El instinto nunca falla
Dos años después...
Los rayos del sol fueron apareciendo dentro de la habitación provocando que comenzaran a despertar a la pareja que estaba abrazada de manera cariñosa en la cama.
El peliazul abrió los ojos adormilado y sonrió al ver a su esposo a su lado quien le miraba un poco más despierto.
-Hay que levantarnos ya que tenemos muchas cosas por hacer
-¿Desde cuándo te volviste tan responsable?
-Desde que estoy casado y tenemos un hijo que aún sigo sin saber si está dormido o se ahogó con sus propios ronquidos-comentó divertido dándole un beso de buenos días
-Me gusta levantarme de esta forma-lo abrazó cariñosamente haciendo que ambos suspiraran amorosamente
A pesar de que estaban bastante tranquilos y cómodos así, sabían que necesitaban levantarse ahora o no harían las cosas a tiempo.
Salieron de la cama y entraron rápidamente a ducharse.
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Preparaba el desayuno mientras era ayudado por el bicolor a acomodar los platos.
-Más le vale a Daichi estar listo o voy a arrojarle de nuevo una cubeta con agua fría-frunció su ceño al ver que el mencionado ya debería de estar sentado en la mesa
-Créeme que desde hiciste eso, ha estado más responsable con su hora de acostarse-sonrió divertido al recordar cuando el peliazul vio que su hijo se quedó dormido en su primer día de escuela y le arrojó agua para despertarlo
-¡Ya estoy aquí! No necesitan arrojarme nada-comentó llegando a la mesa con la parte de arriba desarreglada
-Daichi, no te acomodaste bien la camisa y el saco-suspiró con una leve sonrisa y arregló todo en poco tiempo-ya está listo
-Gracias
-Bien, hay que desayunar pronto o se nos hará tarde
Agradecieron por los alimentos y comieron rápidamente.
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Dejaron a Daichi en su instituto y en pocos minutos llegaron al de ellos.
-Hoy salgo un poco tarde, ¿puedes pasar por Daichi?-preguntó el peliazul al ver su horario
-Muy bien, mi horario se ajusta para dejarlo en casa y regresar a clases-de igual forma revisó el suyo notando un tiempo para ir por él
-Nos vemos después-se dieron un beso y cada uno se fue a su respectiva facultad
Prisión de pena máxima, ubicación desconocida...
-¡Resguarden el área B-47, hay un fugitivo! ¡Repito, hay un fugitivo!-anunció uno de los guardias dirigiéndose al punto de fuga
Buscaron en el lugar y en los alrededores sin éxito alguno. Mientras esto ocurría, un sujeto que estaba llevando el carro de ropa sucia sonrió bajo su máscara y al estar fuera de prisión, quitó las sábanas dejando al descubierto a la persona por quien se armó todo este alboroto desde un inicio.
-Excelente trabajo al liberarme
-Afortunadamente salí por buena conducta y pude realizar este plan de escape para usted
-Bien, es momento de regresar a lo que dejamos pendiente
-Lo que ordene, doctora K
Salieron rápidamente de la visión de la cárcel con rumbo desconocido.
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Abrió los ojos rápidamente. Frunció el ceño notando que el ambiente había cambiado de forma drástica. Los cerró nuevamente para en instante volver a abrirlos y salir con paso decidido.
Al parecer debía intervenir nuevamente para evitar un desastre.
-Veo que tu también lo sentiste
-Todos tuvimos la misma sensación
-Tan tranquilo que estaba todo pero en fin, hay que hacer algo
-Vamos, debemos llegar a tiempo
Sin más tomaron camino hacia un destino que conocían muy bien.
Instituto de psiquiatría, ala este...
Corría lo que sus piernas le daban de manera errática y asustada. Llegó al sitio donde necesita y con voz agitada y temerosa, dio aviso de algo sumamente delicado.
-El paciente 136-709 no está en su habitación
Tanto el jefe del área como la seguridad del mismo, salieron despavoridos a buscarlo.
Por más de 40 minutos buscaron exhaustivamente en el área e incluso mandaron el aviso para las demás, las cuales, tuvieron la misma suerte que el área este.
Nadie se imaginaba que una mujer disfrazada de enfermera del hospital se llevaba al paciente en una camilla y lo subió a una ambulancia.
-¿Quiénes son ustedes?-preguntó el sujeto que permanecía amarrado a la camilla
-Somos tu pase de salida al mundo real y a tu nueva vida-dijo la dichosa enfermera quien se retiró su disfraz siendo en realidad la doctora K
-¿Qué quieren de mí?-preguntó desconfiado sin quitarle la vista de encima
-Simplemente queremos que nos ayudes a llevar a cabo nuestro plan de dominio mundial-sonrió maliciosamente-a cambio, tendrás lo que más deseas en bandeja de plata
-De acuerdo, no tengo problema con eso-observó que a lado de ella también había otra persona más que estaba en esa institución mental-¿qué hay de él?
-Digamos que tiene las mismas metas que tú pero hacia diferente persona-comentó de forma misteriosa
-Más les vale ser útiles o los eliminaré sin piedad-sus palabras fueron tan frías y crueles que provocaron escalofríos en los presentes
-Excelente, has superado mis expectativas
Siguieron su camino para poner en marcha la siguiente fase de su plan.
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Cortaba de manera prolija los vegetales y los echó al sartén. Mientras las salteaba, una gran llamarada azul salió de su estufa asustándolo y a los demás a pesar de haber sido por unos instantes su aparición.
Sin saber porqué, apagó la estufa y salió corriendo a buscar a Kai sin atender el llamado del profesor para que regresara.
En tiempo récord llegó a la facultad del bicolor y buscó el aula en el que estudiaba. Al encontrarla, tocó la puerta y quien parecía ser la maestra de ese horario le abrió.
-Buen día, ¿se encuentra Kai?
-Claro, aquí se encuentra-señaló al mencionado quien al ver en el estado que se veía el pelizul dedujo que estaba a nada de darle un ataque de ansiedad
Rápidamente se levantó y pidió permiso para salir. Sin esperar respuesta, se llevó a su esposo a otro lugar.
-Tyson, cálmate. Necesitas respirar y relajarte-dijo abrazándolo sintiendo el cuerpo del contrario temblar
Pasaron varios minutos en los que por fin estaba completamente calmado. Se sentaron en las escaleras para hablar del asunto.
-¿Qué pasó? Hace tiempo que no tienes esos ataques-lo vio soltar aire con pesadez
-Mientras estaba preparando uno de mis platillos, de pronto salió una llamarada azul de mi estufa. Fue por un instante, pero algo en ella me hizo sentir que debía venir contigo-vio a su esposo fruncir el ceño pensando en lo que le estaba diciendo-es como si me estuviera avisando que algo va a pasar
-E hiciste bien en hacer caso a esa intuición Tyson-una voz los hizo voltear al frente para quedar sorprendidos-Hm, sabía que ustedes dos iban a terminar juntos-comentó con una sonrisa burlona
-¿Ozuma?
Continuará...
¡Así es bebés! Al parecer los Saint Shields están de vuelta.
La doctora K está de regreso en las malvadas andanzas junto a su lacayo y con dos personas desconocidas (mentira, si saben quién es una de ellas, o no 😏).
Espero que les haya gustado. Cuídense, nos leemos pronto.
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