
ʚ🪐ʿꜝꜞ 𝙀𝙥𝙞𝙨𝙤𝙙𝙞𝙤 𝗢𝟭.
«Personas»
JungKook llegaba al lugar que habitaria de ahora en adelante, su viaje había sido agotador pero aún asi se sentía feliz. Había dejado su tierra natal para aventurarse a un mundo nuevo.
Jeon JungKook; un chico tranquilo y un tanto solitario, quien vivía una vida apartada de la multitud y la concurrencia viviendo en su propio mundo, se encontraba esta vez en un país diferente, con diferente idioma y costumbres. Había llegado a Londres gracias a una oferta de trabajo. JungKook era un recién graduado de la carrera de arquitectura, de su clase era el mejor, se había graduado con honores y fue debido a esto que pudo conseguir aquella oportunidad la cual no desperdiciaria.
Su maestro le había ofrecido conseguirle un puesto en la compañía de su hermano menor la cual era una de las más prestigiosas de Londres, su ingenio a la hora de crear y pensar habian conquistado a su maestro, y a su vez a su empleador, una vez que recibiera los trabajos realizados por el joven.
Estaba lejos, muy lejos de su familia, de sus pocos amigos y de todo lo que conocía y esto era lo que más feliz lo hacía. Finalmente podría vivir una vida tranquila sin que alguien estuviera a sus espaldas tratando de dirigirlo, señalando cuando lo hacía bien o mal y mucho menos estando bajo la mirada de aquellos que lo veían como un bicho raro.
Bicho raro; así fue denominado en el transcurso de su niñez hasta su adultez, lo más triste de esta situación es que incluso su família lo denominaban como tal, esta era la principal razón por la que JungKook había decidido poner distancia. No resentia a su família, no los culpaba, tal vez si era asi, era un bicho raro; y todo era culpa de aquello a lo que llamaba; maldición.
Un JungKook de 7 años entra a la habitación muy sonriente.
ㅡHola te traje tu té favorito. Le pedí a la nana que lo preparara.
ㅡBebé, ¿Con quién hablas?
ㅡMami, ¿Qué no ves?
ㅡ¿Qué cosa, cielo?
ㅡA la abuela, esta justo ahíㅡLevantó su dedito apuntando hacia una mecedora antigua.
ㅡ¡Ya basta!ㅡSu madre Jeon JiWoo le grito.
ㅡ¿Qué sucede?ㅡSu padre Jeon HyoSeop llegó a toda prisa.
ㅡ¡Tú hijo lo hizo de nuevo!ㅡJiWoo salió corriendo mientras lloraba.
ㅡ¡JungKook! ¿Ves lo que provocas con tus bromas?
ㅡ¡Papi! No estoy bromeando...es...
ㅡ¡Se acabó!ㅡTomó al niño de su brazito y lo sacó del lugar.
A partir de ese día JungKook empezaba a visitar a un señor que parecía muy agradable, este le hacia preguntas sobre muchas cosas pero en especial sobre lo que veía.
El pequeño JungKook había nacido con un don. Podía ver las almas de las personas fallecidas, estas se presentaban ante el y él en su inocencia los veía como personas normales, personas que se acercaban a platicarles, que le sonreían mientras se las encontraba en la calle, incluso que jugaban con él, como aquel pequeño con el que jugaba a las escondidas en el parque por las tardes.
El se divertía bastante con su amigo, tanto que no notaba unos pequeños carteles que colgaban al rededor del parque en los cuales estaba la foto de un niño el cual había desaparecido hace más de 6 meses, ¿Qué iba a saber el pequeño de 8 años que aquel niño desaparecido jugaba con él todas las tardes?
Con el pasar del tiempo la situación empeoraba, el pequeño JungKook seguía viendo a estas personas y se lo hacía saber a sus padres, quienes habían optado por seguir enviandolo con el agradable hombre que se sentaba por una hora con el a platicar dos veces por semana, pero la gota que derramó el vaso fue cuando el pequeño JungKook en medio de una cena le aviso a su padre de la visita de su hermano mayor el cuál había fallecido cuatro meses antes. Esto terminó por enojar al señor Jeon el cuál tempestivamente se levantó y acesto una cachetada en el rostro del pequeño niño el cual lloró desconsolado no sólo por el dolor, sino porque lo estaban tachando de mentiroso, ¿Por qué mentiría? El nunca ha mentido.
Fue así como una triste rutina se implementó en el hogar de los Jeon. Por cada persona "Inexistente" que viera el pequeño se llevaría una paliza. Fue así como el pequeño optó por silenciarse, no decir nada cada vez que veía a estas personas, a consecuencia de ello, de las burlas y abusos de sus compañeros el ya adolescente JungKook había empezado a tenerle cierto rencor a estas entidades, ya había crecido, sabía muy bien diferenciar las cosas y sabía que estas personas, en realidad eran almas. Las odiaba sólo por el hecho de que solo el podía verlas y las culpó porque debido a eso todos creían que estaba loco o era mentiroso, no quería ese don, lo detestaba.
A sus 16 años decidió que la mejor manera de lidiar con aquellas personas era ignorarlas, pretender que no estaban allí, fue algo difícil pero con el tiempo lo logró. JungKook empezaba a vivir más tranquilamente aunque no perdía su resentimiento hacia las personas que lo maltrataron debido a aquello, por eso había empezado a tomar distancia de todos.
ㅡ¡Hola cariño!
ㅡHola mamá.ㅡRespondió secamente JungKook al otro lado de la línea.
ㅡ¿Todo bien? ¿Te gusta tu departamento? Hice todo lo posible por encontrar algo que te gustara, los antiguos dueños me dijeron que era un lugar que se encontraba cerca de todo.
ㅡSi, todo está bien.
ㅡTu padre te envía saludos.
ㅡIgual.
ㅡDebes abrigarte bien, y ten cuidado conduciendo. Estas en un país distinto, recuerda.
ㅡMamá, estoy cansado. Me voy a dormir.
ㅡ¡Esta bien cariño!ㅡcontestóㅡCuando despiertes llama a tu padre. ¡Te amo!
ㅡAdiós.
JungKook soltó un largo suspiro mientras se dejaba caer sobre la cama. La relación con su madre era buena, aunque podría mejorar, pero con su padre era diferente, JungKook sólo optaba por hablar lo básico con el y si era preferible no hablar en absoluto. Agradecía que estaban a kilómetros de distancias.
Aquella noche JungKook dormía profundamente, su viaje había sido agotador, por suerte no tenia pensado iniciar con su nuevo empleo sino hasta tres días después, que fue el plazo que su nuevo jefe le había otorgado para que se acomodara. Aquel descanso era necesario y le hacia bien.
Tiró de sus sabanas aun con los ojos cerrados al sentir como aquella brisa fría cubría todo su cuerpo.
No fue hasta el medio día cuando JungKook volvía a abrir sus ojos dándole la bienvenida al nuevo día. Por primera vez se levantaba con entusiasmo, se ducho y luego de ello tomo su almuerzo, pensaba salir a caminar los alrededores pero en realidad se sentia bastante cómodo allí por lo que declino, lanzándose al sofá para jugar todo el día con su consola.
Hasta que una llamada lo distrajo de su preciado momento de juego.
ㅡ¡Hola!
ㅡ¡Idiota!
ㅡTambién me da gusto escucharte Min YoonGi.
ㅡDeja tu maldita ironía. Así que llegaste, y ni siquiera me avisaste.
ㅡ¿Quien te lo dijo?
ㅡ¡Mi Tia! Vamos a vernos.
ㅡYoon...ㅡJungKook suspiroㅡHoy no...¿De acuerdo?
ㅡ¿Me estas evitando?
ㅡNo hyung, es solo que estoy agotado. Mira justo ahora estaba dormido, sabes como es eso del trayecto de viaje. Hyung veamosno mañana, ¿De acuerdo? y te prometo que te invitaré lo que quieras.
ㅡ¡Es una promesa!
ㅡEs una promesaㅡJungKook sonrió con suavidadㅡHablamos luego, cuídate.
ㅡTu por igual. Descansa.
JungKook colgó la llamada y volvió a lo suyo, se sintió mal por mentirle a su primo, pero en ese momento se sentia tan a gusto que temía que su tranquilidad fuera perturbada, pero sin duda lo recompensaría tal y como se lo prometió. Min YoonGi y Jeon JungKook son primos por parte de su mamá. YoonGi es un chico lindo, dulce y muy amable, es dos años mayor que JungKook, y también es el único familiar al que más aprecia.
YoonGi siempre fue comprensivo hacia su primo, fue el único que creyó ciegamente en lo que esté decía aun sin tener pruebas y siempre lo defendió de todo y de todos. Tenían una relación de hermanos. YoonGi se alegró al saber que su primo iría a Londres pues el residía allí. Esa vez que le toco alejarse de JungKook cuando eran niños, sufrió mucho, sobre todo pensando en lo mal que este lo pasaría estando sin el, pero esta vez era diferente estaban juntos y lo cuidaría, a pesar de ser dos años mayor YoonGi se comportaba como el menor, haciendo que JungKook muchas veces lo consintiera en todo lo que quería, sin duda eran hermanos de diferentes madres.
JungKook paso toda su tarde y parte de la noche tirado en su sofá jugando vídeo juegos. Disfrutando de su tranquilidad y soledad, sin imaginarse que muy pronto aquello se acabaría. Su vida seria invadida por un torbellino. Un torbellino de otro mundo.
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