Epílogo
El final de un camino en muchas ocasiones era el comienzo de uno nuevo. Ya fuese porque era seguido por uno nuevo o porque construían uno. De cualquier manera, creaba una nueva oportunidad para transitar para muchas personas. En el caso de Jungkook y Taehyung, no fue muy diferente. Se podía llegar a pensar que después de todo lo ocurrido y la tardía valentía del mayor para volver a hacer pública su relación de manera oficial, ellos habían llegado al final de su historia, pero no fue más que un nuevo inicio para ambos.
Ellos estaban lejos de resolver todos sus problemas, ambos lo sabían. Nada cambiaba de un día para otro, menos cuando ambos acarreaban tantos grilletes que le hacían desacelerar sus pasos. Jungkook había tocado fondo emocionalmente debido a todo lo ocurrido, demasiados años en donde sintió perderse a sí mismo como persona tratando de adaptarse a alguien más. Taehyung, al igual que él, estaba lleno de problemas que no se pudieron resolver con una conversación ni con los momentos felices que compartieron porque todavía existían nubes grises que por momentos hacía llover sobre su cabeza y lo llevaba a un lugar oscuro en su mente.
Buscaron ayuda dentro de su relación e incluso sin querer, también dentro de su círculo de amistades. Sin embargo, gracias a los consejos de Hoseok y la existencia de Namjoon, también buscaron ayuda profesional. Jungkook no creía en ello, en un comienzo, Taehyung comenzó a ir al psicólogo solo. A veces, lo acompañaba a terapia de pareja, pero tras una pequeña discusión que tuvieron en uno de esos días grises, el recuerdo del pasado y Namjoon, accedió ir a terapia.
Eso tampoco resolvió todos sus problemas, mas encontraron herramientas que pudieron utilizar para ir reconstruyendo algunos caminos y crear otros tantos. De cualquier modo, el reconocimiento de todos dilemas y deseo de resolverlos, los instaron a seguir luchando de una manera diferente a como lo hicieron en el pasado.
— ¿Cuánto tardarás? — Caminando hacia su camerino, Jungkook hablaba por teléfono con su pareja. — Nos retrasamos un poco, pero creo que haremos unas tres tomas más y yo terminaré por hoy. Supongo que en una hora, hora y media yo ya habré terminado.
— No creo que tarde mucho, dependiendo de cuán denso esté el tráfico hoy. — Respondía Taehyung presionando el botón que llamaba al ascensor. — Supongo que hasta la locación en donde están grabando me tomará unos cuarenta minutos aproximadamente si no hay inconvenientes.
— Eso es genial. ¿Cómo te fue en la sesión de hoy?
— Muy bien, he hablado con mi psicóloga para reajustar los horarios debido a que estaremos algunas semanas fuera del país. Para cuando regresemos podremos retomar también nuestras sesiones conjuntas en pareja, bueno, si quieres seguir con eso.
El camino a donde estaban hoy no fue sencillo, desde que se conocieron hubo muchas cosas que los llevaron a tomar decisiones que resultaron conflictivas para ellos en su relación. Muchos altibajos que realmente los llevaron a tocar fondo, pero ahora estaban ahí, cumpliendo su quinto aniversario desde aquella noche en que hablaron por teléfono durante horas, desde que Taehyung aceptó gran parte de sus sentimientos por el pelinegro.
No, ellos no llegaron hasta ahí solamente por la fuerza de su amor, aunque este influyó. Había problemas que solo el amor no solucionaba, fue por ello que ambos tomaron en conjunto la decisión de visitar un psicólogo. Evidentemente, no asistían al mismo, pero en ocasiones esas sesiones de pareja junto al profesional asignado, los obligaron a tener confrontaciones amistosas o simplemente desahogarse juntos en su propio terreno, pero con una buena guía y mediadora.
En dos meses, se cumplirían dos años desde que Taehyung corrió en busca del menor, encontrándolo en su cuchitril. Desde esa vez que volvió a quitarse el velo tras el cual se había estado ocultando, viendo más claro, respirando más puro. Sería mentira decir que todas sus preocupaciones desaparecieron de la noche a la mañana como se comentó anteriormente. Sus temores, los rumores que los siguieron durante casi todo un año y toda la ola de situaciones que se desataron seguido a esa transmisión en vivo, les hicieron cuestionarse algunas veces. Hubo personas que se arriesgaron a contratarlos a pesar del escándalo, porque esta vez no solo eran actores porno que hicieron un trabajo profesional, una simple actuación que de por sí ya estaba mal vista, sino que, más allá de la pantalla, seguían manteniendo una relación amorosa juzgada y poco entendida en Corea del Sur.
Nada fue fácil, pero poco a poco las barreras se fueron disipando, cuando muchas de ellas dejaron de importar, simplemente desaparecieron y, las restantes, por mucho que lo impresionaran, Taehyung aprendió a saltarlas, bordearlas o buscar la forma de pasarlas por su cuenta. No obstante, si se tornaba demasiado difícil, había una mano que había aprendido a tomar. De igual modo, fue ganando mayor confianza para también estirar la suya. Una relación equitativa donde podía haber momentos en donde uno daba un poco más que el otro, pero siempre encontraban nuevamente la balanza sin dejar que se fuera por completo hacia un único lado.
— Me parece bien, pero igual hablemos de eso en otro momento. Conduce con cuidado y deja el teléfono a un lado. Yo ya debo regresar al set, por cierto, Yoongi me llamó, el estreno de su última película junto a Jimin se hará dentro de cinco semanas.
— Oh cierto, lo había olvidado, esos dos finalmente se retirarán. — Sonrió saliendo del ascensor para caminar hacia su vehículo. — No quiero que Seokjin reclame ahora que ustedes vuelven a tener un proyecto junto, siempre dice que soy una distracción para ti.
— En parte tiene razón, eres mi mayor y mejor distracción.
— Tan cursi... — Se escuchó las risas a ambos lados de la llamada. —Te veo un rato. — Taehyung escuchó el beso que le fue lanzado, por el que terminó sonriendo mientras miraba el teléfono por varios segundos antes de dejarlo en la puerta de su auto.
Cuando llegó al set de rodaje, sintió la nostalgia invadirlo. Desde su último proyecto ya habían pasado tres meses. Campañas de modelaje y promociones, pero no mucha actuación. No se quejaba, le sirvió para descansar, controlar los negocios y pasar tiempo con Jungkook porque cuando ambos trabajaban, apenas tenían tiempo de calidad juntos. Cuando solo uno lo hacía, las posibilidades aumentaban.
Fue dirigido por el manager de Jungkook hasta donde su pareja filmaba, encontrándose con un Seokjin sentado junto al productor de esa serie. Le entregaron otra silla y se sentó junto al mayor de los Kim para ver con orgullo a ese hombre que parecía haber nacido para eso. No podía creer que alguna vez hubiese tenido pensamientos de los que ahora se arrepentía un poco, de los que aprendió fuertes lecciones. Era peligroso lo que la inseguridad en uno mismo podía causar en las personas, el miedo, la molestia, la frustración, la envidia y la ansiedad...
— ¿Había que mostrar tanto? — Preguntó enarcando una ceja mientras veía a la mujer recorrer sus dedos por el pecho y la supuesta herida que le habían hecho al cortarlo con un cuchillo. — A veces sigo creyendo que miras demasiado a mi hombre.
— ¿No es obvio que lo hago? Siempre que luzca así de hermoso lo haré, tengo ojos, buen gusto y un marido que lo respalda. — Se carcajeó luego de decirle lo último en su oído. — Tranquilo, sigue siendo un cachorro cuyos ojos solo te miran a ti.
— Lo sé, justamente porque mis ojos tampoco se apartan de él. — Musitó con una sonrisa.
Si bien eran profesionales y cada uno respetaba el trabajo del otro, Taehyung debía admitir que en ocasiones se ponía un poco celoso con ciertas escenas y co-estrellas. No siempre, en realidad, eran pocas, pero ahí estaban. La inseguridad no era la razón, confiaba casi ciegamente en su pareja porque ese mocoso pasaban los años y seguía teniendo ojos exclusivamente para él, pero algunas personas no conocían los límites. No todo el mundo respetaba o era profesional, justo como esa actriz con quien Jungkook grababa en esos momentos. Ella fue la Miss Pata y Cuello estirado con quien una vez lo emparejaron.
Tenían química en la pantalla, aunque modestia aparte, esa química jamás fue más allá de las pantallas como sí sucedió con ellos. Cuando gritaron corte, ella se aproximó al pelinegro, pero este ya había divisado a su pareja y corrió en su dirección. Posicionando sus manos en los brazos de la silla, le dedicó una cálida mirada a su novio y luego se inclinó para besarlo.
— Hola... — Lo saludó entre besos. — Te extrañé.
— Y yo a ti. — Le contestaba Taehyung casi sonriendo debido a las muecas en Seokjin.
— Si van a comenzar a aparearse, váyanse a casa. — Espetó Seokjin poniéndose de pie. — No alteren y ensucien mi área de trabajo. — Palmeando el hombro de Jungkook, le dio una sonrisa a Taehyung. — Tengan un buen viaje, cuando regresen, organicemos una comida todos juntos.
— Cuenta con ello. — Respondió Taehyung sintiendo la mano de su pareja bajar hasta su trasero. — Kook... — El pelinegro rio, pero finalmente se separó.
— Por cierto, ¿van a la cena celebración de esta noche? — Indagó Seokjin.
Jungkook por un segundo miró a su pareja, quien con una sonrisa le dio un tenue asentimiento mientras acariciaba sus manos ahora entrelazadas. — Iremos.
Seokjin una vez más se despidió y ellos poco tiempo después lo imitaron al despedirse de todos. Al llegar a su casa ambos tomaron una ducha para luego acostarse a dormir durante una hora y media para recargar energía para la noche. Según lo acordado, fueron juntos a la rueda de prensa y después a la celebración por la finalización del drama que Jungkook recién había terminado de firmar.
Ellos eran respetuosos públicamente, disminuían las muestras de afectos que muchos podrían encontrar incómodas, pero ya no evitaban ir juntos a todos los sitios. Ese fue otro de los cambios que fueron haciendo paulatinamente y que en el pasado tantos inconvenientes causó. No fue sencillo, principalmente para Taehyung.
La primera vez que fue junto a Jungkook a una alfombra roja tuvo un ataque de ansiedad que le obligó a permanecer en el vehículo durante casi media hora. Jeon estuvo a punto de cancelar su participación y regresar a casa, pero justo cuando llamaba a Hoseok para darle el aviso, su mano fue agarrada y la llamada terminada. El rubio lo besó largo y tendido hasta que permanecieron solo con sus labios presionados. Segundos más tarde abrió la puerta y ambos descendieron para caminar juntos por la alfombra roja.
Fueron discretos, iban juntos, pero con una distancia prudente. No obstante, al llegar frente a los fotógrafos, la valentía de Taehyung lo instó a tomarle la mano a su pareja. Escuchaba todas las murmuraciones e incluso los gritos, el pelinegro podía sentir lo mucho que sudaba, pero un apretón sutil y una sonrisa le reafirmaba que estaba junto a él frente a todas las adversidades.
Sería mentira afirmar que los cambios fueron grandes y rápidos, nada más lejos de la realidad, pero sí fueron constantes. Tampoco se podía decir que solamente hubo avances cuesta arriba, a veces se estancaron y hubo momentos en donde incluso retrocedieron un poco en algunos aspectos, pero eso únicamente les ayudó a impulsarse y tomar más fuerza.
— Muero por acostarme en la cama, pero por alguna razón, todavía no quiero dormirme. — Mencionaba Taehyung recibiendo al peludo que los había extrañado toda la noche. — Hola bebé, tus papis te echaron mucho de menos. — Besó su naricita y permitió que su mascota le correspondiera con una lamida en su propia nariz. — Bebé, ¿buscas algo para ver?
— ¿Algo como qué?
— No sé, una película que podamos terminar hoy, porque las series y documentales muchas veces tienen demasiados capítulos. La verdad es que no tenemos tiempo para eso. — Jungkook asintió tomando el control remoto del televisor en su cuarto y también el ordenador de Taehyung. — ¿Por qué no usas tu laptop?
— Está en la sala y no me apetece ir a buscarla. — Mencionó abriéndola. — Voy a dejar esto aquí, tomo una rápida ducha y regreso.
— Espérame, voy contigo.
Ambos se ducharon rápidamente, no fue como esas duchas del pasado en donde no podían sacarse las manos de arriba. Cada uno se duchó a sí mismo y lo máximo que compartieron fueron miradas lascivas que culminaron y sonrisas.
Ya refrescados, con sus pijamas y Yeontan en medio de los dos, se acostaron en la cama para ver una película. Mientras Taehyung acariciaba a su mascota, el menor utilizaba su ordenador. Había silencio a excepción del ruido proveniente del televisor, por lo que cuando unos gemidos que nada tenían que ver con lo que ambos miraban llenaron la habitación, el rubio se paralizó. Después de tantos años, no entendía cómo algo que él creyó haber borrado estaba saliendo a la superficie una vez más.
Hizo un gran esfuerzo por mantener la mirada en el televisor sin prestarle atención realmente, pero las carcajadas de Jungkook lo obligaron a rodar sus ojos.
—Taehyung — dijo, su voz una vez más rompiendo el tranquilo silencio que se hizo tras pausar el video. — Mira esto.
No quería, realmente no quería mirar porque él ya sabía lo que era, a pesar del tiempo pasado todavía lo podía reconocer sin necesidad de posar sus ojos en ese video. Sin embargo, Taehyung desvió su atención del televisor hacia Jungkook y luego a la pantalla del portátil.
—¿Qué hace esto aquí? — Preguntó Jungkook, con una mezcla de sorpresa y diversión en su voz.
Taehyung se quedó sin palabras por un momento, intentando procesar lo que veía. ¿Qué podía decirle? ¿Por qué ocurría eso después de tanto tiempo? Podía ver la mirada inquisitiva de su pareja, pero no quería mirarlo a los ojos. Después de algunos segundos respiró hondo y respondió con voz temblorosa.
— No lo sé — espetó volviendo a mirar el televisor, restándole importancia a todo el asunto.— Lo descargué en un viejo ordenador que ya no existe. Pensé que se había borrado. — Jungkook esbozó una sonrisa traviesa, acercándose más a Taehyung.
—Debe haberse guardado en la copia de seguridad — Jungkook comentó con su tono juguetón. — Pero dime, Tae, ¿qué hacías con ese video mío? — Le susurró en el oído. — ¿Te tocaste mientras lo veías?
Taehyung sintió el calor subiendo a sus mejillas, su mirada evitando la de Jungkook. — Solo fue material de estudio —respondió rápidamente. — Para ver con quién trabajaría. Ni siquiera lo vi completo.
Jungkook se echó a reír, provocando que Yeontan se despertara y se moviera un poco entre ellos.
— Vamos, Tae, — su voz suave y provocativa— no tienes que mentir. ¿Te apetece verlo ahora conmigo para recordar viejos tiempos?
— ¿Qué te hace pensar que quiero verte follando con la tipa esa? — Se apartó del menor que no podía ocultar su sonrisa.
— Entonces... — Le acarició el brazo y le besó su cuello. —¿Quieres ver una de las películas que filmamos juntos? Nunca las hemos visto. — Taehyung intentó levantarse, pero Jungkook lo detuvo, manteniéndolo en su lugar con una sonrisa juguetona.
—Voy a la cocina, ¿podrías soltarme? — ¿Por qué demonios su voz salía temblorosa? — Necesito un poco de agua.
Escapando de las garras del pelinegro, el mayor saltó de la cama, seguido primero por el bebé peludo y luego por el insoportable que parecía estarse divirtiendo en demasía. Lo molestaba sin darle tregua, lanzando bromas lascivas mientras caminaban.
— Apuesto a que te encantó ese video, — comentó Jungkook, susurrando al oído de Taehyung, pegándose detrás de él para abrazarlo, acariciar sus caderas y dejarle sentir que su miembro aún dormido, se estaba animando para el juego. — ¿Lo mirabas en secreto, Tae? ¿Te imaginabas en mi lugar o en el lugar de ella?
— ¿Podrías dejarme tomar agua en paz?
— ¿No me vas a decir? — Se pegó más a él, haciendo que su trasero rozara su miembro por encima de la tela. — Tan altanero que te mostrabas, pretendiendo que yo no te importaba mientras lo comprabas y hacías que mi cuenta bancaria aumentara.
— Mocoso, insoportable y creído.
— Entonces, ¿estabas estudiando mi técnica? ¿Encontraste algo que quieras que practiquemos juntos? — Se inclinó para poder morder su oreja, ignorando los sonidos provenientes de un Yeontan que ya se había aburrido de ellos y se dirigía al sofá. — Podríamos hacer una secuela. Ya sabes, para mejorar esos 'detalles' que no te convencieron. Creo que puedo hacer una actuación en directo mucho mejor que cualquier video. ¿Te gustaría un pase VIP?
— ¿Qué te hace pensar que ese trillado porno, patético y con tan poca calidad causó algo en mí? Si eso no me motivó a tener sexo contigo en el pasado, menos lo hará ahora, así que no malgastes tu pase VIP conmigo.
— ¿No te pareció tan bueno, eh? Tal vez deberíamos hacer una nueva versión, con algunos toques más personales. — La mano derecha que descansaba sobre la cadera de Taehyung descendió hasta llegar a su entrepierna para darle un pequeño tirón. — Ese suspiro que acabas de soltar y mis conocimientos sobre tu persona me hacen pensar que incluso entonces logré sacarte algunos orgasmos. — Taehyung rodó los ojos y Jungkook sonrió. — ¿Me vas a decir que no te masturbaste mirándome?
Taehyung trató de mantener la compostura, pero finalmente se rindió, girando para enfrentar a Jungkook.
— Está bien — dijo, suspirando. — Me masturbé con ese video en el pasado. Pero, para ser honesto y reiterando lo que ya te dije, no fue tan bueno. — Jungkook soltó una carcajada, su risa resonando en la cocina.
— ¿En serio? —preguntó, sus ojos brillando de diversión. — ¿En serio, en serio, en serio? — Se carcajeó, sintiendo como el mayor lo empujaba para alejarse de él. — Ah, claro, es que esos no fueron tan buenos como los nuestros. Bueno, tendremos que hacer algo al respecto.
Taehyung no pudo evitar sonreír ante la energía contagiosa de Jungkook. Los dos se rieron juntos, la tensión desapareciendo lentamente.
—Eres imposible — espetó Taehyung, sacudiendo la cabeza mientras sonreía.
Jungkook se inclinó y le plantó un beso suave en los labios.
—Y tú me amas por eso — respondió con una sonrisa.
Taehyung lo abrazó, sintiendo la calidez y la seguridad que siempre encontraba en los brazos de Jungkook.
—Sí, sí te amo — aceptó el rubio suavemente.
En su cuello recibió lo que parecían ser infinitos besos por parte del menor que, lentamente, lo fue guiando hacia su habitación. En un rápido movimiento, Jungkook cerró la puerta para no darle chance a Yeontan de entrar. Lo sentía por su hijo peludo, pero necesitaba tiempo a solas con su otro padre. Entre risas cómplices cayeron en la cama, el ordenador causante de todos los estragos fue relegado a la mesita de noche y la película que habían estado viendo cambió por el final de la segunda película que ambos filmaron juntos. Esa que se grabó en suelo japonés y que no fue planificada, en donde por primera vez ellos hicieron el amor frente a las cámaras y donde todo cambió. Donde más allá de las pantallas, ellos parecían haberse encontrado nuevamente, a pesar de parecer una primera vez.
En un comienzo, le dieron paso a la calentura inicial para ver por primera vez juntos, una de sus películas porno protagonizadas. No sabían si era por la película en sí o todo lo que había pasado detrás de las cámaras que solamente ellos dos sabían. Los recuerdos mezclados con el erotismo y la lascivia de verse en una pantalla tan grande dándose placer. La primera vez que Taehyung vio su trasero ser expuesto, cerró fugazmente los ojos, pero cuando los dedos de Jungkook se abrieron paso en él, casi pudo sentirlos en su interior en ese momento. Gimió, y eso fue todo lo que Jungkook necesitaba para ir en su búsqueda, dejando así los gemidos del televisor amenizar su habitación y acompañar los gemidos actuales.
Despojó a Taehyung de su ropa con movimientos ágiles e hizo lo mismo con la suya. Seguido de esto, la primera acción realizada fue morder el cuello del mayor a gusto. Estaban auspiciados por el invierno y la lejanía temporal de las cámaras para poder marcarse sin contención, sin miedo a dejar marcas visibles. Porque ellos estaban juntos, pero tampoco tenían motivo para compartir con el mundo sus intimidades de ese modo. Gracioso, porque usualmente, ellos tampoco eran amantes de las sugilaciones en sus pieles, pero existían momentos, justo como ese, que apetecía dejar algunas marquitas.
— Mierda, Kook... — Gimió el rubio extendiéndole un poco más su cuello, sintiendo como las moradas intercambiaban lugar con los besos y succiones.
El nombrado no pasó demasiado tiempo en esa zona, estaba deseando recorrer completamente el cuerpo del mayor y así lo hizo. Besó cada rincón hasta llegar a sus pies, mordió sus talones y sonrió en el mismo lugar depositando un beso, porque la sonrisa de Taehyung era contagiosa. Era algo que siempre ocurría porque al rubio tenía un punto erógeno en sus pies, pero a la vez le causaba cosquillas.
Con besos Jungkook trazó un camino ascendiente hasta sus pezones, los lamió, mordió y chupó, deleitándose con los sonidos que escapaba del contrario. Mientras lo hacía, extendió una de sus manos para introducir sus dedos en la boca de Taehyung, dándole la tácita orden para que los chupara. Obedientemente, el rubio lo hizo, creyendo que Jungkook lo iba a masturbar, pero lo que hizo el menor fue diferente. Sin dejar de besarlo y descendiendo por su cuerpo hasta llegar a su erección para envolverla con su boca, Jungkook utilizó los dedos embadurnados de saliva para comenzar a prepararse.
— Joder, me vuelas la cabeza cuando haces eso, puedo entender por qué te fascina que yo también lo haga. Es tan jodidamente sexy. — Exclamó Taehyung llevando una de sus manos a la cabeza de Jungkook para ayudarlo con una mama que excedía la excelencia, muy diferente de aquellas primeras que experimentó años atrás. Ambos habían aprendido cómo satisfacer al otro en todo sentido, aún más si era en la cama. Con la otra mano libre, el mayor tanteó la mesita a su lado en busca del lubricante que pronto dejó caer en la mano de Jungkook para facilitarle la tarea. — ¡Mierda! — Exclamó una vez más cuando al inclinarse para echarle el lubricante, forzó sin querer a Jungkook sobre su pena, haciéndolo atragantarse y salivar.
A tientas y evitando correrse tan rápido, enredó sus dedos en sus greñas negras para separarlo. Una maldita fantasía verlo así de desastroso y desecho. Tiró el lubricante a un lado de la cama para luego palmear su muslo con la mano libre, instando al menor a ir a su regazo. Jungkook no lo dudó, de rodillas avanzó hacia el mayor que, ayudado del lubricante ya utilizado, introdujo sus dedos en el trasero de Jungkook. Gracias a la extensión de sus dedos, pudo alcanzar su próstata, haciéndole gemir y tambalearse.
— Suave... — Musitó Jungkook, su pecho agitándose y sus ojos cerrándose al sentir un doble ataque, porque la boca de Taehyung, ayudado por esa posición, también se adueñó de su erección abandonada.
Ahí estaban los dos, el mayor sentado y recostado a su cama mientras Jungkook estaba con cada rodilla a un lado de su regazo, arrodillado a la altura perfecta para permitirle al rubio chupar su pene y masajear su próstata al mismo tiempo.
— Tae... — Jadeó en un aviso que fue captado. Taehyung sacó los dedos de su interior, alejó su boca y, colocando ambas manos en las caderas del menor, lo obligó a sentarse sobre su pene. — ¡Maldición! — Exclamó Jungkook al sentirse vacío en un segundo y completamente lleno al otro.
A diferencia de Taehyung, él no tenía movimientos que pudiera caracterizar como eróticos cuando estaba arriba, lucía un poco más torpe, pero igual de sensual a ojos del hombre que él amaba. Los dos sabían cómo acoplarse a la perfección.
— No te vengas. — Le pidió Taehyung antes de inclinarse para fundir sus labios en un beso.
Se acompasaron y movieron entre gemidos, sus pieles chocando y sus respiraciones calentando la habitación hasta que Taehyung se aferró con fuerza a su cintura. Conocían esta acción, estaba cerca de venirse, por lo que Jungkook puso la distancia suficiente para poder besarlo. Su mano derecha se aferró con fuerza al cuello del mayor y, con movimientos rápidos, guiar a Taehyung para que cayera por abismo. Recibió gustoso cada gramo de su semen en su interior, moviéndose lo suficiente para extender ese momento un poco más.
— Kook... — El menor comprendía el mensaje oculto, por lo que lentamente fue disminuyendo el ritmo.
Cuando sus caderas por fin se detuvieron, lo besó una vez más, pero tirándolo de sus hebras rubias, lo obligó a acostarse en la cama. Casi bruscamente abrió sus piernas. A tientas, buscó el lubricante por la cama, pero no lo encontró de inmediato. Tuvo que obligarse a apretar la vista del hombre que amaba para que, con la ayuda de la luz proveniente del televisor que seguía transmitiendo ahora su tercera película, pudo divisar el frasco que vertió sobre la entrada del mayor y su propio miembro. No fue cuidadoso, sabía que había ensuciado la cama, pero esa era la última de sus preocupaciones en ese momento.
Abrió un poco más las piernas de Taehyung, alineó su miembro contra su entrada y entró con una sola estocada. Tiró del contrario con fuerza, cada embestida resonaba haciendo eco en la habitación. Había estado ya tan cerca de venirse que le costaba todo de él controlarse para extender ese instante un poco más.
Se miraron con fiereza, pero también rebosantes de amor y diversión antes de que Jungkook se inclinara para besarlo. Ese beso terminó con una mordida y, una vez más, su mano buscó el camino hacia el cuello de Taehyung para ir disminuyendo poco a poco su suministro de aire.
— Por supuesto que no te gustó ese cutre porno, porque sabes perfectamente que jamás le he hecho el amor a alguien como a ti. Porque sabes que mi pene no estira a nadie más de manera tan exquisita, porque ningún trasero me aprieta tan rico como el tuyo. — Mencionó aumentando la fuerza y la rapidez, provocando con toda la intensión su próstata. — ¿No es así?
— Sí, bebé, es así. — Gimió con dificultad, cerrando sus ojos, con una mano aferrándose a la sábana y la otra encajando sus recortadas uñas en la espalda de un Jungkook que besaba su cuello sobre su propia mano. — Nadie ha probado jamás a este Jungkook.
— Y nadie jamás lo probará porque soy solamente tuyo, Tae. — Musitó en su oído, apretando su mano por completo para cortarle de vez la entrada de oxígeno en su cuerpo. — Ahora vente para mí, bebé, dispara una vez más solo con el pene de tu hombre golpeándote fuerte y profundo. — Taehyung no respondió a ello, únicamente se limitó a derramarse sobre su propio cuerpo, apretando más al menor. — Eso es todo, ahora recibe bien a tu bebé. — Agregó Jungkook quitando la mano de su cuello para dejarlo respirar, sonriendo al ver la marca de sus dedos en su piel. — ¡Ah, mierda! — Gritó ante la imagen y ante los chorros que abandonaban su miembro y llenaban al mayor.
Su cuerpo agotado cayó sobre Taehyung y pronto se movió a su lado. No se besaron automáticamente, necesitaban recuperar el aliento y pasar los leves temblores de sus cuerpos. Ya una vez recuperados y con sonrisas en sus rostros, unieron sus labios en un tierno, pero simple y somnoliento beso.
— Te amo, Jungkook. — Mencionó Taehyung inclinándose para abrazarlo. — Te amo y estoy infinitamente agradecido por todo. — El mencionado abrió los ojos, sonriendo, asintiendo antes de devolverle el abrazo.
— Yo también te amo, Tae. Te lo diré y demostraré toda la vida. — El mayor depositó un último beso en sus labios antes de cerrar lentamente los ojos y perderse en un profundo sueño.
+++
El apartamento estaba impecablemente ordenado, con todas las maletas alineadas junto a la puerta. Yeontan corría alrededor de ellos, emocionado pero un poco confundido por toda la actividad.
—¿Está todo listo? — Preguntó Jungkook, mirando su teléfono y alrededor del apartamento.
—Sí, creo que no olvidamos nada — Respondió Taehyung, revisando una vez más su lista mental.
Justo en ese momento, sonó el timbre. Taehyung fue a abrir la puerta y se encontró con Hoseok, sonriendo y con una bolsa llena de snacks para Yeontan.
—¡Hobi! — Le saludó Taehyung, dándole un abrazo. — Gracias por venir a cuidar a Yeontan.
— No hay problema, chicos — respondió, entrando y dejando la bolsa en el suelo. — Será divertido pasar tiempo con el hijo de ambos mientras no están. — Como si supiera que hablaban de él, Yeontan corrió hacia Hoseok, meneando la cola con entusiasmo. El recién llegado se agachó para acariciarlo, riendo y cargándolo en sus brazos. —¡Vamos, Tannie! Vamos a tener una fiesta mientras tus papás están de viaje.
Jungkook se unió a ellos, sonriendo y dándole un beso a su peludo en la cabeza, seguido también del rubio que imitó su acción.
— Gracias por hacer esto, Hobi. Sabemos que Yeontan estará en buenas manos contigo.
Hoseok se levantó, mirando de Jungkook a Taehyung, su expresión cambiando a una mezcla de diversión y picardía.
— Por cierto, amores míos — habló señalando sus cuellos. — Como su manager, debo recordarles que se cubran esos chupones antes de llegar al aeropuerto. No queremos darles a los paparazzi más de lo que ya tienen y siempre buscan. Además, es casi navidad, hay frío, abríguense bien.
Taehyung y Jungkook se miraron, sus caras enrojeciendo al instante. Él se llevó una mano al cuello, tratando de disimular, pero la sonrisa pícara en su rostro mostraba cierto orgullo.
— Par de cochinos... — Negó el mayor de los tres mientras se movía con Yeontan en sus brazos. — Pobrecito de ti, pequeño, lo que tienes que soportar y solo tú callas.
— ¡Ah, no puede ser! — Taehyung, riendo, le dio una nalgada al menor para que fuese a buscar algo diferente a la habitación. — ¡Pensé que los habíamos cubierto!
— ¿Acaso no tienen espejos u ojos para verse mutuamente? Parece que no lo cubrieron lo suficiente —bromeó Hoseok—. La próxima vez, tal vez deberían considerar dejar algo para la imaginación.
Jungkook soltó una carcajada y le dio un golpecito en el hombro a Hoseok.
—¡Siempre tan profesional, Hobi! —dijo Jungkook—. Pero tienes razón, no queremos causar un escándalo antes de nuestro vuelo.
—Claro, por supuesto — ironizó Hoseok, sonriendo ampliamente. — Solo asegúrense de disfrutar su viaje. Yo me encargaré de que Yeontan tenga unas vacaciones increíbles también.
—Gracias, Hobi. — Espetó Taehyung, dándole un abrazo. — Te debemos una.
—Me deben miles, pero no es nada — respondió, devolviéndole el abrazo. — Ahora, vayan y diviértanse. Yo me encargaré de todo aquí.
Jungkook y Taehyung le dieron una última caricia a Yeontan, recogieron sus maletas y se dirigieron a la puerta. Hoseok se quedó en el umbral, agitando la mano mientras los veía salir.
—¡Nos vemos pronto! — Gritó Hoseok. — ¡Y recuerden, nada de chupones visibles en público!
Jungkook y Taehyung se rieron mientras se dirigían al ascensor, listos para comenzar su aventura en Japón.
El avión aterrizó suavemente en el aeropuerto de Tokio, una vez más, estaban en el país que fue testigo de tantas cosas, pero esta vez, por un motivo diferente. Finalmente, después de tantos años, Kim Taehyung conocería a su suegro. Mientras bajaban del avión, ambos sentían una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que les esperaba.
—¿Estás listo para esto? —preguntó Jungkook, tomando la mano de Taehyung mientras caminaban hacia la recogida de equipaje. — Mi papá puede parecer raro, pero es un buen tipo.
— Lo estoy —respondió Taehyung, apretando la mano del menor.
Tras recoger sus maletas, se dirigieron a la salida del aeropuerto, donde un hombre mayor, - pero no tanto como Taehyung imaginaba, - junto a un hombre más joven los esperaban. Jungkook reconoció de inmediato a su padre, quien sonreía ampliamente, acompañado por su esposo.
—¡Jungkook! — Exclamó su padre, acercándose a abrazarlo. — Es tan bueno verte, hijo.
—Hola, papá. — Contestó Jungkook, devolviendo el abrazo con fuerza, para luego repetir la acción con el hombre que su padre había escogido para compartir su vida. — Este es Taehyung, ya lo han visto, pero ahora los puedo presentar correctamente.
— Encantado de conocerte, Taehyung — dijo el padre de Jungkook, extendiendo la mano en un comienzo, pero abrazándolo una vez que se tocaron. — He oído mucho sobre ti.
—Igualmente, señor Jeon — dijo Taehyung, respondiéndole un poco sorprendido el abrazo al hombre con una sonrisa.
Después de las presentaciones y algunos momentos de charla, todos se dirigieron al coche para comenzar el viaje hacia la casa del padre de Jungkook. Durante el trayecto, Jungkook no pudo evitar pensar en todas las conversaciones y consejos que su padre le había dado a lo largo de los años, consejos que en su momento parecían extraños y fuera de lugar para Taehyung.
Una vez en la casa, se sentaron en la sala de estar, disfrutando de una taza de té caliente. Fue fácil para Taehyung tratar con su suegro, era más jovial de lo esperado, relajado y bastante atento con él. Era gracioso que por momentos lo veía tratar a Jungkook como si fuese un niño, haciéndole recordar también a sus difuntos padres.
— Haneul... — Llamó Taehyung con la confianza que el mismo señor Jeon le había dado. Lo cierto era que por años tuvo algunas dudas en su mente. — Hay algo que siempre me ha intrigado — comenzó, tratando de encontrar las palabras adecuadas. — Jungkook me ha hablado de la relación de ambos, de todos esos consejos y comentarios sobre su trabajo en las películas que él solía protagonizar en el pasado...
Jungkook lo miró en el comienzo un poco confuso, pero pronto cambió su rostro a uno de diversión. Su padre también lucía divertido, como si hubiera estado esperando esta conversación.
— Entiendo por donde vas, hijo — dijo suavemente. — No sé qué tanto mi hijo te ha contado, dado que no es una persona de dar muchos detalles. Sé también que puede parecer raro que un padre le brinde ese tipo de consejos a un hijo. En un comienzo, yo no estuve de acuerdo en que actuara en esas películas, pero Jungkook era muy rebelde. En vez de prohibirle algo que de todos modos iba a hacer, preferí brindarle mi apoyo. Además, aparte de ser su padre, también dirijo una productora de videos para adultos. Podía guiarlo de la mejor manera para que no abusaran de él, que supiese lo que estaba haciendo y siempre sacar el mayor beneficio posible. Siempre he querido que se sintiera apoyado y comprendido como no lo fui yo en el pasado. Mis padres me dejaron de hablar cuando yo era muy joven, tenía veintiún años cuando me casé con su madre y lo tuve a él. Ella murió en el parto, pero después de eso decidí que no quería seguir ocultando mi verdad y mi persona, lo que llevó a una lejanía total de mi familia. No volví a ver a mis padres hasta el día en que visité sus tumbas.
El esposo del señor Jeon se sentó junto a él, acariciando su muslo en modo de apoyo silencioso. Le sonrió a Jungkook y luego al visitante.
Taehyung, por su parte, se quedó en silencio por un momento, procesando la información, sintiendo la ligera caricia de Jungkook sobre su mano. Finalmente, asintió, sintiendo una extraña mezcla de alivio y comprensión.
— Eso explica muchas cosas. — Respondió esbozando una sonrisa. — Perdón por mi indiscreción, pero es que siempre pensé que sus consejos eran demasiado específicos.
— Quise que él siempre supiera que estoy orgulloso de él, sin importar el camino que elija —continuó su padre. — Y ahora que están aquí, quiero que sepan, que siempre tendrán mi apoyo.
Jungkook observó el intercambio con una sonrisa, sintiendo la calidez y el amor en la habitación. Era una Navidad diferente, llena de cariño y nuevas relaciones.
— Estoy feliz de que finalmente puedas entender todo, — comentó Jungkook tomando la mano de su pareja. — No sabía que todavía almacenaras esa información en tu cabeza porque en aquel momento, cuando estábamos en la playa y te conté eso, no pensé que me estuvieses prestando tanta atención, tampoco creí que te fueras a preocupar por eso. Nunca me comentaste sobre eso.
— Creí que tal vez podría ser un tema incómodo para ti porque no conocía el verdadero trasfondo de todo. — Comentó viendo como los mayores se habían retirado hacia la cocina. Hoy, viendo a tu padre por primera vez, me di cuenta de que mis pensamientos quizás se habían ido por un mal camino, por lo que quise asegurarme. Perdón si mi comentario te pareció una imprudencia.
— No me lo pareció, además, se siente bonito sentir y ver que te preocupas tanto por mí. Que expresas más tus pensamientos y sentimientos, porque demuestra que te sientes en confianza y seguro a mi lado. Ahora siento que este viaje es solo el comienzo de algo hermoso, algo que seguirá floreciendo a medida que sigamos pasando años juntos.
La cena navideña fue un festín de risas y recuerdos compartidos. Jungkook y Taehyung se sintieron más unidos que nunca, rodeados del amor de la familia y la aceptación. Alejados de los flashes, la fama, las personas y las pantallas.
Mientras las luces navideñas brillaban suavemente y la noche avanzaba, Jungkook miró a su padre, a Taehyung y a su padrastro. Sabía que, aunque el viaje de sus vidas aún tenía mucho por recorrer, estaba listo para enfrentarlo todo con valentía y amor, porque no era él solo en una relación. Taehyung y él estaban verdaderamente junto.
— A una nueva etapa en nuestras vidas — espetó Jungkook, levantando su copa en un brindis.— Juntos.
— Juntos, mocoso. — Musitó Taehyungg, inclinándose para darle un casto beso en sus labios.
— Juntos. — Repitieron todos, levantando sus copas y sonriendo.
💜💜💜
Parece mentira que después de varios años finalmente esté publicando este epílogo que debió haber salido junto con el resto de la historia. Puede ser muy tarde, la mayoría de las personas que ya leyeron esta historia quizás ni se enteren de esta actualización y no puedan verlo. No obstante, espero que lo disfruten y espero que sea del agrado de todos.
Con esto, finalmente pongo un punto final y definitivo a esta historia.
¡Nos vemos en una próxima historia y aventura!
LORED
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro