Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo


«Para que no puedan beber más de ti, marcaré tu cuerpo. Tu eres mía, solo mía»

Después de que Ayato me sacara de la mansión de los Mukami, empezó a beber de mi sangre.

Aquellas fueron las últimas palabras que él me dijo antes de perder la consciencia.

Al día siguiente desperté en mi habitación, expliqué a los hermanos Sakamaki sobre mi secuestro y el plan de los Mukami de beber mi sangre hasta convertirse en "Adán".

Poco después, Ayato le había confesado su verdadero sentimiento de amor a la chica que en un principio veía como comida en lugar de una persona como las demás, y Yui a su vez, que en un principio lo veía como alguien desagradable que se comportaba como un monstruo que le clavaba aquellos colmillos, le correspondió.

—Ayato, ¿no crees que has tomado suficiente?

—¿Te refieres a ese pequeño aperitivo de la mañana? ¡Pues claro que no! ¡Así que ven aquí!

Yui intentó apartarse de Ayato, pero él la agarró por las muñecas, decidido a morderla.

—Vosotros dos ¿podríais hacer el favor de hacer eso en otro sitio? —preguntó Reiji, apareciendo oportunamente para saber el origen de tal alboroto.
—Perdón —murmuró Yui mientras Ayato la soltaba.

—¿Tenías que aparecer en el mejor momento? —preguntó Ayato con molestia.

—¡Eso! ¡La cosa se estaba poniendo interesante entre Ayato-kun y Bitch-chan! —se quejó Laito apareciendo repentinamente y sobresaltando a Reiji.

—Como sea, vosotros id a otra parte ahora mismo —volvió a ordenar Reiji.

Al caminar para irse, Yui se golpeó contra Subaru, que estaba justo detrás de ella.

—Oye, ten más cuidado —se quejó él.

A la joven le pareció extraño que no se enfadara como solía hacerlo.

Kanato apareció en la misma sala y dirigió una mirada llena de molestia a Yui, confundiéndola, y apretó a Teddy contra su pecho.
—Veo que os gusta alardear sobre vuestra relación y restregarlo frente nuestras narices —susurró con asco.

Ayato se enfadó con aquel comentario.
—¡Oye Kanato, no andes de envidioso! ¡Ella es ahora mía!

—¡Cállate! —gritó, no lo aguantaba más.

—¡Silencio! No me dejáis dormir, lleváis comportándoos como críos desde hace dos semanas... —intervino Shu, sentándose en el sillón más cercano.

Era verdad, desde que Yui había decidido estar con Ayato, las cosas se habían vuelto muy complicadas en la mansión, sobre todo con Kanato y Subaru. Le daba pena dejar al resto con sentimientos no correspondidos, pero ella se había enamorado de Ayato y había sido su decisión quedarse con él.

En eso, como si estuviese programado, llegó aleteando un pequeño murciélago con una carta y la colocó sobre las manos de Yui
—Está dirigida a todos nosotros  —señaló ella al leer el remitente.

—Mira, el sello de la carta es de nuestro padre —indicó Reiji —. ¿Podrías abrirla y leerla en voz alta?

Todos los Sakamaki estaban casi acostumbrados a aquellos extraños deseos de su padre, aquellos caprichos a los que estaban obligados a cumplir.

Yui abrió el sobre para sacar un papel con una escritura elegante:

A mis hijos, antes de empezar me gustaría dar la enhorabuena a Ayato y a Eva por lograr estar juntos.

Ayato la interrumpió.
—¡¿Por qué ese viejo se meterá siempre en nuestros asuntos?!

—Ayato, guarda silencio —mandó Reiji —. Continúa, por favor.

También me he dado cuenta de que han surgido algunos altercados entre vosotros. Por lo tanto se os serán enviadas cinco nuevas novias del sacrificio, podéis elegir la vuestra propia y hacer cuanto queráis con ellas a excepción de matarlas, es una orden.

Un atento saludo, vuestro padre.

—Es todo lo que dice — concluyó la chica al acabar.

—Significa eso que vamos a tener más molestias en casa... —murmuró Shu tras un suspiro irritado.

—Como si a mí me importara —se quejó Subaru.

Yui tuvo el presentimiento de que Subaru temía volver a tener intereses amorosos por una chica y que ella escogiera a otro de sus hermanos.
Por el contrario, Laito se mostraba más optimista.
—Bueno, por lo menos vamos a tener más chicas por aquí —rió.

—Son órdenes de padre, así que no tenemos más remedio que obedecer —añadió Reiji, quien tampoco mostraba mucha importancia al asunto.

—Me da igual mientras no sean ruidosas, pero dudo que tengan un olor y sabor tan dulces como el de Yui-san —comentó Kanato mientras la miraba fijamente.

—Así que van a venir otras chicas... —murmuró Yui.

Ayato, que se dio cuenta de su intranquilidad, la abrazó por detrás de una forma un tanto incómoda en el oído, provocando unas risas indiscretas por parte de Laito y un suspiro de desaprobación de Reiji.
—No te preocupes, yo seguiré bebiendo solamente de ti —susurró.

—No era eso en lo que estaba pensando —respondió con tranquilidad.

Por una parte, estaba emocionada por tener más gente en casa, además chicas humanas.

Por otro lado, tenía una extraña sensación de preocupación.
—Pero en la carta no ponía cuándo llegarán —recordó.

Justo en ese momento resonaron unos golpes de llamada en la puerta de la mansión.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro