Capítulo 18
Narra Lolo
—Y si te calmas— pregunta Rachel y niego.
—Es mejor que te calmes, porque ya llegó Rafael. —informa mi hermana.
De prisa me pongo de pie y voy a encontrarlo al garaje.
Cuando Rafael ve lo agitado que estoy traga saliva.
—Te pasa...
Lo interrumpo —Sabes algo de Milufer es que tuve un sueño.... Uno de los raros no sé si es solo uno sueño normal o es una visión, pero necesito saber de ella.
—Hablemos adentro—me comunica a lo que me entrega unas cuantas bolsas con las compras de hoy.
Aquí en el plano terrenal han pasado ocho meses desde la última vez que vi a Milufer. Los primeros dos meses fueron difíciles por la ausencia de nuestros padres y por estar viviendo con personas que nunca antes habíamos visto; los siguientes dos meses fueron más calmados pero los últimos cuatro han sido de lo peor; Camile ha tenido muchas pesadillas y siente que en la noche alguien la vigila por lo que ahora duerme conmigo. Yo puedo asegurar que lo que mi hermana siente si es verdad, a ciertas horas de la noche mientras ella duerme plácidamente supuestamente, yo siento una energía muy pesada que me genera mucha ansiedad y tampoco me deja dormir... Con Rafael ya le hemos montado cacería, pero aquella entidad no se deja ver.
Rachel y su madre tampoco la han pasado bien, dicen que sueñan con un hombre que les pide que dejen ir a Camile y como no lo hacen las atormenta, por eso Rafael recurrió a los ángeles amigos de Milufer y ellos nos entregaron unos collares que alejan demonios, ya que, según ellos aquella entidad es un demonio; el collar si funcionó hasta hace tres semanas que se rompió el de Camile y no hemos vuelto a dormir en las noches.
—Y dime ¿Qué soñaste? —pregunta Rafael mientras busca una hoja para dibujar.
—Fue algo muy confuso, muchos colores y sombras...
Hoy en la mañana mientras recuperaba las horas de sueño perdidas, soñé con Milufer o al menos creo que era ella. Vi unas alas gigantes, blancas, rodeadas de luz y fuego. A medias se materializaba una silueta de mujer y alrededor de ella había muchas sombras, por esto último intuyo que es Milufer. Mientras la veía sentía que me pedía ayuda y me decía que la dejará entrar, sentí su desesperación y miedo.
Este sueño me preocupo más de lo que ya estoy y más porque según su hermano Dorian, las cosas en el infierno no están bien y él hace mucho que no sabe nada de ella o de algún demonio cercano a ella.
—¿Y si me está pidiendo ayuda?
Rafael niega —Milufer no lo haría de esa forma y no es por nada, pero me lo pediría a mi si tiene algo que ver con ustedes. —Rafael se reclina en la silla y me extiende el papel y como las otras veces hay un dibujo que ilustra muy bien todo lo que vi, como si fuera él el que lo hubiera visto.
—Así la vi—digo mirando el dibujo y él se pone de pie.
—Voy a intentar comunicarme con Milufer o con Dorian. Mientras esperamos respuestas por favor, no dejes entrar a nadie a tu mente y si ves algún espectro que te pida permiso para cruzar la runa, dile que no. Así sea la misma Milufer.
Rafael sale con dirección al cuarto que tenemos fuera de la casa donde hacemos todo lo relacionado con Rituales... para no llenar de energías esta.
Escucho que la puerta se vuelve a abrir y volteo a ver; es Rachel.
—¿Qué te dijo mi padre?
—Que va a intentar comunicarse con Dorian o Milufer.
Ella se sienta a mi lado y luego me abraza. —No te preocupes ya verás que todo va a estar bien.
—Ojalá que si porque ya esto me tienen agotado.
Nos separamos y nos observamos por unos instantes.
—Eres el mejor novio que he tenido— sonrió y acaricio su mejilla —El más guapo, el más atento y... Me encantas.
Sus mejillas ruborizan y sonríe con ternura. Hace cinco meses nos hicimos novios y todo ha sido un poquito mejor desde que estoy con ella. Yo nunca había tenido novia y de verdad que he sido muy afortunado al dar con ella.
—Tu eres hermosa. Gracias por estar con este loco. Te...
Uno grito hace que ambos nos quedemos paralizados por unos segundos. Al reaccionar salimos corriendo en busca de Camile.
Llegamos a su habitación y la encontramos en un rincón. Veo su rostro y está totalmente pálida.
—¿Qué te pasó? —no responde, no se mueve ni para parpadea. Le doy leves palmadas en la cara y poco a poco va volviendo en si. —¿Qué viste?
Ella niega, empieza a llorar y a temblar.
—Yo, yo, yo... —me dice en repetidas ocasiones mientras niega.
—Voy por un vaso de agua —dice Rachel segundos antes de salir.
—Camile cálmate y respira.
Es imposible ya que ella empieza a gritar de nuevo.
—¡Sácame de aquí por favor! —grita con desesperación mientras mira hacia el techo.
Empezamos a caminar hacia la puerta, pero antes de que lleguemos esta y las ventanas se cierran solas.
No puede ser posible que también nos vayan a atormentar en las tardes.
Narra Camile
Miro a mi alrededor y el cuarto está lleno de seres extraños unos son bajitos, otros muy altos y todos tienen sombreros de copa.
Intento gritar, pero mi voz no sale y lo único que consigo es llorar. Miro la cara de desesperación de mi hermano al no poder abrir esa puerta y me atemorizo más.
Los seres poco a poco se van desapareciendo y así mismo va llegando la calma a mi cuerpo.
—Tengo mucho miedo me quiero ir de esta casa —digo rápido y con la voz trémula.
Ya no quiero estar aquí, estos últimos días la he pasado muy mal, nadie me dice que está pasando verdaderamente. Hace unas semanas vinieron unos hombres raros y uno de ellos me dejó un collar «Sirve para que no te den pesadillas, pequeña» dijo uno de ellos y de verdad sirvió. Según Lolo estas pesadillas son porque estoy desarrollando mis dones como vidente y no quiero tenerlo. Yo no quiero pasar por todo aquello que ha vivido mi hermano, no quiero pasar por esto por toda una vida.
—¿Qué viste Camile?
Lolo se agacha para quedar a mi altura y me sorprende que este bajo control en estos momentos.
Tomo aire y miro a mi alrededor para cerciorarme de que realmente se han ido.
—Había unos... Unos seres de diferentes formas que estaban por toda la habitación... Yo no quiero estar aquí, por favor hermano.
Él me abraza y la desesperación comienza a subir, con ella una sensación muy extraña, así como si esas cosas fueran a volver.
La respiración se corta cuando veo que en el rincón de la habitación hay un humo extraño.
—Mi-ra— apunto hacia aquel lugar y Lolo frunce el ceño.
—Yo no puedo verlo.
—Ya... ya, ya vienen de nuevo.
Él se pone frente a mí con la intención de defenderme de lo que sea que este en esta habitación.
—¡Muéstrate!
Grita mi hermano y poco a poco esa cosa va tomando forma.
—¡Déjanos en paz!
Me acuerdo que en uno de los cajones esta los restos del collar que me regalo aquel hombre, voy por él y empiezo a rezar como me enseñó mi mamá, mientras sostengo con fuerza la pequeña cruz de oro entre mis dedos.
Las luces empiezan a parpadear y el ser ese hace un ruido extraño. Tengo tanto miedo que sé que en cualquier momento voy a perder la razón.
Aquel ser tiene una forma rara, es alto, con brazos muy largos y todo su cuerpo es naranja; su rostro es terrorífico y sus ojos son fuego puro. Poco a poco se va acercando a mi hermano y el parece sentir su presencia porque retrocede.
Todo pasa muy rápido, aquel fantasma estira uno de sus brazos y tira a Lolo contra la parece. Sé que debo ir a auxiliarlo, pero no me puedo mover del miedo. Esa cosa cada vez está más cerca de mí y yo aquí sin poderme mover. Mi pecho baja y sube muy rápido, tanto que siento que el aire que ingresa me quema.
—Déjame entrar —escucho una voz en mi mente y no sé hacer, no se quien me habla.
«Déjame entrar»
«Déjame entrar»
Niego y trato de seguir rezando.
«Déjame entrar»
«Déjame entrar»
Cada vez lo escucho más cerca y mas duro.
«¡Déjame entrar!»
—¡Ya basta por favor! —me tapo los oídos con ambas manos y corro hacia donde esta Lolo.
El espectro viene hasta donde estoy y tiemblo de miedo.
—Aléjate... de mí.
Digo entre lloriqueos, pero no se va. Este estira sus manos, que se ven como niebla pura y poco a poco y viene hacia mí. Quiero moverme, pero mi cuerpo está paralizado. Grito y esa niebla aprovecha a entrar por mi boca; se siente caliente, muy caliente y doloroso. Quiero pedir ayuda, seguir rezando, pero no puedo.
«Dios ayúdame»
De repente todo se vuelve oscuro.
—Amárrala bien que está poseída.
Escucho que alguien dice.
—¿Va a estar bien?
Se hace silencio. Intento abrir los ojos, pero los siento demasiado pesados.
—Tenemos que hacerle un exorcismo lo más pronto posible.
Vuelve el silencio y claramente escucho que algo dentro de mi dice:
«No hay nadie que me saque de este cuerpo»
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Disculpen mi ausencia, ya dentro de un mes termina el semestre y los profesores están aprovechando para dejar muchas tareas y por si no fuera suficiente me distraigo con cualquier cosa y termino dejando todo para ultimo por lo que estoy un poco atareada.
Espero que todos estén bien
Besos demoniacos
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