Capítulo 14
Llegamos a Ônix después de buscar por lo que para mí son casi seis horas a Biltrix. A la búsqueda se unieron la mayoría de las legiones de Azrhen, dos de las mías y una más de Mammón. Buscamos en casi todos los sitios, incluso Masxacre y Naziffi buscaron en el gran mar de lava. Lo intentamos rastrear con las quimeras, pero no lo encontramos.
Lo único que queda es esperar a ver si las brujas logran rastrear su energía. En cuanto a Aveluz, está un poco herida pero está bien junto a Guardián que ya se recuperó.
—Entonces nos quedamos aquí o nos vamos a Azrhen. —pregunta Naziffi.
—¿Y si te vas conmigo? —propone Mammón y todos lo observamos. —Allá vas a estar más protegida.
No hace falta pensar nada.
—Gracias pero no, aquí estaré bien, —le respondo a Mammón —Pero tu te puedes ir para Azrhen y encárgate de todo allá, Masxacre también puede ir y apoyarte—le digo Naziffi. Los demás ya saben lo que tienen que hacer.
Mis comandantes se van, pero queda Mammón el cual me sigue hasta la habitación de Maciel. Ahí encuentro a Gaea leyendo un grimorio, ella se ofreció a cuidar de el en mi ausencia.
—Gaea ya te puedes ir, muchas gracias por cuidarlo —la bruja mira a Mammón y retrocede, luego me mira a mí.
Voy hasta la cuna y Maciel duerme plácidamente, reviso su pecho y el sello aún está ahí.
—Yo encantada de cuidarlo, no lloró, no se movió es un buen niño y, por cierto, vino Lucifer y dijo que más tarde viene por él también te dejo esto —de los bolsillos de su capa saca un sobre negro y me lo entrega.
Sin duda es de Bishop.
La bruja se dispone a salir y pasa corriendo por el lado de Mammón —¿Qué fue eso?
Él me mira y se ríe —Cosas del pasado.
—¿Qué cosas? —no quiero ser entrometida, pero quiero saber de qué cosas se trata y más si tiene algo que ver con Dorcas. —¿Algo malo?
—No, solo se trata de su iniciación como bruja... Ya sabes sexo y todo eso. Yo acudí y al parecer no le gustó lo que le hice. Si quieres te cuento los detalles...
—Gracias, no es necesario.
Tomo a Maciel y lo acuno en mis brazos, me acerco y lo huelo. Huele un poco a tierra y a azufre pero todavía aguanta un día más sin bañar. Le doy unos cuantos besos y lo regreso a su cuna.
Me encamino hacia mi habitación y Mammón de nuevo me sigue. Me detengo en la puerta y lo observo.
—Gracias por acompañarme, si sabes algo de la incursión o de Biltrix, me avisas. —hago una pausa esperando que se vaya, pero no lo hace, por lo que llamo mentalmente a Sorat—Ve tranquilo, yo estaré bien. —Sorat llega silenciosamente y se posa a mi lado —Sorat, acompáñalo a la salida.
El ríe y eleva una ceja —No hace falta Mili, yo conozco muy bien este volcán y no dudes en invocarme por lo que sea sin importar la hora. Estoy a tu servicio.
Lo observo seria y asiento. Él se acerca y me da un beso en la mejilla y luego se va, Amaru lo sigue. Los observo hasta que desaparecen por aquel túnel húmedo y oscuro.
Cierro la puerta y me enfrento a la soledad, no sé porque, pero me siento sola y más aun en este cuarto tan grande, oscuro y silencioso. Doy pasos lentos y pesado por toda la habitación hasta que decido darme un baño. Al salir me visto con una de las tantas túnicas negras que hay y me siento en la cama, observo el sobre que Gaea me dio y lo pongo sobre el fuego de mi mano.
Solo dice Duerme, basta con esa sola palabra para erizar todo mi cuerpo. Sé que lo voy a ver y eso, eso me descoloca.
Voy a darle una última ronda a Maciel y procedo a dormir.
***
Escucho que retumba unos pasos y abro los ojos de inmediato.
—Hola. —lo observo y parpadeo. Miro a mi alrededor y vuelvo a centrar mi atención en él. —Vine por Maciel y a dejarte una de mis legiones.
Lo único que hago es asentir con la cabeza y mi padre sale de la habitación.
Miro la nota que me envió Bishop y me pregunto por qué no funcionó, por qué no me desdoblé, por qué no lo vi.
—Padre no te vayas— le digo mentalmente, me cambio en tiempo récord de ropa y corro hasta la habitación de Maciel.
Afortunadamente todavía está ahí y para mi sorpresa no está solo, está acompañado de un ser femenino muy hermoso. Aquel ser está rodeado de un aura blanca cargada de mucha energía y entre sus brazos esta mi hermano. Intento descifrar si es un demonio, hechicera o una bruja, pero no lo logro.
Miro a Lucifer con una ceja alzada en busca de una explicación.
—Ella es la tercera jinete, Milufer—le dice Lucifer a la mujer, ella me observa y al igual que su cuerpo, los círculos de sus ojos desprenden una tenue luz blanca.
La mujer se acerca a mí y noto que sus pies no tocan el suelo. Este ser se posa frente a mí y extiende una de sus manos luminosas hacia mi mejilla. Con ese basto toque siento un calambre en la mejilla y retrocedo.
—Eres muy bonita —dice y su voy tiene un eco raro, pero aun así es muy cálida.
—Gracias... —centro mi atención en Maciel que aun permanece entre sus brazos. —No lo lastimas, ¿verdad?
Ella sonríe y niega. —No, él es un humano así que mi tacto no lo lastima.
Asiento sin quitarle la vista de encima, ahora que estoy más cerca noto que no es del todo sólida, es más como una mezcla de energía. ¿Qué será?
—Yo soy un ángel, soy una virtud—responde al parecer escuchando lo que pienso.
—¿Cómo es que un ángel está aquí en el infierno? —ella levita hasta la cuna de Maciel y ahí lo deposita.
— Las virtudes nos caracterizamos por nuestro excelente desdoblamiento astral, podemos materializarnos en diferentes planos siderales a la vez sin causarnos daños. Por cierto, llámame Luz.
La miro incrédula y de inmediato una alarma se enciende en mi cabeza ¿Sera que invadieron Dite mientras dormía?
—Cuántos más vinieron. —Luz me mira y niega.
—Solo yo, no te preocupes. Vine a ver cómo puedo quitarle la maldición y ese sello a Maciel.
Me lleno de una sensación extraña; sonrió de alegría y una lágrima se escapa de mis ojos.
—Todavía no estamos seguros de que Luz puede quitarle la maldición ya que al parecer fue puesta por Metatron y no sabemos si va a ceder —dice Lucifer e intento mantenerme positiva... —Lo más probable es que si accede, Maciel tendrá que irse a vivir a la tierra.
Tendré que alejarme de él.
Parpadeo varias veces y trago saliva. No quiero alejarme de mi hermanito mas si es por su bienestar estoy dispuesta a hacer.
Voy hasta su cuna y lo cargo. Lo abrazo fuerte, pero con cuidado de no hacerle daño.
—Todo va a estar bien —le susurro y beso su cabecita. —Cuídalo Luz. Padre, llegado el caso déjalo con Rafael, él y Maite sabrán cómo cuidar de él.
Lo miro por última vez y salgo de la habitación lo más rápido posible antes de que me de nostalgia.
Voy a pasos rápidos hacia mi habitación hasta que siento que alguien me sigue y me detengo en seco. No pasa mucho hasta que él llega al lugar en el que estoy.
—Que tal, Milufer. —dice y antes de responder tomo aire varias veces.
—Mammón... Hola —lo encaro y lo noto sonriente, realmente muy sonriente —¿A qué se debe esa sonrisa?
Niega mientras ríe con descaro. Como no responde me dispongo a seguir con mi marcha, pero él me toma de la mano y me hala hacia él. Quedamos muy cerca para mi gusto, de inmediato me alejo.
Él inhala profundo y puedo apreciar como lentamente cambia a su cuerpo de semi demonio. —Solo quiero decirte que tu mente... — toca el punto donde se unen mis cejas—. No está tan protegida como antes y, se lo que estás pensando de mí.
Lo que me dice me preocupa, sin embargo intento esconderlo, no puedo demostrarle debilidad.
Enarco uno ceja —Entonces ya sabrás que así me digas lo contrario no voy a creer porque...
—No confías en nadie —termina él la frase.
Y es verdad, aunque él me diga que es inofensivo y que lo único que quiere es mi bienestar no le voy a creer porqué dentro de mi hay algo que me dice que no le crea.
—Por hoy dejemos ese tema así, ahora hay algo más importante que tienes que ver.
Intento preguntarle que qué es pero me dice que esto lo tengo que ver, que no merece ser contado.
—¿Sabes algo de Biltrix? —le pregunto y suelta una risa sonara antes de responder.
—No ¿las hechiceras y brujas tan poderosas que tiene Dite no han podido encontrarlo?
Pongo los ojos en blanco y no le respondo. Mientras iniciamos el descenso hacia algún punto del volcán, siento leves vibraciones que se van haciendo más fuertes a medida que avanzamos.
Ingresamos a una cueva la cual tiene vista hacia el exterior de la montaña.
—Quédate aquí—me dice mientras él va y observa algo a borde de la cueva. —Ya casi...
Corre hacia mí y segundos después una oleada de lava golpea contra el borde de la cueva, eso me deja boquiabierta.
Jamás había visto que ese gran mar de lava tuviera olas o algún movimiento.
—¿Y eso que fue?
El demonio me mira y se ríe —No sabemos. Desde ayer estaba así en mi coro, pensé que era normal pero ya el oleaje se me llevo parte de un castillo.
Mi acerco hasta el borde y lo que veo no me gusta. Ese mar que muchas veces vi tranquilo y acogedor ahora arremete enfurecido contra lo que se encuentre a su paso. A varios metros de aquí, veo olas gigantescas que al chocar generan relámpagos. Además, parece que estar lloviendo, pero no cae agua sino pequeñas pizcas de fuego acompañados de ceniza.
—¿Y ya paró?
—Sí, pero ahora se vino para acá. Allá no duró mucho, pero fue bastante fuerte.
Me alejo de la orilla al ver que se acerca otra ola y me dispongo a ir en busca de mis demonios. Mammón me sigue a unos cuantos metros de distancia.
—¿Sabes desde que horas empezó acá? ¿Por qué mis comandantes no me han informado?
—Hace poco y no te han dicho nada porque yo les pedí que así lo hicieran —me detengo y voy hasta donde él está.
Desde cuando lo obedecen a él.
—¿¡Y como porque motivo tú le das órdenes a mis demonios y desde cuando ellos te obedecen!?
Me paro firme y con las manos en la cadera en forma de jarra. Él adopta una postura retadora y fresca cruzándose de brazos.
—Uno: no me grites, no olvides que soy superior a ti—lo miro fijamente a los ojos —Dos: por ese motivo le doy órdenes a tus demonios y estos me obedecen. —me rio en su casa —Estas acostumbrada a hacer y hablarle a los demás como se te dé la gana, pero yo no soy igual a Bishop ni a ningún otro demonio ¿Entendiste?
—¿Superior a mí en qué? Puede que seas más viejo que yo, todo un príncipe temible, pero eso no te hace superior a mí. Y puede que allá en otros círculos se haga lo que dice el príncipe, pero aquí en Dite se hace lo que mande el comandante y en este caso soy yo ¿Entendiste?
Como es más alto que yo, se agacha un poco para quedar a mi altura. —Estas volando muy alto niñita, no solo soy más viejo que tú, también soy más poderoso.
—Y... —intento responderle, pero me interrumpe.
—Calla. —se acerca mucho a mí y huele mi cabello a lo que cierra los ojos. —Yo sé que eres poderosa y más de lo que aparentas —abre los ojos y estos ya están de un color completamente diferente —Pero la diferencia entre tú y yo es que yo sé que poderes tengo y los se usar, tu ninguna de las dos.
Lo reto con la mirada. En parte tiene razón, no se usar todo mi poder, pero el espíritu del Satán si lo sabe hacer.
—Uno, no se volar, dos: no te confíes, tres: no te quiero volver a ver en mis volcanes.
Dichas estas palabras doy media vuelta y sigo con mi camino.
Narra Mammón
Me acerco a su cabello y la huelo. Cierro los ojos mientras me deleito con su exquisito aroma. Además de que huele a anís y tabaco, también puedo oler que no me tiene miedo y eso me gusta.
Miro sus ojos y me observa con rabia, me inmiscuyo en su mente y escucho como Satán le dice Atácalo, de muéstrale quien manda pero ella lo ignora y le demuestra a él quien manda en sus acciones.
Cuando da media vuelta y se marcha, observo que las puntas de sus cabellos están al rojo fuego y ni hablar de las vetas que ya comenzaba a asomarse por su cuello. Inhalo por última vez el rastro de su aroma y luego creo un portal y regreso a la sala de recuperación de Caknor, mi castillo principal.
—¡Zamora! —llamo a una de mis mejores hechiceras y segundos después ya está a mi lado.
—¿Señor?
—¿Como esta? —dejó de darle la espalda y la observo de pies a cabeza —¿Dónde está tu uniforme?
—Estaba conmigo, yo se lo quite. —responde por ella Edtonia una bruja ascendida a demonio.
La observo y está esta apenas cubierta por una fina bata de velo blanco.
—Ya les dije que mientras estén trabajando tienen que usar sus uniformes. Y a ti Zamora te pregunté algo.
—Él está bien, aún no despierta, pero el círculo de brujas que está cubriendo su rastro, no está muy bien que digamos. —agrega Zamora mientras Edtonia recuesta su cabeza en mi hombro.
—Cómo no va estar débil el círculo si faltas tu Edtonia, eres la líder del aquelarre y tienes que estar ahí no haciendo quien sabe que cosas con Zomara u otro ser. El placer puede esperar, esto no.
—Tranquilo, todo está bajo control Zamora y yo nos vamos a encargar de él.
—Eso espero, quiero a Biltrix despierto cuanto antes. Y no olviden mantener su rastro culto... Si en Dite se llegan a dar cuenta ustedes dos pagan.
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Hola mis demonias por fin pude actualizar y pido disculpa por tardar tanto. No sé si tod@s leyeron el mensaje que publiqué el 27 de marzo donde explicaba las razones de mi demora; para los que no, es porque en la universidad están dejando muchas tareas y eso de estar casi todo el día frente al computador ya sea en clase, haciendo tareas o buscando explicaciones de clases que no entendí (o sea siempre), me deja con la vista muy cansada y ni hablar de lo estresada que estoy por toda esta situación.
Espero que tod@s estén bien y recuerden lavarse las manos, usar tapabocas y no salir si no amerita de casa #YoMeQuedoenCasa
Ah y disculpen los errores, no revise muy afondo.
Besos demoniacos
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