Capítulo 26 Parte 3
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Me aferro al cuerpo de Bishop y me muerdo la lengua para no preguntarle cuanto camino nos falta. Hace más de una hora que salimos del noveno círculo hacia las fosas infernales donde será el ritual para que pueda volver a ser fértil.
No aguanto más y le pregunto—¿Falta mucho? —pego la cabeza a su espalda.
—Sí y mucho, mejor abrázame, duerme un poco y no me pidas que te quite la venda de los ojos porque no lo haré.
Según él no me puede mostrar el camino por seguridad y por el mismo motivo no puede crear un portal para llegar más rápido.
—¿Estas nerviosa?
Qué bueno que lo pregunta y no entra a mi mente a averiguarlo.
—Sí y también tengo miedo.
No solo estoy nerviosa, también estoy muy ansiosa... No es lo mismo un embarazo no planeado a uno planeado, este último me da más nervios. Tampoco hay que olvidar lo de la profecía, puede que con haber muerto haya cambiado pero ahora haré justo lo que no debía hacer, que tal si los ángeles se enteran y vienen por mi o peor aún, qué pasará si Leyva se entera.
—Sé cómo te sientes y te entiendo. Solo te puedo decir que yo estaré siempre contigo, no dejaré que nadie les haga daño.
Respiro hondo e intento alejar los pensamientos que me dicen que los ángeles vendrán por mi o que pasará lo mismo que con Matías y. hablando de eso ¿dónde está Dorcas?
—¿Sabes algo de Dorcas y su aquelarre?
—Me pidieron permiso para ir a la tierra.
—¿Por qué a ti y no a mí? —hasta donde yo sé yo estoy a cargo de ellas.
—Dorcas me dijo que tenía prisa y que tú estabas ocupada —siento que eleva los hombros.
—¿Y qué hacen en la tierra?
Bishop ríe antes de responder y esto hace que me aleje un poco de él —Nada malo, solo continúan con su negocio.
—En mi opinión no debiste dejarlas salir y más sabiendo que a mí no me habían preguntado nada.
Vuelve a reír —¿Te vas a enojar por eso? De igual las ibas a dejar salir.
—No sé, dímelo tu que todo lo sabes.
Ahí si no responde nada, él nunca debió haberlas dejado salir. Pego mi frente de nuevo a su espalda y nos quedamos en silencio por el resto del camino hasta que decido dormir.
...
—Despierta ya llegamos.
Abro los ojos y los vuelvo a cerrar a causa de la luz. Espero un momento y los voy abriendo lentamente, miro a mi alrededor: hay mucha luz procedente de una gran hoguera y más allá hasta donde alumbra el fuego no se ve nada.
Miro hacia atrás y noto que estoy recostada sobre la quimera en la que veníamos, Bishop está junto al fuego.
—¿Qué hago? —pregunto mientras me pongo de pie y sacudo la tierra que se ha acumulado en la parte baja de mi vestido.
Él extiende una de sus manos a lo que dice con dramatismo —Ven hacia mí, yo soy la salvación.
No puedo evitar reír.
Tomo su mano y lo observo a los ojos —¿Dónde está el creador?
Su mirada apunta hacia la oscuridad —Allá está.
Me esfuerzo por hallarlo entre la oscuridad por falta de luz y no logro ver más allá de una oscuridad más densa que libera una energía muy pesada. Dejo de mirar hacia allá y me concentro en Bishop que ha empezado a quitar mi vestido y a dar besos en mi nuca lo cual causa que un escalofrío recorra toda mi espalda.
—Tengo unas cuantas preguntas. — me susurra al oído que le diga —¿Estás seguro de esto? ¿Todo saldrá bien?
Rápidamente él me voltea y quedamos frente a frente, antes de responder me da un beso en la frente... ¿tipo Judas?
—Créeme que no sé si vaya a funcionar, de todas formas ya estamos pensando en un plan B por si no es posible regresar tu fertilidad y por si tu no quieres hacer esto.
Lo miro a los ojos tratando de lucir lo más seria posible. —¿Qué hay de la profecía?
Desvío la vista hacia la oscuridad y entrecierro los ojos «¿Que te hace pensar que te diría la verdad?» susurra Satán.
—La profecía murió contigo — respira hondo —Que te parece si empezamos el ritual, mientras eso puedes seguir preguntando.
Asiento y dejo que él me guíe, avanzamos entre la oscuridad y por primera vez desde que dejé de ser humana no logro ver absolutamente nada.
Me detengo al sentirme perdida —¿Es normal que no pueda ver nada?
—Sí, confía en mí.
Él me toma entre sus brazos y yo me aferro a él, a medida que avanzamos empieza a crecer ansiedad y miedo en mí. Tengo miedo.
—¿Por qué siento tanto miedo?
—Estamos dentro del creador y aquí no llega el poder del creador supremo —creo que con eso se refiere a Dios. —Ya casi salimos.
No pasa mucho hasta que todo se vuelve a sentir normal. Abro los ojos y veo un lugar algo oscuro, tiene forma de taberna y solo hay una pequeña laguna, miro hacia arriba y en el techo de esta hay un cráter.
—¿Aún estamos en el infierno? —miro a Bishop y este solo sonríe.
Sigo observando y la laguna tiene un brillo peculiar. Bishop se acerca y termina de quitar mi vestido.
—Ve al agua. —susurra.
—Si me quitas el vestido también tienes que quitarme los zapatos.
Sin decir nada se agacha y empieza a desatar los cordones de mis botas. No puedo evitar sentirme dominante al verlo casi de rodillas ante mí. Me siento poderosa. Al finalizar da un beso en la planta de uno de mis pies y sin más me dirijo al agua la cual está un poco fría. Bishop viene y empieza a dibujar runas en el borde, después pone rosas blancas dentro de agua, un poco de sal, azúcar y por último unos cuantos pétalos de rosas rojas. Seguidamente enciende muchas velas verdes, blancas y rojas. Por lo que veo esto parece un ritual dirigido a un ángel.
—Puedo saber a quién va dirigido el ritual...
Bishop ingresa al agua y me extiende una rosa roja —Después te digo. —respiro e intento no estresarme —Solo queda esperar a que la luna esté en su punto más alto.
Asiento y me acerco más a él y le doy unos cuantos besos.
—Ya te había dicho que eres muy hermosa
Pongo una de mis manos en la parte trasera de su cuello y la en su pecho.
—Hace rato que no me lo decías. —se acerca y aprovecho para besarlo.
Seguimos hablando y comiendo, Bishop trajo mucha comida y tragos de la tierra, llevaba mucho tiempo sin probar bocado, me sentí en el cielo comiéndome mis tres hot dogs y ni hablar de las botellas que me he tomado... tengo que dejar de ser tan aburrida e ir a comer más seguido a la tierra.
—¿Estas bien? —pregunta Bishop.
Yo niego —Hace falta algo de música y el ambiente está muy tosco, arréglalo por favor. —le lanzo un beso y sigo bebiendo. Extrañaba tanto sentirme así.
Bishop sale del agua y empieza a hacer lo suyo, rapidamente el lugar empieza a tomar forma de oasis, con muchos árboles alrededor e incluso alcanzo a ver algunas aves, puede que solo sea una ilusión, pero es muy hermoso y todo no termina aquí, ya que empieza a sonar música de fondo. Me tiro en el agua de espalda y mantengo los ojos cerrados.
—¿Estás ebria? —el tono de voz que usa para preguntar me parece tan sexy...
Sonrió sin abrir los ojos —No, estoy bien.
Siento que se acerca a mí, pone una de sus manos en mi espalda y la otra en mi pecho —Abre los ojos, la luna está en su punto.
Hago lo que me pide y si ahí está la luna tan hermosa y brillante como siempre. —¿Ya podemos fructificar? ya tengo ganas, muchas ganas.
Él eleva una ceja, me pongo de pie, lo tomo de la mano y lo arrastro fuera del agua. Empiezo a besarlo con afán y me alegro al sentir que responde con la misma intensidad.
—¿Quieres que lo hagamos aquí? —me detengo y miro a mi alrededor.
Me aparto un poco y extiendo mis manos hacia el frente, esta vez lo tengo que hacer bien. Me concentro e intento visualizar una cama, respiro profundo y comienzo, poco a poco se va formando la cama no pasan más de tres minutos cuando ya la tengo lista.
—¿Qué tal?
Bishop cambia a su forma humana y me observa con picardía y me empuja sobre la cama ¡no se desarmó! —Cuándo terminemos te digo.
Bishop se sube sobre mí y me empieza a besar de forma romántica, empieza en mis labios y va bajando poco a poco por mi cuello, lo agarro del cabello para guiarlo hacia mis senos, pero este se detiene, coge mis dos manos y las amarra con mi propio cabello al cabecero de la cama. Vuelve a lo suyo y continua con su ritmo lento, disfruto mucho de sus caricias pero yo no quiero lento, yo ya lo quiero sentir dentro de mí.
—Por favor, Bishop —mete sus dedos en mi entre piernas y hace que me retuerza de placer.
Su lengua llega a mi monte de venus y se me acelera más la respiración, su lengua llega al corazón de mi intimidad y hace que me retuerza aún más. Empiezo a jadear a mover mi cadera lentamente, a soltar pequeños gemidos y él a jugar con sus dedos y lengua. Cuando siento que ya voy a terminar este se detiene y sube a besar mi boca.
Suelta mis manos para luego susurra sobre mi boca. —Eres hermosa.
Poco a poco me va introduciendo en mí, cierro los ojos y me muerdo los labios. Él empieza con movimientos lentos y va aumentando el ritmo al punto de hacerme gemir muy alto. Yo beso su cuello, boca, lo rasguño y le susurro palabras candentes al oído... ¡Mmm, él se mueve tan rico! Aprovecho que baja el ritmo para cambiar de posición; me siento en él de frente, empiezo a cabalgar y definitivamente me siento en las nubes. Bishop empieza a gemir y me pide que le haga más rápido y eso hago. Aumento a un más la velocidad cuando siento que ya voy a terminar.
—¡Ay Dios! —grito al llegar y seguidamente se escucha un estruendo.
Bishop se empieza a reír y yo no logro comprender que pasó. Espero que mi respiración se normalice para mirar a mi alrededor, veo que estamos más cerca del suelo y no puedo evitar soltar una carcajada al darme cuenta de que fue lo que sucedió, la cama se dañó.
—¿Estás bien? —Bishop se levanta un poco para llegar a mis labios —Estoy excelente ¿Aguantas otra partida?
No hace falta que lo pregunte.
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He vuelto mis demoni@s. Disculpen la ausencia, mi familia se enfermó finalizando el año y con el pasar de los días fueron empeorando y como a mi no me dio nada tenía que estar al pendiente de muchas cosas, afortunadamente ya todos están bien, al parecer solo era gripa común aun así estuvimos aislados y estamos a la espera del resultado de la prueba de Covid.
En cuanto a la historia, yo creo que ya le quedan pocos capítulos... Y saludos para tod@s las que votan y comentan para nataliagml, dianacatalinanp y soujiamor que fueron las que comentaron en el capítulo anterior y para los fantasmitas también y para BMercenario que es nueva lectora.
Besos endemoniados.
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