Capítulo 28
—Creo que lo que menos necesitamos es pelear entre nosotros. —digo sin quitarme del medio de Bishop y Mammón.
—Quítate, Milufer.
Niego una vez más. —Mammón, por favor no hagas esto más difícil.
—Haz lo que quieras, no voy a perder tiempo contigo —dice Bishop y se aleja.
—¿Por qué dices que es culpa de él? ¿Tienes pruebas? —encaro yo a Mammón. —Él ya dijo que no tiene nada que ver con esto ¿por qué no le crees?
El viento sopla cada vez más fuerte y no es nada cálido, por ello tengo que acercarme me a Mammón para poder oírlo.
—Leyva dijo que le tenía una propuesta, no hizo mayor esfuerzo en la lucha de hoy y justo ahora nos atacan sin mencionar las mentiras que ha dicho en el pasado ¿qué más se puede pensar?
Observo a Bishop mientras dirige a los demonios y sinceramente no creo que nos vaya a traicionar.
—Tienes tus motivos, pero no es el momento, si no puedes confiar en él; confía en mí y en mi padre —hago una breve pausa —Así como confiamos en ti porque nadie nos garantiza que todo este show no sea para perjudicarnos.
Sonríe de forma pícara como el suele hacerlo y se acerca a mi oído —Confiaré en ti.
Doy un paso atrás —Entonces ve y organiza tus legiones.
Sin más voy hasta donde está Bishop, observo se rostro y se ve tenso, muy tenso.
—¿Traigo legiones de Luf'Yana?
Me toma de la mano y me acerca más a su cuerpo.
—¿Cómo te sientes?
—Mmm muy bien —lo miro a los ojos y él también hace lo mismo.
—¿Estás enojada? —asiento con la cabeza —Perdóname pero era la única forma que tenía para que te quedaras.
No le respondo y rompo el contacto visual. Miro hacia el horizonte y todo se ve muy lúgubre, los ríos que una vez estuvieron cubiertos de lava, almas, demonios fuego... ya no están, el frío se apoderó de todo y afuera del escudo que blinda a Azrhen todo ha de estar peor.
—¿Y las almas a donde fueron? —pregunto sin observarlo.
—La mayoría está en los calabozos del corazón de Dite, otras están por ahí en lo que todavía queda de las fosas, hemos perdido muchas. —pausa unos cuantos segundos —Por cierto, alista tus legiones de Luf'Yana y prepáralas para llevarlas a la dimensión, los que sepan de brujería los envías aquí.
Doy un paso para quedar frente a él —Estoy enojada contigo, no me gustó lo que hiciste hoy, de tenerte en frente te hubiese golpeado. Eres un ser muy complicado.
—Aun así, me quieres y me defiendes.
Veo que saca pecho y sonríe.
—Dejen el romance para otro momento, nos están atacando y ustedes a punto de comerse a besos, es el colmo. —Mammón como siempre de importuno.
Me despido de Bishop y creo un portal hacia el noveno, ojalá que estos dos no olviden quien es el enemigo.
Aparezco en un pasillo del noveno, no donde yo quería. Aquí está Maciel al parecer esperándome. —Lucifer hizo que todos los portales tuvieran este lugar como destino y solo desde aquí se pueden crear... Para protegernos y evitar invasiones —explica Maciel.
—¿Bueno y en donde están los demás?
—Están reunidos con un Eterno según escuché, están diciendo que estamos exagerando que los ángeles solo quieren venir a revisar los niveles de energía que se manejan en Dite que toda esta guerra es innecesaria.
No puedo evitar poner cara de asombro —Eso por el lado de los ángeles, pero Leyva si no ataca.
—Si eso dijo padre, también dijo que esta guerra es por él, que hay un ángel que está creando todo este conflicto con la intención de verlo muerto o preso para poder tener el control del inferno.
Me acerco más a él —¿Sabes que ángel es? ¿El eterno dice la verdad?
—Dicen que es... Metatron y como ya sabrás es el ángel más poderoso del cielo. —dice en voz baja y con un toque se suspenso y no, el eterno no miente pero tampoco dice la verdad —Después seguimos hablando de eso, ahora ven que te tengo que mostrar algo.
Se pone de pie junto a un portal dibujado en el suelo y hace una venia invitándome a pasar. Doy un paso en él y de inmediato aparezco en un lugar que nunca antes había visto.
—Este es el infierno de Lucifer...
Él habla mientras yo recorro el lugar, se siente muy tranquilo aquí y fluye buena energía, miro arriba y... —Wow, que paisaje tan hermoso.
—Es el inicio del cielo, Lucifer quería mostrarte el mismo este lugar pero no pudo.
Asiento sin saber si me ve o no, admiro una vez más el gran cielo blanco con puntos brillantes por un momento más y luego sigo con la caminata hasta llegar al lugar donde hay unos tronos, pero se ve que algo ocurrió porque unos están destruidos.
—Está dimensión tuvo que unirse a la dimensión de Bishop y el choque ocasionó daños materiales y en el tiempo; la idea era que aquí el tiempo pasara mucho más lento, similar al del cielo pero en la dimensión de Bishop todo iba más rápido y se formó algo así como una mezcla de tiempos.
Lo observo al rostro —¿Y eso que quiere decir?
—Técnicamente quedó como el del actual infierno pero hay una parte en la dimensión de Bishop que corre más rápido. —la duda empieza a invadirme —¿Por qué la duda?
—¿Con que motivo hicieron este infierno? ¿Cuántos coros tiene?
Frunzo el ceño al imaginarme los posibles escenarios.
—No sé muy bien porque lo hizo y son los mismos coros sin contar los que tiene la dimensión de Bishop...
—Tal vez lo creó porque dicen que el infierno no tiene salvación, por lo del enfrentamiento de los volcanes... O tal vez el plan B del que hablaba Bishop. —él solo asiente y me mira a detalle para luego sonreír.
—Dorian me dijo el origen de tu nombre, que según es la unión del nombre de nuestra madre con el de nuestro padre pero leí otra que decía que hacía alusión a la musa o dama de Bishop Bismillah.
Respiro hondo —Creo que si mi vida fuese un libro, yo no lo entendería porque parece ser escrito por varios autores; unos tacharon renglones otros los dejaron inclusos y otros que sólo se dedicaron a arrancar hojas, así fueron perdiendo el hilo de la historia —lo observo a los ojos y sonrío sutilmente —Por eso evito pensar en ello.
—Eso pasa cuando hay mentiras o cuando nadie sabe nada y cada quien quiere sacar una conclusión de los hechos —hace una pausa, suspira y pasa su brazo por mi hombro —Mejor pasemos la página y sigamos trabajando que el caos no espera.
Salimos de esta dimensión y de inmediato creo un portal que nos lleva a Luf'Yana, ahí les doy órdenes a mis comandantes y me doy cuenta de que Biltrix logró llevarse a Lolo y a los demás a Edimburgo, ahí estarán a salvo. Comenzamos a trasladar a los demonios; primero hacia el noveno y luego al inferno de Lucifer ya que a este solo se puede llegar por portales creados por Bishop o Lucifer y solo dejaron uno.
—¿Cómo funciona esto? —me pregunta Sorat.
Le hago la misma pregunta a Maciel y no sabe.
—No sé, solo cuida que no se vayan muy lejos y que no dañen nada ni se acerquen al lado de la dimensión de Bishop.
Ríe con ironía —Trataré, confía en nosotros. Mmm, pero cómo haremos para obtener energía —inhala profundo —La energía demoníaca acá es baja ¿Podemos seguir atormentando y alimentándonos de humanos?
—No sé, yo podría crear unas runas similares a las de Luf'Yana para generar más energía, pero no sé cómo van a reaccionar acá y en cuanto a salir, aún no pueden. ¿Estos son todos?
Él me mira y asiente —No hay problema y si, estos somos todo sin contar con los que te esperan en el noveno.
Regresó al noveno y ahí me espera Amadeus, Jamil y Liszt —Gracias por ayudar, pueden ir a Dite Bishop los necesita, yo iré después.
Les creo un portal para que puedan irse y luego voy a la habitación que Lucifer designó para mí. Esta es muy similar a la que tenía en Ónix solo que por algún motivo que desconozco todo es rosa y muy infantil... me siento como niña pequeña. Veo que sobre la cama han dejado un traje con muchas piezas que según lo que me dijo Maciel es para el enfrentamiento de hoy, este más que traje es una armadura muy similar a la de los ángeles.
Me desnudo frente al espejo y no puedo evitar tocar mi vientre, no saber si estoy o no embarazada me llena de ansiedad.
—No te desesperes, todo tiene su tiempo.
Mi mirada va de inmediato hacia él —No hagas eso me asustas, Bishop.
Él me mira y se ríe. —Te traje este enterizo, es del mismo material que la capa.
—¿Para qué es?
—Por si estas embarazada, para que no se sienta la energía del bebé además tiene un escudo anti golpes físicos y de magia.
Le respondo con una sonrisa y le agradezco, él procede a ayudarme a vestir. Cuando termina de ponerme cada uno de las piezas de la armadura me siento como un robot, es demasiado pesada y las rodilleras son muy incómodas se me dificulta caminar.
—Prefiero las armaduras de Dite, tú te ves más cómodo. —digo mientras me giro para que pueda cortar mi cabello —¿Tan peligrosa será la batalla?
—Tu padre quería que sus jinetes estuvieran a juego con él y no dejó que te diera una armadura o traje de Dite. —besa mi nuca suavemente —Así te ves hermosa y pues la batalla va a estar dura.
Rio y lo observo a través del espejo —Entre más dura mejor.
....
—La idea es que ustedes cubran a los brujos y hechiceros que estarán reforzando el escucho de Azrhen.
Escucho atentamente lo que mi padre dice, pero la vista fija en mi de la demonio desnutrida amiga de Bishop no me deja.
Mi intención era irle a preguntar qué porqué me miraba tanto pero justo en ese momento lucifer nos pide que nos hagamos junto a él para presentar a sus jinetes.
—¿No se supone que ellos nunca debían estar juntos? —pregunta un demonio mayor del sexto coro.
—No podía dejar desamparados a mis hijos después de su expulsión del cielo sin ningún motivo. —dice Lucifer con mucha naturalidad y calma.
—En mi opinión no debiste hacerlo.
En mi opinión él no debió haber dicho eso ya que la calma que se veía en mi padre ya no está, hasta cambia de forma una más grande e intimidante.
— Aquí no se juzga, no se deja a nadie desamparado ni se escoge quien merece o no entrar, aquí se recibe a todo aquel que quiera hacer parte del infierno, ¡esto no es el cielo! —no puedo evitar parpadear de más al escuchar su grito —Por eso todo tiene que volver a ser como antes al precio que me cueste.
Este demonio hace un amague por hablar, pero una sola mirada de Mammón lo hace callar.
—Como iba diciendo, la idea es que no lleguen a Azrhen por lo que reforzará el escudo y se tratará de hacer otro que proteja la parte principal de la muralla. Aun quedan íncubos, brujos, familiares, diablos, demonios menores, cambiones, Dudres, espectros, almas, hadas y hechiceros por todo Dite, ellos luchan poco por lo que hay ir por ellos.
—¿Las hadas son como la de los libros? o sea linda y buenas —me pregunta Maciel al oído.
—Según leí son demonios que solo se dedican a interpretar profecías y también se relacionan mucho con humanos que practican la magia negra, ellos son los que hacen que todos esos hechizos se hagan realidad a cambio de chupar parte del alma de los humanos que vistan aquellos lugares. —le explico mentalmente —Siguen siendo demonios solo que se hacen llamar así.
—Entendí, gracias.
Vuelvo a centrar mi atención en Lucifer —Mammón y sus tropas se encargarán de ir a buscar a estos demonios y de traerlos hasta aquí, las almas las pueden dejar de último; Bishop y su grupo de brujos y hechiceros se encargarán del escudo, mis tropas las de Milufer y los caídos nos encargaremos de cubrirlos. Las otras se quedan aquí cuidando todo el círculo. No siendo más pueden marchar.
Todos los demonios se van y nos quedamos los líderes y jinetes para escuchar el plan de ataque, se espera que tengamos que luchar con ángeles por lo que nos dibujamos runas para que su brillo o espadas sean menos letales en nosotros. Dorian y Abbaton por lealtad se niegan a decirnos los puntos débiles de estos ángeles. Al terminar de armar todo el plan me despido con un beso de Bishop y quedamos solo los jinetes y Lucifer. Vamos a la terraza y allá nos esperan cinco quimeras con forma de caballos; todos son negros, sus pelajes arden y de sus fosas nasales sale humo. Son hermosos.
—Un regalo más para mis jinetes.
Le agradecemos y cada uno monta el que le corresponde. Segundos después de subir cada uno toma un color diferente menos el de Lucifer: el de Dorian toma un color azul oscuro, el de Abbaton gris, el de Maciel verde y el mío naranja.
Lucifer crea un portal hacia Dite. Acá todo esta como hace unas horas solo que el viento sopla más fuerte y hay mucha ceniza. Como somos los encargos de cubrir, primero van nuestras tropas.
Bishop crea un portal gigante para que podamos salir del escudo. Solo salimos Dorian y yo, como era de esperarse acá todo está peor y allá a lo lejos se ve a unas quimeras gigante intentando destruir la muralla, a cada paso que doy empieza a crecer el nerviosismo y la adrenalina, vamos al inicio de la muralla para cerciorarnos de que no haya peligro para las tropas y al parecer no lo hay por lo que les pedimos que avancen. Empezamos a organizarnos, unos forman una línea de defensa abajo y los otros subimos a la muralla, desde acá no se ve nadie aparte de las dos quimeras.
Acomodamos arqueros a lo largo de la muralla y empezamos a atacar a las quimeras. Estas intentan agarrarnos pero sus manos son muy grandes lo cual ayuda pero también nos perjudica ya que ayuda a que puedan cubrirse de las flechas por ese motivo, se dá la orden de lanzar bolas de fuego gigantes y al parecer funciona.
—Tengo una idea —le digo a Dorian.
Me quito los guantes que protegen mis manos y me alisto para crear un portal.
—¡Cúbranse! —grita Dorian y me arrastra con él al suelo.
Todos hacen lo que él dice y solo uno segundos después empiezan a llover flechas y bolas de fuego. '
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