no traía zapatos de tacón como siempre, al tratarse de que volvía de caminar y ejercitarse con sus amigas, sus zapatillas deportivas eran bajas. Mientras tanto, Jennie usaba zapatos gruesos y altos.
Todo en ellas era diferente. Lisa con un top celeste y pantalones blancos, Jennie con camisa negra y jeans azules. Incluso aunque sus tonos de cabello fueran castaños en ambas, en Jennie era más oscuro el tono a comparación de Lisa.
──Me ofendió un poco lo que dijiste.
──¿De verdad? Me alegro, porque de verdad eres chusma.
──Eso no──aclaró con una sonrisa burlesca──. Yo si puedo tocarte, Lisa, deja de fingir.
──No sé de qué hablas.
──Creo que si te acuerdas──ladeó la cabeza con diversión──. Les dijiste a tus amigas que fue con Jisoo, pero sabemos que tu primer orgasmo te lo di yo.
──Fue, literalmente, cosa de una vez, Jennie──su voz estaba nerviosa──. No hemos vuelto a hacerlo, supéralo.
──Oh, no, no──dio un paso adelante, sus pechos rozándose de a poco──, yo escuché bien. Pero mentiste otra vez.
──No lo hice.
──Dijiste que fue como si yo te comiera mal──le recordó──, y sabemos que pensaste en mí porque sólo de esa forma logras venirte. No puedes hacerlo con otras, Lisa, siempre vuelves a mí.
Lisa estaba peligrosamente cerca. Mientras Jennie hablaba, sentía como se acercaba más, al punto en que estaban hablando con los labios rozándose.
──T-Te odio, Jennie.
──No mentiras, cariño.
Lisa encontró una salida por el costado libre antes de que Jennie pusiera su mano sobre la puerta, así que escapó por ahí.
──Acabo de terminar con mi novia, Jennie, esto es estúpido.
──¿Te gustaría otra relación?
──¿C-Contigo?
──Sí──pero los ojos de Lalisa estaban dudosos──. Te gusta la mierda cursi, Manoban, te conozco desde niñas. Sé que esperas que te cante y envíe flores, pero primero te voy a comer como te gusta y tú vas a gritar mi nombre como una perra. Luego, si quieres, puedo darte mi corazón.
Lisa dejó que volviera a estar rozándola. Los brazos de Jennie la rodearon, con ojos deseosos miró a la mayor. Jennie era una idiota, pero no podía seguir odiándola. Desde que se acostaron juntas hace unos meses, Lisa había visto a Jennie con otros ojos. No era la idiota Kim, era una chica que se preocupaba por ella y siempre estaba atenta. Era la que había sido paciente con ella, la que la cuidó e hizo que su primera vez fuera hermosa.
Sin decir más, Lisa la besó.
La habitación estaba caliente en pleno otoño. Jennie no tenía su ropa, Lisa tampoco. Ambas desnudas y con las bocas unidas.
A Lisa le gustaba besar para empezar. Le gustaba como sus labios buscaban a Jennie y como su sabor dulce la volvía loca. Los mordía y chupaba, dejando pequeñas heridas que no les importaban.
Jennie había estado con otras mujeres antes, mas todas eran demasiado exigentes para ella. Lalisa la entendía bien, las dos lo hacían bien, podían preguntar y saber lo que la otra quería. A veces incluso sin palabras. Aunque para los demás ellas se odiaran, la verdad es que siempre supieron entenderse.
Lisa no podía salir con Jennie. Sus familias eran rivales, así que comenzó ese odio sin sentido por influencia de ellos. Estaban tan acostumbradas a eso que no conocían otra cosa. Sin embargo, eso ya no les importaba. Se querían, se deseaban, las opiniones eran una mierda.
Los besos de Jennie bajaron por su cuello dejando marcas, escuchando la respiración de Lisa y como se mordía sus propios labios ante eso. Jennie sentía la piel caliente en su boca, era salada y suave. Se ocupó de los pechos un momento, besando y amasando de a poco.
Escuchó los quejidos de Lisa, eran bajos y cuando la miró tenía los ojos cerrados. Al parecer, las tetas eran una zona muy sensible para ella. Lo recordó después de eso.
──No pares, por favor──le suplicó al no sentir más su boca.
Jennie hizo caso y volvió a lo suyo. Su lengua salía de vez en cuando para lamer la punta del pezón con lentitud, bajo sus manos el cuerpo de Lisa temblaba de escalofríos. Las manos de Jennie eran grandes y capaces de atrapar bien uno de los pechos de Lisa, sus dedos bailando por aquí y allá, completamente absorta en darle placer.
Y vaya que lo estaba consiguiendo. Lisa gemía su nombre en voz baja y usaba sus uñas para pasarlas por la piel de Jennie, quien no se quejaba de las marcas que quedarían, es más, le encantaban.
Lentamente y con paciencia, dejó los dos pechos satisfechos y bajó cada vez más. Besaba su abdomen y acariciaba sus caderas. Jennie llegó hasta la zona que más le interesaba. Levantó la vista para encontrarse a Lisa mordiendo sus labios y mirándola con un brillo sin igual en sus ojos.
──No juegues──pidió la tailandesa.
Aún con sus ojos en la otra, Jennie bajó la cabeza hasta besar los muslos de Lisa. Atrapó sus piernas con las manos y separó un poco para acomodarse mejor. Lisa no fue tímida y ayudó abriendo más.
──¿Lista?──preguntó Jennie, su aliento golpeando contra el área húmeda.
──Para ti siempre.
Jennie sacó su lengua y lamió lentamente la zona del clitoris, viendo como Lisa cerraba los ojos y tiraba la cabeza hacia atrás. Sonrió un poco y dejó de observarla para concentrarse mejor en su tarea.
Comenzó a dar lamidas suaves tratando de humedecerla bien, poco a poco lo hacía más duro, usando la punta de la lengua para dar presión en el clitoris. Luego bajó un poco más, lamiendo los labios del coño en el proceso, hasta llegar a su entrada. Pasó por alrededor, escuchando como Lisa le pedía que siguiera por ahí. Era una zona sensible para ella.
En un momento chupó en un sonido obseno, causando en Lisa un gemido más alto. Jennie usó sus propios labios para atrapar el botón de placer, moviendo la lengua de un lado al otro sobre este.
También usó una de sus manos para hacer un mejor recorrido, tanteando alrededor. Jennie podía sentir los fluidos llenar su barbilla y escaparse de los bordes de sus labios. Le encantaba. Estaba totalmente enamorada de Lalisa casi gritando su nombre y presionando su cabeza con una mano.
──Mgh- Je-Jennie voy a-
──No, no hasta que te lo diga.
Jennie finalmente metió un dedo mientras seguía comiéndola. Lisa gimió en alto en ese momento.
Lisa se sentía en el cielo. La primera vez que estuvo con Jennie, no la había comido de esa forma, fue más suave y gentil. Ahora no le importaba, la estaba maltratando de una forma que la volvía loca. Tenía el orgasmo cerca, mas no quería decepcionar a Jennie, le gustaba obedecerla.
Se sumó otro dedo. Jennie no separó su boca, en todo momento hacía movimientos con la lengua, circulares, de un lado a otro, de arriba a abajo. No dejaba de hacerlo. Pero Jennie tenía una exitación propia que necesitaba ser liberada. Podía sentir como su propia humedad goteaba por sus piernas. Así que quitó los dedos de una vez e ignorando a la mirada molesta de Lalisa por estar vacía, la besó con dureza. Probándose a sí misma, Lisa dejó que Jennie la controlara a su gusto.
──Juntas.
Pronto ambos coños estaban juntos, tocándose de forma deliciosa. Jennie se movió rápido y duro, con los gemidos de Lisa en su boca. Quien estaba tratando de dar todo de sí para no venirse ahora, quería que Jennie también disfrutara como ella. Tal vez podía comerla también, pero en la siguiente ronda.
──Agh, L-Lisa... Vamos, bebé, resiste.
Lisa se derretía por ella. La besó otra vez, tratando de trasmitirle todo su deseo y pensar en otra cosa que no sea todo lo que estaba aguantando.
Jennie entendió eso. Su pobre chica quería liberarse. Así que mordió sus labios y gimió en una palabrota.
──Hazlo, venga, te lo mereces.
Lisa tiró su cabeza hacia atrás en la almohada y Jennie aprovechó para besar su cuello expuesto. Pronto, se escucharon los gemidos finales y las respiraciones cansadas y agitadas.
Jennie se dejó caer sobre el cuerpo de Lisa, con ambos pechos subiendo y bajando.
──No mientas de nuevo, amor.
Lisa abrió los ojos y observó a Jennie, la cual estaba con ojitos vidriosos y una mirada esperanzada.
──¿Qué?
──Después de esto... no quiero que vuelvas a odiarme frente a todos. Quiero que me aceptes como algo bueno para ti.
──Jennie yo-
──Te amo, Lisa.
La menor parpadeó un par de veces sin decir nada. Lo que llevó a Jennie a un mensaje que no quería recibir.
──Bien, entonces me tengo que ir ya──no quería mostrarse más débil ante ella, así que usando la poca fuerza que le quedaba intentó levantarse.
──Te amo más, Jennie──le dijo Lisa sin aliento──. Te amo desde siempre. Y lo prometo, ya no serás una mentira.
Jennie sonrió sin creerlo. Volvió a acercarse y comenzó a dejar besitos por todo el rostro de Lisa, escuchando su risa boba.
──Te amo, te amo, te amo.
──Se siente bien decirlo, ¿eh?──se rió Lisa──Te amo──y besó su boca suavemente──. Mmh, sí, sí lo hace.
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