21. Verdad
Si había algo que le encantaba hacer a Ayumi era esconderse y espiar al resto. Ella era pequeña, el gran espacio y los muebles eran todo un mundo para esconderse, siempre acompañada de Minuette, por supuesto. Si no encontraba a nadie, por el contrario, correteaba dando saltos por los pasillos mientras canturreaba en voz alta.
Apenas se había visto con sus hermanas, con Yui o los Sakamaki después de que regresaran de clase aquel día, pero no le importaba mucho, así podía saltar más si nadie estaba cerca.
Pero su suerte no fue a más cuando una puerta se abrió justo a su lado. Se detuvo en seco.
-Yumi Murakami, estoy intentando leer, ¿podrías dejar de hacer ruido, por favor?
-Perdón -dijo ella en un susurro y se fue caminado.
-Espera, ¿podrías venir un momento?
Se asustó, Yumi se había acostumbrado a vivir con los vampiros, y con ello aprendió que Reiji podía regañarla como si se tratara de Rosaura o Ellie, y le entró miedo, no había hecho nada que considerara como algo malo.
-¡Pero si ya no estoy haciendo ruido! -se quejó.
Reiji se rió levemente.
-Tranquila, no voy a regañarte -dijo -. Solo me gustaría preguntarte algunas cosas.
Se hizo a un lado para dejarla pasar, ella lo miró con miedo y duda.
-Rosaura ya me ha dicho que eres muy cuidadosa con lo de no ir con gente peligrosa. No te preocupes, no te voy a hacer daño.
Ella continuó dudosa, pero entró con más tranquilidad.
-¿Dónde estamos? -preguntó al fijarse que aquello no era una habitación, a su juicio, por no tener cama.
-Mi estudio, es como un laboratorio.
Mientras ella daba vueltas para no perderse ningún detalle, Reiji agarró una silla y la puso al lado de su mesa.
-Ven, puedes sentarte aquí.
Ella se acercó y Reiji la ayudó a subirse, él se sentó justo delante de ella en el sillón. Yumi lo miró con la típica curiosidad de una niña de tres años.
-¿Qué quieres? -preguntó, después de todo era él quien la había dejado pasar.
-En primer lugar, vives con nosotros desde hace un tiempo -dijo en una manera que ella pudiera comprender el punto de la conversación -. ¿Qué piensas de eso?
Era raro de su parte, tenía curiosidad por lo que pensaba una pequeña humana que vivía en una casa llena de vampiros que comenzaban a salir con sus hermanas.
Pero vio que su comprensión no llegaba a tanto al obtener un ceño fruncido como respuesta.
-Vale, pues... ¿estás contenta al vivir con nosotros?
La expresión de Yumi se iluminó por completo.
-¡Sí! ¡Las galletas están muy buenas aquí, Yui es muy guapa y buena, todos quieren jugar conmigo y mis hermanas tienen novio! ¡Me gusta mucho estar aquí con todos!
Hace unos meses, esas palabras hubieran sido impensables de pronunciar para cualquier humano que se atreviera a poner los pies en aquella mansión.
Reiji sonrió levemente por su respuesta.
-Me alegra oír eso -dijo -. Hay otra cosa que me gustaría preguntarte, es sobre ese misterioso joven, el de la capa roja.
-¡Sí! -chilló con emoción -. ¡Mi amigo el señor de la capa roja!
-Ese mismo, sé que últimamente te ha ido a ver mucho. ¿Le has visto la cara? ¿Cómo es? ¿Le has escuchado la voz?
Reiji sentía cada vez más intriga por el joven que los espiaba desde fuera y les amenazaba, aunque las advertencias fueran cada vez menores. Y en parte era absurdo preguntar si ella había oído su voz, puesto que Reiji la había escuchado más de una vez, pero quería saber de qué hablaba con la niña.
-No, le he visto la boca y el pelo, es de color marrón, pero no los ojos ni la nariz. Pero sí, he escuchado su voz, pero muy poquitas veces y habla muy bajito.
Esa información no era muy útil para Reiji, aquel tipo era muy secretista, incluso con Yumi.
-Oye Reiji, ¿puedo hacerte yo una pregunta?
Le sorprendió un poco que le quisiera preguntar algo, pero era justo, ya que él le había formulado dos.
-¿Qué quieres saber?
-¿Por qué nadie me chupa la sangre?
Lo preguntaba en serio.
-¿A qué viene eso, Ayumi? ¿Acaso quieres que te muerdan?
-No, pero a Yui y a mis hermanas mayores les chupan la sangre, pero a mí no. ¿Por qué?
Reiji le agarró la mano e inspeccionó su muñeca con él índice, eso le provocó cosquillas a la niña.
-Estoy seguro de que tu sangre, tan joven y tan pura, tendría un sabor exquisito -la soltó -. Pero no vamos a consumirla de un humano tan pequeño, sería una vergüenza; y además de que eso es indecente hasta para un vampiro, significaría que es tan poco competente para encontrar presas que iría a por unas todavía más indefensas.
-¿Algo así como los hombres que tocan niños?
Se quedó perplejo, pero asintió.
-Sí, más o menos...
-Pero tú quieres a Rosaura, ¿verdad? -preguntó con preocupación, desviándose un poco del tema.
Reiji la miró con seriedad.
-Sí, bebo sangre de ella, pero Rosaura es mucho más que una presa para mí.
-¡Ah, pues vale! -chilló una vez más con alegría.
Dada por concluida la conversación, Yumi se bajó del sofá y se fue corriendo a la puerta, Reiji se la abrió.
-¿Te gustan mucho las galletas? Pues cuando tenga tiempo haré unas cuantas y te llamaré para que las pruebes.
-¡Bien!
Yumi salió corriendo por los pasillos con la muñeca en brazos. En un momento cerró los ojos, por lo que se hizo daño al chocarse de golpe con las piernas de alguien y caer en el suelo. Se palpó la frente, pero se olvidó del dolor al ver de quién se trataba.
-¡Oh! ¡Hola, señor de la capa roja!
Su voz sonó lo suficientemente alto como para que Reiji y Yui, que se dirigía a la cocina, la escucharan y se acercaran corriendo. Tuvieron tiempo de ver como el encapuchado le tendía la mano a Yumi y desaparecía con ella.
-¡No, Yumi-chan! -chilló Yui con desesperación.
-Descuida -intentó calmarla Reiji -. Hace mucho que él lleva haciendo eso y la trae de vuelta una hora después, Yumi asegura que solo juegan juntos en el jardín.
Y se fue. Yui aún no podía creer que un desconocido del que aún no se fiaba hubiera desaparecido con la niña con la que había estado conviviendo. Le recordó al día en que los hermanos Mukami la habían secuestrado.
Tenía que decírselo a alguien. ¿A Ayato? No, lo más responsable era decírselo alguna de sus hermanas mayores. Corriendo en busca de alguna se encontró con Claire y le contó lo ocurrido.
-Es la cuarta vez que lo hace, no hay problema alguno -respondió ella con tranquilidad.
-¿¡Pero no te preocupa lo que le pueda suceder!?
-Las dos primeras veces sí, pero a la tercera supuse que no parecía ser algo malo, de lo contrario Yumi nos lo habría dicho, pero cada vez que le preguntámos siempre repite que solo juega a la pelota con él en el jardín. E incluso él nos pidió permiso para hacerlo por medio de una nota.
Yui no parecía muy segura.
-Aunque me alegro de que también te preocupes por ella, se ve que habéis hecho buenas migas.
-Pues sí -suspiró, intentando aliviarse -. Yo nunca llegué a tener hermanos, en mi familia solo somos mi padre y yo, confieso que os envidio un poco por eso.
Claire la miró con compasión.
-No quiero ni imaginarme cómo sería mi vida sin mis hermanos, menos aún sin May, literalmente somos compañeras de andanzas desde que nacimos.
Decidieron dar una vuelta juntas por el jardín, allí Claire confesó que le aún preocupaba el hecho de que May estuviera con Kanato.
-No es que la subestime, pero sale con un tipo que intentó asfixiarme una vez , y aunque él me haya jurado que no le haría daño...
-Si él la ama de verdad, no creo que sea necesario preocuparse por eso. Supongo que es similar con Ellie y conmigo. Shu no ha cambiado mucho con Kaitleen, pero parece que Rosaura está mucho más alegre desde que sale con Reiji, y Subaru tampoco está siendo tan compulsivo contigo, ¿no?
-Sí, me he dado cuenta y es curioso. Incluso hemos llegado a charlar de cosas que no tengan que ver con sangre, tortura y muerte, aunque en un par de veces se puso emo...
-¿A qué te refieres?
-Frunció el ceño y susurró para sí mismo cosas que no entendí -señaló en una dirección -. Mírala, ahí está, así que es cierto que se quedan jugando en el jardín...
A lo lejos, Yumi correteaba por la hierba y recogía flores mientras el encapuchado la vigilaba; la niña se fijó en ellas y se acercó corriendo.
-¡Claire! ¡Yui! -chilló -. ¡Toma! -dijo con decisión mientras le tendía a Yui las flores que acababa de recoger mientras que en la otra mano sostenía una bonita rosa blanca.
-¿Son para mí? -preguntó ella, admirada -. ¡Muchas gracias!
-¡Pero esta es para ti, Claire!
Le tendió de la misma forma la rosa. Sorprendida, Claire la cogió con cuidado.
-Vaya, muchas gracias, pero ¿cómo la has cogido? ¿No te habrás pinchado con las espinas?
-Seguramente la habrá cogido él -supuso Yui señalando al lugar donde se situaba el desconocido, que ya se había ido.
La niña negó con la cabeza.
-No, no la cogí yo ni el señor de la capa roja. Me la dio él.
Señaló detrás de ellas a Subaru, que a pesar de estar alejado se podía ver perfectamente su cara roja contraída por la vergüenza.
-Me dijo que no te lo dijera, pero me pidió que te diera esta rosa tan bonita. ¡Y yo creo que le gustas mucho!
Subaru se había acercado a ellas a medida que hablaba.
-¡¿Qué tonterías dices?! ¡Está mal decir mentiras! -gritó.
-¿Eh? Pero ¡si tú me dijiste que te gustaba mi hermana Claire! -respondió confundida.
En vano, Subaru se llevó un dedo a la boca para intentar hacerla callar, provocando más risas aún a las chicas.
-¡No se te puede confiar nada, Ayumi! ¡Vámonos de aquí!
Agarró a Claire del brazo y se la llevó de ahí antes de que ella pudiese contestar.
-He quedado como un idiota, ¿verdad? -le preguntó cuando se alejaron lo suficiente.
-¿Ya vuelves con eso? -preguntó Claire, perpleja.
Aquel era otro de los comentarios emo que le había escuchado decir antes.
Yui y Ayumi observaban la escena desde lejos una vez más.
-Subaru me ha llamado Ayumi por primera vez -murmuró decepcionada.
Aún perpleja por lo ocurrido, Yui agarró la pequeña en brazos.
Así vieron como Subaru le decía algo a Claire, ella se rió y respondió algo, intercambiaron un par de palabras más e, inesperadamente, Claire colocó en un salto los brazos alrededor del cuello de Subaru, aún con la rosa en la mano, y le estampó un decidido beso en los labios, sorprendiendo tanto al vampiro como a las dos espectadoras.
Yui tuvo tiempo de irse corriendo de ahí con Yumi antes de que interrumpiese a la pareja con sus gritos de alegría:
-¡Claire ha besado a Subaru! ¡Claire ha besado a Subaru en la boca!
No vieron como Subaru aceptaba el beso y la abrazaba con ternura.
Yui y Ayumi habían sido testigos de una curiosa y correspondida declaración de amor.
[Publicado el 14/3/2019]
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