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Perdido


Izquierda...Derecha...Izquierda...

Ya llevaban unos cinco minutos caminando y nada...no lograba encontrar a su papi.

-¡mphhhhh! ¡...ido..!

-no, no llores Mystoria.

El mayor abrazo con fuerza a su hermanito, intentando reconfortarle; se orillaron junto a una torre de cereales, evitando ser aplastados por los carritos de mercado. Milo comenzaba a asustarse... ¡había perdido a su papi!

***...***...

El día había transcurrido normal, salieron al parque y dieron una visita rápida a su abuelo Krest, al regresar Degel decidió pasar a un súper nuevo. El bichito empujaba el carro cual coche de carreras, para diversión de su hermanito, ocasionando que en varias ocasiones Degel tuviese que correr detrás de ellos para evitar un accidente. Después de un rato Mystoria comenzó a hacer un puchero y estirar los brazos, quería bajarse y caminar al lado de Milo.

El chiquillo recién caminaba, sus pasitos eran cortos y con el pañal parecía irse de lado, pero mientras su hermano le llevase de las manos no había tanto problema. Por fortuna para Milo su estatura era apta y podía sujetar a su nene sin la necesidad de doblarse tanto, no como sus pobres padres y abuelos que siempre terminaban con la espalda adolorida (los que han cuidado a un bebe en sus primeros pasos entienden el dolor T-T).

Los pequeños gritaban emocionados, mientras fingían huir de Degel. En principio él bebe se había asustado un poco al ver venir los carros hacia él, pero Milo lo cuidaba muy bien y siempre evitaba que los aplastaran, claro que le llevaba por la orillita y sobaba sus manitas infundiéndole confianza.

Fue en uno de sus giros cuando perdieron de vista al francés. Milo le había gritado que los atrapara mientras salían "corriendo" y se perdían en el área de las sopas.

-espera Milo, tengo que llevar uno de estos.

El peliverde detuvo su "vehículo" y comenzó a tomar un par de pastas, confiado en que su hijo le había escuchado. Por desgracia no fue así y Milo y Mystoria continuaron con su loca carrera, esquivaron un par de "carros" y continuaron hasta un pasillo muy oloroso, lleno de detergente y champús.

-¡Tsuu!

-salud.

Continuaron caminando hasta que a medio pasillo Milo observo su champú, una botella roja con una manzanita al frente, el pequeño recordó que estaba por terminarla por lo que decidió pedirle una a su papi...mmm...mejor que fuesen dos, una para su hermanito, porque no le gustaba el champú de manzanilla con el cual le bañaban. Por desgracia al girarse no encontró rastros de Degel. Se inclinó a un lado, tal vez estaba tras ese hombre que cargaba una enorme bolsa de jabona en polvo...no. Tampoco le vio en la entrada, ni tras la señora que hablaba por su celular.

-je, se quedó atrás, vamos por él Mystotia.

Tomo las regordetas manitas de su hermano y regresaron al principio, se asomaron a la intersección pero no había rastros de Degel.

-ha de estar en el otro pasillo.

Se asomaron pero no lo alcanzaban a ver; había una gran cantidad de personas ahí, tomando esos líquidos que usan para limpiar.

-¡Permiso, permiso!

-...ito...ito...

Llegaron al otro lado y tampoco vieron a Degel.

El pequeño comenzó a inquietarse un poco, miraba para ambos lados pero no veía a su papi... ¡ay No!

-... ¡ati!...

Se preocupó un poco al oír el tono de miedo en la voz del bebe, los ojitos del nene comenzaban a aguarse, tomo un respiro y no tardo en sonreír para tranquilizarlo.

-je, no te asustes Mystoria, papi se escondió... ¡Vamos a buscarle!

La sonrisa brillante y el calor y fuerza que desprendían su hermano lograron tranquilizarle, si Milo decía que estaba bien, estaba bien.

-¡Papi! ¡Papi! ¿Dónde estás?

-¡Ati...o...ta! ¡Ati!

Comenzaron a caminar, revisando pasillo por pasillo pero nada, Degel no aparecía. En poco tiempo la calma comenzó a abandonar a Milo. Por alguna razón los pasillos comenzaron a hacerse cada vez más largos y altos, incluso la gente parecía crecer. Llego el momento en que las piernitas de Mystoria comenzaron a fallar y se vio en la necesidad de cargarlo.

-¡...ido!

-no te asustes, lo vamos a encontrar.

Cargo al nene y continúo su búsqueda. Unos cuantos metros adelante y el chiquillo estaba furioso, cuanto había pasado, dos, tres horas quizás, la verdad ya había perdido la noción del tiempo, incluso sentía que había caminado por días y ese pasillo era infinito, cansado doblo en una esquina y se recargo junto a un estante lleno de toallas.

Cuando encontrara a su padre lo...lo...lo iba a reprender por ser tan irresponsable ¿Cómo se le ocurre separarse de su lado? ¡Por Dios el camino era recto! ¿Cómo es que se perdió? ¡Claro! De seguro se quedó viendo algún dulce o una de esa revistas que tanto le gustan (no piensen mal, son revistas científicas) que no vio cuando continuaron la marcha, porque tenía que ser tan distraído.

Continuaron la búsqueda y pasaron por la sección de juguetes...pero ni les tomaron importancia, estaban decididos a encontrar al peliverde.

En el camino Milo iba refunfuñando, sobre lo distraído que era Degel y lo enojado que estaba, siendo apoyado por su hermanito que solo se limitaba a decir ¡Chi! y enojarse también con su papi por asustarlos de esa manera. La gente que les miraba pasar los miraba cual bichos raros...pero Cute, y es que si bien los dos llevaban el ceño fruncido y refunfuñaban entre dientes...se venía adorables:3

Llego el momento en que la ira paso a convertirse en miedo y angustia.

¿Ahora que iba a hacer? ¿Cómo le explicaría a su papá que había perdido a su papi? su padre se iba a enojar muchísimo, pero no había sido su culpa... ¡Su Papi que no camina rápido! ¡Esto era Terrible, Terrible! ¿Ahora a quien le cantaría sus canciones para dormir, a quien le escribiría sus historias, a quien le iba a cocinar? ¡Nooo! el pobre de Degel estaría aterrado y solo, perdido en algún lugar de ese enorme súper, sin sus hijos, sin poder oír sus chistes, sin ver sus dibujos o escuchar los balbuceos que su hermano decía como palabras... ¡pobre, Pobre de su Papi! ¿Cómo fue tan descuidado para dejarle solo? si sabe que los adultos no tienen un buen sentido de la orientación y se les debe repetir todo dos veces, eso era imperdonable (no me creen, pregúntenle a un niño y se los va a afirmar, esos adultos distraídos ¬¬).

-¡buaaa!

El chiquillo salió de su fatalismo al ver como su hermanito se removía en sus brazos. Mystoria hacia un puchero mientras tronaba la boquita, emitiendo un gracioso ¡muam, muam!... ¡Era hora de comer! Nuevamente se golpeó en la frente ante tal acto de irresponsabilidad, ya llevaban días ahí, era normal que su hermanito tuviese hambre, por suerte era muy fuerte y se había aguantado las ganas de ir al baño, que si no... ¡Tendría verdaderos problemas!

Gracias a los dioses misericordiosos había llegado al pasillo correcto, el de bebes, tomaría algunas provisiones para Mystoria y de ahí continuaría su marcha hasta la caja registradora, esa tarea de rescate no era apta para un solo bicho, necesitaba refuerzos, así que al llegar ahí pediría un teléfono y llamaría a su padre. Tomo dos papillas en tubito y destapo otra, se la dio al bebe para que fuese comiendo en el camino.

Qué lugar tan horrible, no había ningún solo policía a la vista para informar la desaparición de su padre. Por qué no fueron mejor a la tiendita de la esquina, ahí no había pierde ya que su casa estaba al lado.

***...***...

Pero Milo no era el único espantado, Degel caminaba a prisa, empujando el carro con un poco de brusquedad, sus pupilas viajaban de un lado a otro... ¿Dónde estaban sus nenes?

Solo se había girado un minuto para tomar tres sopas y ellos habían desaparecido. Ya había avanzado por dos pasillos y estos no aparecían.

Ok, no tenía que preocuparse, no habían pasado ni cinco minutos desde que les vio por última vez, tal vez Milo había llevado a su hermanito a la sección de juguetes, algo común en él. Apresuro el paso y se dirigió hasta ahí...por desgracia no les encontró.

Comenzó a Hiperventilar y tronar sus dedos. Tranquilo Degel, tranquilo, deben de estar caminando por ahí, después de todo al pequeño Mystoria le encantaba caminar. Giro a un lado y otro, casi podía sentir como su corazón estaba a punto de sufrir un colapso, estaba por ponerse a gritar cual llorona loca cuando sus ojos violeta alcanzaron a divisar un par de figuritas que avanzaban un par de pasillos adelante. El alma relativamente le regreso al cuerpo, soltó un suspiro de alivio y fue tras sus bebes.

Se sorprendió mucho al ver lo rápido que podía caminar Mystoria de la mano de su hermano, estaba por llamarles cuando una voz a su espalda lo asusto.

-¡Degel, Hola!

Una hermosa chica de cabello plateado le saludaba, la mujer se acercó y no tardo en abrasarle.

-¿Serafina? Hola.

Era una antigua compañera de colegio, la cual no veía hace mucho tiempo, el chico le saludo amablemente, mientras mantenía la vista fija en Milo, suspiro cansado al ver como tomaba un par de papillas y le daba otra a su hermano, tenía que decirle que eso estaba mal y si querían algo debían pagar primero.

-¿Quiénes son?

La chica siguió su mirada, topándose con dos pequeños que parecían ligeramente molestos.

-¡Mis hijos!- menciono con orgullo.

La chica abrió los ojos sorprendida, jamás imagino que Degel tendría hijos y...bueno, aunque recordando, eso no debería de sorprender, aun no olvidaba a su posesivo y celoso novio, que en más de una ocasión estuvo a punto de acribillar a su pobre hermano, pero... ¿sería el mismo?

-¿tuyos?

-¡mju, míos y de Kardia!

-¡oh!

Así que si seguía con él.

Platicaron un par de minutos, claro que Degel en esta ocasión no les perdía de vista, los llamo un par de veces pero estos no le escuchaban, estaban muy concentrados en su fatalismo.

***...***...

Milo estaba por ponerse a gritar cual poseso cuando su hermanito capto su atención.

-¡Ati, Ati!

El chiquillo brincaba en sus brazos mientras señalaba tras ellos, cuando se giró sus turquesas alcanzaron a ver a su progenitor... platicando con una extraña. Esto molesto al niño, ellos muertos de la angustia y su papi hablando como cotorra. Enojados, los niños se encaminaron dónde Degel, Mystoria se había soltado e intentaba correr con su francés, mientras sus hermano sostenía sus manitas.

En cuanto llegaron el regaño no se hizo esperar.

-¡¿Dónde estabas?!

El tono molesto de Milo sorprendió a los dos adultos, el chiquillo tenía las mejillas infladas y el ceño fruncido, sus ojos estaban ligeramente acuosos ya que había estado a escasos segundos de ponerse a llorar.

-¡Te hemos buscado por horas! ¿Por qué te separas de nosotros?

-¿eh?

Degel se sorprendió mucho al ver a su nene tan enojado, y no era el único, su bebé también le veía molesto con sus bracitos cruzados y apretando su papilla.

-pe...pero Milo, si solo llevamos una hora aquí y...

-¡Nada! ¡Ya vámonos!- le entrego a su hermanito, que se abrazó con fuerza a su cuello, y comenzó a jalarle, mientras que con otra mano intentaba jalar el carro- mi papá debe estar muy asustado porque no llegamos y...y de seguro ya llamo a la policía.

-¿eh?

-como se te ocurre alejarte de nosotros, que tal y te roban... ¡y no debes hablar con extraños!- mirando enojado a Serafina.

La peli plata y los demás, veía asombrados la escena... ¿pue quién era el padre?

-pero estas castigado, no, no vas a ver la tele y...y no más libros...y...

Llegaron hasta la caja y Milo continuaba regañándole, mientras abrazaba con fuerza su cintura ocultando su cara en el vientre, el chiquillo se había espantado al pensar que le había perdido, por fortuna lo encontró.

***...***...

omake :)

-emmm, me puedes repetir exactamente que paso.

-ah...ya te lo dije... ¡no molestes Kardia!

El bicho aguantaba la risa.

En cuanto llego a casa Milo no tardo en acusar a su papi de perderse en el súper, el chiquillo lloraba enojado mientras le ordenaba regañarlo por haberles asustado así, y Mystoria solo afirmaba a todo lo que su hermano decía mientras lloraba en brazos de papá. Degel ya les había explicado un par de veces que iba tras ellos, pero los nenes no ponían atención. Por su parte el mayor se partía de risa al escuchar como sus hijos reprendían a su pareja por pegarles tremendo susto, al final, para molestia de su pareja, decidió implementar un castigo ejemplar y dejo a Degel sin postre, algo justo de acuerdo a los peques que se repartieron el botín.

-sabes Mystoria, deberíamos de comprarle una de esas correas con peluche, para que no vuelva a pasar...

El chiquillo desvió sus orbes a su hermano, se encontraba sentado en sus piernas, apretó a pancho y respondió.

-¡Chi!

*****.....*****.....*****.....*****.....

Hola chicos ¿Cómo están? Perdón por no actualizar, pero la escuela consumía mi tiempo, eso y el trabajo.

Espero que el capítulo les gustara.

Pobres Niños, ese Degel desconsiderado que se le ocurre perderse, je,je.

Sería divertido verle con una de esas correas que le ponen a los peques, pá que vean lo que se siente, je,je.


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