Capítulo 2: Conociéndonos
-¿Cinta adhesiva?-suspiré.-Siento confesarte hermano, que ya fué inventada.-me tomó del brazo poniendo un gran pedazo de cinta en uno de mis brazos.-Hey.-la quitó y sentí un horrible dolor tras despegarla de mi piel.-¡Auch! ¡Duele! ¡auh!
Narradora Omnisciente
Un sonido proveniente de aquella máquina dió por formar a un gigantesto y adorable robot.
-Esto, es en lo que ella y yo trabajamos ahora.-señaló a la chica, y esta, no dudó en sonrojarse leve por ver cómo aquel Hamada se refería a sí misma.
El pelinegro veía con confundimiento a ese robot.
Aquel amigable robot tomó la silla que se hallaba en frente de los hermanos para colocarla justo a un lado donde no estorbase, para sí, acercárceles muy amistosamente.
-Hola, yo soy Baymax, tu asistente, médico, personal.Recibí una llamada de alerta cuando dijiste "Auh".--
-¿Un enferme....robot?-preguntó un Hiro más confundido.
-En una escala del 1 al 10.¿cómo calificarías tu dolor?-
-¿Físico? ¿O emocional?-Tadashi hizo un pequeño puchero, mientras que la chica, por otro lado, no dejaba de reír.
-Te haré un escaneo.-
El menor, sin dejar de sobarse la mano donde había sido afectada aquella lastimada, veía cómo el mismo robot lo escaneaba.
-Escaneo completo.-
Después de varios comentarios constructivos al nuevo proyecto del Mayor de los Hamada, Tadashi desarrollaría todo su empeño, junto a la chica que le gusta.
Y sí, Hiro nunca supo que su hermano mayor, por primera vez, tenía un interés romántico con su compañera de trabajo.
-Oh no, es Callaghan, quiere que valla a su oficina.-dijo él, quien revisaba varios mensajes desde su teléfono.
-¿Ya te vas?-volvió a preguntar el menor, Tadashi sólo pudo tomar su gorra mientras salía de su zona de trabajo.
-No estarás solo, platicarás con ella, te veo en un rato.¡Adiós!-
Hiro permaneció callado, volteó a ver a la chica, ella estaba entretenida en su teléfono.
-Entonces.¿Conque, eres compañera de Tadashi, uh?-
-Claro que sí.-aclaró levantándose de su asiento.-Mi nombre es Vanellope, Vanellope Von Schweetz.-
-Cielos, tus apellidos suenan como un personaje de un videojuego.-
-Hmm, no me sorprende que las personas me lo digan.-bufó llevándose un mechón de su cabello detrás de su oreja.-Yo, antes de que me convirtiera en una experta en la robótica, yo era muy aficionada a las carreras de autos, cada fin de semana, mis amigas y yo, hacíamos retas, o revanchas como le decimos en mi ciudad natal.-
-¿Y en dónde es tu ciudad natal?-inquirió el pelinegro sentándose en un taburete que estaba cerca del escritorio de su hermano.
-Cuba, era una niña huérfana.-Hiro quedó perplejo.¿Cómo una bella, y talentosa chica como Vanellope se había crecido por si sola sin ayuda de familiares?
-Oh...Cielos.-murmuró el chico.-y...¿Qué edad tienes ahora?-
-13.-
-¡¿Qué?! Debes estar bromeando, a esa edad, las chicas no obtienen sus permisos para conducir.-
La pelinegra reía levemente, Hiro seguía sin entender absolutamente nada de lo que ocurría, era bastante extraño que alguien con una edad más baja, tuviera su licencia de manejo.
-Mis amigas me enseñaron a manejar, nunca tuve el interés de pasear por las calles sin que la policía me detuviera.-El menor de los Hamada prestaba atención a aquellas palabras que salían de su linda, y melodiosa voz.
Sus pensamientos se habían apoderado de él por un momento, su estómago comenzaba a revolverse.¿Tan pronto se habría atraído a ella?
-Cielos, yo a tu edad, era mucho de peleas robóticas, claro, me gradué de la preparatoria.¿loco,no?-
-Eres muy tierno por la forma en que te expresas.-el chico, al escuchar esa pequeña frase, sus mejillas volvieron a retomar aquel color rojo no muy notable...
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