Capítulo 6
Pero, no entiendo, ¿no tienes otro oficio aparte de seguirme?
Saque mi teléfono y marque el número de papá Magne, sentía las lágrimas correr por mis mejillas y al vape no le sentía el sabor.
Estaba harto, cansado y no quería sentir más nada.
La única solución era hacerlo pero sabía que no sería capaz.
--¿Matt está todo bien?—fue lo que dijo cuándo contesto.
--¿Puedes venir por mí?—tenía la voz rasposa y me dolía todo.
--Claro, en cinco estoy ahí ¿necesitas algo más?—dijo a la vez que escuchaba que buscaba las llaves por el escritorio.
--¿Helado?—tal vez sonara estúpido pero en estos momentos el vape no me ayudaran y los cigarros no me gustan dejan un olor horrible en los dedos y en la ropa, y a Holly no le gustaba.
--¿De chocolate y brownie?—murmuré un sí, se despidió y colgó.
Suspire y me seque las lágrimas, ¿porque la vida tenía que ser tan mierda?
¿Por qué la gente era tan mala con las personas diferentes? Sé que sonora estúpido e infantil pero esa pregunta siempre rondaba por mi mente.
Me colgué nuevamente el bolso y camine hacia la salido, pero a mitad sentí que alguien me seguía así que cuando volteé me encuentro con el chico del cabello rubio dorado detrás mío con el ceño fruncido.
--¿Por qué me sigues?
--¿Yo? Para nada. —tenía la voz ronca y de un tono de voz bajo.
--¿Entonces porque caminas hacia la salida si es hora de clases?—por eso el pasillo estaba desierto.
--Yo debería hacerte esa pregunta ¿te vas a escapar en horas de clases?
--No te importa.
--Si, de hecho podría decirle al director. —dio media vuelta pero lo detuve ya que no había pedido un pase para salir y podía meterme en problemas.
--¿Es que acaso no tienes otro oficio que aparecerte en mi camino siempre?—pregunte irritado.
Vi como sus mejillas adquieran un color rojizo avergonzado tal vez, carraspeo y saco algo de su bolsillo.
Pude ver que era más alto que yo, estimaba unos uno ochenta, ojos azules muy claros con una cicatriz en el ojo derecho desde la ceja hasta poco a bajo de las pestañas de abajo, vestía el uniforme y vestía la misma chaqueta deportiva que usaba Brais, pero a él no se le veía tan ridícula, le sentía bien. Divisé que vestía un anillo en cada mano específicamente en los pulgares, además...
<< ¿Puedes dejar de analizarlo tanto? Más tarde dime el color de su ropa interior. >>
<<Cállate, eres un conciencia tu no opinas aquí. >>
Cuando saco la mano del bolsillo me tendió vape morado, tal vez era de mora, arquee la ceja sin saber qué hacía.
--¿Qué es esto?
--Un vape, dah—rodo los ojos con fingida superioridad—, lo que quiero decir es que te lo doy por haberte tirado el otro la otra vez.
Lo agarre con desconfianza-- ¿si sabes que el que yo tenía era de menta y tú me estás dando uno de menta?
--Obvio, bonito...--una bocina se escuchó pero no le tome mucha importancia porque me había congelado--. Te vinieron a buscar.
Espera... ¿acaba de llamarme bonito?
¡¿Cómo qué bonito?!
¿Quién era este random para decirme bonito?
¡¿BONITO?!
¡Bonito mi culo!
La bocina del carro de papá me saco de mi trance y para cuando le quise reclamar ya se había ido, maldita sea.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro