𝟏.𝟎𝟏; 𝐚𝐮𝐝𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧
*。𝐁𝐈𝐆 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐀𝐒𝐒𝐈𝐒𝐓𝐀𝐍𝐓 💿 。˚
001.┊AUDICIÓN
❪ Big Time Rush E1 T1 ❫
Do you want to ride in a big limousine? ( ¿Quieres viajar en una gran limusina? )
Tell me, do you want to take a little bite of the fame machine? ( Dime, ¿quieres tomar un pequeño bocado de la industria de la fama? )
EN UNA NOCHE TRANQUILA Y SILENCIOSA en su apartamento, Emily Moore estaba escribiendo palabras para que coincidieran con la pegadiza melodía que no desaparecía de su cabeza.
El apartamento vacío del Palm Woods hizo que se sostuviera perfectamente su concentración, su música, y su comodidad esa noche.
Su jefe le había dado unos días libres ya que iba a viajar por todo el país en busca de su nueva estrella. Así que los había aprovechado al máximo descansando y componiendo un poco.
Esta noche era la última noche. La última oportunidad para encontrar a esa estrella. No había sabido nada del tema, pero mantuvo su teléfono cerca de ella todo el tiempo.
La mayoría de los jóvenes de 16 años no llegan a vivir solos, especialmente en Los Ángeles, pero si Gustavo Rocque te ofrece un lugar gratis para vivir, no dices que no.
Ella había estado trabajando con él desde hace casi un año, y todavía no había escrito una sola canción completa, o incluso tuvo el coraje de preguntarle si podía componer con él. Por ahora, sólo se sentaba cómodamente en el estudio, tocaba los coros y hacía carreras para ir a por el café de su jefe.
Emily bebió el último sorbo de té caliente antes de que sus ojos se volvieran muy pesados, y el lápiz que sostenía firmemente en su mano no pudiera escribir otra letra de su canción.
Finalmente, se le cerraron sus ojos y durmió en paz, sin tener conocimiento del caos que se acercaba.
—¿Un grupo? —preguntó Emily con el teléfono pegado a la oreja mientras se cepillaba los dientes.
—Sí, es una larga historia, pero regresaremos hoy con los chicos. Estate preparada para que te reúnas con nosotros en el estudio a las 4.
Kelly Wainwright. Asistente principal de Gustavo y cazatalentos. Y la persona que mantiene a Gustavo a raya, la mayoría de las veces.
Emily suspiró cuando terminó la llamada, sabiendo que sus relajantes vacaciones habían terminado. Enjuagando su boca, escupió por el desagüe, y se echó su pelo húmedo hacia atrás.
Un grupo. De cuatro chicos que nunca antes han cantado.
Emily pegó una nota en su espejo para empezar a buscar otro trabajo.
Ella no era talentosa, o una experta, o súper experimentada en la industria, aparte de su antiguo empleador y su tiempo con Rocque Records. Pero sabía que esto iba a ser una pérdida de tiempo y esfuerzos innecesarios.
Salió del ascensor del Palm Woods, y cuando fue caminando por el vestíbulo no pudo evitar imaginar cómo serían los chicos. ¿Súper nerds? ¿Atractivos y con los pies en la tierra? ¿Irresponsables e inmaduros? O-
Un fuerte chorro de agua fría fue directo hacia la cara de Emily mientras caminaba por el área de la piscina. El cloro picó sus ojos y sus fosas nasales. Un segundo chorro de agua fue hacia su torso, arrastrando su bolso con su libro de notas y canciones secretas fuera de su alcance. El agua se escurrió por todo su cuerpo, y debajo de sus zapatos, haciendo que arrastrara sus pies y golpeara su costado contra el duro hormigón mojado. Un coro de jadeos, quejidos y gritos fueron todos sus sentidos recogidos hasta que logró abrir los ojos y ver a cuatro chicos que no había visto nunca frente a ella.
—Lo sentimos mucho, ¿estás bien? —preguntó uno de ellos, agarrándola por el brazo y tirando de ella hacia arriba. Tenía el pelo corto de color negro y llevaba gafas de sol oscuras.
—Tengo que conseguir nuevos amigos —murmuró otro para sí mismo mientras agarraba el otro brazo de la chica. Llevaba puesto un polo amarillo pastel, y tenía el flequillo de su desordenado cabello castaño oscuro peinado hacia arriba.
Sin aliento, y en completo estado de shock, la chica mojada permaneció de pie en incredulidad mientras el tercer chico con una camisa hawaiana y pelo rubio oscuro le entregaba su bolso, ahora empapado por el agua, y las notas arruinadas.
El cuarto chico apareció delante de ella, y sin ofrecer disculpas ni ayuda, abrió su gran boca.
—Hola, soy James. Voy a ser famoso y me gustaría que fueras la chica de la primera fila sosteniendo un cartel de "te quiero" con mi nombre —dijo él, guiñándole un ojo.
Antes de que Emily pudiera rechazarlo duramente y decirle a todos que se fueran, el que le preguntó si estaba bien soltó su brazo y se puso un casco negro en la cabeza.
—¡No es justo! ¡Iba a invitarla a salir!
—Oh, por favor, ella no va a salir contigo después de que le echaste agua con cloro por la garganta —replicó James a su amigo del casco.
—Bueno, ¡Logan fue quien la hizo caer! —se defendió, señalando al chico más reservado al otro lado de la chica.
De inmediato, Logan saltó a defenderse, también soltando el brazo de Emily.
—¡Al menos yo iba a ofrecerle una toalla antes de coquetear con ella! ¡Y todo fue idea de Kendall!
—¡Eh! ¡Yo no te dije que atacaras a una tía buena! —gritó Kendall, señalando a Logan antes de volverse hacia James—. ¡Y tú no puedes ser siempre el primero en hablar con la chica!
Con eso, todos olvidaron que ella estaba ahí y comenzaron a discutir entre ellos.
—¡Parad! ¡Parad! ¡Parad! —gritó Kendall, haciendo que todos se callaran—. ¿Qué tal si ella decide con quién salir?
Todos los chicos parecieron asentir de acuerdo con el rubio, antes de volverse hacia Emily.
Unos momentos de silencio activaron los sentidos de Emily, que se suponía que ahora debía responder a la interacción.
Sintiendo el peso de su ropa mojada y su ya no tan bien peinado cabello, la ira hirvió dentro de ella antes de que la soltara.
—¿Por qué saldría con cualquiera de ustedes, si son los superficiales, inmaduros y aspirantes a estrellas de rock que me hicieron llegar tarde al trabajo? —aturdidos por su respuesta, a excepción del chico del casco, permanecieron en silencio—. ¡Ni siquiera sabéis mi nombre! —gritó exasperada mientras empujaba a los chicos al pasar entre ellos y subía las escaleras para cambiarse y explicarle a Gustavo por qué llegaba tarde.
Al llegar al estudio a las cuatro y veinte, subió corriendo las escaleras, sintiendo que su pelo empezaba a secarse. Antes de entrar en la oficina de su jefe, Griffin, un hombre alto y pálido de pelo blanco salió de allí seguido por sus dos empleados. Se quedó parado en su lugar sonriendo mientras la puerta se cerraba. El estómago de Emily se encogió al oír el grito de Gustavo.
Griffin y su equipo se fueron y Emily entró corriendo en la oficina de su jefe.
—¿Qué pasó? —exigió, lo suficientemente asustada.
Gustavo levantó la cabeza de su escritorio.
—¡Griffin dice que solo tenemos tres días! Tres días para convertir a este equipo de perros en un grupo.
Gustavo era un hombre calvo y mayor, con ropa holgada, estilo "rapero", y gafas polarizadas. Era brillante, pero también tenía graves y muy serios problemas con el control de la ira.
Congelada, no se movió de su lugar contra la puerta cerrada.
—Bromeas, ¿verdad?
—¿Te parece que estoy bromeando, Moore? —le gritó él retóricamente—. ¿Y qué te pasó? —preguntó, angustiado por su tardanza y su apariencia poco profesional.
—Lo siento, unos chicos nuevos en el Palm Woods me empaparon con agua de la piscina y luego-
Él levantó una mano, silenciándola.
—Me da igual.
Gustavo pasó junto a la chica, no sorprendida con la conducta del mayor, y abrió la puerta.
—¡Nicole! ¡Guapa! —saludó a una de las integrantes de las Pussycat Dolls. Inmediatamente cerró la puerta de un portazo y se oyó como tiraban un teléfono contra ésta desde el otro lado.
—Veo que todavía te odia —comentó Emily con una pizca de burla en su voz, desenvolviendo un caramelo de su escritorio.
—Me di cuenta. ¿Crees que ya es seguro salir? —preguntó, una mirada incómoda en su cara.
Poniendo los ojos en blanco, Emily se levantó del escritorio y se puso frente a él.
—Lo es para mí.
Abriendo la puerta, Emily salió, mostrando a Gustavo que todo estaba despejado y era seguro salir con la confirmación adicional de Kelly.
Kelly suspiró brevemente antes de indicarle a Emily que se acercara. Kelly, la cazatalentos, una mujer hermosa, de piel oscura y pelo castaño oscuro que hablaba en serio, pero que a veces también tenía que soportar la ira de Gustavo.
—Chicos, conozcan a la asistente de producción de Gustavo, Emily Moore. Emily, ellos son-
—James, Logan, Kendall y el chico del casco —terminó Emily con desagrado al ver a los cuatro chicos que arruinaron su tarde. Se giró hacia Gustavo, frustrada—. ¿Este es tu nuevo grupo de chicos? ¿Los estudiantes de instituto que me empaparon con cloro, y luego procedieron a ligar conmigo y pelearse para ver quién me invitaba a salir?
—¡Ya te dijimos que lo sentíamos! —defendió Kendall.
—No, el chico del casco fue el único que pidió perdón —corrigió Emily señalando al chico con el casco negro sobre la cabeza.
—Carlos —le susurró Kelly a Emily en el oído. Recibiendo un gruñido por parte de ella.
—¡Kelly, no me importa! Gustavo, por favor, dime que no es así como voy a pasar mis próximos tres días —suplicó Emily.
—¿Tres días? ¿No eran tres meses? —interrumpió Kendall, dándole un giro a la conversación.
—Ah, el director ejecutivo quiere ver cómo sois este viernes —explicó Gustavo.
—¿Seremos un grupo en tres días? —preguntó Logan, un poco nervioso.
—No, ¡voy a convertiros en un gran grupo en tres días! —gritó Gustavo, antes de que su mirada cayera en Kendall, y se acercara poco a poco a él—. Salvo que no te creas capaz, Don "Conviértenos En Un Grupo."
—Lo haremos, no hay problema —respondió Kendall, dando un paso adelante hacia Gustavo—. Venga.
—Oh, voy a empezar. Vaya si voy a empezar.
Los dos chicos se quedaron a centímetros de la cara del otro.
—Es muy cerca para mí —comentó Kendall.
—Y para mí —dijo Gustavo, con voz regular, y alejándose de Kendall—. ¡Prepárense para el campamento y resuelvan cualquier tontería que haya entre ustedes! —ordenó señalando a los chicos y a Emily, antes de irse al estudio con Kelly; a pesar de las protestas de Emily.
Al ver que no le harían caso, se dio la vuelta y se enfrentó a la nueva banda.
—Mira, hemos empezado con mal pie —dijo Kendall, hablando por el grupo una vez más.
—Sí, fuimos realmente maleducados y lo sentimos —dijo Carlos, dando un paso adelante con Kendall.
—Creo que la emoción de estar en Hollywood nos atrapó —explicó Logan.
—Yo sigo creyendo que deberíamos salir —dijo James con tono seductor, haciendo que los otros tres chicos le golpearan—. Quiero decir, yo también lo siento.
Mirando a cada uno, se dio cuenta de que en verdad eran unos chicos realmente dulces y muy emocionados.
—Acepto vuestra disculpa —les dijo Emily, haciendo que los chicos lo celebraran en silencio—. Soy Emily Moore —se presentó, extendiendo su mano.
—Kendall Knight.
—Logan Mitchell.
—Carlos García, ¡eres muy guapa! —dijo Carlos con una suave sonrisa en su cara mientras estrechaba su mano, recordándole a Emily a un niño pequeño cuando veía a Papá Noel.
Logan y Kendall sacaron a su amigo de la chica, que se encontró entretenida por Carlos.
—James Diamond —dijo el último. El que ella sabía que tendría más problemas para que le caiga bien.
Dándoles una suave sonrisa, les hizo un gesto para que volvieran al estudio.
—Bien, entonces a trabajar.
Gustavo puso a los chicos en pantalones del ejército y camisas verdes oscuras, como si fueran militares.
Gustavo marchó frente a ellos, en un traje de "combate" como si fuera el comandante. Kelly y Emily se quedaron detrás de él, rodando los ojos ante lo excesivo de la situación.
—Para ser un gran grupo, necesitáis cuatro cosas: gran coreografía, gran imagen, una gran canción, y cantar muy bien —enumeró Gustavo, mientras bajaba uno por uno los cuatro dedos que había levantado y caminaba, quedándose parado cerca de las chicas.
Kelly tocó la bocina, convocando a los equipos. Marketing, coreógrafo, y estilistas.
—Al acabar el día, mi equipo y yo habremos transformado a los cuatro perros de Minnesota en la nueva bomba de Gustavo Rocque —posando junto con los tres equipos. Bueno, con la excepción del equipo de marketing en traje de negocios que hizo todo lo posible para intentar algo hasta que fueron detenidos por Gustavo—. Primera fase del campamento: la coreografía.
Ahora, de vuelta con la ropa normal y en la sala de baile, Gustavo presentó a los chicos a Mister X.
—Mister. X ha montado coreografías a Boyquake, Boyz in the Attic, Madonna, Beyoncé, y Yo Gabba Gabba.
Mister. X se acercó a los muchachos.
—Y ahora, voy haceros eXplotar con el baile.
Temeroso, Carlos se puso el casco.
—Empezaré con un buen eXámen. Cruce de piernas, vuelta, pose —demostró los pasos y luego esperó a que lo siguieran.
James y Kendall no lo hicieron mal. Carlos fue a intentarlo pero Logan, al hacer el paso, lo abofeteó en la cara, haciendo que el pobre chico cayera al suelo. Levantando a su amigo, James le dio unos golpecitos en el casco y levantó un pulgar sonriendo, asegurándole a los demás de que el pelinegro estaba bien. De vuelta en la fila, Mr. X se acercó a ellos, yendo uno por uno.
Primero se acercó a Kendall.
—Él es bueno, pero no serio —ante eso, Kendall dejó que una sonrisa presumida se mostrara en su cara.
—Este es serio, pero no bueno —comentó, haciendo caer la cara de James con desilusión.
—Este perdió a su mascota, y aún sigue triste —dijo con tono falso de tristeza. Carlos frunció el ceño murmurando el nombre de su amada mascota, haciendo que Emily decidiera su integrante favorito.
Finalmente, Mr. X se detuvo frente a Logan.
—Y este simplemente horroroso —comentó enfadado, a lo que Logan estuvo de acuerdo.
Emily pensó para sí misma en cómo con esos breves exámenes sintió que ya los conocía a todos. Aún más, ella quería que ellos lo hicieran.
Una hora más tarde, lo que significa una hora de Gustavo negando a Emily una taza de café, los dos y Kelly volvieron a ver el progreso, para Gustavo, proyecto terminado del nuevo grupo.
Al entrar primero, Emily fue la única en prestar atención y darse cuenta de que los chicos estaban desplomados contra la barra, y que Mister X no se encontraba por ningún lado. Apagó la música, y esperó vacilante a que los dos adultos se dieran cuenta.
—¿Dónde está Mister X? —preguntó Kelly, una vez que los dos finalmente levantaron la vista de sus teléfonos.
—Bueno... Primero se golpeó la cabeza contra la pared —respondió Logan después de sobarse la cabeza. Su camisa azul claro estaba cubierta de sudor.
—Luego le dio un mareo —dijo Carlos, con el casco puesto, y colgado boca abajo de la barra.
—Y luego dijo unas cuantas palabrotas con X —dijo James, cruzando sus brazos en forma de X.
—Y se piró —dijo Kendall, con una voz un poco alegre como si estuviera disfrutando que Gustavo se estresara.
Kelly y Emily intercambiaron una mirada temerosa. La primera se puso un par de cascos, y la rubia se sentó en la esquina, agachando su cabeza y escondiendo su cabeza detrás de las rodillas antes de que Gustavo soltara un largo y enorme grito.
Después de calmar a Gustavo, Kelly y Emily metieron a los chicos en la sala de reuniones, los sentaron en un extremo de la larga mesa negra y convencieron a Gustavo para que se centrara, por ahora, en la imagen del grupo.
—Fase dos de mi campamento de formación del gran grupo: una gran imagen.
—¿Y cuándo cantamos? —preguntó James, hojeando las páginas que había repartido Emily a cada uno de ellos momentos antes.
—¡Cuando yo os lo diga! —espetó Gustavo, sorprendiendo a todos los chicos, excepto a Kendall.
—Chicos, tenemos unos looks fascinantes que literalmente os transformarán —dijo una de las personas del equipo de marketing.
—¿No podemos ser nosotros mismos? —preguntó Kendall, tirando las páginas sobre la mesa.
Después de reírse y decir que no a Kendall, el equipo de marketing sacó un diagrama que Emily consideró lógicamente imposible.
—Chicos, hemos estudiado y electrocutado grupos representativos para determinar la imagen, y el nombre que venderá millones de discos.
—Os entregaremos a las estilistas. Cambiarán vuestra ropa, y puede que vuestro pelo —dijo el hombre, haciendo que James gritara.
—Bien, Griffin quiere un plato sabroso este viernes, y es lo que le daremos —dijo la mujer.
Emily se recostó en su silla con preocupación mientras veía el cambio de imagen de los chicos.
Look #1: Boy-liscious.
Carlos estaba vestido con un chándal neón de los años 80. Kendall estaba sin camisa con un mono que contenía múltiples parches al azar y llevaba un sombrero de mezclilla. James tenía puesto unos pantalones verdes brillantes con una camisa colorida, abierta para revelar su cuerpo. Y Logan llevaba una pajarita amarilla con una chaqueta azul elegante adornada con dibujos de teclas de piano.
Look #2: Rojo, Blanco, y Chico.
Tal y como dijo Kendall, los hizo parecer como si el Tío Sam les hubiera vomitado encima.
Look #3: Danger Boy.
Todo estaban de negro, con pantalones ajustados, delineador de ojos, y mechones de pelo de diferentes colores.
—Los Danger Boy son peligrosos. Los padres prohibirán a sus hijos que compren sus canciones.
—Y por eso las comprarán.
Logan levantó la mano, hablando con un tono considerablemente alto.
—¡Oigan, no siento las piernas!
—Es porque los pantalones son peligrosamente estrechos.
Finalmente, Emily decidió hablar por primera vez en lo que llevan de conversación, y en el mejor interés de los chicos.
—¿Soy la única persona cuerda aquí? Como adolescente, alias el grupo en el que se centran, me repugna todos los looks que nos habéis presentado —dijo ella, provocando que Kelly se estremeciera ante su tono áspero—. Y por favor, cread un nombre de grupo que no contenga la palabra "chico" —terminó, haciendo que todos jadearan.
—Yo también lo odio —anunció Gustavo.
—Nosotros también —dijeron los de marketing al unísono.
—Quiero cinco looks para mañana —le dijo Gustavo al equipo, antes de volver a los chicos—. ¡Muy bien! Seguidme, escucharemos vuestro primer éxito que me devolverá a la élite. Emily, calienta la cabina de grabación mientras les muestro a estos perros cómo cantar.
Emily dio un saludo sarcástico mientras caminaba hacia el estudio, decepcionada con cómo estaba resultando el nuevo grupo.
Al llegar, se sentó en la cabina, y se puso a arreglar los niveles para los chicos.
Por otro lado, la fase de la gran canción terminó siendo un completo caos. Kendall hizo explotar otra vez a Gustavo, esta vez provocando un terremoto masivo.
Cuando llegaron, Kelly monitoreó su ritmo cardíaco y su presión sanguínea con unos aparatos mientras Emily empujaba a todos los chicos a la cabina de sonido.
Antes de que su jefe pudiera comenzar, Emily puso su mano sobre el micrófono.
—Recuerda que los chicos no han tenido un descanso y están un poco cansados.
—Me da igual —respondió Gustavo, ignorando su advertencia—. ¡Muy bien! Hora de pasar a la última fase del campamento de entrenamiento del grupo musical alucinante de Gustavo: cantar —gritó lo último en el micrófono haciendo que sonara muy alto, distorsionando el sonido e hiriendo los oídos de los chicos, que llevaban puestos unos cascos.
—¿Qué es esto? —preguntó Kendall.
Presionando el botón para hablar, Emily se inclinó hacia el micrófono.
—Una cabina de sonido. Aísla la voz por si queremos editarla o mejorarla.
—¿Y las almohadas en el suelo? —preguntó ahora Carlos.
—¿Quieres que echemos una siesta? ¡Porque lo haremos! —dijo James, ansioso por la idea de tomar un descanso.
—No, son para absorber el eco o los agudos, como la gomaespuma de los micros —explicó Emily y Kendall se golpeó con el micrófono en la cabeza—. Y Kelly puso botellas de agua con sabor a frutas por si os seca la boca.
Gustavo alejó el micrófono de Emily.
—Muy bien, genial, y-
Kendall golpeó a Carlos en la cabeza con la gomaespuma del micro.
—Qué gracia. Repítelo.
Entonces Kendall lo hizo otra vez.
—No eres tan duro sin el casco —dijo Kendall riéndose.
Carlos cogió la botella de agua de color azul y la apretó rociándola hacia Kendall en represalia, fallando y golpeando a Logan en el torso de la camiseta.
—¡Eres idiota! —gritó Logan, quitándose los cascos. Carlos lo hizo de nuevo, haciendo que Logan le mirara enfadado antes de agarrar la botella roja y echar todo el contenido por toda la camiseta blanca de James.
—¡Me has manchado mi camiseta de la suerte! —soltó él antes de agarrar dos botellas y rociar a Kendall y a Logan.
—El agua de frutas no ha sido... buena idea —Kelly pensó en voz alta.
—Por favor, decidles que paren —pidió Gustavo a las chicas con calma, viendo como Logan cogía una de las almohadas y comenza a golpear a Kendall, causando que la cabina se llenara de plumas.
—Mmm, las almohadas tampoco han sido buena idea —tarareó Kelly, sabiendo que Gustavo estaba irritado.
—¡Te dije que estaban cansados! —dijo Emily, recostándose en su silla.
—Diles a los chicos que vayan a mi despacho cuando terminen —le contestó Gustavo, saliendo con demasiada calma del estudio, con Kelly siguiéndole detrás.
Emily se sentó al otro lado del cristal, encogiéndose ante lo que vendría después. Finalmente, los chicos se fueron calmando poco a poco y se detuvieron.
Llenos de plumas y empapados con el agua de frutas, todos los chicos respiraron profundamente por la pelea.
—Si habéis terminado ahí dentro, Gustavo quiere veros —dijo Emily al micrófono haciendo que los chicos miraran los unos a los otros con nerviosismo.
—¡Tú no cantas nada! —le gritó Gustavo a Carlos.
Emily hizo una mueca, sabiendo que su jefe no se detendría.
—¡Tú ni cantas, ni bailas!
—Doy volteretas —le dijo Logan, orgulloso.
—Cállate.
—Vale.
—Para siempre —le dijo por último Gustavo y él asintió, soltando un "uhm" y llevando su mirada al suelo.
James sonrió, esperando ansiosamente los comentarios por parte de Gustavo, pero él simplemente agachó la cabeza y le ignoró, siguiendo de largo.
—¡Y lo peor de todo es que tú no quieres esto! —le gritó a Kendall, quien solo tosió algunas plumas.
Viendo que no le habían dicho nada, James decidió hablar.
—¿Y yo qué? Sé cantar, bailar, ¡y sí que lo quiero!
—Me recuerdas mucho a Matthew McConaughey.
—¿De verdad? —dijo James con una enorme sonrisa en la cara.
—¡No puedo aguantar a Matthew McConaughey! —espetó, haciendo caer la sonrisa de James—. Este grupo no canta, no baila. No tiene canción, ni imagen, ¡y va cubierto de plumas! ¡Y prefiero dejarlo ahora que suicidarme delante de los directivos de la compañía! —gritó Gustavo, provocando que el corazón de Emily cayera—. Sin embargo, hay una canción que me encantaría tocar para vosotros.
Gustavo se sentó al piano, comenzando a tocar con un ritmo bajo.
—Ooh, now that I'm through bangin' my head, this band of dogs is officially DEAD!
Gustavo envió a todos a casa. Emily se quedó todo el tiempo que pudo sin que Gustavo le gritara que se fuera, esperando poder tener una conversación con él sobre la banda y la canción para la que tenía una idea. Pero él gritó y ella supo que no tenía ningún sentido que se lo dijera ahora.
De vuelta en Palm Woods, los gritos y la conmoción llevaron a Emily a la piscina en lugar de a su aislado apartamento. Eran los chicos, discutiendo.
—La habéis cagado. Me habéis fastidiado. ¡No habéis querido ni intentarlo! —gritó James a los otros tres.
—¡Muy bien! —dijo Carlos, levantándose de un salto de la tumbona y parándose delante de James—. Vamos a calmarnos y a pensar un rato en los gatitos.
—Piensa tú en ellos, con lo que desafinas y tu absurdo casco —dijo James enfadado, antes de empujar a Carlos con fuerza hacia la tumbona de la piscina.
A la vista de la posible violencia, Emily camina hacia las tumbonas para hablar con los chicos, pero Carlos ya se había levantado y cargado contra James. Kendall y Logan los agarraron en ambos lados para separarlos.
Emily, al pasar junto a una niña pequeña que estaba viendo pelear a los chicos, puso una mano sobre la espalda de Kendall y la otra sobre la de Carlos y los empujó a la piscina, tirando a los otros dos con ellos.
Cuando volvieron a la superficie, se volvieron hacia la chica para interrogarla, pero una expresión de sorpresa creció en sus caras cuando vieron a la asistente de Gustavo en lugar de a la hermana pequeña de Kendall.
—¿Emily? ¿Por qué hiciste eso? —preguntó Kendall.
—Os hacía falta enfriaros —dijo la niña, sonriendo con satisfacción ante el intercambio entre los adolescentes.
—Es verdad, lo siento —se disculpó James, pero Kendall lanzó mucha agua hacia su dirección.
—¡Hey! —espetó Emily, haciendo que los chicos saltaran lejos el uno del otro—. Os traeré unas toallas, pero salgan ya de la piscina —les dijo, yendo a por cuatro suaves y secas toallas blancas.
Cada uno de ellos, empapado, aceptó una toalla y se sentó en un banco redondo junto a la hoguera en la parte trasera de la piscina. Emily acercó una silla frente a ellos y se sentó en silencio mientras afuera se oscurecía el día.
—Podría quedarme y ser modelo —pensó James en voz alta—. Sigo siendo guapo —dijo, haciendo que sus amigos lo miren—. O estrella de un reality show.
—¿De cuál? ¿Proyecto Idiota? —respondió Carlos con una maldad en su voz que Emily no había oído en todo el día.
James suspiró.
—Creo que estás celoso.
—Lo gracioso, es que ni hemos cantado juntos —habló Kendall.
Emily abrió la boca para decir algo pero se dio cuenta de que nada de lo que dijera les ayudaría.
—Oh, you're such a turd. Oh yeah a giant turd. And you look like a turd and you smell like a turd!
Los chicos comenzaron a cantar juntos. Emily se volvió y notó que habían llamado la atención de otras personas que se relajaban junto a la piscina.
Por tercera vez, James se unió, armonizando, haciendo que Emily no estuviera de acuerdo con Gustavo. Él sabía cantar. Cuando estaban a punto de terminar, James saltó encima del asiento.
—Sm-e-el-e-ell like a turd... —terminó, saltando al suelo y chocando los cinco con sus amigos.
Juntando sus manos, Emily se puso de pie, aplaudiendo. Pronto, todos la habían seguido y los chicos miraron con asombro la respuesta del público.
—¿Y si lo hacemos? —preguntó Kendall—. Teníais razón, deberíamos hacerlo —dijo él, levantándose y poniéndose junto a Emily.
—¿Cómo? Nos han echado, ¿recuerdas? —mencionó Logan.
—No nos han echado —respondió Kendall.
—Os han echado —dijo Emily.
—Vale, sí, nos han echado —se corrigió Kendall a sí mismo—. Pero no nos hemos empleado a fondo.
—Yo sí, ¿sabes? —contestó James después de levantar la mano.
—Lo sabemos —dijo Emily, sin hacer contacto visual con el chico absorbido por sí mismo. Se volvió hacia Kendall, alejándolo un poco de los demás—. Si puedes convencerlos de que hagan esto ahora, puedo tener a Gustavo y al equipo de vuelta en el estudio en treinta minutos —le propuso, con la esperanza de hacer un trato.
Kendall miró hacia abajo a la chica, y le sonrió, estrechándole la mano.
Emily devolvió una mirada esperanzadora, corriendo hacia el vestíbulo y arriba a su habitación para conseguir todo lo que necesitaba si iba a ayudar a los chicos a convencer a Gustavo de que esto aún no había terminado.
Después de unas pocas llamadas, él contestó al teléfono, para su sorpresa.
—¡Gustavo! Estate en el estudio en 30 minutos, creo que puedo hacerte cambiar de opinión —dijo ella, colgando inmediatamente el teléfono, sin dejarle tiempo para discutir o hacer preguntas.
En el estudio, Emily entró por las grandes puestas, con la banda siguiéndola detrás. Al final del pasillo estaba Gustavo y su equipo. Ambos grupos comenzaron a caminar y cuando estaban a pocos centímetros de distancia pararon. Emily se hizo a un lado, quedándose en medio de ambos grupos.
—¿Y bien? —preguntó Gustavo, mirando de Emily a Kendall.
—Vale, se hará a tu modo —Kendall estuvo de acuerdo—. Ni tonterías, ni peleas de almohadas, ni preguntas durante dos días.
Kelly y Emily miraron a Gustavo por una respuesta.
—¡Muy bien! —dijo él, contento con el trato—. ¡Girl Time desde arriba!
—Excepto eso —tosió Emily, haciendo que Gustavo se diera la vuelta.
—No queremos cantar Girl Time —dijo Kendall.
—¡Oh! A ver si lo adivino —comenzó Gustavo, en un tono sarcásticamente entrelazado, que Emily había escuchado muchas veces—. Habéis tenido una idea mejor. Adelante, oigámosla. ¡Oigamos la gran canción de los perros!
—Big Time Rush —dijeron todos al unísono.
—Trata de cuatro jugadores de hockey de Minnesota a los que les dan una gran oportunidad, y deciden aprovecharla —explicó Emily, con un tic nervioso en sus pulgares mientras hablaba con su jefe por primera vez sobre una idea de una canción.
—¡Me gusta! —intervino Kelly—. Y deja de utilizar la palabra "chica" en todas tus canciones.
—A... —Gustavo alargó la "a" hasta detenerse—, a mí también me gusta.
Kendall y Emily se miraron y se chocaron los puños con una sonrisa en la cara.
—Trabajaremos toda la noche porque para el viernes sólo quedan dos días, ¡y hay que trabajar a tope, chicos!
Gustavo le permitió a Emily una taza de café por la noche, aún conociendo su historial de cafeína y cuán alta puede ser su energía al beber esa bebida.
Mientras los chicos trabajaban en su coreografía, Gustavo escribía la canción, y Emily supervisaba el nombre y la imagen del grupo.
Ella convenció a Gustavo para que los nombrara Big Time Rush, y mandó a los estilistas para que tuvieran un look simple y moderno para los chicos.
Había aprobado una chaqueta de terciopelo para James, un sombrero de fieltro para Kendall, un chaleco de cuero para Carlos y una corbata delgada para Logan.
Ella y Carlos se fueron conociendo durante las pausas para el almuerzo.
Kendall le consiguió su café y se lo dio en secreto.
Logan derramó su pasión por ser médico.
Y James la acosó con preguntas sobre la industria y cómo llegó allí.
Ella vio a los muchachos convertirse en un gran grupo en los próximos días.
Aún más, ella vio a los chicos realizar de forma increíble el ensayo para su actuación en vivo para Griffin.
Viernes. Todos se sentaron en el estudio viendo a través de la gran ventana el espacio del escenario donde estaban los chicos. Emily y Gustavo estaban uno al lado del otro, intercambiando miradas constantemente, esperando que a Griffin le encantara el grupo.
Cuando los chicos terminaron, posaron, y Emily miró hacia abajo a Griffin para una respuesta. Él se giró en su silla.
—Me gustan. A la junta le encantarán. Tres meses para grabar la maqueta. Los grupos vuelven a estar de moda —dijo Griffin mientras abofeteaba las mejillas de Gustavo—. Me voy. Mis pantalones se enfrían.
Griffin se fue. Emily retrocedió, conteniendo su entusiasmo hasta que Gustavo pudo contarles la noticia a los chicos.
Gustavo se inclinó sobre el micro y miró a los chicos.
—Os quedáis en Los Ángeles.
Una gran sonrisa estalló en su rostro cuando vio la celebración del grupo.
Ella dejó de saltar arriba y abajo cuando de pronto, Gustavo gritó.
—Si estos tres días os han parecido duros, ya veréis estos tres meses. Carlos no sabe cantar, Logan no sabe bailar, y James sigue siendo insoportable.
—¡Trabajaremos en ello! —prometió Kendall.
—Vale, ya podéis celebrarlo.
Emily irrumpió en una carrera a través de la cabina y fue hacia donde estaban los chicos, saltando sobre la espalda de Kendall. Él la atrapó mientras sentía que ella se aferraba a él.
Retrocediendo, él se giró, dándole una gran sonrisa y un abrazo en celebración, antes de que Carlos la atacara en el segundo que Kendall la soltó. Ella dio un abrazo rápido a James y uno tranquilo a Logan antes de ver a los chicos saltar, chocando los cinco mientras estaban en el aire.
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