Capítulo 7
Papá Magne
Baje las escaleritas, abrí la puerta del carro de papá y me senté, emprendimos marcha y yo di la primera calada del vape de mora, ¿Es en serio? ¿Tengo cara de gustarme el vape de mora? Aunque no sabía mal...
Estaba harto de ver fantasmas cada vez que volteaba o cada vez que dormía, se colaban en mis sueños como pesadillas vividas, vidas que no son mías, muertes que han pasado, personas que no conocía, niños asesinados por sus familiares, mujeres y niñas secuestradas, violadas y asesinadas, hombres consumidos por el estrés, viejos muertos por la vejez siendo olvidados...
Papá no dijo nada cuando me vio fumar pero si me pregunto algo que me saco de mis pensamientos.
--El chico que estaba contigo ¿es tu amigo?—pregunto papá con la mirada en el camino, me fije que se había cortado un poco el cabello y tenía el anillo de matrimonio.
--Ni siquiera sé quién es. —susurre dejan salir el humo de mi boca y nariz.
--Pero te regalo un vape , no todo el mundo hace eso.
--Te juro que no sé quién es, solo es un chico que me lo encontré en la azotea leyendo—evite mencionar cual era el libro—, y lo tiro por la azotea.
Tenía una gran relación con papá West pero estos últimos años me había cerrado tanto que ni siquiera le contaba cómo me iba en el día.
--¿Entonces es un chico que tú vape y hoy te regalo otro?—frunció el ceño—, eso no tiene sentido.
--Eso es lo que yo digo. —fije mi mirada al frente, no habían muchos carros en carretera, habían nubes lo que significaba que iba llover pero hacía un calor horrible a pesar que el aire acondicionado estuviera prendido.
Nos quedamos en un silencio un poco incomodos sin saber que decir, me limite en dar otra calada.
--No des más caladas por favor. —advirtió mi padre.
Resople y mi pierna empezó a subir y abajar con velocidad, sentí picar todo mi cuerpo, de repente un fantasma apareció en el asiento trasero, gire mi cabeza de golpe viendolo, papá pregunto que me pasaba yo solo lo ví con súplica , necesitaba otro.
--Uno solo, por favor.
--Mejor come el helado que te traje. —dijo y señalo la bolsa que estaba atrás.
Lo alcance, era un bote de medio kilo, apenas lo abrí le di el primera probada con desespero, hace mucho que no comía helado, hace mucho no disfrutaba comer algo, y esto era gloria para mi paladar.
Sé que le preocupaba a mi padres ya que había bajado de peso radicalmente lo había notado pero no podía hacer nada, a veces me saltaba comidas porque no me daba hambre.
Llegamos en diez minutos y con el bote en mano salí del carro, espere a que papá abriese la puerta y subí de dos en dos las escaleras hasta mi cuarto, salude rápidamente a mi hermana sin molestarla en sus clases online y abrí la puerta hacia mi habitación.
Pero algo cambio cuando me vi en el espejo de cuerpo completo, ojos rojos, ojeras marcadas, casi no se notaba mis mejillas por lo hundido que estaban, la camisa del colegio me quedaba demasiado grande al igual que los pantalones.
¿Qué estaba haciendo con mi vida?
Deje el helado en el escritorio se me había cerrado el estómago de repente, hay momentos en que me gustaría que me resetearan o quitaran esta maldita maldición.
¿Porque mis padres adoptaron a alguien tan defectuoso como yo? Ellos se merecían algo mejor
Me acosté en la cama y sentí lágrimas de desesperación correr por mis mejillas, saque el vape de mi bolsillo viéndola por un largo rato, después de pensarlo por más de cinco minutos di la calada y para el final de la noche ya se había terminado.
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