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Capítulo 17 - Busan

Con un aire armonioso y tranquilo disfrutaban de su desayuno cuatro de los integrantes del grupo Fire. Más que compañeros de grupo eran amigos, una familia con la que se complementaban. Ya pasaba de las 8:00 a.m y para suerte de ellos el clima de hoy estaba perfecto para sus planes, fresco y soleado.

— Chicos yo ya lo tengo todo planeado para hoy. Viajaremos discretamente en tren y el viaje durará entre una y dos horas, por lo que necesitamos ir poniéndonos en marcha para aprovechar el día. — Informaba Jimin.

— De acuerdo, entonces terminemos de desayunar. — Pronunció Kook recogiendo la mesa con ayuda de Taehyung.

Cuatro hombres de esbelta figura y apuestos a pesar de sus mascarillas se encontraban en la estación de Seul. Recorrieron la plaza en busca de la entrada principal luego de estacionar el coche de Jungkook.

Desde hacía unos meses que querían planear un viaje en grupo que no fuera por motivos de trabajo y tener un gran tiempo de esparcimiento juntos aunque eso incluía al líder quien en estos momentos lamentablemente no los acompañaba. Fue entonces cuando les dijeron que estarían libres por tres días que Jimin decidió llevar a cabo la idea de realizar un viaje relámpago y sin mucha premeditación a Busan, su ciudad natal.

Eran como cuatro dimensiones diferentes, sus personalidades también lo eran pero aún así hacían una muy buena mancuerna.

— Voy hablar en dialecto a penas me suba al tren. — Hablaba Jimin mocionado.

— Tu dialecto suena muy raro hyung. — Rió Kook luego de escuchar aquella frase demostrativa de Jimin que ya dejaba escuchar su acento busanés.

— Es para que se acostumbren, lo escucharán en Busan. — Replicaba Jimin caminando junto a todos hacia el interior de la estación. — Este es el dialecto nativo de Busan.

— ¿Dónde están los tickets? — Preguntaba Taehyung.

— Los compré hace 30 minutos por el teléfono y los pagué con mi dinero, ahora simplemente debemos recogerlos en físico.

— ¡oh! — Exclamaron todos a la vez.

— Eso quiere decir que cada uno me debe 83 700 Pons. Por supuesto que también te incluye a ti amor mío. — Reía Jimin mostrándoles los billetes que acababa de recoger.

Desconcertados todos lo miraron, no sabían si reír o estar serios cuando justo en ese momento Namjoon tropezó con un escalón al intentar contestarle a Jimin mientras subía las escaleras

— ¿Ahora quién me compra café? — Interrogó Jimin.

— ¡Vaya! No sabía que podías ser tan tacaño y mezquino con tus compañeros. — Bromeaba Tae poniendo una falsa cara de sorpresa.

— ¿Si te compramos café eso significa que estamos a mano? — Indagó Kook, rodeando el cuello de Jimin con su mano.

— No. — Respondió este retirando su mano.

— ¡Eres tan buen amigo! — El sarcasmo era evidente en el tono de Kook.

— Es cierto, tan buen amigo. — Añadió Tae.

— Tan buen novio. — Concluía Nam mientras todos reían.

— Todos somos chicos trabajadores que reciben su sueldo. Igualdad amigos, igualdad.

Murmurando todos subían las escaleras eléctricas, tratando de no llamar la atención aunque siempre habían miradas que los observaban curiosas.

— Todavía tenemos tiempo para un Americano. — Sugirió Tae señalando a una cafetería que tenían a la vista.

— ¿Aún nos queda tiempo? — Preguntó Jungkook observando su reloj.

— Sí. — Le respondió.

Todos tararearon una canción conocida por todos que se llamaba "me gusta el americano". Por temor a perder el tren decidieron pedir el café y beberlo mientras se dirigían al carril donde se encontraba su tren.

— Chicos, dividamos los gastos entre todos.– Decía Namjoon. — Jimin y yo Nos encargaremos del transporte y hospedaje y ustedes de las comidas.

Era divertido aquello. En vez de tener al personal que se encargaba de todo, esta vez por ellos mismos se encargaron de planear que y quien haría qué cosa. Ver las reacciones de sus compañeros y pasar el tiempo juntos fuera de la rutina era algo digno de disfrutar. Ya en el tren, sentados todos en primera clase, en un vagón casi solo para ellos se dispusieron a ultimar los detalles de su viaje.

— Ya saben, iremos a pasar el día en Busan. — Musitaba el planeador de la jornada.

— ¿De acuerdo pero y el plan? – Cuestionaba Nam.

— Bueno, no tengo un plan. – Aceptó su pareja.

— No tienes un plan sólido. ¿Simplemente nos aventuraremos? – Preguntó nuevamente a su novio algo nervioso.

— Primero almorzaremos.– Interrumpió Tae. — Nuestro desayuno fue muy ligero y algo rápido, para cuando lleguemos definitivamente todos tendremos hambre.

— Me gustaría ver el atardecer te gustan cerca del mar.– Dijo esta vez Jungkook.

— Después de eso cenaremos.– Prosiguió Jimin apoyando la idea de Kook.

— ¿ solamente iremos a Busan a comer? — Cuestionó Nam mirando a todos.

— Vamos a romper la rutina, ver paisajes diferentes, compartir con nuestros amigos y hacer algo que no haya estado planeado ya por otros. ¿Te parece eso muy poco? – Le cuestionó Jimin irritado. — No te parece suficiente.

El silencio azotó El lugar. Todos permanecieron callados, recostados en sus asientos por algunos minutos hasta que rompió Kook la fría atmósfera después de escanear su alrededor.

— Oigan chicos, ¿no crees que se vistieron un poco elegantes?

— Sí, un poco, ya sabes que nunca se sabe. — Sonrió Tae.

Tratando de contener una sonrisa y golpeando con su dedo índice el dorso de su mano izquierda Jungkook les volvió a dar una mirada a sus compañeros.

— ¿Van al extranjero? ¿Qué son todas esas gafas de sol oscuras y estilizadas?

Nam y Jimin rieron escaneando a todos, viendo que en efecto todos estaban demasiado vestidos.

— No, solamente vamos a Busan pero no se puede perder el estilo. — Contestó Jimin.

— Eso es cierto. — Reafirmó Nam.

— No sé ustedes pero yo estoy muy emocionado. – Decía el menor de todos mientras miraba el paisaje a través de la ventana sin poder ocultar su sonrisa.

...

— Hace seis o siete horas, publicaste en Instagram algo como: " finalmente ". ¿Qué significa eso? — Le preguntaba Nam a su pareja.

— Ah... Eso no se relaciona con este viaje.– Le respondía tocándose sus dedos, mirando por la ventana.

— ¿Estás seguro?

— No tiene nada que ver.

— Bien. — Nam no quiso seguir con ese debate pero podía ver y sentir como Jimin estaba inquieto por algo. Se limitó a asentir con su cabeza y permanecer callado.

Tae y Kook se habían quedado dormidos, como si el sol que atravesaba por la ventanilla no los estuviera quemando y molestando.

"El viento de primavera está soplando. Las hojas de cerezo se están esparciendo."

Tarareaban todos Mientras descendía del tren y caminaban dirigiéndose a la salida. La estación de su destino se encontraba algo tranquila fuera del horario pico, siendo día entre semana, se mostraba imponente e impoluta, cosas que con el tumulto no se podían apreciar. Las grandes pantallas que anunciaban los horarios de los trenes y autobuses, los letreros, las amplias y extensas paredes cristalizadas con el sol que las penetraba les dieron la bienvenida a la ciudad.

— Busan, donde mis sueños se vuelvan realidad. – Recitaba el nativo del lugar el eslogan de su ciudad. – El tema de hoy será " campamento curativo."

— "Campamento curativo," eso suena interesante. — Repetía Taehyung.

— Intentar vivir nuestras vidas, mientras recorremos Busan y nos curamos. De todo el estrés y cansancio acumulado.

— ¿Tú qué hiciste que estás tan cansado? — Kook se reía de su propia pregunta.

— ¿Te parece poco encontrarnos y aguantarlos a ustedes incluso en nuestro tiempo libre?

Después de todo era cierto, todos comenzaron a reír luego de escuchar la respuesta de Jimin. Incluso en sus días libres estaban juntos. La buena vibra estaba definitivamente de regreso.

— Chicos, siempre hablamos de esto pero, ¿cómo creen que estaremos en diez años? — Preguntaba Tae.

— Creo que seríamos como Junghae Lee y Woosung Jung. — Bufó Jimin, recordando los personajes de la película que todos habían visto en reiteradas ocasiones y todos amaban, "Atrápame si puedes."

— La próxima vez, vayamos al extranjero.

— Eso suena bien Kook. — Asentía Nam. — ¿A dónde deberíamos ir?

— Me gustaría Turquía, Estambul. — Respondió sonriendo Kook.

— ¿No están felices de que podemos reírnos y disfrutar de estas pequeñas cosas? — Sonreía Jimin mirando a sus compañeros. — En lugar de jugar videojuegos o quedarnos en el dormitorio viendo películas.

— La verdad se siente genial – abrazaba Tae a Jimin y Kook mientras se acercaban al estacionamiento. — ¡Este será un día extraordinario!

— Caminemos con confianza, hoy somos gente de Busan. — Musitó Jimin separándose de sus amigos y haciendo una pose de modelo, acomodándose sensualmente sus gafas.

— ¡Vine a Busan, esto es Busan! — Exclamaba Tae feliz. — Vamos a tomarnos una foto para el recuerdo.

Rápidamente se acomodaron todos de forma que se viera el letrero de la estación. Se abrazaron riendo felices y tomaron varias fotos que quedarían para la posteridad.

— Mis amores... Preparé esto...

— ¿Qué? — Preguntaron todos al unísono. Miraron asombrados los dos Mustang deportivos, de color rojo que se encontraban frente a ellos.

— ¿De verdad? — Tae estaba asombrado. — Esto es realmente genial.

— Uni para Taehyung y Jungkook y otro para Namjoon y yo. — Sonrió orgulloso. — Preparé esto para nosotros.Siempre hacemos muchas bromas sobre quién es el mejor conductor y hoy finalmente sabremos la verdad.– Finalizó lanzándole una de las llaves a su mejor amigo.

Cada pareja se montó en su respectivo auto para ponerse en marcha hacia su primer destino, yendo uno detrás del otro, con música, cantando mientras bordeaban en el puerto de la ciudad.

Tae y Kook reían hablando de pequeñeces y cantando canciones fingiendo una mala entonación, compitiendo por ver que lo haría peor.

" Hoy en día, vamos a caminar juntos por esta carretera." Cantamos juntos haciendo armonía esta vez. "Busan, Lugar del que no sabía y Vine, es bueno, me gusta". Improvisó Tae por su cuenta sacándole otra sonrisa a su pareja.

Una vez que pasaron el famoso puente Youngdo y se alejaron de la civilización, Jimin se detuvo junto a ellos en un semáforo, retando su amigo a una carrera la cual terminó perdiendo y haciendo pucheros por haber perdido mientras que todos reían y su novio lo consolaba.

El destino para el almuerzo fue un pequeño puesto a orillas de la costa. Cerca de un alto peñón, con varios buques de pesca que se divisaban a lo lejos. Nunaya, un restaurante con sillas plásticas de varios colores que rodeaban las mesas diseñadas para los asados en el interior, donde los cuatros tomaron asiento.

— Creo que tenemos un pequeño problema – señalaba Nam hacia un cartel.– No aceptan tarjetas de crédito y conociéndonos dudo que alguien tenga la suficiente cantidad de efectivo como para pagar nuestra comida.

— Me parece que Tae y yo como encargados de las comidas deberíamos salir a buscar un cajero automático donde extraer dinero.– Comunicaba Kook.

— Creo que debe haber alguno cerca.– Apuntaba Tae  con su mano al exterior del lugar.– Vamos a buscar uno antes de que la comida esté lista. — Terminó diciendo, poniéndose de pie seguido por su pareja.

— No se preocupen, nosotros iremos a sacar el dinero y de paso daremos un pequeño paseo.– Jungkook se había decidido a seguir a su pareja luego de ver que su mejor amigo parecía estar en el limbo y su pareja algo molesto por eso.

Tanto Tae como Kook se marcharon, dejando a la otra pareja sola para que hablaran en el restaurante. Caminaron y jugaron a orillas del mar, lanzando piedras a la distancia, tratando de mojarse mutuamente o simplemente siguiéndose entre ellos.

— Tae, escoge la piedra que más te guste, yo haré lo mismo, luego las intercambiaremos. Para cada aniversario vendremos aquí y recolectaremos una nueva piedra. Una vez que tengamos 10 piedras en total nuestra relación durará para toda la vida según la leyenda de este sitio. Incluso en el futuro, jamás no podremos deshacer de ellas. ¿Estás de acuerdo?

— Totalmente. — Respondió este tras acercarse disimuladamente y besarlos fugazmente luego de constatar que no estuvieran siendo vistos.

— Ven, tomemos una foto con las piedras.– Kook tiró de Tae utilizando al mar como fondo para tirarse una foto juntos.

Los dos contentos se dijeron piropos una vez que miraron sus fotos para estallar después en risas y salir corriendo de allí.

En el Nunaya, Nam y Jimin permanecían sentados en silencio. El mayor callado observaba como su pareja no dejaba su celular ni un segundo y constantemente pasaba sus manos por la cabeza. Extrañamente parecía preocupado y había estado así todo el día.

— ¿Sucede algo? — Se decidió a preguntarle Nam. — Te veo mirando fijamente tu móvil desde hace rato y-

— ¿Vas a montarme otra escena para ver con quién escribo? — Lo interrumpió Jimin prácticamente incrustando su teléfono contra la mesa enojado, mirando su novio con una mirada aniquiladora.

— Amor tranquilo no es eso, yo solamen-

— Sí, tú solamente quieres montar otro de tus shows pero te aviso que no estoy de humor, vamos a disfrutar este día tranquilos.– Lo volvió a interrumpir.

Namjoon no dijo nada más. Era evidente que le ocurría algo pero no era el momento idóneo para profundizar en el tema. Realmente no estaba celoso en esos momentos, ni le interesaba saber con quién hablaba, solamente estaba algo preocupado por su novio aunque este no lo entendiera.

— Kook puedes subir una de nuestras fotos. ¿Está bien? — Decía Tae.

— Por mí está bien. ¿Cuál quieres subir?

— Esta.– Le mostró la foto. – ¿Qué debería escribir?

— Puesto que debemos ocultar por ahora que estamos en Busan, utiliza solamente un Emoji por ahora. Si las personas ven que estamos aquí echaríamos a perder el resto del día porque no tendríamos privacidad.

Para cuando estos dos finalmente regresaron ya toda la comida estaba en la mesa esperando por ellos. Una gran variedad de productos del mar que iban desde algas y camarones hasta mejillones y cangrejos adornaban la mesa. Todos disfrutaron de deliciosos platillos, frescos y cocinados por ellos mismos haciendo anécdotas y conversando mientras comían.

— ¡Ah! — Exclamó Namjoon seguido por Tae.

— ¿Qué pasó? — Preguntó Kook observándolos.

— Namjoon dejó caer comida y estaba caliente. Manchó nuestras camisetas blancas.– Decía este tratando de limpiarse mientras que Jimin, limpiaba a Nam.

— Por eso yo casi siempre llevo ropa negra. – Bufó Kook pero la amenazadora mirada de su novio lo hizo detenerse. – No te preocupes, ahora cuando salgamos de aquí compraremos algo de ropa. Yo te la compraré. – Puntualizó guiñándole un ojo a quien cambió su hostil rostro por uno más dulce.

— Eso suena bien – sonrió.

— De paso deberíamos comprarte pantalones, están excesivamente ripiados. Aviso que la oferta estará disponible solamente por hoy.– Una vez más todos reían tontamente.

Esta vez con el techo de los autos descubiertos y la música con un volumen un tanto elevado Taehyung y Namjoon conducían, haciendo una leve parada para comprar ropa y retomando después sus rutas. Gracias a esto fueron reconocidos por algunas personas que subieron sus fotos a las redes pero a ellos en ese momento no les importó y siguieron disfrutando su vida como si en el mundo no existiera nadie más allá de ellos.

Después de conducir por media hora finalmente se detuvieron en el lugar preferido de Jimin en su ciudad natal. Era un discreto pero elegante y a su vez sencillo restaurante ubicado justo en el centro de la ciudad. A pesar de haber comido generosas porciones anteriormente, todos comieron grandes porciones de carne, terminando apenas sin poder moverse.

Manejaban por alrededor de la ciudad cuando todos pasaron por el océano Emerald Coloreado, nombre dado por los habitantes de la ciudad, Jimin tocó el claxon fuertemente como aviso para mostrarles el lugar donde solía vivir. Un lugar donde se daban a lugar muchas filmaciones de películas y dramas, en la zona de construcción cerca del muelle.

Gwangan-ri fue otro de los destinos de los muchachos. El sitio solía ser llamado Ipanema por el fuerte parecido que tenía con la playa brasileña del mismo nombre. Lugar donde se tomaron varias fotos antes de seguir al sitio donde iban, Coffee Smith.

Se sentaron a tomar té y café en aquel sitio mirando al mar desde unas mesas en la planta alta de aquel establecimiento.

— Cuando nos dirigíamos aquí vi un lugar al que me gustaría ir después de terminar aquí. – Dijo Tae absorbiendo un poco de su té de frutas.

— ¿Qué lugar es ese? — Preguntó Jimin.

— Vi un vikingo no muy lejos de aquí. Será divertido ir.

— Yo también lo vi, por mí no hay problema alguno, podemos ir. – Sonrió a Jimin dándole una palmada por la espalda al menor.

Después de acceder a ir, todo fueron caminando por la calle, sin importarles que le hicieran fotos pero apresurando el paso para evitar la aglomeración que se estaba formando.

— Chicos... — Decía Kook haciendo pausa. — Debo confesar que le temo a todas las atracciones que alcanzan mucha altura mientras están en movimiento.

— ¿No puedes montar ese tipo de atracciones? — Indagó más profundo Tae, asombrado de que Jungkook le tuviera miedo a esas atracciones.

— No.

Llegaron a una pequeña feria donde primero afilaron sus punterías explotando algunos globos para ganar algunas recompensas, saliendo de allí con cinco pequeños peluches, ganados en su mayoría por Jungkook y Namjoon quienes obtuvieron dos cada uno exceptuando uno que logró ganar Tae en su último intento.

— Montemos el disco y el vikingo solamente para que Kook no tenga demasiados problemas. — Dijo Jimin tirando de Nam y Kook.

— ¿Los dos? — Preguntaba Tae preocupado por el temor de su pareja.

— Vamos, será divertido. — Insistía Jimin.

— No quiero. — Se rehusaba Kook intentando escapar cuando sus compañeros lo sostuvieron. – Está bien, pero montemos solamente uno, ustedes montan el vikingo mientras que yo los acompaño a montar el disco.

— Ni siquiera hay personas. Tenemos que aprovechar. – Jimin lo llevó a rastras hasta el disco donde todos se sentaron juntos, agarrándose fuertemente de la baranda para no caerse.

Entre risas y bromas lograron montar el primer juego, saliendo algo tambaleantes de él. En el vikingo, sin embargo, las cosas no fueron tan tranquilas. Desde el camino Kook estuvo sudando frío y una vez que ajustaron la barra de seguridad comenzó a gritar sin descanso hasta que finalmente se volvieron a detener casi a punto de colapsar. Todos rieron mientras escucharon los gritos de alguien que parecía estar siendo amputado a sangre fría. Jugaron béisbol artificial, pelearon con máquinas y bebieron terminando de pasar la tarde de forma armoniosa. En ninguna de las mentes era capaz de estar el pensamiento de que unas horas más tarde la atmósfera cambiaría.

Capítulo aún sin editar...

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