🦋Capítulo 15🦋
Su profesora se levantó de su escritorio y fue directo hacia aina, quien estaba muy ocupada que no la vio.
--No, vieja, en mi guardia no-murmuro Roma y desvió el camino de la señora.
Aun no entiendo mucho el funcionamiento del panel pero lo que hace es que protege a Aina y puede desviar el camino de la otra persona que quiera hacerle daño, ahora es decisión del ángel de la otra persona si contraatacar o dejarlo ir.
En el transcurso de esa hora Aina, Hadil y un niño más se copiaron entre sí, sin que la vieja de la profesora los atrapara.
Cuando terminaron Hadil y Aina conversaban en el patio cuando el chico, de la clase, se acercó y pidió hablar con Aina a solas.
A solas.
A S-O-L-A-S.
¡A SOLAS!
¡¿Qué pretendía ese chico con mi hermanita?!
Empecé a darle pequeños golpecitos en el brazo de Roma nervioso, ella por otro lado parecía a punto de explotar por mi acción, odiaba que le hiciera eso pero nunca decía nada.
Ellos dos quedaron frente a frente, y una alarma disparo en el panel.
No.
N-O.
NO.
¡NO!
¡¿POR QUE?!
Esa alarma solo se encendía cuando hay un sentimiento romántico, es decir, Aina le gusta ese chico.
Roma alzo las cejas con sorpresa y luego embozo una sonrisa tierna...espera ¿Qué?
¿Roma esta...sonriendo?
--¿Estas sonriendo?-pregunto con incredulidad.
--Me encanta el romance de los niños pequeños, son tan tiernos, me recuerda a ti.
--¿A mí?
--Claro, te gustaba Danea desde los ocho años y siempre te ponías nervioso a su lado-mis mejillas se acaloraron-Mira, ahora Luca está nervioso
¿Luca? Ah, el niño.
Mire a la pantalla y capte que Luca jugueteaba con sus dedos, nervioso.
--Gracias, por dejarme copiarme de tu examen. -mi hermanita fue la que hablo primero.
--No es nada...y-yo quería preguntarte: ¿quieres ir a comer helado conmigo?
Por la sorpresa las mejillas de Aina se pusieron rojas, ROJAS, ella nunca ponía roja.
--Awwwww, claro que si-dijo Roma emocionada como si fuera ella.
--¿Qué? No, claro que no. ¡Es muy pequeña!
--Déjala en paz-exclamó y oprimió un botón.
Aina movió su piecito nerviosa.
--M-mi madre ya hablo con la tuya, pero quería preguntarte, no quería presionarte-dijo Luca rápidamente.
----Awwww, es un caballero.
--No, no te atrevas Roma. -tarde porque el Ángel ya había oprimido un botón.
--Bueno está bien, pero solo si hay de chocolate-respondió sonriente.
Luca suspiro aliviado y le ofreció su mano, Aina la agarro y se fueron hasta el carro de la madre de Luca, felizmente los dos.
Una hora después Luca y Aina comieron helado, rieron y jugaron en el parque más cercano.
Aina llego de lo más emocionada a casa ese día.
Toco impaciente varias veces el timbre, Adair irritada le abrió la puerta, Aina entro a la casa corriendo y chillando pero se paró en seco cuando vio a mi hermana mayor con un delantal para cocina, eso no era lo raro, raro fue verla con maquillaje.
--¡Te has puesto maquillaje! ¡Mi cuñado está aquí!-chillo y se montó en la mesa del comedor, Adair se puso roja y le pego suavemente con la cuchara de madera.
Cuñado: novio de Adair.
Jonathan apareció bajando de las escaleras y vio a Aina parada ahí, fue rápidamente hacia donde estaba y la bajo pero mi hermana se volvió a subir.
--¡Cuñado!-chillo emocionada.
--¡Cuñada!-Jonathan siempre le seguía el juego a Aina por eso le cayó bien.
--¿Saludaste a tu cuñado?-dijo cruzándose de brazos, estaba hablando de mí.
Johnny levanto la mirada-hola cuñado ¿Cómo estás? ¿Así está bien?
Sonreí.
Y borre la sonrisa de inmediato porque tenía que parecer el hermano sobreprotector y fingir que no me agradaba.
--Un poco seco pero eso no importa-se sentó apoyando las rodillas en la madera y exclamo-- ¿adivina en donde estaba?
--En el colegio.
--¡No! ¡He tenido una cita!-chillo y por los gritos parís se acercó y empezó a ladrar.-- ¡si París, he tenido una cita!-dijo entre risas viéndola.
--¿Una cita? ¿No eres muy pequeña para esas cosas?-Jonathan intento agarrar de la comida pero Adair lo golpea con la cuchara de madera-Auch.
--Vez, el si me entiende-le digo a Roma quien rueda los ojos vigilando que Aina no se vaya a caer.
Aina hizo un bailecito arriba de la mesa, eso puso nerviosa a Roma.
--Y fue con el chico que me gusta.
--¿Luca?-pregunto sorprendido Johnny, Adair frunció las cejas.
--¿Cómo es que Johnny sabe el nombre del chico y yo no?
--El me cae mejor.
--Soy tu hermana-exclamo indignada.
--¿Y eso que tiene que ver?-la carcajada de Johnny retumbo haciendo que Adair se pusiera roja.
Adair enojada siguió cocinando ignorando a Johnny que revoloteaba a su alrededor.
--Vamos, nena, ella no lo está diciendo enserio-le dijo al oído muy cerca de ella.
--Aléjate. -Adair se volteo a verlo alzando la cuchara de madera amenazadoramente.
--Jonathan la aprisiono contra la encimera y la vio con la cabeza ladeada-es una niña pequeña, no sabe lo que dice nena.
--Ellos dos tienen mucha tensión acumulada-comento Roma.
Puse una mueca de asco-demasiada información.
--Puedes meterte tu nena en...
--¿En dónde?-pregunto aina con la cabeza ladeada con inocencia.
--En ningún lado ¿Por qué no vas a jugar a fuera con Hadil?-pregunto Johnny.
--Son las cinco Hadil tiene clase de piano. -respondió y se bajó de la mesa jugando con parís.
--Bueno entonces ve hacer tu tarea-anuncio Adair aun mirando los labios de Johnny y el los de ella.
--Es viernes, no tengo.
Johnny y Adair estaban a cinco centímetros de distancia entre labio y labio, y ellos sabían que tenían prohibido besarse enfrente de Aina, regla de mamá.
--Te doy cinco dólares si le das un paseo a parís-ofreció mi cuñado, París subió la mirada aterrada.
--Pobre. -comente.
--Que sean diez. -acepto agarrando a correa de mi perrita.
Justo cuando la puerta principal se cerró fue como una alarma avisando que ellas se habían ido, Adair lo agarró del cuello de la camisa para recortar la distancia y besarlo.
--Oh no, quita esa imagen, no necesito esa escena rondando en mi cabeza-comente poniéndome las manos en los ojos y sintiendo la sangre subiendo por mis mejillas.
Roma soltó una carcajada y cambio la pantalla.
Pero sin darme cuanta había sonido en todo la escena, escuche mi voz interna y me di cuenta que los extrañaba mucho.
Me daba mucha tristeza porque no iba a conocer a Jonathan ni a Luca, aunque me pusiera celoso en realidad estaba muy feliz por ellas, estaban haciendo su vida dejando el dolor y la tristeza de lado.
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