Capítulo 4
Estoy bastante sorprendida de encontrarme con esta persona justo hoy, es mucha coincidencia, aunque supongo que es normal, después de todo la ciudad no es tan grande, es muy común encontrarse con personas conocidas, más si se está en un centro comercial.
Está mirando en mi dirección, probablemente se haya dado cuenta de que la vi, ¿sería de mala educación no ir a saludar? No creo llegar a tardar más de cinco minutos en decirle hola, mostrar un poco de interés por su vida después de la graduación y despedirme, después de todo la tienda de celulares no se irá a ningún lado, cinco minutos más, cinco minutos menos no harán gran diferencia.
Dibujo una sonrisa en mi rostro mientras me dirijo a dónde está mi antigua compañera de instituto, no tengo muchos recuerdos de ella, pero sé que la conozco de mis años escolares.
¿Cuál era su nombre?
No tengo ni la más remota idea, ojalá no se dé cuenta de mi mala memoria.
—¡Hola! —saludo con fingido entusiasmo cuando me encuentro a poca distancia de ella —, disculpa que te moleste, pero es que me pareces conocida, ¿estudiamos juntas? —sonríe y asiente con la cabeza por lo que le extiendo la mano. —¡Vaya! Qué rápido pasa el tiempo, parece que fuera ayer nuestro día de graduación, pero ha pasado, ¿cuánto, nueve, diez años?
Sólo me mira con gesto amable, volviendo a sonreír y asentir con la cabeza, toda la situación es un tanto extraña y a la vez reconfortante. Me llena de cierta alegría y añoranza recordar mis días de instituto, donde mi mayor preocupación eran los trabajos prácticos y las fechas de exámenes.
Recordar esos años en los que mi cabeza estuvo llena de sueños e ilusiones me entristece un poco, sin embargo, esa tristeza se siente lejana, como un eco en la distancia, luego de diez años ya me resigné al hecho de que esos sueños nunca verán la luz del día.
—¿Estás ocupada? ¿Esperas a alguien? —niega moviendo la cabeza de lado a lado —, ¿te apetece ir a tomar un café o algo por el estilo y así ponernos al día? Creo que en diez años eres la única compañera con la que me encuentro.
Se pone de pie y comienza a caminar sin mediar palabras, luego de dar unos pasos se percata de que no la estoy siguiendo y me hace señas con la mano para que haga lo mismo.
Es extraño que permanezca en silencio, pero ya que aceptó la invitación puedo suponer que al menos me quiere escuchar. Lo cual es bueno, necesito alguien con quien hablar.
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