Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16} Moonlight

Estoy volando.

Cuando Justin subió a su motocicleta y esperó a que yo hiciera lo mismo, tuve un arrebato de miedo por los recuerdos del pasado. Pero ahora, con el vehículo en marcha y mis brazos plegados a los costados, no quiero que el vértigo termine.

-¿Podrías sujetarte?

El gruñido de Justin se escuchó por encima del viento.

-No.

Fue mi simple respuesta.

Él dobló repentinamente y me tambaleé. Me aferré con rapidez a su estomago y me pegué a su espalda.

-Lo hiciste a propósito.

Grité.

-Por supuesto.

Su voz delataba la sonrisa en su cara.

Mi corazón aminoró su marcha cuando el peligro fue menos inminente, pero no duró mucho porque fui consciente de que estaba abrazada a Justin Bieber y eso debería ser considerado un acto de alto riesgo.

La velocidad se redujo y la moto aparcó después de un tiempo, que a mi parecer fue muy poco. Justin descendió y me extendió su mano para ayudarme a hacer lo mismo. No quise tomarla, ya estaba bastante afectada por nuestro contacto en el viaje.

Era el parque central de la ciudad y a pesar de que el sol había desaparecido la gente todavía se encontraba allí, haciendo bullicio, posiblemente debido a la feria provisoria que habían armado. Caminamos en silencio hasta el puesto de dulces, donde conseguimos provisiones y después nos sentamos bajo un árbol, lejos de la multitud.

Empecé a comer e inmediatamente me sentí mucho mejor. Creo que podría vivir para siempre a base de palomitas de maíz con caramelo extra. Miré a Justin, a pesar de que elegimos el rincón mas oscuro posible todavía podía apreciar cada uno de sus rasgos, como la sonrisa divertida de su cara.

-¿Qué?

Pregunté a la defensiva, después de tragar lo que tenía en la boca.

-Nunca me deja de sorprender el poder que tienen los dulces sobre ti.

Contestó, encogiéndose de hombros, todavía luciendo divertido.

Decidí no seguir la charla y concentrarme en la comida. Mi acompañante respetó eso y esperó a que hubiese terminado para preguntar:

-¿Que te molestaba?

Esta vez fue mi turno para encogerme de hombros.

-Eran problemas ajenos, no míos.

Respondí.

-Siempre fuiste demasiado sensible.

Comentó.

Volví la vista a él. Estaba observando el cielo y la luz que provenía de este hacía brillar sus ojos. Lo imité y miré hacia arriba para encontrarme con la luna.

Solté una exclamación.

El satélite estaba tan cerca de la tierra que se veía enorme.

-Está hermosa.

Murmuré sin aliento.

-Debe ser por ti.

La cercanía del susurro fue lo único que me advirtió que Justin se había acercado.

Me sobresalté con el corazón acelerado y me corrí con disimulo unos centímetros.

-¿Por mi?

Saqué de mi voz cualquier rastro que indicara el grado de mis nervios.

-Es tu cumpleaños.

Se explicó.

Me sorprendí. No esperaba que lo recordara o siquiera que lo supiera.

-Si. Y creo que es el peor cumpleaños.

Admití.

El frunció el ceño.

-Podemos arreglar eso.

Dijo.

Se levantó del suelo y empezó a caminar a la feria. Lo seguí y me interpuse en su camino.

-No voy a pasar mi cumpleaños en una feria, no tengo ocho años.

Avisé.

Él miró mis brazos cruzados caprichosamente en mi pecho y luego llevó sus ojos a los míos, levantando las cejas de forma acusadora y frunciendo los labios para reprimir una risa.

Si, bueno, hoy no fui la chica mas madura del mundo, pero convengamos que tampoco fue un día convencional.

-Vamos.

Me señaló el camino.

-En serio, no estoy para esto ¿Podríamos irnos ahora?

-No te pregunté eso, solo camina.

Habló entre dientes, con un tono duro que no hizo mas que aumentar mis ganas de irme.

Y enfadarme, también.

-No.

Respondí.

Pero antes de que pudiera hacer algún ademan amenazante, Justin me aprisionó entre sus brazos y empezó a arrastrarme hasta las luces y las atracciones.

-¡¿Qué estás haciendo?! ¡Suéltame ahora!

Grité, agitándome para poder liberarme.

-No. Hay algo que tenemos que hacer aquí.

-¡Justin! ¡Juro que voy a partirte la cara!

Una risa sacudió el cuerpo del chico.

-Por supuesto que si.

Por fin me liberó, cuando estuvimos entre los puestos de entretenimiento.

En serio estábamos teniendo un buen momento hacía minutos atrás ¿por qué tuvo que arruinarlo?

Le di mi mejor mirada de enojo, pero él no me estaba viendo. Buscaba algo a su alrededor y al parecer lo encontró, porque su rostro se iluminó y me tomó de la muñeca, para guiarme a un puesto.

-¡Hey!

Justin saludó a una chica que estaba atendiendo en ese lugar.

Ella lo miró y sonrió, antes de saludar:

-¡Justin!

Él se inclinó sobre la mesada, para hablarle mas despacio, aunque yo aun podía escuchar.

-¿Recuerdas lo que me ofreciste? Lo estoy necesitando, ahora.

Miré a mi ex novio con incredulidad ¿Qué le había ofrecido? ¿Y por qué tengo que estar yo presenciando esto?

La curiosidad me abstuvo de correr lejos cuando la chica notó mi presencia y sonrió con mas amplitud. Luego volvió su atención a Justin, asintió y desapareció por la parte trasera de la lona.

Él se giró hacía mi.

-Ella es Leyla, es una compañera de la iglesia.

Explicó.

Las luces del contorno eran destellante pero aun así la enorme luna era la que se reflejaban en sus ojos y estuve un par de segundos para dejar de pensar en su hipnotizante tonalidad. En serio, ese chico había desaparecido por dos años pero cada vez que lo miraba era como si...

Esperen... ¿Iglesia?

-¿Iglesia?

Formulé la pregunta en voz alta.

-Tu mas que nadie sabes que no puedo conmigo. Necesitaba entregarme a alguien mas. Estoy tratando de cambiar, Chelle.

Ahí estaba otra vez, pronunciando mi nombre con reverencia, como solía hacerlo antes.

En serio, nosotros no eramos puro drama. Teníamos buenos momentos y, para confesarme, eran los mejores. Posiblemente nuestra relación hubiera sido exitosa si él no hubiese tenido problemas para controlar sus emociones. Y ya que estoy confesándome, puedo decir que cuando se trataba de Justin yo también era un poco extrema.

Exhalé bastante aire mientras seguía mirando sus ojos. Él lamió sus labios para humedecerlos y ya no pude contenerme:

-¿Por qué Justin? ¿Por qué tuviste que empujarme siempre al limite?

Tragó saliva, sus ojos brillando.

Pero no dijo nada.

Leyla apareció con una cajita de madera entre sus manos.

-Aquí está.

Anunció, entregándosela a Justin.

Él la tomó, mostrando una sonrisa. Hizo contacto visual conmigo de nuevo, pero esta vez sus pupilas detonaban de emoción sentimental.

-Feliz cumpleaños.

Me deseó, alcanzándome la caja.

Bieber is Back - Tatteana Pedernera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro