18} Test
Cuando Justin Bieber se fue de Driven, empezó a buscar una vida mejor de la que tenía en esa ciudad, pero no tenía idea de como empezar a arreglar el desastre que era. Fue entonces cuando buscó asilo en una iglesia. Nunca pensó que en verdad iba a creer en Dios, pero ahora no podía creer en otra cosa que no fuera Él. Mas tarde se especializó en la informática a través de cursos y logró volverse encargado de una importante casa de computación debido a su gran capacidad.
Eso fue lo que me contó mientras sorbía una malteada y se terminaba sus galletas.
Él me había pedido, mediante mensajes de texto, encontrarnos para ponernos al tanto de nuestras vidas, como viejos amigos, y yo había puesto un poco de resistencia. No es que no estuviera agradecida de que le hubiera dado alegría a mi deprimente cumpleaños pero encontrarme con mi ex novio cuando esa misma tarde tenía planes con mi novio actual, no me pareció el tipo de plan que haría una chica prudente. Entonces, al ver que yo tardaba en responder, él me envió la foto de un gato negro limando sus uñas y ya no pude negarme porque la risa sacudió lo mejor de mi.
Pasamos la mañana hablando en esa cafetería. Yo también le conté mi parte de la historia, aunque omití los meses que gasté llorando en el hombro de Dave después de que él se fuera. No necesitaba hacerle saber eso.
-¿En serio, Chelle? ¿Sigues dejando el merengue de la tarta de limón?
Observó, arrimando mi plato hacia él y comiendo mis restos.
Sonreí ante el recuerdo de las múltiples ocasiones en las que Justin había hecho eso, justo como yo solía terminarme el borde crocante de sus pizzas, porque según sus propias palabras "la parte sin queso es inútil."
Cuando salimos de la cafetería el sol irradiaba ya toda su potencia, delatando la llegada del mediodía. Había pasado un buen rato alrededor de Justin, como si fuéramos solo dos buenos amigos que no compartían un pasado turbulento. Como si los gritos, los enojos, los empujones y la destrucción que nos antecedían no fueran mas que nimiedades fáciles de olvidar. Y quizás así sea después de todo, pero decir de mi parte que él era fácil de olvidar me convertiría en una hipócrita.
-¿Necesitas que te lleve?
Me preguntó, en cuanto su moto estuvo a la vista de ambos.
-No, está bien, gracias. Tengo cosas que hacer por aquí.
Respondí.
Era cierto. Faltaban un par de horas para la prueba de Daniel con los representantes deportivos y el club donde debía presentarse se encontraba a pocas cuadras. Yo podría dar un par de vueltas antes de encontrarme con todos allí.
Justin asintió, mostrando una sonrisa.
-Nos vemos luego, entonces.
Saludó.
-Si, nos vemos.
Contesté.
Él se quedó mirándome fijamente varios segundos, lo que me hubiera extrañado si no fuera porque sus ojos ya me habían atrapado y no era consciente de nada mas. Humedeció sus labios con su lengua y estuve a punto de romper mi regla sobre no mirarlos, pero un chillido lo evitó:
-¡Michi!
Los dos nos giramos hacia la voz.
Crystal se estaba acercando, emocionada, al parecer, por el hecho de encontrarme.
-¡Michi! ¿Qué haces aquí?
Se tiró sobre mi, me abrazó efusivamente y devolví el gesto con un poco de incomodidad.
-¿Desayunando?
Me aventuré a responder, aun un poco confundida por su repentina aparición.
-Hola.
Mi amiga se enderezó cuando se percató de la presencia de Justin.
Oh. Esa mirada curiosa en su cara era algo de que preocuparse. Ella no sabía quien era él pero si se ponía molesta con sus preguntas tardaría menos en averiguarlo que en sonarse la nariz.
Mientras mi cerebro maquinaba todo eso, Justin ya había actuado:
-Hola, soy Richie Sambora.
Se presentó.
Lo miré con incredulidad cuando escuché ese nombre.
-¿Eres otro amigo ignorado de Michi?
Ella se volvió de nuevo a mi, con una mirada de reproche.
Sé que estaba enfadada y no quería que se sintiera así, pero confesarle que estuve evitando nuestras salidas porque su novio infiel dejó embarazada a mi compañera de cuarto no era una opción viable. Ni tampoco mentirle.
-Bueno, las dejo solas. Parece que tienen cosas de las que hablar.
Justin sonrió divertido cuando nuestras miradas se cruzaron, me hizo un gesto con su mano y se dirigió a su motocicleta.
Pasé el resto del tiempo con Crystal. Ella me puso al tanto de lo que hizo los últimos días y, para mi frustración, Gary estuvo presente en todo su relato. Me di cuenta que no iba a poder soportar esto por mucho tiempo.
El alivio llegó a mi cuando se hizo la hora de la prueba. Mi amiga y yo nos dirigimos al club y nos guiaron hasta una sección privada. Había una cancha no muy grande y Daniel ya estaba calentando los músculos en el medio. Una fila de asientos daban al espectáculo y dos personas ya estaban ubicadas allí. Gary y Dave.
Crystal se sentó sobre las piernas de su novio y yo tomé el asiento que estaba junto a mi mejor amigo. El me miró y algo en su expresión no estaba bien.
-¿Ocurrió algo?
Pregunté.
Él pasó su brazo sobre mis hombros antes de responder:
-Estoy nervioso.
Reí entre dientes pero interrumpió mi diversión con sus siguientes palabras:
-Me refiero a que, si él les impresiona, se lo llevarán. Se irá.
Entonces entendí que tenía miedo de que yo me deprimiera si Daniel me dejaba. Sinceramente, no había pensado en eso, y ahora que lo hago, yo también estoy nerviosa.
-Daniel y tu seguirán juntos como sea.
Esa frase por parte de Crystal delató que estaba escuchando nuestra conversación.
Los dos la miramos.
-Si. El amor que te tiene ese hombre superaría miles de kilómetros y un océano.
Estuvo de acuerdo Gary.
Lo ignoré. No quería que él precisamente me hablara de amor. No quería nada mas que estrangularlo, para sincerarme.
-Aunque en el caso de que terminen, parece que tienes una buena reserva.
Mi amiga rió divertida.
-¿Qué?
Fruncí el ceño, sin entender.
-¡Richie Sambora! Tu amigo. Él te miraba como si tu sola fueras las siete maravillas del mundo.
El brazo de Dave que aun me rodeaba me apretó.
Lo miré y me encontré con sus ojos inquisidores.
-Michi, no quiero inmiscuirme en tu interesante vida pero ¿por qué Crystal cree que eres amiga del ex guitarrista de Bon Jovi?
Antes de que mis labios se abrieran y contaran una improvisada mentira, un silbato sonó y la prueba dio comienzo.
Bieber is Back - Tatteana Pedernera
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro