Capítulo 10
Algo nuevo, preocupación tal vez
Era miércoles y había pasado una semana entera desde la última vez que vi a Eros...
<< ¡Mentira! >>
<<Cállate. >>
<<Si tu no lo cuentas yo lo cuento: te quedabas viendo cada vez que pasaba por el pasillo, te le quedas viendo sin disimulo cuando entra a clases de física...>>
<<Ya basta de exponerme de esa manera. >>
Regresando a mi vida e ignorando a mi conciencia, les digo a los chicos que iré a fumar y que se adelanten a la cafetería, ellos me vieron con duda pero aceptaron, desde el incidente no entro a la cafetería, además nunca a estas horas me daba hambre.
Subí de dos en dos las escaleras para llegar a la azotea, cuando llegue a la puerta está estaba entre abierta y supe que alguien estaba ahí.
Entre sin hacer ruido y vi que Eros estaba sentado en el piso con la espalda apoyada en la pared y la piernas recogidas apoyando su libro tapando su cara pero dejando ver sus risos dorados.
Pase por enfrente de el sin hacer ruido y me apoye en la baranda, soltó una risita y paso la página con emoción. Me cuestione si tenía que llamar su atención o dejarlo así...claro que no lo iba a dejar así.
--Tan interesante esta ese libro que no has notado que he estado parado aquí desde hace diez minutos. -él se sobresaltó y dejo caer el libro al piso.
Quise reírme por su expresión de susto pero me trague esa risa cuando vi que su ojo estaba morado y su pómulo rojo... ¿Quién lo había golpeado?
No quería preguntar, no quería sonar como un chismoso así que me limite a sacar el vape morado nuevo y darle una calada, definitivamente me gustaba más que la menta. Eros levanto su libro del piso cerciorando que no se haya dañado y me vio, pude sentir su mirada en mi nuca.
--¿Enserio llevas aquí parado diez minutos?
--Tal vez si, tal vez no, ¿Quién sabe?
--Que idiota...--murmuró buscando la página donde se había quedado.
Claro no podía faltar que el libro era de mi padre, el último de su trilogía más famosa.
--¿Está bueno el libro?-di otra calada, ya lo había leído, hasta había leído el final alternativo a ese pero quería ver cuál era su opinión.
Sus ojos brillaron con emoción y una sonrisa se formó en su rostro-Es de los mejores del autor, es sobre monarquía...--y hablo y hablo emocionado mientras que mantenía esa sonrisa en su rostro-. Entonces ella lo secuestra y y...ay no, disculpa, ¿te estoy aburriendo? A veces me paso de boca suelta con estas cosas.
Fruncí el ceño por su repentino cambio, ahora había bajado la cabeza y jugueteaba con el lomo del libro. Lo analice a profundidad tal vez en su casa no lo dejaban hablar de estos temas o no tenía con quien hablar de ello. Ser hijo de un psiquiatra hacia que analizara muchas situaciones y las personas.
--No me molesta porque yo ya lo leí. -le hago saber dando otra calada.
--¡¿Enserio?! ¡Pero si salió la semana pasada! ¿Cuándo te dio tiempo?-dijo sin poder creerlo.
Una semana antes de que se publicara, pero obviamente no le diría eso.
Me encogí de hombros-Esos días estaba libre y lo leí, a veces no hay que dormir para terminar el libro.
El soltó una risita, automáticamente sonreí, ya va... ¿Qué? ¿estaba...?
--Eres más genial de lo que dicen en los pasillos.
Bufe y lo mire, trate de no mirar su ojo morado para que no se sintiera incómodo.
--Los pasillos siempre dicen cosas que no son verdad. -murmure, dando otra calada siento el humo quemar, mejor así, tal vez no vea fantasmas en la próxima hora.
El miro el vape y abrió la boca para decir algo pero la cerro sin decir nada. Nos quedamos viendo fijamente sin decir ni una palabra, pudiendo ver con profundidad sus ojos azules y sus risos dorados.
De pronto la puerta se abrió y la profesora de lengua estaba ahí con una expresión de enojo, esa señora me odiaba porque nunca entraba a sus clases, junto con el vicedirector. Eros en el piso se asustó.
Estábamos en problemas.
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