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21} Water

Creo que mi corazón se saltó un par de latidos, pero cuando me recuperé de esa hermosa arritmia fui consciente de que los dos estábamos capturando nuestras bocas con suavidad, saboreando la ternura del otro. No podía ser consciente de otra cosa mas que sus carnosos y húmedos labios causando fuegos artificiales dentro de mí. Sin aviso, su lengua ingresó muy despacio en mi boca y la mía la recibió con ganas. Me estremecí y un pequeño e involuntario gemido surgió de mi garganta.

Dama y caballeros, así es ser besada por Justin Bieber.

Se separó un poco de mi y pegó su frente a la mía. Mantuvo sus ojos cerrados mientras lamía sus labios, pero los abrió de a poco para encontrarse con los míos. Brillaban mas que la iluminación del natatorio, eso seguro.

-Chelle...

Suspiró.

Me di cuenta que tenía las manos sobre mis hombros solo cuando las dejó caer y se las frotó por la cara. Yo recién estaba saliendo de mi aturdimiento cuando finalmente él me miró de nuevo, esta vez sonriendo inseguramente. Como si estuviera feliz pero no se sintiera con derecho a estarlo.

Suspiró otra vez, tomó la toalla que ahora estaba en el piso y se envolvió con ella mientras se sentaba en los bancos frente a la piscina. Lo seguí solo porque necesitaba sentarme antes de desfallecer.

Pero los fantásticos sentimientos se desvanecieron muy rápido cuando, en el reflejo del agua, pude vislumbrar mi pasada historia con Justin en menos de un minuto:

Los dos estábamos completos de felicidad porque nos teníamos el uno al otro, y estábamos enamorados, seguros de que el nuestro era el amor mas fuerte del mundo. Entonces algo pasaba y él perdía los estribos, volviéndose contra mi. Él me gritaba, yo le gritaba. Él destruía todo lo que tenía al alcance en un arrebato y yo le gritaba mas fuerte. Él me insultaba, yo lo empujaba. A veces el me empujaba devuelta.

Sollocé sin poder contenerlo y gruesas lagrimas cayeron de mis ojos, tan constantes como cascadas.

Pasé todo este tiempo fingiendo haber superado esos días, pero solo logré engañarme a mi misma. No a mis padres, por eso ellos todavía son cautelosos conmigo. No a Dave, por eso él sigue preocupándose por mi. No. Solo a mi misma, a nadie más. Y la causa por la que todavía hay dolor, es que todavía queda amor.

Justin estaba inclinado hacia adelante, con sus codos sobre sus rodillas y las manos en su cabeza.

-No llores, Chelle, no llores. Por favor.

La desesperación de su voz hizo que me detuviera.

Necesitaba  un calmante con todas mis fuerzas, pero traté de ser fuerte por una vez en mi vida. Conseguí dominar mis sentimientos en lo que habrá sido un cuarto de hora. Para ese entonces Justin ya había pasado su brazo por mis hombros y me apretaba a su lado con mucha fuerza.

-Lo siento.

Susurró contra mi cabeza.

Asentí.

-Yo también lo siento.

Me sinceré.

Besó mi coronilla y se alejó un poco para mirarme a los ojos.

-Este ultimo tiempo contigo ha sido maravilloso. Espero que hayas podido descubrir que en serio he cambiado lo mejor que pude y pienso seguir intentando.

Confesó.

-Quiero ir a mi apartamento.

Fue la mejor respuesta que pude dar.

Él asintió en entendimiento.

Hicimos nuestro camino sin hablar y cuando la moto aparcó frente al departamento, salté fuera de ella.

-Chelle.

Justin habló antes de que empezara a caminar lejos.

-Esperaré que me llames.

Su voz sonaba muy afectada.

-Adiós.

Me despedí y entré al edificio.

Pero me quedé en esa sala un tiempo, hasta que escuché el estrépito del vehículo de mi ex novio alejarse. Entonces tomé mi celular y marqué el numero de Dave en mi teléfono. Él atendió al segundo timbre.

-¡Michi!

Canturreó.

-¿Puedo pasar la noche en tu apartamento?

Pregunté apresurada.

-¿Michi? ¿Qué pasa?

Inquirió confundido.

-¿Puedo?

Urgí.

-Si, claro. Déjame pasar por ti.

Accedió con preocupación.

Me acomodé en el colchón ubicado sobre el piso y me tapé con el acolchado. Supe que debía verme muy mal porque Dave insistió en que tomara la cama, pero me negué. Ahora mi amigo estaba asomado, mirándome desde arriba.

-Hablaremos mañana ¿de acuerdo?

Avisó.

-Si.

Susurré.

Cerré mis ojos. Mi cerebro sobrepasó su cuota de uso esta noche mas que en las ultimas semanas completas y estaba cansada, pero mi corazón seguía dando vueltas. Justin me despertaba cosas dolorosas y hermosas a la vez, por no hablar de la confusión que plantó en mi con su regreso.

Ahí estaba el problema. Él me había consumido y cuando se fue me dejó en la nada. 

Bueno, eso no iba a pasar de nuevo.

Le deseo la mejor de las vidas, pero esa llamada que espera de mi, no va a llegar nunca.


Bieber is Back - Tatteana Pedernera


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