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20} Celebration

Tragué un analgésico con la ayuda de mi soda y le pase el frasco de pastillas a Dave, quien estaba sentado a mi lado.

-Escondan eso. Parecen dos adictos.

Comentó Grace, al otro lado de la mesa.

-Dos semanas de arduo estudio dejaron en mi cabeza la sensación de que está siendo martilleada. No lo aguanto.

Me quejé.

Mi mejor amigo gruñó unas palabras en acuerdo mientras se frotaba la frente.

-Entonces ¿por qué eligieron precisamente este lugar para celebrar el final de los exámenes?

Se burló la chica.

Era cierto que el alboroto de un centro comercial no era recomendable después de insomnios, ensayos y repaso, pero era bueno para sentirse como un ser humano normal de nuevo.

-¿Cómo crees que te fue a ti?

Le pregunté, mientras abría mi hamburguesa para meterle papas fritas adentro.

-Si aprobé alguna, seguro fue raspando y de pura suerte.

Respondió en un suspiro.

Después de todo lo ocurrido era normal que ella no tuviera suficiente capacidad de concentración, pero lo había intentado y las ultimas semanas su viejo estado de animo había renacido. Mucho menos intenso, pero al menos volvía a tener una personalidad.

-Trato de pensar que el mundo no se acaba por reprobar una materia, lo puedes intentar de nuevo. Yo tampoco sé como me habrá ido, y no quiero hacerme esperanzas.

Repuso Dave.

-Pues yo creo que a mi me fue super bien.

Dije sincera, masticando mi comida.

Mis compañeros rieron.

-Ella siempre tan modesta.

Bromeó David, atacando también su comida.

Hubo unos minutos de silencio mientras saciábamos el hambre.

-¿Qué pasa con Daniel? No se han visto mucho últimamente.

Grace lo interrumpió con esa observación.

-Se lo dije a Dave la semana pasada. Los libros no me dejaron mucho tiempo y él está ocupado con ciertos tramites sobre el fútbol y migración. Es cierto que lo extraño, pero esto de empezar a dejarnos ir gradualmente me parece menos doloroso.

Expliqué.

-Y, lo repito, te estás tomando todo esto muy bien.

La alegría en la voz de mi amigo no me pasó desapercibida.

Lo miré y sonreí.

-Hablar por teléfono con él hasta las tres de la mañana no me parece que sea "dejarlo ir".

Rió mi amiga y se llevó nuestra atención.

No entendí a lo que se refería, pero el recuerdo de un par de noches atrás llegó a mi.

Justin me había llamado para pedirme que le aclarara una duda que, según él, le carcomía el cerebro.

-"¿Voldemort y Dumbledore son la misma persona?"

Estuvo cinco minutos esperando a que terminará de reírme para que le explicara quién era quién.

-"Es confuso, todos se llaman jodidamente igual."

Se defendió, para después extender la charla hasta la madrugada.

Sacudí la cabeza para volver a la realidad, riendo en silencio, y me di cuenta que mis dos amigos ya habían cambiado de tema:

-Entregarán los resultados en dos semanas y después... ¡al fin devuelta a casa!

Exclamó Grace.

-Dos meses de merecido descanso. Si terminamos este año con todas las materias aprobadas, sacudiremos Driven con la mejor fiesta.

Dave se dirigió a mi.

Eso no me animaba. Con todo gusto me quedaría en West Spring durante el verano, pero no quería estar lejos de Dave y también quería visitar a su madre. Bien, también extrañaba un poco a mis padres pero no lo suficiente como para soportar convivir con ellos durante las vacaciones.

En la tarde, me recosté en mi cama. Daniel me había llamado pero lo ignoré. Quería hablar con él pero al mismo tiempo no quería que esa dulce sensación que despertaba en mi me hiciera difíciles las cosas a la hora de su partida.

Abrí la caja musical, pero cuando Daniel llamó una vez mas y lo atendí, no interrumpí su melodía. Ya lo dije: nada la detiene.

Hubo silencio del otro lado de la linea, así que hablé primero:

-Hola ahí.

-Eso es hermoso.

Me sobresalté cuando escuché la voz de Justin.

Miré la pantalla de mi teléfono y, efectivamente, se trataba de él.

-¡Hey! No vi que eras tú.

-¿Puedes salir afuera?

Pidió.

-¿Qué?

-Estoy afuera del edificio ¿Puedes venir? Me dijiste hace unos días que hoy terminabas de rendir tus exámenes, y me parece justo que lo podamos festejar.

Se explicó.

No cerré la caja musical hasta que no estuve lista para irme. Una vez en el exterior, le sonreí al chico sentado en la motocicleta como saludo y él me sonrió en respuesta. Subí detrás de él e hicimos un trayecto demasiado corto.

Hasta el área de deportes del campus.

-¿Qué se supone que estamos haciendo?

Tendría que haber sonado alarmada o enfadada, pero en cambio no pude evitar una risa mientras Justin nos metía de contrabando en el natatorio.

Incluso con las pocas luces que la alumbraban, la enorme piscina lucia asombrosa, con el agua cristalina delatando un azul debido a los azulejos.

-Vamos a nadar, nena. Hagamos que el verano se sienta bienvenido.

Su voz era un poco ronca, como solía sonar cuando llevaba a cabo una travesura.

Eso, junto al hecho de que inmediatamente se quitó la remera y pude apreciar su bien trabajado estomago, no me dejó nada de coherencia para analizar las consecuencias de esta salida. Mierda, no me dejó ni aire en los pulmones.

Levanté la vista lo mas rápido que pude cuando noté que él me miró. Sonrió divertido hacia mi y crucé mis brazos sobre mi pecho en forma defensiva.

-No voy a nadar.

Espeté.

-Si te gusta el agua.

Dijo él, empezando a quitarse los pantalones.

Me giré para no ver eso.

Había querido decir "no voy a nadar contigo" porque realmente no somos amigos y esa es una actividad que compartes con alguien en quien confías. Ni siquiera sé por qué vine en primer lugar. Probablemente estaba muy desesperada por un poco de aire después de asfixiar a mi cerebro con teorías.

Escuché como el cuerpo de Justin golpeaba el agua y me volví para encontrarlo flotando en ella. Me miraba con una sonrisa maliciosa.

-Oh, Chelle, en serio olvidaste lo que es la diversión.

Ese maldito tono que siempre usaba para sacarme de mis casillas.

No me moví del lugar, pero mi mirada habrá mostrado suficiente enojo, porque él salió de la piscina riendo. Tomó una toalla del costado pero antes de empezar a secar su pelo, se acercó a mi.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa cuando vi un tatuaje que no noté en mi inspección anterior. Se trataba de una cruz ocupando todo su pecho. Aprovechando que su vista estaba obstruida por la toalla, busqué mas tatuajes cerca.

Jadeé en busca de aire. Ahí, debajo del ombligo en la parte izquierda, estaba escrito en letras cursivas "Michelle".

No, en serio, mi maldito nombre.

-Tiene que ser por otra.

Solté.

El chico me miró confundido, después siguió la dirección de mi vista y lo entendió. Luego levantamos la cabeza al mismo tiempo e hicimos contacto visual. Nos quedamos así por un par de segundos, suficientes para que yo pudiera respirar normalmente de nuevo.

-No hay otra.

Habló por fin.

Se acercó mas a mi y se agachó a mi altura, sin separar nuestros ojos.

-Nunca va a haber otra.

Y entonces sus labios estaban sobre los míos.


Bieber is Back - Tatteana Pedernera.


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