El color de la añoranza

Todos mis días se convierten en azules cuando recuerdo la
distancia que nos separa, aunque nadie podrá alejarte de mi
corazón.

Solo guardo en mi mente un nosotros, sentados en la arena,
frente al mar azul, esa puerta en donde mueren todos los
pensamientos. Allí junto al viento que despeinaba mis cabellos.

Fue tu voz y tu melodía la que endulzó mi vida, con lienzos
extendidos por encima de nosotros, dibujando nubes de algodón
y respirando el aire de la paz y la locura.

Recuerdo tus lunares como si fueran estrellas en el universo, en
la galaxia que lleva tu nombre, porque solo hay uno, y eres tú.

Aún tengo presente cada detalle, cada palabra y cada expresión
que proviene de ti, son un tesoro que ni una fuerte tormenta me
podrá quitar.

PD:
—¿Qué color es cuando extrañas a alguien?— preguntó
ella.
—Creo que es azul oscuro y profundo tan misterioso
como las aguas del mar. Es como si nadaras en ellas y
no llegaras a ver la luz. Un poco desesperante es
extrañarte tanto —respondió él.
(La Chica De Los Colores)