Me puedo presentar cuando el sol se despide entre las montañas. Soy algo que viaja sin rumbo entre la penumbra, me escabulló sigiloso por los rincones de la ciudad buscando hambriento quien sera el primero en tener un encuentro conmigo.

Algunos creen que soy un invento,otros se acostumbra a mi compañía: ya no me tienen miedo al contrario me reciben todos los días, mi trabajo es simple y fácil de practicar, cuando tu duermes en un lecho de paz yo debo entrar a tu morada.

Voy caminando sigiloso hasta poder  llegar a tu cuarto tengo el tiempo medido y la paciente suficiente para esperar un poco ya que no quiero que tu gato arruine mi plan.

Tú puedes sentir mi presencia no se como lo haces pero adoro cuando te despiertas y puedo admirar tus ojos llenos de miedo, pero como soy paciente y me encanta jugar no hago ningún ruido al contrario me mantengo justo enfrente de ti donde puedo verte con claridad. Tú solo observas buscándome de un lado a otro entre la oscuridad, yo estoy aquí puedo sentir el aroma a terror que desprende tu piel, admiro tu valentía al quererme enfrentar pero no puedes hacer nada contra mi y por fin logro entrar.

Comienzo a trepar en tu cuerpo lentamente apoderándome de cada sentido que poses, tu respiración agitada es una melodía para mi, tratas de moverte lo puedo percibir, pero tus manos se niegan a obedecer, intentas gritar pidiendo ayuda.

Pobre de tu boca jamas se moverá, sientes en tu pecho una fuerte opresión mientras miras al cielo buscando clemencia quieres que termine ya. Te encuentras desesperado y la impotencia no puede contigo, no me avergüenza ser el culpable de tu delirio.

Cuando mi juego a termina me tengo que ir, no me gusta quedarme en una morada por mas de una hora.

Me aproximo a la puerta y antes de salir puedo mirar a lo lejos como rápidamente te levantas a encender la luz, siento pena por ti ¿Crees que eso me puede parar?. Salgo de tu casa con una sonrisa no sin antes despedirme de tu hermoso gato deberías de prestarle mas atención quizás él te pueda proteger otro día.

Por fin en la calle me encuentro nuevamente caminando por la vereda buscando a más personas que quieran jugar, después de todo a nosotras las parálisis del sueño solo en la fría noche solemos habitar.