||🔸Fase IV🔸||
Título: Los colores de nuestras estrellas .
Personajes: Todoroki Shouto y Midoriya Izuku.
Shipp: TodoDeku.
Anime: Boku No Hero Academia.
Advertencia: AU. Sin Quirk(Semi fantasía), leve O'oc y cambios de narración.
Cantidad de palabras: 1846 palabras (sin contar ficha y nota)
Contrincante: @Ari_Brief_001
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Los colores siempre han estado ahí ¿no?
Desde el inicio de la existencia o quizás incluso antes de ella, los colores han estado alrededor, aunque no existía una forma de nombrarlos, describirlos o diferenciarlos. Los colores han estado ahí.
Entonces ¿Por qué algunos no podían verlos? ¿Por qué algunos los veían donde no existían?
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Izuku Midoriya era una persona especial. Eso decían todos.
Con la extraña capacidad de ver los colores en demasía, con la habilidad de diferenciarlos, comprenderlos y sentirlos en su más puro estado.
Además había algo más, él podía ver las estrellas de colores.
Rosas, verdes, púrpuras o celestes, rojas, naranjas, indigos o marrones. Todas tenían un color, algunas más claras y otras más oscuras hasta casi confundirse con el cielo nocturno.
Doctores tras doctores, gitanos, videntes, médiums o espiritistas. Inko llevo al pequeño Izuku a miles de lugares tratando de encontrar la razón de esa capacidad.
Nadie tenía ideas de que pasaba.
Sólo tenían una frase que una ancianita le susurró en el oido al pequeño peliverde.
-No te preocupes pequeño. Eso no es algo malo o de que temer. Es algo especial, pero debes saber que tienes una misión muy importante que cumplir. Existe otra persona que al igual que tú nació con una habilidad especial. Pero la suya es más complicada. Cuando llegué el momento, deberás ayudarlo. ¿Puedo confiar que lo harás?
Y el pequeño de ojos verdes asintió de forma animada. Antes de prometer de corazón que ayudaría a quien lo necesitara, sobre todo para cumplir la misión de las estrellas.
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Shouto Todoroki era una persona especial. O eso opinaban todos.
Con la discapacidad de ver los colores a su alrededor.
Conoció los colores gracias a las estrellas, eran las únicas que podía ver fuera del gris.
Estrellas amarillas, turquesas, vinotintas, azules, o eso creía él, jamás a sabido cual es cual, incluso hay algunos colores que aún desconoce sus nombres.
Como sea, para algunos es una virtud, para otros un regalo, para él, un castigo.
Shouto nunca fue como los demás, su indiferente forma de ser o su apariencia tan llamativa eran algunos ejemplos.
Nunca tuvo una infancia "normal" como podría describirse.
Fue obligado a aprender los colores a la fuerza. El era el heredero de los Todoroki, no podía tener ningún defecto, eso decía su padre.
Así que de forma ciega fue obligado a entender que el cielo era azul, el sol amarillo, los árboles verdes y las estrellas carecían de color.
Y así repitiendo día tras día.
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Izuku tarareaba una canción pegadiza del último tiempo. Mientras daba saltos y pasos largos dirigiéndose emocionado a sus clases en la universidad.
¡Como amaba las clases de arte!
¡Como adoraba mostrar sus sentimientos y emociones a través de los colores!
Midoriya había entrado gracias a su duro esfuerzo, pintando el mundo de la forma más colorida y variopinta que podía.
Tanta era su emoción que no notó que estaba a punto de tropezar con una persona hasta que ya se encontraba en el suelo.
-Qué gusto verte, Midoriya. -dijo Todoroki con los brazos a los lados de su cabeza y su rostro estoico de siempre.
-T.. Todoroki-kun, ahm es un gusto verte también. -sus mejillas estaban rojas a más no poder, tratando de evitar su mirada a toda costa.
Todoroki le gustaba, sí, lo aceptaba, ese chico de cabellos bicolores, y de ojos de colores distintos era su amor platónico, su gusto prohibido, su musa en aquellas obras que esperaba nadie viera, escondida en la seguridad de una caja fuerte bajo su cama.
Y ahora se encontraba a menos de diez centímetros de su rostro, justo como en las historias clichés que leía en internet. Todas esas protagonistas deben encontrarse orgullosas de él.
Shouto se levantó -Izuku se lamentó internamente por eso- y le extendió la mano para ayudar al más bajo a levantarse.
La tomó, y después se levantó de a poco. Para después mirar a los ojos al de cabellos bicolores.
-Graci... -y el agradecimiento quedo a medio camino, de pronto todo lo que Izuku veía era gris.
No había verde en los árboles, ni azul en el cielo, ni rojo en el cabello del chico frente a él, sólo había gris.
Asustado soltó la mano de Shouto, y todo volvió a ser de colores. Ahora el césped volvía a ser verde, los edificio rojizos, y su camisa azul.
-¿Qué rayos acaba de pasar? -preguntó el peliverde, mirando de su mano a Todoroki de forma repetitiva.
-No lo sé, -respondió confuso el de cabellos bicolores, observando su mano. -Tú..¿Qué fue lo que viste?
-Lo ví todo gris, todo había perdido el color de pronto, -contestó. -¿Tú que viste?
-Yo lo ví todo de colores. -dijo antes de empezar a alejarse, dejando a un Midoriya pasmado en su lugar.
¿De.. colores?
Y las palabras de la ancianita lo golpearon fuerte en ese mismo instante.
¿Como no se había dado cuenta antes?
Era Shouto, siempre había sido él.
Ahora debía descubrir cómo ayudarlo.
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Shouto caminaba con parsimonia alejándose de a poco del salón de clases en el cual se había quedado hasta muy tarde, sintiendo unos pasos rápidos detrás de él. Ya no debía haber más personas.
No le tomó importancia, sabía que se trataba de Midoriya, siguiéndolo de forma "sigilosa", lo hacía a diario desde aquel suceso.
Porque sí, aquel suceso lo había dejado impactado pero no podía hacer la gran cosa.
Simplemente fue un momento, un único e irrepetible momento en el que pudo disfrutar de los colores en algo más que no fuera las estrellas de un cielo nocturno.
Suspiró, Midoriya debía superarlo si para que el mismo pudiera ver los colores Izuku debía perderlos, entonces prefería seguir con su vida gris.
No sería capaz de quitarle sus colores al pequeño arcoíris que Midoriya Izuku era.
Ese chico problemático, determinado y sobre todo obstinado había entrado de apoco en el indiferente corazón de Shouto.
Siempre había estado al pendiente, tratando de ayudarlo o hacerlo sonreír. Ayudándole con una sonrisa, y una mano extendida siempre que lo necesitaba, escuchando en esos pocos momentos que Shouto decidía hablar o sólo estando a su lado en silencio.
Suspiró, cayó por él sin darse cuenta, cayó por su sonrisa y forma de ser. Por su determinación y su torpeza, pero sobretodo cayó por sus colores.
Porque aunque su visión de estos se limitaba a las estrellas, Midoriya Izuku lo hacía sentir la misma alegría que al verlas, incluso cuando sólo podía verlo gris.
Escuchó un pequeño estruendo, giró su cabeza para encontrarse a un pobre Midoriya besando el suelo, parecía que sus agujetas estaban desatadas.
Se acercó con su parsimonioso andar para extender la mano en su dirección, como la última vez que estuvieron tan juntos.
-Deberías ser más cuidadoso, -dijo simple. -Sobre todo sí estás siguiendo a alguien.
Las mejillas de Midoriya comenzaron a oscurecerse -o sonrojarse, como Fuyumi le había mencionado alguna vez-pero poseía una mirada decidida tomando de forma abrupta la mano de Todoroki para atraerlo a su cuerpo.
Todoroki cayó de rodillas y de forma rápida el peliverde escondió su rostro en el pecho del más alto. Shouto se encontraba quieto, sin moverse y respirando de forma lenta, sintiendo como de a poco su camisa se mojaba debido a las lágrimas del más bajo.
-¿Por qué no me lo dijiste, Shouto? -susurró Izuku, con la voz amortiguada entre las telas, tratando de ser entendido.
-¿Decirte qué? -el bicolor se encontraba realmente confundido en ese momento.
-¿Qué no podías ver los colores? -un pequeño sollozo escapó de sus labios. -¿Qué tu..veías las estrellas.. coloridas?
-El viejo me prohibió siempre decir eso. -respondió, sin más porque no veía necesidad de mentir, mucho menos a él. -Y creo que..No lo sé.. pensé que nadie tenía porque saberlo.
-¡No debías avergonzarte Todoroki-kun! Porque yo, -lo último fue en un tono más bajo. -Yo también puedo verlas, y además ¡Puedo ayudarte a que veas los colores! ¡Creo que esto es causado por una constelación llamada Valdeco que es visible sólo en este año! ¡Talvez eso influya en esa cosa que nos pasó hace algún tiempo y pueda usarlo para ayudar...!
-No. -cortó Shouto de pronto. -No, yo no quiero ver los colores, no si eso implica que tu los pierdas.
-¡Pero Todoroki-kun yo...!
-No, Izuku entiende, tú los necesitas, tú eres artista, tu carrera, tu obras, tu vida, todo gira en torno a los colores. Yo puedo vivir así, como siempre lo he hecho.
Izuku lo miraba enojado pero sobretodo triste. Shoto no lo merecía, nadie lo merecía. Así que ignorando todo unió de forma brusca sus labios a los de Todoroki en un beso fuerte, evitando que el bicolor se separara.
Shouto tenía los ojos bien abiertos y veía como el rostro de Midoriya con los ojos apretados empezaba a pintarse, a tomar color de a poco.
Shouto trataba de liberarse de los brazos de Midoriya, pero el más bajo tenía fuerza y además el sabía que aunque se librara de sus brazos ya los colores serían suyos.
Así que cerró los ojos y se concentró. Se concentró en rechazar los colores, en empujarlos devuelta al pecoso, se concentró en darle todos los que alguna vez vió aquel día y cada noche en las estrellas.
"Te doy todos los colores de las estrellas Shou-chan. Mereces disfrutarlos, no pienses en mí." pensaba Izuku, mientras de a poco el beso dejaba de ser forzado y empezaba a ser delicado y cariñoso.
"Rechazó tus colores, porque tú los mereces más que yo. Te doy los colores de las estrellas también. Por favor no caigas en un mundo gris por mí" pensaba Shouto, dejándose llevar por el beso.
Y cuando se separaron sólo esperaron la reacción del otro.
Izuku lloró con más fuerza, mientras Shouto miraba sus manos aturdido.
-No..No funcionó -dijeron al mismo tiempo antes de mirarse mutuamente confundidos.
-¿Qué? -preguntó Midoriya. -¿Cómo..que no funcionó? Yo aún puedo ver los colores. ¿Tú..?
-Yo también los veo. -respondió.
Midoriya estaba confundido.
¿Qué rayos había pasado?
Miró a un lado, hacia la ventana, la noche cubría el cielo y las estrellas brillaban cual perlas blancas sobre el gran manto nocturno.
Espera...
¿Blancas?
-Todoroki-kun, mira las estrellas. -dijo mientras las señalaba. -¿De que color las ves?
-Creo..que el nombre del color, es blanco.
Y todo pareció cobrar sentido en la cabeza de Izuku.
-¡Yo..yo te entregue el color de las estrellas!
Shouto lo derribo y las mejillas del pecoso se enrojecieron rápidamente.
-Gracias, Izuku. -dijo el de ojos heterocromáticos en un susurro. -Gracias por todo.
Y se quedaron ahí, en silencio mirando al cielo y sus estrellas blancas. Como el resto del mundo las ve, como ellos las verían a partir de ahora.
Blanco, como un lienzo a punto de ser pintado o una página a punto de ser escrita.
Blanco, como el futuro de ambos esperando a empaparse de los colores que ambos descubrirán en su naciente amor.
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🎎Ok, después de una pelea a puño limpio con mi creatividad y una noche sin electricidad, a nacido "Los colores de nuestras estrellas". Fue divertido.🎎
🐦La constelación "Valdeco" no existe, es una constelación mágica para esta historia que también apareció el año en que ambos chicos nacieron dandoles está habilidad🐦
✨Gracias por leer✨
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