Capítulo 23
Así como Lúcifer me había dicho, antes de que fueran las 3:33 a.m en el mundo de los mortales nos pidió que regresaramos y minutos después él y Bishop cerraron todos los portales al infierno desde afuera. Según lo que me dijo Bishop se quedaron más de 250 demonios de coros enemigos por fuera, de los nuestros solo Biltrix que está cuidando a Camile.
Al llegar a Azrhen me sorprendió mucho ver tantos demonios, los túneles que antes estaban en tinieblas estaban llenos a diablos, incubos, sucubos y demonios tanto menores como mayores. Le pedí a mis comandantes que me explicaran que estaba pasando; lo que Amadeus me dijo fue que Portela se inundó y los sótanos de Onix también y como es obvio, el agua apagó la lava y ahora la temperatura es demasiado baja por lo que casi ningún demonio puede permanecer en ellos.
—Pudimos poner a salvo todos los seres que ahí estaban menos una quimera de las que te dio Bishop, una de las rejas del calabazo cayó sobre ella. —termina de decir Amadeus.
—¿Saben si esta viva?
Él asiente e ingresa Amaru a la habitación —Si está, Jamil dice que aún puede sentir su esencia.
—Hiciste mucha falta durante estos días —dice Amaru mientras toma mi mano y la huele. —Hueles a Bishop —dice después de un rato.
Aquí en el infierno pasaron tres días mientras que en la tierra fueron menos de 24 horas.
—Amaru puedes hacer el favor de reunir a todos mis comandantes mientras tu hermano y yo vamos por la quimera.
La demonio asiente y todos salimos del cuarto. Afortunadamente Mammon dejó un portal abierto en Onix por lo que se nos facilita la llegada, aún así llevo a guardián conmigo, también a mis sombras. Después de cruzar el portal, vamos a mi antigua habitación y ahí hacemos una fogata ya que el frío es más del que puede soportar Amadeus.
Miro todo y es impresionante como esto decayó en tan poco tiempo si esto sigue así no creo que resista mucho. Me siento frente a la fogata, dejo ir a mis sombras: les pido que vayan a Portela a buscar algún ser viviente mientras yo busco aquí. Cierro los ojos y me concentro, recorro la parte alta del volcán y no hay señales de vida, así mismo pasa con el segundo y tercer nivel, llego a la parte de los calabozos y si, ahí logro ver a la quimera, recorro la última parte y no hay nadie.
Abro los ojos y me topo con Amadeus mirándome fijamente.
—¿Que pasó?
Él sonríe y señala mi cabello, miro y esta todo encendido al igual que las vetas en mi cuerpo —Creí que te estaba pasando algo.
Niego y me pongo de pie —Ahora vienen las sombras, si algo me pasa te lo haré saber.
Salgo con dirección a los calabozos y el túnel que lleva a este está inundado. Opto por quitarme toda la ropa y nadar, bien podría desdoblarme o enviar a las sombras para el rescate pero quiero darme un chupuzon. Apenas pongo el primer pie en el agua me doy cuenta que es más densa de lo normal, será difícil nadar. Cuando ya estoy sumergida por completo, el sello de lucifer se enciende, mi cabello y las vetas también empiezan a brillar de color azul intenso. Nado cierta parte y otra voy caminando ya que el agua es muy densa y no floto. Tardo más de lo que supuse pero logro llegar a la quimera, es la que tiene forma de salamandra; el agua al rededor de ella esta tintada de sangre por lo que me doy prisa por liberarla luego la reviso y la herida que tiene es bastante profunda. Juntas regresamos y faltando poco para llegar a la superficie siento la presencia de un ser allá arriba que no es Amadeus, convierto el bastión en una espada antes de salir; salgo y camino unos cuantos metros y aún no veo nada, no es hasta cruzar por el siguiente túnel que logró verlo.
—Es grato tenerte de vuelta aquí. —sonríe como él lo suele hacer.
—Que se te ofrece Mammon.
—Solo venía a pedirte, mejor dicho, a solicitarte un permiso. —la quimera se posa a mi lado y se pone en posición de ataque. —Calma a tus mascotas, vengo en son de paz.
—¿Qué permiso quieres?
—Como ya sabrás, todo se está inundando y mi coro no es la excepción, estábamos todos en un solo castillo y ya no hay espacio.
—Yo ya no estoy a cargo de Dite, pideselo a Bishop. —lo miro a los ojos y este sonríe con cinismo.
Se ríe y da un paso más hacia mi, la quimera da uno hacia él.
—Lo intenté pero encontrar a Bishop no es tan fácil, así lo invoques no acude al instante y esto es urgente.
Él tiene razón, por lo que he visto en estos días él mantiene ocupado en su dimensión y ese ha de ser el motivo por el que no responde.
—Pues Azrhen ya esta lleno y no se si tus demonios aguanten estar aquí.
Él niega y sonríe con malícia —No, nosotros somos más calientes... —pronuncia esta última palabra más alto y lento—... Que los de Dite.
—Bueno entonces hay que hacer una reunión para organizar Dite y ver si queda espacio para tu pueblo o si pueden ir a algún otro lugar.
Al terminar de hablar se me erizan los brazos.
—Esta bien, nos vemos allá —da media vuelta y se pierde entre la oscuridad.
Frunzo el ceño al notar su actitud ¿Porqué se iría así?
Mi cuerpo se vuelve a estremecer y no es por frío, esto solo me pasa cuando Bishop está cerca. Doy media vuelta y efectivamente ahí está mi demonio.
Él se acerca con sigilo y me mira de pies a cabeza, sigo el recorrido de su mirar y noto que mi cuerpo está azul.
—Es por el agua —aclara prediciendo mi siguiente pregunta —Vamos a bañarte que necesitamos hablar.
Él me toma de la mano y vamos hasta mi habitación.
—¿Sabes a dónde fue Amadeus?—pregunto al solo ver a Guardian el cual se acerca a oler a la otra quimera.
—Esta en Onix, encontraron a una pareja de incubos muertos.
La pequeña sonrisa que tenía en mi rostro rápidamente desaparece.
—¿Que les pasó?
Bishop tira de mi mano y me guía hasta el baño, con cuidado me ayuda a meterme en la bañera y empieza a lavar mi cabello.
—El frío los mató, quedaron congelados bajo la lava.
Trago saliva y me abrazo a mis pies. Quiero pensar que no tengo de que preocuparme ahora que Bishop esta aquí y que mi padre tomó el control de todo esto pero no puedo, simplemente no.
—Mammon necesita refugio para sus demonios. —digo en un leve susurro después de que el demonio termina de asear todo mi cuerpo.
—Eso escuché...
Bishop se despoja de su traje y se acomoda tras de mi dentro de la bañera. Me recuesto sobre su pecho y el empieza a acariciar mi vientre.
—... Tendremos que hacer algo porque también Amenadiel dice necesitar protección para sus demonios mayores y Azrhen ya está al límite.
—Tengo una idea. —me dejo ir hacia uno de sus brazos para poder mirar su rostro. «Te escucho» me dice mentalmente. —Todo ser que no sea indispensable en esta batalla y que tenga un comportamiento un tanto civilizado podrían ir a Luf'Yana.
Me mira y se toma un tiempo para pensar.
—Buena idea pero los que son menos indispensables son los incubos y ellos son incontrolables, más sin embargo es la mejor idea en estos momentos.
Él se acerca y me da un casto beso en los labios y se aleja con una dulce y sensual sonrisa. Me encantaría verlo sonreír más a menudo.
—¿Qué era eso que me ibas a decir?
Vuelvo y me acomodo sobre su pecho —Son varias cosas, una de ellas es que más tarde le voy a quitar la maldición a Maciel, otra que me tengo que ir.
Estaba por levantarme a celebrar la noticia de Maciel pero lo que acaba de decir me baja los ánimos. No hace ni una semana que volvió y ya se quiere ir de nuevo.
—¿Pasó algo?
—No.— hace un intento por mirarme pero lo evito. —Hay algo más que decir, ya me dio frío.
Sus manos por unos segundos se alejan de mi cuerpo y cuando veo ya toda el agua esta hirviendo.
—Ya no tendrás frío así que podemos seguir.
Niego sin saber que decirle. Me tomo unos minutos para calmar la rabia que empezaba a crecer. Este no es momento para dramas me repito mentalmente —¿A donde, cuando, cuanto y porqué?
—Después del ritual de Maciel voy a ir a mi dimensión a crear otra dimensión porque necesitamos donde albergar a esos demonios y uno la puedo crear desde aquí porque ya sabes que necesito mucha energía. No se cuanto me tarde en crearla ahora que estoy más débil.
Está última frase hace que se me acelere el corazón.
—Voy contigo.
Echo la cabeza hacia atrás para poder verlo. Él solo me observa fijamente, intento entrar a sus pensamientos pero no lo logro.
—Esta bien pero tienes que saber que la mayor parte del tiempo voy a estar fuera de mi cuerpo.
—No importa de igual voy a estar ocupada practicado para el duelo con Destiny.
Él asiente y besa mi cabeza.
—También te quería hablar de lo del bebé, para que te puedas embarazar tenemos que hacer un ritual en la fosa del creador —hace una pausa —Sería después del duelo.
Por mi mente pasa la vaga idea de qué sucedería si llego a perder aquel duelo. —Nuestro bebé no va a ser utilizado fisicamente en toda esta guerra espero que te quede claro.
—No te preocupes que una vez después de que nazca los refugiare a ambos en un lugar muy seguro. Nada le va a pasar, te lo prometo.
Niego.
—Confio en ti pero quiero que firmemos un pacto de sangre, la seguridad de mi hijo...
—Nuestro... —corrige rapidamente.
—La seguridad de nuestros hijo será lo más importante... —Bishop empieza a besarme y hacerme caricias prohibidas que me hacen perder el hilo de mis pensamientos y entre cortar la respiración —Y... no me quiero arriesgar.
—Si es lo que deseas, con gusto de lo consedo ¿Algo más mi Milufer?
Me muerdo el labio inferior y cierro los ojos ojos al sentir sus dedos dentro de mi.
—Poseeme, por favor.
....
—Casi que no llegas.
Dice Mammon apenas me ve cruzar la puerta del salón de reuniones. El salón está lleno, la mayoría son los aliados de Bishop pero no está mi padre.
—Lo importante es que estamos aquí —responde Bishop.
Nos sentamos en nuestros respectivos puestos y empezamos a organizar todo, hubo un demonio que propuso despertar a los dormidos que según lo que pude entender son demonios que fueron expulsados del infierno; los despertarían con la condición que le lucharán a favor de nosotros.
—Hay que primero consultarlo con Lucifer. —dice Bishop y aun demonio con forma de macho cabrido no parece gustarle la respuesta.
—Entre más pronto mejor —dice aquel demonio hablando en Arameo.
—Nada se hace sin que Lucifer autorice. —Bishop eleva un tanto la voz y lo mira con severidad.
—Bueno, eso es lo de menos —decido interrumpir esa confrontación de miradas. —Lo que se hará el llevar la mayor cantidad de incubos a un lugar en la tierra, el cual no les diremos la ubicación por seguridad.
—¿Es verdad Bishop?
Pregunta una demonio, la observo con una ceja elevada. Ella me observa por unos segundo y luego posa su mirar en Bishop que ni la determina.
—El lugar que quede disponible aquí será para los demonios más vulnerables de Mammon y Amenadiel.
—¿Y porque no nos dirán la ubicación? —pregunta uno de los eternos.
—Por seguridad, nunca se sabe quien es el traidor.
Él sólo asiente, doy un vistazo al resto de los integrantes y tienen caras de resignación.
—¿Algo más que necesiten? —pregunta Bishop.
—Yo si necesito algo pero después de digo —dice la demonio que antes puso en duda mi palabra mientras le guiña un ojo.
«Lo hace para molestar, no le prestes atención» me dice Bishop mentalmente.
—Pues de no ser más ya se pueden retirar.
Uno a uno van abandonado el salón hasta que quedamos Bishop, Mammom y yo.
—¿Están seguros de lo que van a hacer?
—No tengo tiempo para tus dudas Mammon, si se va a hacer es por algo.
Miro a Bishop y no parece estar de buen humor.
—Espero que así sea y que nada le llegue a ocurrir a mis demonios.
—No te preocupes, van a estar bien. —repondo antes de Bishop diga algo no muy amable.
De improvisto se abre la puerta. Apenas veo a mis hermanos se me forma una sonrisa en el rostro. Se ven hermosos con sus trajes del noveno círculo.
—Pero que tenemos aquí —empieza Mommon y no hay quien lo detenga —¿Tu no eras el que quería derribar las murallas de Dite? —fija su atención en Habbaton.
—Si, ese soy yo.
—¿Y que haces aquí entonces? —Mammon se pone de pie y va hasta donde están mis hermanos. —¿No te duele en el orgullo? ¡Te convertiste en lo que quieras destruir!
Veo como la rabia empieza a dibujarse en el rostro Abbaton.
Antes de que este hago o diga algo, la puesta se abre y está vez es Lucifer con Maciel, Metra y Mara.
—Si gustan pueden seguir conversando a fuera —les digo a Abbaton y Mammon.
Ninguno de los dos responde; Mammon se va y Abbaton y Dorian toman asiento.
Me acerco a saludar y Mammon como siempre, solo me dice hola pero Dorian ese si me abraza y me besa la mejilla.
—¿Como se sienten? —les pregunto a ambos.
—¿De verdad quieres saber? —contrapregunta Abbaton.
Respiro hondo y lo observo.
—Si no se te da la gana, no respondas y ya —niego mientras desvio la mirada hacia mi otro hermano.
—Yo me siento bien gracias a Dios. —dice Dorian y suelta una carcajada. Lucifer y los otros tres demonios lo miran como con asco. —Lo siento pero lo tenía que decir, a diario no se está en el infierno.
Seguimos hablando acerca del infierno y mientras tanto los demás preparan el ritual para Maciel. Cuando ya está listo todo, nos invitan a hacer parte de él; lo único que tenemos que hacer es pararnos en el círculo que rodea al pentagrama con las manos unidas para completar el círculo de energético. Bishop se posa en un extremo del pentagrama y pone a Maciel en el centro.
—Ya saben, por más presión que sientan no se suelten.
Dicho esto Mara y Meta empiezan con una oración, Bishop pone su mano izquierda en el pecho de Maciel y veo como a poco va saliendo un humo negro, así mismo se siente una presión bastante fuerte en mis manos.
Todo el círculo se llena del humo que emana en cuerpo de Maciel y no puedo ver nada. Pasan lo que para mi casi treinta minutos y Bishop dice que ya nos podemos soltar.
El humo se va disipando lentamente hasta que puedo ver a Maciel y vaya que sorpresa.
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