40. Promesas
Cuando Shu y Kaitleen regresaron a casa, no sólo recibió el vampiro una buena reganiña de Reiji por escaparse después de recibir sus notas finales,, sino que ambas familias recibieron una gran noticia que llevaban mucho tiempo esperando: las plagas en mansiones Sakamaki y Mukami habían sido eliminadas por completo.
La razón por la que se había prolongado por tanto tiempo era principalmente la preocupación por la antigüedad de los muebles de ambas mansiones y de la estructura de la mansión Sakamaki.
Reiji y Ruki habían recibido una llamada de teléfono y ambos reunieron a las familias para anunciar la noticia, a la que nadie quedó indiferente a la noticia.
─¡Perfecto! ¡Finalmente nos alejamos de esos cuatro idiotas! ─exclamó Ayato.
─Me has quitado las palabras de la boca, me alegro de poder dejar de vivir con un idiota como tú ─respondió Yuma.
Kou se interpuso entre ellos antes de que comenzaran una pelea.
─Es una pena... ─murmuró Azusa─. A mí me ha gustado vivir junto a Eva y todos los demás...
─Yo me alegro de no tener que volver a verte a la cara todos los días ─farfulló Kanato.
─Se me va a hacer raro volver a la mansión Sakamaki ─admitió Ellie─. Me he acostumbrado a vivir aquí, en esta casa tan bonita.
Laito la rodeó con un brazo.
─Mira el lado positivo, podemos volver a casa y nos acurrucaremos juntos en mi habitación~ ─le dijo alegremente.
─Laito, que estamos todos delante... ─dijo Kaitleen con incomodidad mientras le tapaba los ojos a su hermana pequeña con una mano.
─¡Eh! ¿Por qué me tapas los ojos? ¡No se están besando! ─exclamó Ayumi mientras intentaba apartar la mano─. Minuette también quiere saber qué pasa.
─A mí también se me va a hacer raro ─dijo Kou─. Este sitio no se diferencia mucho de nuestra casa, pero voy a echarla de menos.
─Este sitio es un buen lugar para pasar las vacaciones ─comentó Yui─. Si algún día tenemos la oportunidad, podríamos volver aquí todos juntos.
─¡No des ideas! ─exclamó Ayato.
─¿Por qué no? Tiene razón ─dijo Rosaura─. Este es un buen sitio para pasar las vacaciones de primavera y verano.
─Es verdad, el campo de cultivo de aquí no es como el de casa, pero no está mal para tratarse de una residencia temporal ─afirmó Yuma.
─Pues yo sí que tengo ganas de volver a la mansión Sakamaki ─dijo May─. Me gusta mucho su escenario antiguo y oscuro, pero este lugar es muy bonito.
─¿De verdad ya no hay hormigas gigantes? ─preguntó Ayumi al volver a prestar atención a la conversación─. ¿Podemos volver a casa?
─¡Sí, Yumi! ─le dijo Yui─. Podrás volver a tu habitación.
─¡Bieeeeeeen! ¡Minuette y Lulú volverán a dormir en su cama! ¿Vendrá también el señor de la capa roja?
─Espero que no... ─murmuró Ruki en una voz tan baja que la niña no pudo escucharlo.
─Bueno, supongo que esa es otra cosa buena: nosotros cuatro no seremos observados desde lejos con ese tipo tan raro ─comentó Kou.
─Sea como sea, recordad que nos volveremos a reunir todos en la fiesta del castillo Sakamaki ─dijo Reiji─. Nochebuena llegará en pocos días y tenemos que estar ahí para entonces.
─Qué bien, pasaremos más tiempo con Eva y Yumi... ─dijo Azusa con un toque de emoción en su lenta forma de hablar─. Entonces... ¿Cuándo volvemos a casa?
─Reiji y yo lo hemos hablado y pensamos que hoy sería un buen día para volver, pero entonces mencioné que los demás estaríais exhaustos por los exámenes, por lo que decidimos que mañana podemos volver a casa ─dijo Ruki.
─¡Genial! ¡Voy a dejar la maleta hecha para mañana! ─exclamó Claire.
─¡Yo también! ─exclamó Ayato.
─Eso era todo lo que teníamos que decir, podéis volver a lo vuestro ─dijo Reiji.
Cada uno de los presentes se fue por su lado.
─Espera, Rosaura ─la detuvo Ruki antes de que ella saliera de la sala de estar.
─¿Ocurre algo? ─preguntó Reiji con seriedad.
─Tranquilo Reiji, estaré bien ─insistió ella con seguridad─. Puedes ir sin mi.
─Estaré cerca ─avisó Reiji antes de marcharse él también, no sin dirigir una mirada de advertencia a Ruki.
─¿Y bien? ¿Qué quieres? ─preguntó Rosaura cuando quedaron solos.
Ruki suspiró antes de hablar.
─Solo quería disculparme por lo de aquel día.
La humana alzó las cejas con sorpresa.
─¿A qué te refieres?
─A aquella vez que estuvimos juntos en la cocina, parecías asustada por algo. Te pido disculpas en caso de que te hiciera sentir incómoda.
Rosaura ya se había olvidado de aquella vez.
─¿Ruki Mukami me está pidiendo disculpas por algo? ─le preguntó ella dubitativa─. Eres el verdadero Ruki Mukami, ¿verdad?
─Yo también soy capaz de admitir mis errores, ¿ssbes? ─respondió él con algo de molestia.
─Vale, vale... ─dijo ella─. Me acuerdo de aquel día, es cierto que estaba asustada por algo, pero tú no fuiste la causa. No necesitas disculparte, pero agradezco la preocupación.
Esbozando una leve sonrisa, Ruki asintió y se marchó él también.
Al día siguiente las familias regresaron a sus respectivos hogares.
Lo primero que hizo Yui al regresar a su habitación, fue lanzarse sobre la cama y suspirar aliviada. Había echado de menos aquel bonito cuarto invadido por el color rosa.
Sin embargo era consciente de que no debía volver a acostumbrarse demasiado rápido, puesto que en pocos días irían al castillo Sakamaki por Nochebuena y Reiji había avisado que podrían pasar la noche ahí después de la fiesta navideña.
Mientras deshacía la maleta y guardaba todas sus cosas dentro, alguien llamó a la puerta.
─Adelante ─lo invitó a pasar, pensando que podría tratarse de Ayato o alguna de las Murakami.
Acertó con lo primero y Ayato abrió la puerta.
─Hola ─la saludó.
─Hola, Ayato. ¿Ya has guardado tus cosas? ─preguntó mientras colocaba su uniforme escolar en el armario.
─Aún no, dejé la maleta tirada por el suelo y me eché un rato ─se sentó en la cama─. Quise verte nada más despertar.
Yui rio levemente.
─Me alegro de que hayas venido, pero ¿tan cansado estabas para no guardar tus cosas?
Él bostezó como respuesta.
─Tal y como te dije, me eché una siesta.
─Debió de ser una muy corta ─supuso ella─. Han pasado apenas cuarenta y cinco minutos desde que regresamos.
─Tuve un sueño turbulento ─dijo él.
─Se nota, tienes cara de cansado ─comentó Yui al examinar su expresión─. Puedes dormir un poco más aquí si te apetece, trataré de no hacer ruido mientras termino aquí.
Ayato la miró por un momento antes de sonreír de forma misteriosa.
─Te lo agradezco, pero creo que hay algo que me hará sentirme más despierto.
─¿El qué?
Él arqueó una ceja.
─No es difícil de adivinar.
Yui suspiró al saber de qué se trataba.
─¿No es un poco temprano para beber mi sangre? ─preguntó ella.
─Tal vez, pero tu sangre es la mejor del mundo, y la única que bebo ─se tumbó sobre la cama y acarició la manta─. Además, es difícil no desearla cuando tu aroma está impregnado por toda esta cama. Al parecer no soy el único que se ha cansado...
Yui se sonrojó.
─¡Solo me tumbé por un rato! ─exclamó ella─. Pero... Si crees que mi sangre te vendrá bien, te dejaré beber un poco ─murmuró.
Su novio volvió a sentarse rápidamente.
─¡Entonces ven aquí! Prometo que será solo un poco.
Yui se sentó a su lado, Ayato le apartó el pelo a un lado y, después de respirar su dulce aroma, la mordió con suavidad.
Si bien no dolía mucho, ella le apretó la chaqueta con una mano.
Pero no duró mucho, porque Ayato se apartó rápidamente y se llevó una mano a la boca con una expresión extrañada.
─¿Qué pasa? ─le preguntó Yui.
─Tú... ¿Tan cansada te sientes? O ¿ha pasado algo?
─¿Por qué lo preguntas?
─Porque tienes un sabor distinto al de siempre ─respondió─. Es mucho menos dulce.
Ella se sobresaltó.
─Pues... No lo sé. No he hecho nada que pueda haber hecho cambios en mi cuerpo.
Ayato pareció saber la razón.
─¿Estás preocupada por algo?
Yui desvió la mirada.
─Sí, pero te aseguro que no es nada.
─Si no fuera nada tu cuerpo diría otra cosa. ¿Acaso estás enferma?
─¡No! Me encuentro bien... Simplemente me preocupa lo que ne ocultas.
Ayato suspiró.
─Yui...
─¡Ya sé que ya hemos hablado de esto! ─lo interrumpió ella─. Y comprendo que quieras esperar para contármelo, de verdad que sí. Pero no puedo imaginarme de qué podría tratarse para que te distanciaras de mí para finalmente asegurarme que me lo dirás en una fiesta ─lo miró a los ojos con decisión─. No tienes que decirme nada, pero ¿podrías decirme si es algo malo? Solo para estar tranquila.
Él la miró sorprendido.
─¿Crees que voy a decirte algo malo? ¿Es eso lo que te preocupa?
Yui asintió.
─¿Qué piensas que va a pasar?
─Que me vas a decir algo horrible, como que me vas a dejar o que has dejado de quererme... Que una humana es simple comida.
─¿¡Qué tonterías son esas!? ¡Yo jamás te diría cosas así!
─¡Lo sé! Pero tardaste en decir que algo te pasaba, y aún no quieres contármelo. Si me pasara algo relacionado contigo, te lo diría .
─Sé que no estuvo bien por mi parte ignorarte, pero confía en mí, ¿de acuerdo? Te lo contaría todo ahora mismo de no ser que la fiesta de la madre de Subaru me parece una ocasión perfecta para hacerlo.
Ahora ella lo miró con sorpresa.
─¿Por qué?
Ayato sonrió dulcemente, algo que había hecho pocas veces.
─Tengo algo planeado para ti ─le dijo─. Te aseguro que todo tendrá sentido cuando te lo diga.
─¿Me lo prometes? ─le preguntó ella.
─Sí, te lo prometo ─pareció reflexionar en algo y la miró con decisión─. ¿Sabes qué? Lo he decidido: para que no tengas que esperar demasiado... Te lo diré todo ahora mismo.
La joven humana contuvo la respiración.
─¿El qué? Dime.
Él suspiró una vez más, como si se preparase para quitarse un peso de encima.
─¿Recuerdas que en la cita triple con Laito y los demás, vimos un accidente de tráfico en la ciudad?
─Sí... Una mujer se puso a gritar a pesar de que no había sido tan grave...
─Pues eso me dio de qué pensar, que en algún momento podría ocurrirte algo similar, o que estés en peligro y no esté allí para salvarte. Aún recuerdo lo débil que estabas cuando te saqué de la casa de esos Mukami.
Yui jadeó con sorpresa.
─¿Es eso lo que te preocupa? ¡Podrías habérmelo dicho antes! ─exclamó─. Entiendo que te sintieras angustiado porque soy humana, pero podrías habérmelo contado en su momento para que no estuvieras así por tanto tiempo.
─Lo sé, y lo siento por eso.
─Además, no tienes por qué preocuparte hasta ese punto, ¡no soy tan débil! ─sonrió pícaramente─. Además, ¿cómo va a ocurrirme algo sin que tú estés ahí para ayudarme? ¡Pasamos mucho tiempo juntos!
Ayató rio secamente.
─En eso tienes razón.
─Además estoy pasando mucho tiempo con las demás chicas, así que en el caso de que me pasara algo, no estaría sola. ¡Tienes poco de qué preocuparte!
Repentinamente, Ayato enrojeció.
─¡Vale, vale! Ya lo pillo. Si sigues diciendo todo eso, voy a sentirme tonto.
─Si te digo la verdad, la forma en que actuaste no fue la más inteligente ─comentó ella mientras negaba con la cabeza.
Ayato abrió mucho los ojos.
─¿¡Cómo puedes decir eso!? Hemos dejado en claro que actué así porque estaba preocupado, ¿recuerdas?
Ella se rio con aquella reacción.
─No te enfades, perdona. Comprendo que quisieras tomarte tu tiempo, posiblemente yo habría hecho lo mismo, pero ambos lo habríamos tenido más fácil si lo hubiéramos hablado antes.
─Tienes razón... Prometo que no te volveré a ocultar nada.
─¡De acuerdo! No más secretos entre nosotros ─dijo ella con calma─. A partir de ahora, nos diremos todo entre nosotros. ¿Prometido?
─Prometido ─asintió Ayato.
─Entonces... Ya que estamos hablando de esto, ¿qué es la otra cosa que querías decirme?
Ahora fue el turno de Ayato de esbozar una sonrisa pícara.
─¡Eso sí que no te lo puedo decir! ¡Es un secreto!
─¿¡Qué!? Pero ¡si acabamos de decir que...!
─¡Es una sorpresa! ─la interrumpió él─. Pero como te dije antes, tendrá sentido cuando te lo diga.
Se levantó de la cama de un salto.
─Venga, te ayudaré a deshacer la maleta.
─Pero si vamos a volver a salir en unos dos días...
─En el castillo tendremos todo lo necesario, recoge solo lo más básico para el viaje: cepillo de dientes, peine... Ese tipo de cosas. Solo vamos a estar ahí para una fiesta y el día siguiente.
Finalmente, llegó el día de de la partida. Las chicas fueron informadas que para ir al castillo Sakamaki tendrían que pasar por los canales subterráneos para llegar a su destino. La mayoría de ellas había caminado por aquel sitio al menos una vez, todas llevaban un equipaje ligero en bolsos de viaje, al igual que los chicos.
─Ellie, mantente bien pegada a mí para que no te pierdas~ ─le dijo Laito mientras la cogía de la mano.
─Hay una niña delante, así que contrólate ─le recordó Subaru con aspereza.
─Vale, vale~. ¡No te enfades, Subaru! ─respondió Laito alegremente.
─¡No pasa nada! ¡Solo se están cogiendo de la mano! ─dijo Ayumi con inocencia desde los brazos de Rosaura─. No se van a besar.
─Hacía tiempo que no íbamos a una fiesta tan grande ─comentó May─. Tengo ganas de verla.
─Yo tengo ganas de ver la comida que servirán ─dijo Kanato con el mismo entusiasmo─. Espero que pongan el mismo pudin de chocolate de aquella vez.
─Yo ya ni me acuerdo, han pasado muchos años ─dijo Subaru.
─Pero ¿cómo vamos a ir a ese castillo desde aquí? ─preguntó Claire.
─¡Yo lo sé! ─exclamó la niña─. ¡Vamos a abrir la puerta mágica que nos llevará allí!
Subaru y Claire intercambiaron una mirada incómoda, puesto que sabían a qué se refería. El encapuchado podía abrir portales que llevaban al castillo para visitar a Christa con ella.
Por lo menos no se le había ocurrido mencionar el encapuchado misterioso, eso facilitó que nadie notara nada extraño del comentario de la niña, el cual sonaba como si lo hubiera dicho como producto de su imaginación.
─Más o menos ─comentó Reiji alegremente para seguirle el juego─. Eres muy lista, Yumi. Ojalá Ayato tuviera la mitad de inteligencia que tú.
─¿¡Cómo has dicho!? ─gritó Ayato mientras la mayoría de los presentes se reía.
─¿Queda mucho para llegar? ─preguntó Ellie.
─Solo tenemos que girar esa esquina y encontraremos un portón de madera ─indicó Reiji.
Nada más llegar allí, se encontraron con un gran portón doble de madera con aspecto de haber sido construido muchos años atrás.
Yui reconoció inmediatamente el sitio al fijarse mejor.
─Conozco este lugar ─comentó─. Una noche me desperté aquí.
─Sí, habías caminado sonámbula ─recordó Ayato.
Aquel tiempo el espíritu de Cordelia estaba dando sus primeros pasos para apoderarse del cuerpo de Yui para poseerla y, con eso, volver a la vida para matar a su marido, Karlheinz.
─Así que esta puerta lleva a vuestro castillo, jamás me lo habría imaginado ─dijo Yui con sorpresa.
La primera vez que preguntó por ella, Ayato no le había querido explicar nada al no considerarlo necesario para ella en aquel momento.
─Me acuerdo de entonces. Te seguí para saber dónde ibas, parecías ida y me preguntaba por qué querías venir aquí a las tantas de la noche ─recordó Laito.
Al escuchar eso, Ellie no pudo evitar fruncir el ceño con intriga, pero no quiso decir nada al respecto.
─¿Cómo nos va llevar la puerta al castillo? ─preguntó en su lugar─. No lo entiendo
Laito rio entusiasmado.
─Ahora mismo lo verás, ¡te vas a sorprender!
Alcanzaron la puerta y Reiji la abrió de par en par.
Para sorpresa de las humanas, un enorme bosque oscuro se mostraba ante ellos.
Mientras todas miraban con sorpresa e intriga, la primera en decir algo fue la que estaba decepcionada.
─¡Eh! ¿Dónde está el castillo? ─preguntó Ayumi cuando cruzaron la puerta─. ¡Esto es un bosque muy feo que da mucho miedo! ─le tapó los ojos a su muñeca.
Shu, que había estado callado todo aquel tiempo, bostezó.
─Deberían estar aquí en unos minutos ─dijo con cansancio─. Espero que no tarden, quiero echarme un rato en el camino.
─¿Quiénes? ─preguntó Rosaura.
Tal y como había dicho Shu, cuatro carromatos de color oscuro tirados por caballos y conducidos por tres vampiros se asomaron por el camino para detenerse ante ellos.
Los hermanos Sakamaki apenas se habían inmutado, pero Yui y las hermanas Murakami miraban con asombro, nunca antes habían visto de cerca un carromato.
─¿De verdad vamos a viajar en eso? ─preguntó May, aún sin creérselo.
─Hay un buen tramo desde aquí hasta el castillo, ir de pie sería muy molesto ─respondió Shu una vez más.
─Lo único que haces es dormir ─bufó Reiji─. Pero no podemos subirnos aún.
─¿Por qué no? ¿Acaso estamos esperando algo más? ─preguntó Kanato, impaciente por querer ponerse en marcha en cuanto antes.
─De hecho, sí ─respondió Reiji─. Incluyendo a Yumi, somos trece personas. Cada uno de estos carromatos tiene la capacidad de llevar cuatro personas, por lo que si solo fuéramos nosotros, solo necesitaríamos tres. Pero como en realidad somos diecisiete invitados a la fiesta de Christa, necesitamos uno cuarto.
Subaru comenzó a hacer el cálculo.
─¿Quieres decir que cuatro personas más van a venir aquí? ─abrió mucho los ojos y chasqueó la lengua fastidiado al darse cuenta de quiénes se trataban─. ¡Tch! Oh no...
─¿Qué pasa? ─le preguntaron Yui y Claire, casi a la vez.
─¡Eh, esperadnos! ─resonó en un eco la voz de Kou.
─Oh no... ─farfulló Ayato.
─Casi se me había olvidado que también iban a ir ─comentó Laito.
─¡Eva! ¿Dónde estás...? ─sonó la voz de Azusa llamando por Yui.
En menos de un minuto, los hermanos Mukami los alcanzaron. Todos llevaban el mismo equipaje ligero que los demás a excepción de Kou, quien llevaba una maleta y dos bolsas de viaje.
─¿Cómo sabíais cómo llegar aquí? ─preguntó Rosaura.
─Esa persona nos dio indicaciones para llegar aquí por medio de esta carta ─explicó Ruki mientras les mostraba un papel desdoblado.
─Se nota que ese viejo se preocupa más por vosotros que por nosotros ─farfulló Subaru con amargura.
─Al menos nosotros apreciamos lo que él hace ─le espetó Yuma.
─Yuma, detente ─le ordenó Ruki antes de que se desatara un desastre─. Perdón el retraso, espero que no os hayamos hecho esperar mucho ─dijo a los demás.
─No te preocupes por eso, los carromatos llegaron hace unos minutos ─indicó Reiji─. Ya que estamos todos reunidos aquí, podemos ponernos en marcha hacia la fiesta.
[Publicado el 19/12/2021]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro