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Austin Barsky

Un niño nacido en una familia de clase medía alta, con un padre siendo un miembro alto de la milicia y su madre siendo un miembro respetado de las fuerzas aéreas.
Hijo único y por esa razón sus padres se esforzaron tanto para que él formara parte del ejército como ellos.

Austin vivió toda su vida como si fuera un cadete, su madre lo acostumbro al levantarme temprano y a seguir una rutina desde muy pequeño, mientras su padre lo entreno físicamente, trotando todas las mañanas. Todo esto convirtiéndolo en un soldado sin realmente ser, por ahora.

A sus 15 años lograron hacer que entrara sin problema alguno en la academia militar, esto fue como un juego para niños para él, lo capacitaron y prepararon para ésto desde que tiene memoria, le enseñaron disciplina y le enseñaron a seguir órdenes. El mejor de su generación, sin dudarlo

Gracias a su gran desempeño y un poco de ayuda de sus padres ya tendría un puesto alto asegurado apenas salir de la academia

—Qué quieres qué!?— Dijo el militar viendo incrédulo a su hijo de 20 años

—Quiro unos cuantos años para capacitar si realmente quiero formar parte de la milicia, Padre— El joven adulto estaba recto y en salido militar, si pre fue así, sus padres siempre fueron sus superiores y el solo un soldado que debía seguir órdenes

Ambos padres se miraron mutuamente, mientras que el hombre estaba claramente disconforme con la petición de su hijo, la mujer tenía un rostro más analítico, pensando en todo los que conllevaría eso, después de un rata quien rompió el silencio fue la mujer mientras miraba al joven

—Descanse, soldado...— Dijo la mujer dándole la autorización para que dejara de estar en pose de saludó —Muy bien, ahora, quiero que me digas, que harás con tu vida si es que te damos esos años de descanso?—

—Esta claro que no dejaré que mi entrenamiento se desperdicié, buscaré trabajo como policía—

—Policía, dice... Has entrenado toda tu vida para ser militar!! Por qué quieres rebajar tu puesto para ser policía!?—

—Puedes ser policía- Soltó de la nada la mujer—

—QUÉ!?— Grito el hombre mirando a su mujer, pero antes de que se pudiera seguir quejando está lo cortó

—Puedes ser policía, pero, y que te quede claro esto, no queremos que formes parte de cualquier comisaría—

Ante esto tanto padre e hijo estaban confundidos mirando a la piloto de la fuerza aérea

—Cariño, no dijiste que un viejo compañero tullo actualmente está de Superintendente en una comisaría en Los Santos?—

—Si... Quieres mandarlo allí?... Estás loca!? Esa ciudad actualmente está en la decadencia, con crimenes ocurriendo a todas horas, sin mencionar que ese tipo tiene pésima actitud!—

—Exacto! Lo que significa que su mente y cuerpo estar igual de ocupados que en la escuela militar, y será un buen entrenamiento si es que al final sin quiere su puesto en la milicia—

El hombre se quedó pensando, un rato largo, provocando que el joven adulto solo se pusiera más nervioso

—De acuerdo, irás a Los Santos—

—Muchas gracias— Dijo emocionado el joven, pero no pudo seguir con su agradecimiento ya que fue interrumpido

—Dije que irías a Los Santos, pero eso no quiere decir que ya serás policía apenas llegar, tendrás que realizar las opciones correspondientes, yo trataré de contactar con el Superintendente para que te dé una oportunidad, pero si las fallas o no realizas bien el trabajo regresaras aquí y formarás parte de la milicia, entendió soldado?—

—Si señor—

Y tras decir eso fue directamente a su habitación para prepara la maleta

Y allí estaba, en un avión recién llegando al Aeropuerto de Los Santos, al bajar y caminar un poco logro localizar a un hombre con el uniforme policial y un cartel el cual decía "Austin Barsky"

—Tu eres el nuevo?— Pregunto el hombre al ver cómo el joven caminaba con rumbo asia él

—Bueno, espero que si, aún no hago las oposiciones, pero le aseguro que estuve estudiando todo lo posible señor—

—Bueno, te deseo suerte, el Superintendente tiende a hacer el exámen muy difícil. Ahora sí, me presento, soy Franco Simone, uno de los dos Comisarios de la LSPD, vamos, el Superintendente me pidió que viniera a recogerte y te llevará a la comisaría—

—Muchas gracias—

—No hay de que, andando—

Tras decir eso ambos subieron al patrulla, si... Con todo y la maleta del joven la cual pusieron en la parte de atrás.

Lo que le contó su padre y el Comisario sobre el mal humor del Superintendente era completamente cierto, agradecía el saber lidear con ese tipo de jefes gracias a la academia militar, pero eso no quita que se llegó a poner un poco nervioso durante la oposiciones, pero no tanto como para fallar en estás.

Fue contratado como Sargento, en observación, pero Sargento al fin y al cabo

—Sargento Nick Collins, seré el encargado de vigilante y enseñarte las pocas cosas que no sepas— Se presentó un hombre 5 años y medio mayor que él, con una gran sonrisa

—Mucho gusto señor—

Después de la presentación ambos subieron al vehículo policial para patrullar la zona, por suerte lograron encontrar rápidamente un tema de conversación, el cual fue variando mientras transcurría el tiempo

—Entonces está casado?— Pregunto el joven después de preguntar por el anillo que tenía Collins en el dedo anular de la mano izquierda

—Asi es— Dijo con una sonrisa —Recién casado literalmente, fue el mes pasado—

—Felicidades—

—Gracias, curiosamente mi esposa también trabaja en la comisaría—

—En serio!?—

—Asi es, es detective, se llama Alana

Su primer día de trabajo fue más tranquilo de lo que esperaba, y lo agradecía. También estaba feliz de que su compañero fuera amigable. Lasimosamente el patrullaje junto a él no fue permanente, 2 meses después de haber llegado a la comisaría el Superintendente decidió que ya había pasado la prueba de observación, por lo que Collins regreso a sus patrullajes normales y al él le asignaron otro compañero




El tiempo pasó, y realmente se arrepentía de haber dicho que su padre exageraba con respecto a Los Santos el primer día que llegó, las cosas realmente eran un caos en esa ciudad, tanto así que era raro el que no hubiera, mínimo, un atracó a un badulaque, o las múltiples manifestaciones que se hacían sin razón aparente en frente de comisaría, ahora entendía el mal humor de su jefe, el estar organizado a tus hombres para tratar de lidear con las estupideces que hacen los habitantes de la ciudad, todos los días, casi 24/7 debe de agotar a cualquiera

Pero con tan solo 23 años no se daría por vencido en esa ciudad, seguirá a delante. De perdido la paga era buena y logro conseguir un buen departamento en Downtown Vinewood; pero todo esto no quita que hoy necesite un descanso después de su turno.

Se encontraba entrando al The Hen House, un bar en Paleto Bay, en el Condado de Blaine, muy lejos de la ciudad, pero eso es lo que quería, un lugar tranquilo y alejado de todo, aunque luego le cueste muy caro el taxi de regreso a su hogar.

Ya dentro pudo escuchar la tranquila musica del establecimiento, pero lo que más le calmó fue que en la barra solo había un chico castaño y de camisa rosa sentado en una de las sillas y el bartender el cual parecía estar muriéndose del aburrimiento, aprovechando el estado pensativo del chico decidió sentarse a su lado

—Buenas noches— Dijo al aire viendo como el castaño seguía pensativo viendo su bebida como si fuera lo más interesante del mundo, pero si obtuvo una respuesta del bartender el cual tomó su órden

—Aquí tiene Señor Oficial, un vaso de whisky— Dijo el bartender entregándole su bebida

—Gracias— Dijo tomando su vaso con una sonrisa, la cual desapareció al no saber por qué brindar —Y brindó por...— Se quedó pensando un instante para después mirar asia la izquierda viendo al castaño aún inmerso en sus pensamientos —Por usted, porque de seguro tu vida es más tranquila que la mía— tras decir eso le dio un trago a su bebida, notando de reojo como el castaño salía de su ensoñación para pasar a mirarlo con un rostro claramente confundido

Nadie dijo una sola palabra, y el castaño seguía mirando confundido al sargento, no fue asta que el bartender río cortando el pequeño ambiente incómodo que se estaba formando, llamando la atención de ambos adultos jóvenes

—Señor Oficial, creo que no conoce al caballero que tiene al lado— Dijo con una sonrisa el bartender

—Debería conocerlo?— Pregunto el miembro de la LSPD mirando al castaño con un rostro que denotaba análisis, lo miraba de arriba a abajo, tratando de descubrir si lo había visto en algún lado, pero más allá de un vago recuerdo o una coincidencia, no lo reconocía de ningún lado

—Si y no— Contesto el bartender —No, porque es una persona extremadamente legal con su historia limpió, por si porque al igual que usted es una de la jóvenes promesas de Los Santos. Señor Oficial, junto a usted está el Señor Pink Panther, una persona brillante y tan solo a sus 23 años acaba de ser ascendido a un puesto alto en el banco—

Tras decir aquello, Austin solo pudo hacer un sonido de asombro, notando cómo en los labios del joven adulto de su misma edad se formaba una pequeña sonrisa orgullosa

–Y como consiguió aquel logro, caballero?– Pregunto el pelinegro mientras le ordenaba otro vaso de whisky, aún con su vista fija en el castaño

–Bueno, soy joven, graduado con honores de la universidad y con experiencia laboral; que ese no es el sueño de todas las empresas?– Dijo mirando nuevamente su vaso y con un tono claramente altanero pero coqueto, o eso fue lo que detecto Austin, debía admitir que ese castaño tenía cierto encantó que lo tenía embobado, y no entendía el porqué, no estaba borracho y tampoco lo atribuía al cansancio –Y usted? Tiene la misma edad que yo aproximadamente y ya le he visto patrullando por la ciudad, pero nunca lo vi con el uniforme de alumno– Dijo cambiando de tema realmente interesado, o eso le pareció al sargento

–Bueno, como usted dijo, con experiencia, joven y con honores, es el sueño de todo futuro jefe. Entre a la escuela militar a los 15 años, tenía un puesto alto asegurado en la milicia saliendo de allí, pero digamos que yo quería explorar un poco el mundo, así que hace unos pocos años llegué a Los Santos e hice las oposiciones para policía, gracias a mi experiencia militar entre directamente como Sargento–

La pantera mostró un rostro genuinamente sorprendido y de admiración, e incluso juró ver un pequeño brillo en sus ojos el cual no pudo describir, pero decido no tomarle importancia

–Y dígame, Pink Panther es su verdadero nombre o solo un alias?– Pregunto de repente, estaba claro que era un alias, pero utilizó la pregunta cómo excusa para saber el nombre de ese atrayente castaño

–Obvio es un alias, me lo puso un ex jefe y la presa por supuestamente mi "mirada de gato" y mi gusto por el color rosa–

–Y puedo tener el honor de conocer su verdadero nombre?–

–Me llamo Nadir, y usted señor Oficial?–

*Nadir... Que curioso y hermoso nombre* Pensó el pelinegro

–Austin, mi nombre es Austin–

–Lindo nombre–

–Gracias, igual que el suyo–

Siguieron hablando y bebiendo, el pelinegro se impresionaba de si mismo por estar tan cómodo con un desconocido, pero eso no le importaba en ese momento, le encantaba poder hablar con alguien que posiblemente había sufrido casi la misma cantidad de estrés de él desde joven.

Cómo es que eran tan distintos pero a la vez tan parecidos?
Estaban a un nivel similar en tema intelectual y eso provocaba que pudieran hablar tan agradablemente. Aquí que algo le llamó demasiado la atención

Nadir daba muchas pistas con respecto a no estar conforme con su trabajo en el banco

Y no entendía el porqué, él consiguió todo eso por gusto propio y no por exigencia de sus padres, por que estarían inconforme?

Decidió callar esa duda en su cabeza y seguir conversando y contando anécdotas, siguieron hablando hasta que salió un tema al aire

–Qué está ahorrando para comprar el qué?– Pregunto con un tono de duda en su voz, no pudiendo creer lo que acababa de escuchar

–Para comprar el casino, qué? Piensas que quiero estar toda mi puta vida encerrado en el banco!?– Decía claramente ya estando algo afectado por el alcohol, pero no lo suficientemente como para considerarse delirios, estaba hablando con toda seguridad del mundo

El pelinegro sonrió ante esta demostración, entendiendo ahora la disconformidad de la pantera con su puesto de trabajo –Pues le deseo mucha suerte en esa meta– Dijo aún conservando la sonrisa

Estaba por volver a tomar su bebida hasta que escucho un gritó

–TENGO UNA IDEA!!– Dijo con enorme emoción el castaño

–Cual?–

–Ayudame a comprar el casino– Soltó de la nada

–.... Cómo?–

Después de que el castaño le confirmará que lo que escucho fue real se negó de inmediato
Cómo le proponía eso a un completo desconocido!?
Sin mencionar el echo de que si aceptaba y sus padres se enteraban lo matarían por desperdiciar sus ahorros por algo tan inalcanzable como un casino

Fue en ese momento que se dio cuenta a lo que se refería con "mirada de gato"
Aquellos ojos estaban fijos en los de él y con su labia hizo lo posible por hacerlo cambiar de opinión, logrando lo, lo hizo olvidar completamente el "que dirán mis padres?" Y le generó una sensación la cual hacia que su cerebro dijera "al diablo lo que digan mis padres"

–Tiene un enorme poder de convencimiento señor Pink Panther, estoy dentro– Finalmente dijo con una sonrisa

–Al fin!– Dijo el pobre bartender que estuvo escuchando su charla todo este tiempo –Y, caballeros, no es que sea mal educado, pero el bar cerro asé 5 minutos... Pero no me atrevía a interrumpirlos–

Ambos jóvenes adultos miraron al bartender, y después de pagar sus cuentas salieron del bar
Después de que Austin pidiera un taxi y ambos en el camino a sus respectivas casas intercambiarán número de teléfono. Se sorprendió un instante por ver la residencia donde vivía el castaño, pero después de pensar "Es un banquero joven y con un muy buen salario, es lógico que quiera presumirlo de alguna manera" se le pasó la sorpresa.

Después de aquel día sus charlas con Nadir fueron frecuentes, le encantaba ver la emoción del mayor por escasos meses por este sueño, el conocer al castaño era realmente lo que necesitaba.

Todo esto conllevó a una amistad sincera en poco tiempo, y unos cuantos meses después conllevó a una relación amorosa; era completamente feliz, pero no podía dejar de pensar en sus padres...
Ellos habían planeado toda su vida desde antes de nacer, y estaba seguro que el volverse dueño de un casino y tener una pareja de su mismo sexo no estaba en los planes de ellos.

Todo esto lo confirmo una noche que estaba regresando a su departamento despues de haber estado festejando junto a Nadir el que ya habían conseguido todo el dinero que faltaba para comprar el casino.
Al entrar lo primero que vio fue a sus padres recibiéndolo junto a otras dos personas que no reconocía

–Papá... Mamá... Que hacen aquí?....– Fue lo único que dijo, se había paralizado por completo

–Es lo único que dirás después de no vernos por casi 5 años?– Respondió el militar el cual tenía los brazos cruzados

–Yo... Perdón, simplemente no esperaba verlos...–

–Lo sabemos– Dijo su madre, la cual al igual que el hombre tenía los brazos cruzados

Un silencio reino la sala de ese departamento, poniendo aún más nervioso al joven de 25 años recién cumplidos

–Hijo– Rompió el silencio el padre del pelinegro –Tu madre y yo nos hemos dado cuenta, que quizás formar parte de la milicia no sea lo tuyo– Dijo con calma, haciendo que por un leve instante, Austin liberará un poco de peso de sus hombros

–Tu actual jefe nos dijo que eres uno de los mejores agentes de la LSPD– Prosiguió la madre –Asi que con esto, y tú experiencia, tu padre y yo logramos contactar con un viejo amigo mío el cual actualmente es el director del FBI en la cede de Nueva York–

–Qué?– Dijo procesando información

–Lo que escuchaste muchacho– Dijo una de las dos personas que no conocía –Estuve viendote trabajar desde lo oculto, y realmente te quiero en mi equipo–

Todo era rápido y repentino, y tenía muchas emociones encontrarás, por un lado estaba emocionado porque pasar de ser sargento de una estación de policía a ser agente del FBI era realmente un gran ascenso.
Por otro lado la incertidumbre creció en su pecho "Y Nadir?" No pudo ni decir sus inseguridades cuando la segunda persona que no reconocía habló.

–Ya puedo presentarme yo?– Dijo con una voz algo aguda una chica la cual el calculaba era un año menor que él

–Oh, sierto!– Río la madre del pelinegro –Austin, ella es Carolina, tu amiga de la infancia–

Ante esta declaración Austin trato de hacer memoria y efectivamente, tenía vagos recuerdos de aquella chica, y sonrió por verla después de tanto tiempo, porque después de entrar a la academia militar no pudo volver a verla

–Ella al igual que tú fue seleccionada para trabajar también en el FBI de la cede de Nueva York– Ante esto el joven ensanchó más su sonrisa, estaba apunto de felicitarla cuando su padre dijo algo que lo detuvo de todo eso y lo dejo paralizado –Y también será tu novia–

Su rostro no mostraba reacción alguna, sus ojos solo se movieron lentamente viendo el rostro de sus padres en una expresión que no podían describir

–Qué ocurre Austin? Tan feliz te puso la noticia que nuestra pequeña promesa de niños se vaya a cumplir?– Pregunto entre risas Carolina mientras se acercaba a él

En ese momento su cerebro reacción a alejarse, si, estaba feliz a de ver a una vieja amiga, pero era solo eso, una vieja amiga, tal vez si no hubiera conocido a Nadir hubiera aceptado sin rechistar todo lo que le estaban diciendo sus padres, pero después de casi 2 años conviviendo con él y con sus compañeros de la LSPD se dio cuenta de que tal vez la "vida perfecta" que tenían sus padres planeada no era perfecta para él.

Con educación detuvo a la joven que no dejaba de acercarse a él y la apartó, está acción no pasando desapercibida para sus padres a los cuales encaró directamente llenando sus pulmones de aire

–Papá, Mamá, realmente me impresiona todo lo que han echo por mi... Pero puedo aceptar ésto– Dijo con la voz más firme y segura que podía, sus manos estaban temblando y las sentía sudorosas por los nervios

–Y por qué exactamente?– Pregunto la mujer

–No puedo aceptar que me importan a Carolina como pareja, principalmente porque ya tengo una y lo conozco desde ya casi dos años–

–"Lo conoces" estás dando a entender que es un varón?– Pregunto su padre con voz gruesa

–Asi es y su nombre es Nadir, tiene mi misma edad y al igual que yo a sacrificado muchas cosas para alcanzar el éxito, y antes de que me digan que posiblemente sea un vago o drogadicto, les puedo confirmar que no es nada de eso, él a pesar de su edad tiene uno de los puestos más altos en el Banco Central de Los Santos. Y en estos momentos tampoco puedo ser agente del FBI, aquí tengo amigos, sin mencionar que MI NOVIO y yo tenemos pensado comprar el The Diamond, un Casino y Resort el cual está a las afueras de la ciudad, y ya incluso tenemos el dinero suficiente–

Soltó la bomba sin más, sus pecho subía y bajaba extremadamente rápido debido a su respiración errática y a su acelerado corazón

Ahora eran sus padres los que tenían una expresión indescriptible, Carolina por su parte solo tenía la boca abierta en signo de sorpresa total después de escuchar la declaración de Austin, y el pobre Director de la sede de Nueva York simplemente tenía sus labios apretados en una recta línea por la incomodidad que le estaba causando está pequeña reunión familiar.

Hubo gritos y regaños

Pero algo quedó claro esa noche, los padres de Austin seguían teniendo el control de esté sin importar qué...

Lo hicieron "entrar en razón" haciendo que "entendiera" que el sueño de tener un casino era algo imposible (a pesar de que literalmente solo les faltaba firmar el contrato)
Austin escribió una nota para Nadir antes de irse.

Una vez en Nueva York sus padres se aseguraron de conseguirle un departamento, uno donde no solo pudiera vivir él, sino también Carolina la cual al final si termino convirtiéndose en su novia y por obligación de sus padres posteriormente también se volvió su prometida

Gracias a cielo, muy en el fondo seguía teniendo algo de autonomía, así que cada que le tocaba firmar un documento, por más protestas de sus padres y de Carolina, el siempre leía todo por miedo a que lo hagan firmar sin que se de cuánta un acta de matrimonio (Cosa que si pasó en más de una ocasión)

Al menos tenía a su nuevo jefe de su lado, mandándolo a misiones de campo solo o acompañado de otros agentes (entre los cuales no se encontraba Carolina), y también dándole permiso de dormir en las instalaciones

–Me llamó, Jefe?– Dijo el pelinegro entrando a la oficina del director del FBI

–Asi es muchacho, siéntate– Dijo mientras señalaba con su mano una de las sillas las cuales estaban en frente de su escritorio, a lo que Austin obedeció

–Qué necesita? Una nueva infiltración, un rescate o intervención a alguien?–

–No, pero si quiero hablar con respecto a como trabajas–

–He fallando en alguna misión, señor?–

–No, eres uno de mis mejores agentes, el problema contigo es que pareces una máquina diseñada para solo seguir órdenes en lugar de un humano–

–Eso es bueno, no? Digo, eso garantiza que cumpliré mi misión–

–Si y no, si porque, como dije anteriormente, eres uno de mis mejores agentes, pero no porque siento algo en ti, siento que realmente estás aquí solo por obligación, y todas esas emociones contenidas algún día explotarán y mandaras todo a la mierda–

–Señor, le puedo asegurar que amo mi trabajo–

–Seguro? No sé me olvida el como confrontaste a tus padres Ace menos de menos de 4 años donde les dijiste que ya tenías pareja en Los Santos y que juntos estaban ahorrando para compara... Qué era exactamente lo que tú y él querían compara?–

–Un... Un casino...– Dijo con voz algo decaída, los recuerdos vivían a su cabeza, siempre lo hacían, recordaba a Nadir, recordaba la ciudad, recordaba todas las veces que llegó a sentirse realmente vivo. Y aunque realmente trato de hacer que las cosas funcionarán con Carolina, simplemente no funcionaban, cada que trataba de darse el valor para continuar "con su vida" y hacer lo que se supone hacen las parejas con Carolina, en su cabeza siempre aparecía ese castaño.

–Si... Escucha, muchacho, no se el como te criaron tus padres, pero es tiempo de que rompas ese maldito control mental que tienen en ti, lo que te han echo hacer hasta ahora no es para nada normal–

–No lo es?–

–Tu crees que es normal el que tus padres te mandarán a la academia militar desde los 15, y cuando les dices que te sientes cómodo en un lugar, donde en sima tienes pareja, ellos te obliguen a irte de allí y que cortes toda comunicación con la persona que amas para imponerte a otra?–

Silencio

Aquélla oficina se había quedado en silencio, silencio que fue cortado por el mayor de los dos

–Escucha bien, quiero que seas mi mano derecha aquí, es por eso que decidí promover te a Sub Director de está sede–

–En serio!?– Pregunto claramente sorprendido y con una ligera sonrisa

–Pero esto no pasará si tú no cortas ese maldito control que tienen sobre ti, te recuerdo que legalmente no tienen ninguna autoridad sobre ti desde los 18 años, actualmente tenés 29, eres un adulto en toda regla, es hora de tomar las riendas de tu vida y ponerte bien los pantalones–

–Pero... Cómo se supone que empiezo?–

–Podrías empezar cortando el compromiso impuesto por tus padres con cierta señorita que también trabaja aquí...–

Tras aquello el más joven solo asintió, respiró hondo y cuando su jefe le indico que ya se podía retirar se fue.

A paso firme caminaba por su departamento buscando una maleta y empacando en ella su ropa, la cual no era mucha debido a que ya hace un tiempo que no dormía allí

–Te mandaron a otra misión?– Pregunto Carolina la cual se encontraba recargada en el umbral de la puerta

–No– Dijo sin más y dejando de empacar para mirar directamente a la joven

–Oh, ya se, nos vamos a mudar– Dijo alegre sin querer ver la verdadera situación

–Tu no, yo si–

–Disculpa? Te recuerdo lo que tengo en mi mano? Soy tu esposa y voy a dónde tu vayas!– Dijo levantando su mano izquierda en la cual en uno de sus dedos había un anillo de compromiso

–Nononono, te recuerdo "querida" que ese anillo es de compromiso, el cual mis padres me obligaron a darte, y no estamos casados porque aún no e firmado la acta de matrimonio por más que eso moleste a mis padres y a ti–

–De todas formas, no te puedas mudar sin mi!–

–Si puedo– Dijo cerrando su maleta y volviendo a encarar a la mujer –Carolina, me puedes decir el porqué tú y mis padres están tan empeñados en que nos casemos?–

–Porque somos la pareja perfecta–

–Basado en qué?–

–Somos atractivos, nuestros padres trabajan para el gobierno ya sea como militares y nos conocemos desde pequeños, sin mencionar que ayudaría a nuestras familias a crecer más–

–Solo por eso?–

–Asi es, ahora deja esa tontería de que te vas a mudar Austin–

–No es una tontería, ya no estoy dispuesto a seguir soportando el que mis padres controlen mi puta vida, ya lo hicieron una vez cuando me forzaron el irme de Los Santos y que te volvieras mi pareja–

Tras decir eso tomo la maleta y camino apartando con cuidado a la chica que bloqueaba la puerta con cuidado, y siguió su camino para salir del departamento, la chica reaccionó al instante y lo siguió a paso rápido

–Austin– Llamó, pero no obtuvo respuesta –Austin!– Está vez el pelinegro si se detuvo, pero sin decir una sola palabra –Que se supone que es esta locura! Acaso estás cortando conmigo!?–

–En si, tú y yo nunca fuimos nada realmente, pero si quieres verlo así, si, estoy cortando contigo– Dijo decidido en sus palabras ganándose una mirada de rabia de la chica

–Eres un mal agradecido!! No has visto todo lo que han hecho tus padres para darte una vida perfecta!? Y tú lo mandas todo a la mierda por un capricho que tuviste cuando estabas viviendo en Los Santos!! Sabes lo que tal harán tus padres cuando les diga que rompiste conmigo!?!– Amenazó la chica, pero esto más que preocupar o alarmar al pelinegro solo provocó que sonriera ladino

–Vamos, diles, quiero ver qué tratan de hacerle al nuevo Sub Director del FBI de la sede de Nueva York!– Tras aquello dejo a Carolina sin palabras, él tomó su maleta y siguió su camino

Estaba claro que al poco tiempo las quejas de sus padres se hicieron presentes, pero ya no podían hacer nada, la situación claramente se les había salido de las manos, ellos si esperaban que su hijo llegará a un puesto alto en el FBI, pero no contaban conque su influencia sobre él se había desvanecido gracias al viejo amigo de la madre de Austin. Catalina también al poco tiempo dejo de trabajar en el FBI, y no porque él hubiera echo algo para despedirla, no, ella salió por su cuenta.

Realmente sentía que le debía al Director de la sede mucho, ambos trabajando codo a codo, lo sentía como una verdadera figura paterna.

Pasó el tiempo y Austin seguía siendo el Sub Director, y aunque su mente ya estaba relativamente más tranquila, pero hubo algo que nunca cambió. Pensó que cuando se separará de Carolina las alucinaciones y recuerdos de Nadir desaparecerían, pero solo hicieron lo contrario, aumentaron más y más, provocándole una cálida sensación en su pecho siempre que recordaba sus ojos llenos de ilusión, su sonrisa, pero a la vez esto era un sensación algo tortuosa porque deseaba volver a verlo...

Austin, 35 años a unos pocos meses de cumplir 36
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