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Capítulo 9 1/3

Narra Bishop

—¡Recojan las plumas que más puedan! —le ordeno a mis diablos.

Afortunadamente llegamos de primeros al Valle de los Caídos y ahora he repartido diablos a los alrededores de la zona para que impidan el paso de otros demonios. No sabemos a ciencia cierta si fue Destiny la que cayó, dado que mientras veníamos a mitad de camino se sintió otra caída.

—Nunca antes había caído más de un ángel, después de la rebelión. ¿No te parece raro?

Esto más la incursión que quieren hacer al infierno es muy sospechoso —Solo hay una forma de saberlo.

Biltrix me observa y asiente con la cabeza.

—Busca en la zona noroeste y yo en la sureste.

—Si la encuentro primero me das descanso por una semana y con una salida a...

Niego —Te doy descanso, pero sin salir del infierno.

El demonio asiente no muy convencido para luego alzar vuelo. Segundos después yo también lo hago.

El famoso Valle de los Caídos, además de ser reconocido porque es el lugar donde caen los ángeles, también lo es porque es un pantano. Aquí toca usar todas las habilidades posibles para encontrar a los caídos, que muchas veces están inconscientes y sumergidos. Durante muchos años La Caída se ha visto como una cacería entre demonios, guardianes, brujos, ángeles caídos; todos queremos lo mismo: sus plumas, el ser y la poca información que este tiene ya que al arráncales las alas les borran toda la información importante, escasamente quedan sabiendo su nombre y paradero.

—Tienes compañía.

Me avisa Biltrix y efectivamente un demonio vuela a toda prisa hacia mí, por su olor es Leyva.

No aumento el ritmo de vuelo, enantes lo disminuyo hasta que me igual. —Qué quieres Leyva, hay mucho espacio para buscar.

—Tranquilo que no estoy aquí por ella, no me interesa estar cerca de tus rameras, solo vine a decirte que el juicio por lo del Lado Obscuro del Amor será en dos días, está vez no hay escapatoria

Desde la batalla con Azael que Lucifer llamó «El Lado Obscuro del Amor» Leyva y otros demonios están buscando que se nos condene por haber matado a esos demonios tan importantes, quisieron que Milufer y yo fuéramos a juicio, principalmente ella, pero logré que se me responsabilizara por todo lo sucedido, después de todo es culpa mía por no haber matado a tiempo a Azael.

—Ya lo sabía, ahí estaré.

—Y por cierto educa a la alternara esa—ríe —Mejor no porque déjame contarte que mi vidente vio que matabas a tu Milufer. —sin comentarios —En compasión a ella le dejaré pasar lo que me dijo hoy y no la denunciare ante el concejo.

Ya vi a Destiny.

Antes de que vuelva a decir algo; cambio mis alas a unas de membranas, uno mis brazos a ellas y vuelo a toda velocidad hacia el pantano sumergiéndome en él.

—Encontré a una pero no es Destiny.

Me comunica Biltrix. Nado cada vez más rápido hacia donde está Destiny, ya que un caído va hacia ella. Cuando ya estoy cerca de ella, creo un portal y la empujo.

—Ya la encontré, te veo en Azrhen y por favor no te desvíes.

—¿Bishop por qué no entraste?

—Alguien quiere hablar conmigo.

Salgo del pantano y me dirijo a la orilla. Antes de presentarme ante el caído, me dibujo una runa para limpiar mi uniforme.

—Como siempre tú con la caza desleal.

Lo miro y sonrío —¿Cuándo haz visto un demonio leal y honesto?

—Nunca, supongo que sabes a que vine.

—Algo de Milufer debe de ser —Alan me mira y asiente de forma positiva.

—¿Qué se siente estar frente al hombre que iba a hacer feliz a Milufer, el amor de su vida? Le desgraciaste la vida a ella y a mí también.

Rio está vez más alto —Que no se te olvide que tú también le hiciste daño a Milufer Apuesto que si no te hubieras enterado de eso ahora mismo no estarías aquí —él niega pero si es cierto, yo lo vi —¿Qué quieres, ve al grano?

—Solo quiero hablar con ella.

—Le prohibieron venir a la tierra por un año.

El caído se me acerca y me encara —Yo sé que tú puedes sacarla sin que los ángeles se den cuenta.

Así pudiera venir a la tierra no dejaría que la viera.

—Claro que puedo, pero tú no eres nadie para exigir.

***

Me siento junto a la cama y aprovecho para revisar las heridas de las alas. Con cuidado quito las vendas y veo que las alas no fueron arrancadas, sino cortadas. Las de la otra caída también fueron cortadas según lo que dijo Biltrix.

También reviso en sello y las plumas que Mara le incrustó en la espina dorsal. Le dibujo una runa contra el dolor y empiezo a moverla para que despierte.

—Me duele —susurra.

—En unos minutos se irá el dolor.

Que agradezca que al enterrarle las plumas estaba inconsciente, Milufer no contó con esa suerte.

Destiny lentamente se incorpora hasta quedar sentada. Me mira por unos segundos, luego analiza el entorno.

—Me lo imaginaba diferente. —hace una breve pausa —Más fuego, más...

Deja la palabra en el aire. Yo me acerco y me siento junto a ella. —Aquí estarás bien.

—¿Qué va a pasar conmigo? —la miro a los ojos que curiosamente son iguales a los míos. —¿Seguiré deteniendo el tiempo? ¿Viendo el futuro? ¿Mis alas?

Se le quiebra la voz y sin poder contenerse empieza a llorar.

Al caer perdió gran parte de su poder, pero yo invente una runa que puede llegar a recuperar al menos el 75% de ello... No puedo dejar pasar la oportunidad de tener a alguien que pueda hacer lo que ninguno demonio aparte de Amenadiel —hermano de Lucifer— hacia, detener el tiempo.

—Tu no te preocupes por eso, por hoy descansa porque mañana empieza tu entrenamiento.

Cierra los ojos y exhala por la boca —No. Explícame más... Estoy muy desorientada. —frunce el ceño y me observa —¿Dónde esta Jesdaya?

Me imagino que Jesdaya es la otra caída que está con Biltrix. —Está en otra cueva todavía esta inconsciente.

—¿Pero va a estar bien?

—Tal vez.

Ella se arrodilla sobre la cama y me toma de la mano. Lentamente se va arrastrando hasta que queda muy, pero muy cerca de mí. Sus manos suben por mis brazos hasta que llegan a mi rostro, me acaricia unos segundos, luego se acerca y me besa, mientras lo hace sus manos no se detienen, una desciende de nuevo por mi brazo y la otra asciende hacia mi cabeza. Aprovecho también para leerle los pensamientos, y no, no hay nada. Detengo el beso cuando su mano toca uno de mis cachos.

—¿Qué pasó? —la miro a los ojos y no le respondo, hace un intento para volver a besarme, pero giro el rostro —Que pasa Bishop, que hice mal.

—Nunca toques mis cachos o cola. —escucho que susurra «no es para tanto» —Para eso y mucho más.

Se me lanza encima y vuelve a besarme pero esta vez como una bestia salvaje. —Te extrañé tanto.

Yo no puedo decir lo mismo.

Mi relación con Destiny surgió hace muchos años. Todo comenzó cuando intenté matar a un grupo de guardianes, para hacerlo me cerciore de que ningún vidente fuera ángel, demonio, guardián o humano viera lo que iba a hacer, pero cuando llegue ya Destiny y cinco ángeles más ya me estaban esperando para capturarme, cosa que no pudieron. Después volvió a pasar lo mismo hasta que le tendí una trampa y cayó, comenzamos a hablar, ella me ayudaba dándome información acerca de los ángeles y yo también le daba pero, solo de demonios que estaban en mi lista de espera para morir. Posteriormente me enteré que era mi Milufer pero no se lo dije porque no quería tener una mujer en esos tiempos, pero aun así nos encontrábamos muy frecuentemente para tener sexo,

Luego nació Milufer y ya la veía cada vez menos, tuvimos una que otra discusión y decidí dejar de verla hasta que llegó lo del lado obscuro del amor y le cobré un favor que me debía.

Me separo de ella y voy hasta la puerta.

—No te vayas Bishop. Te necesito.

—Descansa, aquí encontrarás todo lo que necesitas. Vendré mañana temprano.

—¡¿Es por ella verdad?! —ya va a comenzar —¿Dónde está?

—Destiny...

—¡Destiny nada Bishop! Todo era perfecto cuando ella no estaba. Y... Donde yo la llegue a ver por aquí, te juro que...

—¡Ya! Tu no le vas a hacer nada. Ninguna de las dos va a hacer algo. Si en algún momento se llegan a encontrar no quiero verlas peleando —me acerco a donde ella está y la tomo duro del mentón—Porque las dos me las pagan, aquí en mi círculo no quiero conflictos estúpidos ¡¿Entendiste?!

Con Milufer también tendré esta conversación. A ambas se los advertiré una sola vez y donde me desobedezcan el castigo va a ser severo.

—¡¿Entendiste?! —asiente levemente, pero yo quiero escucharla decirlo —Destiny...

—Si entendí.

Le doy una última mirada de advertencia y salgo, apenas cruzo la puerta me encuentro con Biltrix.

—No te voy a dejar ir a la tierra.

—Cálmate que no venía por eso.

Lo dudo —Entonces porque es.

—Para ver si lo del permiso sigue en pie.

Respiro y me detengo para encararlo—Cumpliste así que te doy una semana. Pero hazme un favor y antes de eso busca a Lemo y dile que traiga a la tal Jesdaya para esta habitación y dile que no se despegue de esa puerta hasta que yo vuelva.

—Lo haré.

Sigo con mi camino y salgo de Azrhen hacia el portal que me lleva a Los Ángeles, ahí Lucifer me está esperando para hablar algo sobre Maciel.

Cuando entro a la oficina de Lucifer, lo primero que veo es un harén de mujeres cuidando al bebe.

—Las mejores mujeres para mi jinete. —si así es cuando esta pequeño no me quiero imaginar cuando crezca, si es que lo hace. —Siéntate que vamos a hablar de cosas serías. Como verdaderos hombres de negocios.

Hago lo que me pide y una humana semidesnuda me trae una copa de Whisky. —Es mi imaginación o le está dando de lactar al bebé.

Lucifer voltea a ver —¡Oye! Que te he dicho.

Se levanta y va hasta donde están las mujeres —Pero ha de tener hambre —dice la chica que lo estaba alimentando.

Lucifer le gruñe y coge al bebé entre sus brazos y se sienta —Ninguna palabra de esto a Milufer porque me mata.

—No lo sabrá. Y bien que es eso tan importante de lo que tenemos que hablar.

—Míralo, salió igual de bello que el papá —dice mientras me extiende al bebé, yo niego —Tómalo, no muerde.

—Solo un ratito.

Agarro al bebé como si fuera el objeto más frágil del mundo. Lo observo y tiene la piel pálida. Lo poso sobre mis piernas y reviso el sello que le estaban dibujando; este tiene toda esa área roja e inflamada.

—Ayúdanos con lo de la maldición y con ese sello. —centro mi atención en Lucifer —Yo sé que tú puedes quitársela.

—Mmm ¿Quién dijo eso?

Lucifer apoya los brazos en la mesa. —Yo sé que puedes...

Ya he analizado esa maldición y quien se la puso supo cómo hacerlo para que nadie la pudiera quitar —No puedo quitarla.

—Pero puedes alterarla con otra maldición.

Enarco una ceja —Para hacer eso tendría que saber que ángel se la puso, también tener unas cuantas plumas de él, su oración, sello, mejor dicho todo acerca del ángel.

—De eso me encargo yo. Entonces sí o no. Si lo haces te ganas a Milufer de por vida, te lo puedo apostar.

Pienso uno momento mientras le devuelvo a su jinete —Lo haré, pero no será gratis.

Lucifer asiente y se encoge de hombros —¿Qué quieres? ¿Dinero, poder, mujeres, bienes, ascender de rango? Pídeme lo que quieras Bishop.

Si él lo dice...

—Quiero que me ayudes a convencer a Milufer, cuando ella haga eso que quiero yo alterare la maldición y todos felices.

—Y porque simplemente no manipulas su subconsciente y obtienes lo que quieres? Y ya, todos felices y contentos.

Suena fácil de ese modo, pero necesito que Milufer esté enterada de la situación y de lo que eso conlleva.

—No, ella tiene que estar de acuerdo por decisión propia.

—¿Y de que la tengo que convencer?

Miro al harén y él entiende, por lo que les pide que salgan. —Es algo que nos ayudará a salvar el infierno, no le hará daño si es lo que te preocupa, bueno tal vez si, pero no mucho. Pero valdrá la pena por tu infierno, nuestro infierno.

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Aclaro que Leyva no sabe que Bishop tiene dos Milufers y que no hay certeza de que la visión sea cierta... Su vidente no es tan buena

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