Narra Bishop

Salgo de la habitación y me encamino al salón Azahir donde será la reunión. Tuve unos destellos de lo se hablará, pero nunca se sabe, ellos son impredecibles.

—Deberías estar con Milufer, no entiendo porque me sigues.

—Porque necesito salir del infierno.

En menos de 72 horas Biltrix ha salido 4 veces del infierno y no me dice el motivo exacto.

—¿Otra vez? Y esta vez por qué.

—Tengo que vigilar unos negocios.

Como si yo no supiera, están vigilando a aquella niña, la hermana de Lolo—Puedes salir, pero antes lleva a Milufer a Ônix. —Ojo con lo que haces, no la vayas a matar.

Él ríe —No la voy a matar ni le voy a hacer nada malo.

Llego al salón y el único eterno que falta soy yo, sin embargo, también están los príncipes infernales; todos ya se encuentran muy acomodados en la mesa larga de mármol viviéndose mis vinos. Ojalá que sea algo interesante porque aún tenía muchas cosas que hacerle a Milufer.

—Tenemos dos puntos que tratar, comenzaré por el más importante —inicia Lucifer —Mardhes tienes la palabra.

El demonio encargado de la seguridad del infierno se pone de pie —Seré breve, los arcángeles emitieron una solicitud para entrar a Dite.

Se escuchan murmullos por todo el salón —Yo no doy mi autorización. —me niego rotundamente a dejar que esas escorias traspasen mis murallas.

No entiendo porque lo ponen en discusión.

—Déjame terminar por favor. Ellos argumentan que es necesario para saber que se está haciendo en Dite, dado que supuestamente el flujo de energía de esta zona ha aumentado.

Río mientras niego, eso es mentira.

—Que dices al respecto Bishop —pregunta Mammón con una sonrisa cínica.

—Los rangos de energía están muy abajo de lo permitido. Por favor señores, si no fuese así ya ustedes en sus círculos lo habrían sentido. Y revisar eso les corresponde a los guardianes.

—Tiene razón, todo está dentro de lo normal, yo mismo revisé —dice Lucifer —¿Entonces a que vienen?

—Tal vez por el humano que tejieron sin la autorización de los príncipes ni reyes infernales. —Habla Mammón a lo que golpea la mesa. —O tal vez por haber revivido a su Milufer.

—Las decisiones de los eterno no se cuestionan —agrega Salaniet.

—Además no es cualquier humano, es mi jinete. —agrega Lucifer.

—Volviendo al tema de los ángeles ¿entran o no entran? —pregunta Lucifer. —Votemos, los que están de acuerdo eleven llamas.

Esperamos varios segundos y sólo tres eternos y Mammón alzan llamas.

—No entran.

Así la decisión hubiera sido lo contrario, no permitiría que los ángeles entrarán a Dite. Entrar a este círculo es el sueño de todo ser celestial, lo han intento duran siglos, pero ninguno ha conseguido cruzar las murallas.

—El que nada debe nada teme —empieza a picar Mammón y prefiero ignorarlo.

—Tu que dices ser el mejor vidente de este mundo ¿no has visto nada? — me pregunta el eterno Psimo.

Niego con la cabeza, estos días no he tenido ninguna visión de gran magnitud y mucho menos relacionada con el tema.

—El otro tema es de suma importancia por lo que no se puede hablar con otro ser que no esté aquí presente. —todos asentimos— Lo que acontece es que los volcanes del sexto y séptimo círculo se están apagando y no sabemos por qué.

Hace dos semanas noté que los volcanes del bajo infierno disminuyeron su intensidad. Fui y hablé con Lucifer, entre los dos llegamos a la conclusión de que seguramente era debido a la época dado que se aproxima un eclipse solar, pero siguen disminuyendo por lo que intuimos que no es por el eclipse. Si en algún momento se apagan no podemos encenderlos por lo que se necesita el amuleto de Dayonh y se extravío después de la era fría.

Está era ocurrió hace más de dos mil años, todos los volcanes se apagaron, el infierno se sumió en una oscuridad penumbrosa, el frío del noveno círculo empezó a invadir todo el infierno y los demonios que no soportaban el frío murieron y muchas almas escaparon. Nunca supimos exactamente porque se pagaron, la explicación que dio Lucifer fue que era porque había nacido un nuevo Dios, o sea el hijo de Dios.

Y tiene sentido porque cuando él llego a la tierra la maldad disminuyó. Lucifer logró conseguir el Amuleto del fuego—Dayonh—Para revivir los volcanes, lástima que lo devolvió y sabemos dónde está.

La pregunta es ¿Estará pasando lo mismo? ¿Surgirán un nuevo Dios o Dios enviara de nuevo a su hijo a la Tierra?

—Hace años tuve una visión acerca de los volcanes y lastimosamente no tiene nada que ver con el Dios de los humanos, el problema esta aquí en el infierno. — y creo que se cual es.

—¿Qué vamos a hacer?

Asmodeo rompe el silencio en el que se encontraba la sala, todos miramos a Lucifer a la espera de que diga algo.

—Si no me equivoco, esto tiene que ver con la venida de los arcángeles, así que cada uno se encargará de buscar una forma para no dejar morir los volcanes de su círculo —hace una pausa y me mira —Debemos buscar videntes que nos ayuden, también hay que averiguar que quieren los arcán....

—Eso lo podría averiguar tu hija, tiene dos hermanos que son ángeles y por lo que he averiguado tiene buenos amigos allá arriba.

La idea de Kizil no suena mal pero no podría exponer a mi Milufer de esa manera y más porque los ángeles la tienen bajo mira.

—A Milufer no la involucren en esto. Lucifer completamente puede hablar con sus hermanos e investigar. —hago una breve pausa —De no ser más, me retiro.

—¡No hemos terminado! —dice el más joven de los eternos, Yanan. —Esto es más importante que cualquier otra cosa que tengas que hacer.

—Yo tengo volcanes que mantener vivos para que sus culos de mantenga calientes. Ya tendré tiempo de ponerme al tanto con Lucifer.

—Yo no sé ustedes, pero yo ya estoy harto de que Bishop pase por encima de todos...

Escucho Leyva quejarse antes de cruzar la puerta.

Voy hasta la habitación de Milufer y creo un portal a mi dimensión.

—Ya estamos llegando.

Me informa Biltrix y preparo el hombre sombra.

—Ya sabes lo que tienes que hacer.

Formo un portal que me conecta con Ônix, empiezo a controlar al hombre sombra que tiene mi apariencia y hago que cruce el portal. Ônix es un volcán que queda casi en el límite del círculo, este dejo de producir lava hace mucho tiempo por lo que es un poco más frío y oscuro.

—Bienvenida a Ônix.

Le dice la sombra y claro está que no percibe que no soy yo.

—Que hacemos aquí. Y ahora que se me ocurre, por qué no hicimos el viaje a través de un portal.

Aunque mira a Biltrix le hago saber que ahí no hay portales y le doy un paseo hasta llegar a la que desde hoy será su habitación. Le entrego el sobre y aprovecho para desvanecer la sombra.

Milufer está allá por varios motivos el principal es por castigo, tarde o temprano se paga lo que uno hace y más aquí en el inferno. También porque ese volcán necesita ser revivido ahora más que nunca y por lo de Luf'Yana intuí que quería su espacio, allá lo hizo muy bien y sé que con Ônix así mismo lo hará; también porque Destiny ya casi cae y necesito entrenarla y con Milufer acá no puedo.

Hasta ahora sigo buscando visiones que me ayuden a tomar la mejor decisión para tenerlas a los dos acá, pero, toda ellas terminan mal. Ninguna de ellas descansará hasta ver a la otra muerta o fuera del infierno.

—¡Y yo intenté evitarlo! —Milufer grita y vuelvo a prestarle atención. Entro en su mente y habla con el espíritu del Satán.

—¡Piensa, piensa, piensa maldita sea! — vuelve a gritar y se jalonea los cabellos —En estas alturas del juego yo no puedo quedar fuera de combate y más porque la caída de... Ahí está la respuesta, por eso Bishop me vino a tirar acá, Destiny ya está próxima a caer. Tengo que hacer algo urgente para volver a Azrhen.

Vuelve a la habitación y aprovecho para dejar otra nota.

«No pienses cosas que no son. Estas allá por haberte ido de Dite y también porque no has terminado tu entrenamiento, por si no lo recuerdas. Destiny no tiene nada que ver en mi decisión»

Lo del entrenamiento también es verdad, Milufer no realizó la segunda parte de este y ante el consejo tenemos que pasar el reporte del desempeño del demonio para que así sea legítimamente un demonio mayor. Si ella puede poner a funcionar este volcán, merece ser un demonio mayor.

—Puro cuento. —por su mente pasa la idea de desdoblarse para venir a enfrentarme. —Cómo decía mi abuela: ¡Yo boba no! Yo boba no Bishop.

Pasan varios minutos hasta que se queda dormida.

Narra Milufer

Intento reconocer donde estoy; hay una mesa, un altar con todas sus velas apagas menos una, la más grande, una puerta y nada más. Atravieso y ya sé dónde estoy, estoy en el cuarto de las sombras. Este cuarto se ve y se siente diferente, muy frío. Paso por delante de los espejos y no hay ninguna sombra, el interior de sus espejos se ve congelado.

Quiero pensar que todas ellas están bien en algún otro lugar de Dite.

Atravieso la pared y llego a mi habitación, mejor dicho, la que era porque aquí todo ya no es igual: la cama es un poco más pequeña, pero se ve igual de cómoda, la distribución de los muebles es diferente y no se me pasa por alto el hecho de que el cubre cama sea rojo y el marco del espejo también, tampoco que todas las velas del altar estén apagadas, menos la más grande.

Reviso el baño y este también cambió, ya no es tan lujoso como el que yo tenía, este es más modesto. Salgo de ahí y ya está el demonio presente.

—Haces hasta lo imposible por verme.

Ni que fuera tan importante.

Me cruzo de brazos y camino hacia él. —Hasta cuando me vas a tener allá.

—Todo depende de tu comportamiento —él me observa con detenimiento. —Pregunta.

Dudo unos cuantos segundos, pero al final lo hago —Mis sombras donde están y que significan que las velas estén apagadas.

—Las sombras están en la dimensión, mientras las velas estén apagadas no podrán salir. —que le costaba dejarlas acá conmigo —Y la vela más grande, esa eres tú, si la apago no podrás desdoblarte.

—Y la dejas aquí donde estará ella, porque aunque no me lo digas... Mi instinto dice que aquí va a estar.

Hago silencio por si él quiere agregar algo pero no lo hace, me tomo un tiempo más para pensar que decir, estoy tan confundida, molesta y cansada que no sé qué decirle.

—Tienes que despertar.

Ignoro su comentario y sigo pensando. —Quiero tener mi vela en Ônix y...

Siento que se me van las fuerzas y el aire por unos cuantos segundos.

—Insisto, tienes que despertar Milufer. —en ese momento me invade la preocupación por mi cuerpo. —Más tarde iré y hablaremos.

Asiento y lentamente el entorno se vuelve negro.

⛧⛧⛧

Siento leves caricias en mi pecho y algo pesado en mi abdomen impidiéndome respirar con normalidad más el dolor que produce la herida. Por inercia llevo mis manos a mi abdomen y tropiezo con algo. Con pesadez abro los ojos y en mi garganta se forma un grito que nunca sale cuando veo lo que hay sobre mí.

Intento quitarlo, levantarme pero mi cuerpo no responde.

—Bájate—le ordeno al pequeño demonio que está sentado en mi abdomen y con sus pies acaricia mi pecho por encima del uniforme, afortunadamente él también tiene ropa.

Él demonio simplemente sonríe. Unas manos tocan mi frente y me sobresalto. El rostro de una demonio de tamaño normal aparece en campo de visión y comprendo, un incubo y un súcubo.

—Mira que rostro tan hermoso—dice la demonia mientras toca mi mentón —Bájate ya Amadeus.

Amadeus niega y ella lo empuja. El demonio cae a unos cuantos pasos de la cama y vuelve a su tamaño normal.

—Cuan.. me pued... Mover —se me es difícil vocalizar al tener la lengua pesada.

—Dentro de un ratito.

Lo que parecen ser diez minutos, para mi es una eternidad. Cuando ya me puedo mover lo primero que hago es dibujarme una runa de curación porque el dolor no me lo aguanto.

—Y eso que ni siquiera estuve dentro de ti, no te hice nada. —Amadeus dice con completa naturalidad mientras se hace al lado de la demonia.

—Yo soy Amaru y él —apunta al ser que se ya encuentra muy bien sentado a mi lado —Ya lo conoces, somos hermanos íncubo y súcubo.

Los íncubos (masculinos) y súcubos (femeninos) son demonios que se crean en parejas y son los demonios que causan la famosa parálisis del sueño, o sea que tiene sexo contigo y te debilitan. Estos demonios solo atacan de forma sexual y su forma demoníaca es muy humana, muy sexis por cierto y cuando están de lleno en su forma humana son tan sensuales que a cualquier ser encantan... se podría decir que son inofensivos y muy buenos conversadores, en conclusión, ellos solo viven por el sexo.

—¿Qué hacen aquí? —le pregunto a Amaru y ella sonríe aparentemente de forma tierna.

—Vivimos aquí, aquí y en Pórtela vivimos los íncubos y súcubos del sexto y último coro, bueno aquí solo habemos cinco parejas el resto se mudó a Pórtela.

Lo que me faltaba, estar rodeada de ninfómanas y sátiros.

—¿Qué es Pórtela?

Ambos se ríen y yo los observo seria —Es un pequeño volcán que es completamente subterráneo, está muy cerca de aquí, está bajo el mando de Biltrix, si quieres te llevamos.

Niego —Tal vez otro día. Y porque viven todos allá, si acá al parecer es más grande.

La chica se sienta a mi lado y toma aire —Acá no hay lava, hace frio, no tenemos líder...

Frunzo el ceño —Que con que haga frío, mejor dicho, donde está la lava.

—Hace años la lava se secó y todos los demonios se fueron, es que hay ciertos demonios que no soportan el frío, por algo estamos en el círculo más caliente del infierno —explica el incubo.

Eso sí que no me la sabía.

—Por eso estamos aquí, para encender la llama. Podremos formar nuestro imperio. —Satán comenta.

Una leve y momentánea sonrisa se dibuja en mi mente al comprender. Para eso Bishop me envió aquí, pero eso no quieta el hecho de que ella vaya a estar allá.

—Como hago para que lava vuelva.

El íncubo niega sin embargo la demonio parece pensarlo —Mediante un ritual. Lo difícil es conseguir los elementos que se necesitan, creo que eran plumas de un querubín, tierra del gran cañón, plumas de Lucifer y un amuleto que no sé cómo se llama.

—Dayonh —agrega él —Pero dicen que es un mito, nadie lo ha visto nunca antes.

—Le preguntaré a Bishop.

Tengo tantas cosas que hacer: ir por Maciel, sacar a Destiny de aquí, revivir y organizar esto, aprender a volar, estar al pendiente de Lolo y la hermana... No sé qué hacer, necesito ayuda.

—¿Amaru y Amadeus, les gustaría ser mis ayudantes? Para que suene más formal, comandantes de logística.

Amaru ríe el otro ni me mira —Pero tus comandantes ya vienen en camino.

—Esos los escogió Bishop, yo los escojo a ustedes dos ¿Qué dicen?

Se observan y al parecer lo discuten mentalmente. —Con la condición de que lo hagas formal y que no nos cojas de esclavos... Sexuales.

—Será formal en cuento yo sea formal en Dite, el día que sería ceremonia me fui y no los cogeré de esclavos. —ellos asienten. —Sí o no.

—Si —responde al unísono— Por donde empezamos.

—Saben dónde hay una oficina o algo similar.

Ambos se ponen de pie y me invitan a seguirlos. Mientras llegamos a nuestro destino me muestran el salón de reuniones, de entrenamiento, cuevas y calabozos.

Nos adentramos en un salón bastante amplio con un escritorio, un altar con unas cuantas velas lleno de moho, una mesa amplia... La mesa es una roca y las sillas troncos de madera.

Tomamos asiento y a falta de papel hojas busco un pedazo de carbón para escribir sobre la mesa. Hago una lista de objetivos.

1. Ordenar el volcán.

2. Ir por Maciel.

«Sé que el más importante que cualquier otra cosa, pero no lo puedo traer estando esto así desordenado»

3. Asignar roles en cuanto lleguen los demás demonios.

4. Buscar al aquelarre de Dorcas y traerlo.

5. Conseguir más demonios, diablos, brujas, mago, hechiceros y quimeras.

6. Conseguir armas

7. Revivir el volcán.

Por ahora ellos me pueden ayudar en esos. Personalmente yo tengo que:

1. Aprender a volar.

2. Volver a Azrhen.

3. Deshacerme de Destiny.

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Disculpen la demora y los errores.

Poco a poco iré presentando los personajes.

Besos infernales.