- Lo siento por tu perdida Yoongi – otra mano en su hombro y el mismo apretón, es estúpido que las personas se acerquen a él solo dejando ese tipo de acto como si un pequeño apretón le fuera solucionar la vida y el corazón hecho pedazos.

Si Jungkook estuviera con él terminaría riéndose por su cara enfadada y desastrosa, tomaría sus mejillas de manera brusca para robarle un beso en su adorable puchero mientras soltaría de forma jocosa que olvide el drama e ignore a los imbéciles, él sin duda sabría qué hacer en esa situación, reiría con gracia como si de verdad la situación fuera un circo perfecto, donde todos son sus payasos de entretenimiento y él fuera solo un niño alegre en todo el alboroto.

Ignoraría las miradas de lastima y le pediría que haga lo que mejor sabe hacer, reírse y ver la vida como algo pasajero, nada doloroso o estúpido.

Jungkook sin duda sabría qué hacer en situaciones lamentables, reiría como él solo lo sabría hacer.

No puede evitar soltar una risa seca mientras sus mejillas se humedecen más con sus lágrimas, apretando sus manos a cada costado mientras se agacha y entierra su cara en sus piernas, si Jungkook de verdad estuviera con él, no habría hecho lo que hizo, le abría consolado, jamás le hubiera dejado solo con toda esa cuerda de mentirosos y le abría arrullado como solo él sabría hacerlo.

Recordándole lo mimado que esta y lo dependiente que se ha vuelto, le regañaría por ser tan nenasa, dejando en claro que él andaba de novio con un chico fuerte y risueño no con alguien llorón y lamentable.

Si Jungkook de verdad estuviera ahí le diría que lo ama a pesar de haberle dejado solo.

No puede evitar recordar cuando se confesó por primera vez, pálido, tembloroso y con las manos tan frías que podría haber sido comparado con un muerto, pequeño estúpido, demasiado enamorado para ver que él chico parado a su frente le rompería el corazón, no puede evitar tartamudear y tropezar un poco, jamás pensó que Jungkook de verdad asistiría al lugar acordado, cuando pensó en dejar la nota en su casillero con el pequeño dato de donde quería que fuera y quien era, pensó de todo, Jungkook era mayor, un poco mal hablado y para nada amigable

Ni siquiera él entendía como había terminado gustándole él pelinegro del labio perforado y mirada triste, solo sabía que ahí estaban, solos, a la espera de que él dejara de ser una plasta gallina y soltara todo, ni siquiera sabía si Jungkook era gay.

Apretando más la tela de su pantalón en su mano y soltando todo el aire de sus pulmones, es ahora o nunca, es mejor arrepentirse por lo que haces que por lo que no llegaste hacer.

– me gustas Jeon Jungkook.

Cerró sus ojos y espero, un grito, una risa o el golpe por ser un maricón como le dicen todos.

Jungkook era tan impredecible y difícil de entender, le hubiera gustado saber más de lo que pasaba por su cabeza, así lograría entender porque Jungkook solo se acercó a dejarle un beso en la frente y su número de teléfono en el bolsillo de su camisa.

Jungkook era impredecible e inestable.

Quita algo de las lágrimas que han puesto su vista borrosa, recordar el pasado era doloroso, muerde más sus labios cuando el llanto de la hermana de Jungkook llega a sus oídos, no era él único que sufría, no era él único que tenía el alma destrozada y hecha pedazos.

Recuerda cuando tendrían la primera cita entre amigos, Jungkook le había estado hablando por semanas de sus amigos y de lo importante que era de que se llevara bien con ellos, especificando que todos serían tan majos que nunca se alejarían de él y le volverían uno más del grupo, Yoongi de verdad quería creer que sería aceptado tan de buena fé, había Llegado a su casa hecho una bala, necesitaba estar presentable, sería la primera vez que él saldría con los amigos del mayor, su madre le había gritado por correr como loco mientras dejaba en la parte baja de la casa un desastre, después se disculparía, él necesitaba arreglarse y lucir lindo.

Quien diría que esa sería la última vez que saldrían en grupo.

Jungkook era complicado, a veces estaba bien y otras veces estaba mal, con su mirada perdida, volviendo en si solo cuando Yoongi le mordía o jalaba de golpe, Yoongi era lo único que le permitía estar conectado al mundo, era su pequeño cable de conexión.

Jungkook Era tan Divertido y con una vena poética.

Hablando de la luna y del sol, contando las estrellas, relatando los amores de la noche, predicando las más dulces letras de amor, Jungkook había sido tan etéreo.

Colmando de momentos inolvidables al pálido, peleas, arranques y debates, era el detonante de su relación, como un niño en busca de ayuda o de algo.

Su hermano mayor le llama, ya es hora de irse, está a punto de llover y él no lleva más que el elegante traje negro con la gabardina de Jungkook, su favorita, no quiere dejarle, no ahora, no después de saber que estuvo solo por mucho tiempo y también en ese momento trágico.

La vida está de paso, cualquier arrebato la altera, la seduce, la confunde, Jungkook siempre le recordaba esto a Yoongi, hablando de lo fácil que era morir, pero lo complicado que se le hacía vivir.

Jungkook era un libro en romano el cual nunca tuvo traducción.

Tan fascinante para él y a la vez tan doloroso, no era ciego, veía su dolor lo difícil que era mantenerse en pies, por más que él estuviera para Jungkook nada era suficiente, las llamadas nocturnas, las salidas inesperadas, los lugares solitarios a los que siempre quería ir.

Yoongi siempre le acompañaba, nunca le habíadejado solo, era algo que se había prometido y le había prometido.

- Eres mío Jeon Jungkook, eso significa que te seguiré hasta el fin del mundo – sonrió más cuando Jungkook solo bufo y le mordió en juego su pequeña nariz

- Genéticamente soy de mi madre Yoongi – apretó más su cintura, mientras usaba la cobija que habían llevado para cubrirse, estaban ahí, observando las estrellas en el capón del carro de Jungkook – pero si es así como demuestras tu amor por mi, nunca dejes de seguirme Yoongi, nunca.

Ahora realmente se odiaba por no haberle seguido lo suficiente hasta los confines del universo.

Acepta la mano que le da su hermano, era hora de partir, de sufrir en silencio y de llorar a Jungkook desde su cuarto, el lugar que se había vuelto su pequeño escondite, el lugar donde le había llamado tantas noches y donde ya no habria más amores juveniles ni lagrimas dolorosas.

En la madrugada de ayer una atrocidad arrebata la tranquilidad de Seúl, la llamada entrante de un joven a la central del cuerpo policial reporto lo que sería horas después un caso más de suicidio en el rio Han, la víctima mortal de este hecho fue identificada como un adolescente de 21 años de edad con el nombre Jeon Jungkook, estudiante de la universidad central de Seúl, la autoridades llegaron lo más rápido posible al lugar de los hechos, logrando así recuperar el cuerpo ya sin vida del joven de entre las aguas turbulentas, de manera confidencial se logró extraer información valiosa, donde se asegura que él chico posiblemente estuviera en un estado de crisis nerviosa, mejor conocido como un ataque de pánico después de haber asesinado a su padre a puñaladas por intentar violar a su hermana menor.

Diferentes habitantes de la zona salieron al lugar de los hechos al momento de divisar un cuerpo flotando rio abajo, llamando así al cuerpo de investigaciones penales y criminalistas como también a emergencias.

Inmediatamente el cadáver fue recuperado y llevado a la central de investigaciones, realizando los estudios necesarios para descartar el uso de droga que pudiera causar el detonante de histeria, hasta el momento solo se reporta que el joven chico de 21 años, reportado con el nombre Jeon Jungkook, sufría de depresión y estaba asignado al cuerpo de apoyo psicológico en el Centro médico Asan.

Casos como estos se repiten anualmente, dejando el Rio Han como uno de los principales lugares para actos suicidas, la acción de este joven ha causado impacto en la comunidad adulta como entre los jóvenes, haciendo un llamado de atención a todos en general para que busquen la ayuda médica o el apoyo en los centros juveniles si tienen problemas difíciles de sobrellevar en sus hogares.

Cualquier problema puede resolverse si se tiene el apoyo correcto.

Para Yoongi:

Quizás estés ahora maldiciéndome y preguntándote porque fui tan imbécil y no pedí ayuda, algunos momentos no están para pedir ayuda Yoongi solo pasan, quizás ahora estés llorando y envolviéndote en todas las prendas que me robaste porque según tú mi ropa era más cómoda que la tuya, nunca dejes de envolverte en ellas Yoongi, quizás ahora estés en mi entierro o quién sabe dónde, llorando y recordando todos esos momentos cursis que vivimos, si es así, vaya que eres cursi y no me sorprende.

No soy cursi Yoongi de verdad que no lo soy, pero por ti puedo ser el más cursi en esta carta, puedo hacerte creer que estoy llorando mientras te digo con toda esa vena lingüística que me destacaba que de verdad lamento el dolor que te hago pasar, lamento haber llenado tu corazón de un amor que rompería, lamento dejarte solo, lamento haberte pedido que me siguieras siempre, aun sabiendo que jamás podrías cumplir esa promesa, se lo mucho que odias romper lo que prometes, lamento ser él idiota que hace tus noches más y más insoportables, lamento haberte dicho que siempre te haría feliz cuando justo ahora no lo eres.

Lamento tantas cosas pero no quiero mentirte Yoongi, odio las mentiras, de verdad no lamento nada.

No lamento haberte conocido, no lamento haber aceptado tu amor, no lamento haberte enseñado a mis amigos, no lamento haberte enseñado las estrellas, no lamento las noches sin dormir por hablar entre líneas, no lamento el tatuaje que me hice en tu nombre, no lamento nuestra primera vez juntos, como tampoco lamento haberme caído a golpes con tu hermano para demostrar si era digno de ti, para nada lamento haber hecho galletas con tu madre.

Yoongi de verdad no lamento nada, no lamento haber matado a mi padre por tantos años de abuso, no lamento haberle cortado la garganta mientras veía como su vida se iba de sus ojos y quedaba en mis manos, no lamento haber salvado a mi hermana.

Yoongi no soy cursi y tampoco lo seré por ti, las veces que hable de amor, de la eternidad e incluso de la poesía no era yo, era él Jungkook enamorado de la idea del amor, era él Jungkook que imaginaba un mundo sin sufrimiento, un mundo donde solo tú y yo existíamos.

Yoongi no soy cursi y no lamento nada, pero quiero que sepas, que si pensé en ti cuando la idea del suicidio vino a mi cabeza, pensé en tu piel, en tu risa, en tus ojos, pensé en lo mucho que te amo y en lo mucho que tendrías que sufrir al saber que un pobre diablo como yo vivía entre abusos, golpes y drogas.

Pensé en ti cuando me volví cursi en esta carta, y eso que no soy cursi Yoongi.

No soy cursi Yoongi, pero de verdad te amo.

Te amo tanto que faltarían estrellas para contar la cantidad de mi amor.

Te amo tanto que te dejo libre de mí, de mis cargas y de mi dolor.

Te amo tanto que te digo adiós.

Te amo tanto que solo deseo lo mejor para ti.

No soy cursi Yoongi ni tampoco lamento nada.

Pero Te amo con todo mi lado no cursi y con la idea de que no lamento haberte amado hasta mi último respiro.

Jeon Jungkook.