Hoy he regresado de comer papas fritas. Las he comido avanzando por las calles del centro abandonado. Nadie me ha dicho nada afuera, más me he sentido como celebridad. 

Soy única.  Mis labios eran rojos y los de los demás cubiertos de una eterna servilleta. Eran rojos, hasta que al acabarse las papas, he comprado una paleta helada. Y al irla lamiendo, me he comido el labial también. Si me multan les digo que soy huérfana y menor de edad. De todas formas no tenía muchos ánimos de volver a casa...ultimadamente no me multaron y volví. 

Soy una irresponsable, seguro que si muero, será por no traer la mascarilla.

En una tienda me ofrecieron perfume. La vitrina limpia y la botellita rosa saludaba coqueta desde su caja. Sentí que me llamaba, entre y la compré. Al volver a casa he visto a mamá...y he sentido el olor a gas y fuego. Convencida, le he dejado aquel alcohol imbebible de esencia sonrosada, sobre la mesa. Como regalo.

...Otra vez intentará cocinar algo. Yo por mí, nunca me he quejado de las hamburguesas. Cierto que al salir de la moto están más frías que en la tienda, pero no me he quejado. He subido, y  me he encerrado: De Puerta y ventana. Sentándome en el borde de la colcha he rezado nuevamente por que la casa no se encienda. 

La puerta suena, le abro a mamá y me vuelvo a sentar. Ella en su modo, bien juvenil. Atrae una silla hacia sí y se pone delante de mí. Acomodando su falda, como en sus días. Cuando soñaba con ser azafata: Que lindo tu novio - me suelta. Entonces se oye la olla (la presión) y algo chisporrotea. Mamá se estremece, parece jovencita viendo un fantasma. La punta afilada de sus tacones chirria un poco en cada escalón. Me la imagino con los brazos al cielo mitad pajarillo y mitad pidiendo clemencia. La oigo bajar a saltitos las escaleras.

El ruido me sobresalto un poco. Que tu madre grite ha de sobresaltarte. Sí. Ha de ser un deber, un principio de existencia. De eso se trata ser buena hija, preocuparme por mi madre sin decir nada y no hacerle caso. 

Y luego pensé: No tengo novio.

- Por lo que, mi novio no puede ser lindo. Pero mi novio ha de ser lindo, eso no se discute...Ahora que... Hasta donde recuerdo, mamá no se referirá al chavo de cuarto año. Al que rompí por llamarme tras medianoche. 

No fue personal, no me olvidé de su cumpleaños, no del todo. Sabía que era el último día de febrero, no contaba con que fuera tan susceptible como el mes. Lo cierto es que ese año, después de esa llamada. Para mí como si no hubiese nacimiento, como si no hubiese cumpleaños que celebrar. Lo corte, lo bloqueé y vaya!

...Cada vez que se enciende un fosforo recuerdo algo. Mechas, cartas con la flor imperial recorriendo la mesa. Sería mejor comer pollo frito, tenemos la salsa de ayer. do...Devinanza, devinanza. Tardé como tres o más segundos en comprender que era "adivinanza". Pero...con "e". Una carta, el sello de una condena descansando como marca en mi piel...¿Hice mal? y ante eso ¿es él? ¿mi novio es él? es el vecino detrás, en la puerta, en la esquina.

Ay, la esquina.