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4- El inicio de la Reina

Meses antes

— ¡Let it rip! — gritaron Franco y Acoidan, mientras lanzaban sus beys.

— Vamos, ¡Aquario, Trident shoot! — dijo Acoidan, mientras su bey chocaba con la pared para dirigirse al centro, dónde estaba Forneus.

— ¡Defiéndete, Forneus! — dijo Franco, mientras Forneus se plantaba en el centro.

Aquario impactó a Forneus y este explotó.

— ¡De nuevo! — dijo Franco.

La secuencia se repitió 10 veces, hasta que Acoidan se aburrió y dejó a su amigo solo.

— Maldición... ¿Por qué es tan bueno? — preguntó Franco.

— ¿Quién eres? — preguntó una chica, que se sentó a su lado.

— No creo que deba decirlo — dijo Franco, mirando hacia el otro lado, teniendo en cuenta el país dónde estaba.

— Mírame cuando me hablas — dijo la niña — ¿tus padres no te enseñaron a respetar?

Franco la vio y notó que ella llevaba ropa de una marca que había escuchado, por un comentario de Acoidan, que usaba la gente adinerada en Estados Unidos. Definitivamente era una ladrona.

— Mh — dijo Franco mientras se levantaba.

— ¿A dónde vas? — preguntó la chica.

— ¡Hija! — se escuchó a lo lejos una voz masculina — ¿dónde estás?

— Te dijimos que no te separaras — dijo una voz femenina, cada vez más cercana.

— ¡Cúbreme! — susurró la niña, poniéndose detrás de Franco, quedando perfectamente oculta.

Cuando la chica se puso detrás de él comenzó a oler un perfume que ella traía, este le hizo irritación en la mucosa nasal de Franco, pero pudo resistir. Cuando estaban pasando los presuntos padres, no pudo hacerlo más y estornudó.

Al hacerlo dejó al descubierto a la chica y los padres la vieron.

— ¡Sofía! — dijo el padre enojado, empujando a Franco a un lado.

Franco cayó al piso y vio cómo el padre agarraba el brazo de la chica, quien tenía una expresión de sufrimiento y tristeza.

Franco lanzó un suspiro y fue a su casa. Curiosamente en el trayecto, tuvo delante a la niña con sus padres.

— No está siguiendo — dijo el padre, mientras apretaba más el brazo de su hija, Franco lo había oído y disminuyó la velocidad.

De repente, dos hombres encapuchados se pusieron entre la familia y sacaron unas navajas.

— Entreguen todo — dijo uno, extendiendo su mano.

La madre agarró un brazalete dorado que tenía y estaba por darlo.

— ¡Che banda de idiotas! — dijo Franco, llamando la atención de los atracadores — Tengo oro puro en el bolsillo.

Los ladrones se acercaron a Franco, quien se lanzó a correr, al igual que los ladrones. Segundos después, Franco apareció por la esquina inversa a la que había desaparecido.

— Ya está, los perdí — dijo Franco.

— ¿Niño, cómo podemos pagarte? — preguntó la madre.

— No, no hace falta — dijo Franco, mientras se preparaba para salir corriendo.

— ¡Espera! — dijo la niña, mientras corría a abrazar a Franco — gracias...

— No... No hay problema — dijo Franco, incómodo por el abrazo, mientras pensaba "se nota que no son de acá".

Cuando la niña dejó de abrazarlo, el padre lo agarró del brazo y comenzó a llevarlo.

— ¡Me están secuestrando! — pensó Franco, aunque no se le pasó por la cabeza la idea de gritar.

La familia llevó a Franco hasta un bar donde lo obligaron a sentarse.

— Nos presentaremos — dijo el hombre — yo soy Jacob, ella es mi esposa Sophie.

Jacob era un hombre de negocios bastante grande.

mientras que su esposa era una rubia de ojos verdes con una cara muy parecida a la de Sofía.

— ¡Y yo soy Sofía! — dijo la niña.

— Hola soy Franco... — dijo Franco — Franco Rey.

— ¿¡Rey...!? ¿Qué haces solo por la calle? — preguntó Sophie — ¿y tus padres?

— No lo sé... Ellos... — dijo Franco.

— Oh, eres huérfano... Lo siento — dijo Jacob.

— No, no pasa nada — dijo Franco.

— Vi que estabas junto a un estadio de beyblade, ¿prácticas beyblade? — preguntó Sofía.

— Emh... Sí — dijo Franco.

Ambos padres se miraron y una sonrisa apareció en ellos.

— Franco... ¿Podrías ser amigo de Sofía? — preguntaron ambos padres.

— Sí... Debería conocerla mejor, pero creo que sí.

— Muchas gracias, de verdad — dijo Sophie.

— Mañana a esta hora se juntan en el parque — dijo el padre mientras se levantaba.

Sofía se acercó a Franco y lo abrazó, se le notaba la felicidad en la cara, lo que hizo que Franco también se ponga feliz.

Al día siguiente

Acoidan se había ido y había dejado a Franco en el estadio, como el día anterior.

Pocos segundos después de quedar solo, Sofía apareció.

— ¡Hola Franco! ¿Qué estás haciendo? — preguntó Sofía con las manos apoyadas en la parte trasera de su cintura.

— Hola Sofía — dijo Franco, mientras pensaba.

— ¿En qué piensas? — preguntó Sofía.

— Tengo un amigo, también es un blader, no puedo ganarle — dijo Franco.

— Supongo que no sabes, pero soy una gran admiradora del beyblade — dijo Sofía — todos los bladers tienen un lazo con su bey, como si fueran compañeros.

— ¿Sugieres que cree un vínculo con un trompo? — preguntó Franco.

— Sí, incluso yo tengo un lazo con mi Spriggan — dijo Sofía, mientras sacaba un Spriggan.

El Spriggan, color azul, tenía una particularidad: tenía una segunda capa de un rojo oscuro, que ampliaba el diámetro del bey y le daba dos puntos más de contacto extra.

— ¿Qué es eso? No es un Spriggan normal — dijo Franco.

— No es Spriggan, este es Storm Spriggan — dijo Sofía, mientras una presión comenzaba a cubrir el aire — y te reto a un duelo —

— Bien, este es mi Forneus — dijo Franco mostrando su bey

— 3 — dijeron ambos

— 2 — repitieron

— ¡1! — gritaron — ¡Let it rip!

Los beys cayeron al estadio y giraron por el este, aunque Storm Spriggan tomó mayor velocidad e impactó contra Forneus, reventándolo

"..." Era lo que Franco pensaba,

— Emh, bueno. ¿Querés comer algo? — preguntó Sofía, mientras agarraba su bey

— Sí, mejor... — dijo Franco, mientras hacía lo mismo

Ambos fueron a un bar y pidieron algo para comer.

— La cuenta por favor — dijo Franco, cuando vio que ambos terminaron de comer

El mesero trajo la cuenta y Franco puso el dinero en la mesa

— No hace falta, Franqui — dijo Sofía, mientras ponía la misma cantidad — yo invito.

— No puedo dejar que invites, invito yo — dijo Franco

— Ay, qué terco/a — pensaron ambos

— Mh, está bien — dijo Sofía — la próxima pago yo.

Franco asintió, mientras se levantaba de la silla, ya que había dejado la plata justa.

Ambos salieron y caminaron un rato

— ¿Qué querés hacer? — preguntó Sofía, mientras lo agarraba de la mano

— Mh, chica interesante... — pensó Franco al notar el acto de la chica

— Franco... — dijo la chica mientras le tocaba la frente con dos dedos

— Perdón, me quedé pensando — dijo Franco

— ¿Pensando mirándome? — preguntó Sofía divertida

— Mh, sos linda — dijo Franco — ¿Qué querés que haga? —

— Que me sigas mirando — dijo Sofía roja — si querés... Vamos a algún lugar donde no nos puedan robar — salió corriendo, agarrada la mano de Franco

Ambos llegaron a una limusina, la cual Sofía abrió y tiró a Franco dentro

— Secuestrado x2, ¿Por qué no grito? — pensó Franco

La limusina arrancó y estuvo unos minutos moviéndose

— ¿A dónde vamos? — preguntó Franco, con algo de miedo

— A mi casa, ¿no pensarás que te estoy secuestrando? — preguntó Sofía

— Para nada... — dijo Franco

La limusina entró a un terreno privado, donde había una gran casa, mejor dicho, una mansión.

— Mierda... — susurró Franco, lo que hizo reír a Sofía

— ¡¿Cómo tus padres tienen tanta guita?! — preguntó Franco

— Mi madre es abogada y mi padre... ¿Cómo decirlo? Es el presidente de la World Beyblade Battle Association — dijo Sofía

— ¡LA WBBA! — gritó Franco

— Jajajaja, sí — dijo Sofía

— Increíble... — dijo Franco

— Bueno, ¿querés hacer algo? — preguntó Sofía

Ambos corrieron por la casa, gritando y saltando, haciendo quilombo básicamente.

— ¡Dejen de hacer lío! — gritó Sophie, cuando vio a ambos y un rastro de destrucción detrás de ellos — ¡Ahora tengo que limpiar todo! —

Ambos chicos se aterraron y salieron corriendo

1 MES DESPUÉS

La relación entre Franco y Sofía había mejorado a tal grado que ambos ya se conocían como si fueran amigos de toda la vida, de hecho Franco había comenzado a sentir algo más que una amistad.

Cómo era de costumbre, luego de que Acoidan dejara a Franco, este se encontró con Sofía.

Este día fueron a la casa de la niña, aunque al llegar vieron a ambos padres en la puerta

— Franco... Quiero hacerte un regalo, ven — dijo Jacob

Ambas mujeres vieron a Franco con miradas de interrogación y este hizo lo mismo, para después ir con Jacob. Este lo llevó a una habitación que parecía una oficina, en una mesa había un maletín.

Jacob dio vuelta el maletín, para que Franco lo abriera, él vio que dentro había una pieza de Beyblade, exactamente un driver, uno que nunca había visto.

— Es un driver "Unite", es como tu Fusion, pero mejorada — dijo Jacob

— Pero... ¿Por qué me lo da? — preguntó Franco

— Sofía me pidió que la ponga en un equipo de Beyblade, y quería ponerlos a ambos en el mismo — dijo Jacob — aparte así puedes mejorar.

— Yo... Yo ya estoy en un club — dijo Franco — estoy bien ahí y tengo amigos.

— Hm, bien — dijo Jacob — si cambias de opinión, sabes dónde encontrarme.

Franco asintió y se fue, estando fuera cambió al nuevo driver

— Veamos qué tal, ¿eh Forneus? — preguntó Franco, mirando su Bey

De Forneus salió un destello que Franco interpretó como una respuesta de su, ahora compañero.

— ¡Franco! — dijo Sofía, mientras venía corriendo — ¡Vamos!, te reto a un duelo

— Justo iba a pedir lo mismo — dijo Franco, mientras mostraba su Forneus

Ambos fueron a uno de los estadios que había en la casa y se prepararon

— 3 — dijeron ambos

— 2 — dijo Sophie, mientras pasaba

— 1 — dijeron ambos — ¡Let it rip! —

Los Beys cayeron y comenzaron al estadio, Spriggan tomó el centro, mientras Forneus giraba alrededor

— ¡Ataca!, Forneus — dijo Franco, mientras su Bey se dirigía al centro

Forneus golpeó a Spriggan quedándose con el centro, aunque Sofía sonrió

— Spriggan, ¡Counter Break! — dijo Sofía, mientras Spriggan cambiaba de dirección, de la pared del estadio al centro

— Ngh... ¡Forneus! — gritó Franco, mientras un aura verde agua lo cubría

Spriggan impactó a Forneus, sacándolo del centro, aunque este hizo lo mismo que Spriggan y se dirigió al centro, impactando contra Spriggan, estallándolo.

— Oh... — dijo Sofía sorprendida

— ¡SIIII! — gritó Franco mientras saltaba con los brazos arriba.

— ¡Una vez más! — dijo Sofía.

La batalla se repitió varias veces, hasta que Franco dominó por completo la estrategia.

— ¡Let it rip! — dijeron ambos mientras lanzaban.

Forneus tomó el centro y Spriggan se lanzó contra el Bey tiburón.

— ¡Forneus! — gritó Franco, mientras un aura verde agua lo cubría a él y a su Beyblade. — ¡Shark Guard! —

Spriggan chocó contra Forneus, moviendo un poco al tiburón.

— ¡Counter Bite! — dijo Franco, mientras Forneus cambiaba la dirección al centro.

Forneus chocó contra Spriggan, con la parte del layer que era una línea en diagonal hacia arriba, lanzando al Beyblade rojo a volar, donde explotó.

— ¡Bien hecho! — dijo Sofía, mientras corría hacia donde estaba Franco.

Sofía se lanzó contra Franco, cayendo ambos al frío y duro suelo, ella estaba abrazándolo.

— Lo dominaste — dijo Sofía, sin alejarse del chico.

— Gracias... — dijo Franco, mientras no intentaba separarse de la chica.

En la noche, cuando volvió a la casa, Franco se acordó de que al día siguiente era el enfrentamiento contra Chile.

AL SIGUIENTE DÍA

Ya en la tarde, Franco, Acoidan, y Alodia iban en camino hacia Ring Street.

— Con solo verte, puedo decir que has mejorado — dijo Alodia.

— ¿Yo? No — dijo Acoidan.

— Vos no, Franco — dijo Alodia, mientras le daba una cachetada a Acoidan. — No te creas el centro del mundo.

Acoidan se agarró el cachete y continuó el camino.

Al llegar al club, fueron a la sala de planificación, donde ya estaban todos.

— Tarde — dijo Nicolás.

— Lo de siempre — dijo Acoidan.

— Bien, el combate será en el Argentos — dijo Nicolás (el estadio más grande de Argentina). — Al frente irán Acoidan, Pedro, y Alodia van de principal.

— ¿Perdón? No voy a pelear contra debiluchos — dijo Alodia.

— Yo elijo quiénes luchan, no tienes voto — dijo Nicolás.

— Uhh — dijo Acoidan. — Estás muerto.

Alodia se acercó a Nicolás e hizo como si estuviera sacando una espada.

— ¿Estás drogada? — preguntó Nicolás.

— No, pero cada vez que la veo flashea más que es su Beyblade — dijo Acoidan.

— ¿Eh? — preguntó Franco, mientras veía cómo la mujer comenzaba a golpear a Nicolás.

— Cuando comenzamos a ayudarme, a ser mi ayudante casi... — dijo Acoidan. — Me dijo que podía hablar con su Bey, tiempo después comenzó a preocuparse porque ya no la escuchaba, y después empezó a decir que ella era "Athima."

— Ya... Para... — dijo Nicolás.

— Detente — dijo Acoidan, mientras apoyaba su mano en el hombro de Alodia. — Franco te suplantará.

— Hm, bien — dijo Alodia, mientras se iba.

— Emh, ¿por qué te hace caso? — preguntó Franco.

— No duermo por la curiosidad que me da cuál será la respuesta — dijo Acoidan.

— O sea que tampoco sabes — dijo Ramón.

HORAS DESPUÉS

— Hagamos esto, ¿quién va? — preguntó Acoidan.

— Voy yo — dijo Pedro, mientras mostraba su Kerbeus.

Pedro fue al estadio y se encontró con un chico flacucho con cara de poder transformarse en 10 aliens.

— Este es mi Byfang — dijo el hombre, mostrando un Beyblade. Tenía una forma lisa, excepto por una marcada saliente en forma de pie, que desequilibraba el Bey, el trompo era color rosa y tenía detalles de alas, un pico de pato en el centro.

— Este es mi Kerbeus — dijo Pedro, mostrando su Bey.

— BIEN BLADERS, NOS PREPARAMOS PARA EL PRIMER ENFRENTAMIENTO DE LA PRIMERA BATALLA DEL TORNEO CONTINENTAL — dijo el narrador. — LA PRIMERA BATALLA SERÁ ENTRE PEDRO PARACHINI CONTRA BENJAMÍN "BEN" TENNYSON.

— 3 — dijo el público.

— 2 — dijo el narrador.

— 1 — dijeron los bladers. — ¡Let it rip!

Los Beys cayeron al estadio y comenzaron a girar alrededor de este.

— ¡Vamos Kerbeus, ataca! — dijo Pedro, mientras su Bey iba a impactar con Byfang.

Kerbeus impactó contra Byfang, pero este solo fue lanzado unos metros hacia atrás.

— ¡Vamos Byfang! — dijo Ben, mientras su Bey aumentaba la velocidad.

La saliente de Byfang impactó con Kerbeus y lo estalló.

— Ahora vuelvo — dijo Franco, con una idea, mientras se iba.

— Entiendo que me toca... — dijo Acoidan, mientras iba al estadio.

Allí vio a Ben.

— ¿Otra vez? — preguntó Acoidan.

— Sipo — dijo Ben.

— Putos chilenos wey... — pensó Acoidan. — Juro que no los entiendo.

— Eh, ¿qué te pasa, weón? — dijo Ben, mientras se preparaba para lanzar.

— No puedo, no puedo — dijo Acoidan, con la mano en la cara. — Me rindo.

— ¿Qué acabas de hacer? — preguntó Lucas llegando.

— Perdón, no me aguanto a los chilenos. Hablan muy raro para mí — dijo Acoidan.

EN UN ESTADIO PEQUEÑO

— ¡Vamos Forneus! — dijo Franco, mientras Forneus bajaba por la pendiente del estadio y subía, haciendo un patrón de flor.

Aunque luego del segundo pétalo, se descontroló y comenzó a girar por el estadio.

— Bueno, dos, es un avance — dijo Franco, mientras agarraba su Bey y se iba.

EL ARGENTO

— ¿Cómo hacemos? — preguntó Ramón.

— Yo me encargo — dijo Franco, mientras caminaba al estadio.

— Vamos a ver... Ben, ¿cierto? — preguntó Franco.

— Sipo — dijo Ben, mientras se preparaba para lanzar.

— 3 — dijo el narrador.

— 2 — dijo el público.

— 3 - dijeron los bladers - ¡Let it rip!

Forneus tomó el centro y Byfang fue hacia él.

— Ahora Forneus — dijo Franco, mientras un aura verde agua lo cubría. — ¡Counter Bite! —

Byfang golpeó a Forneus, haciendo que salga del centro y que se incline, haciendo que el tiburón vuelva disparado. Forneus chocó contra Byfang, explotando en el acto.

— ¡Ghhh... Eres bueno! — dijo Ben, mientras se iba.

Franco se quedó ahí, mientras subía un chico con una campera celeste y un pelo negro, que se veía solo la parte delantera ya que era cubierto por una capucha.

— EL SIGUIENTE COMBATE SERÁ ENTRE FRANCO REY Y MYROON ANDRÁZ — gritó el narrador.

— ¿Por qué me suena ese nombre? — preguntó Acoidan, mientras se ponía unos auriculares y ponía Spotify.

— Este es mi Mandrillus — dijo Myroon, mostrando su bey.

Tenía una silueta con 3 paredes gruesas, era color celeste con rosa.

— Bien, empezamos — dijo Myroon. — No puedo perder.

— 1 — dijo el narrador.

— 2 — dijo el público.

— 3 — dijeron los bladers. — ¡Let it rip! —

Los beys cayeron al estadio y comenzaron a girar, hasta que Mandrillus tomó el centro.

— Bien, vamos a probar la nueva técnica, ataca Forneus — dijo Franco.

Forneus chocó contra una de las paredes del estadio y fue disparado al centro, donde golpeó a Mandrillus, que se movió un poco y volvió al centro. En cambio, Forneus chocó con otra pared formando un pétalo y volvió a arremeter contra Mandrillus, con el mismo resultado.

— ¿Eso es todo? — preguntó Myroon, mientras un aura celeste salía de él.

— Forneus tiene una pendiente que sube y una que baja... Por lo que... Vamos a probar — pensó Franco, mientras volvía a ser cubierto por el aura.

Forneus también se cubrió del aura y volvió a impactar contra una de las paredes del estadio.

— ¡Forneus! — gritó Franco, mientras el avatar tiburón del bey. — Hagámoslo compañero —

— Oh, ya lo recuerdo — dijo Acoidan, mientras se paraba.

— ¿Eh? — preguntó Ramón.

— Minato Namikaze era un chico muy sencillo, más se convertiría en el relámpago amarillo — cantó Acoidan. — Este hace raps de personajes de anime.

Forneus impactó con la pendiente que bajaba.

— ¡AHGG! — dijo Franco, mientras sentía una corriente de viento que lo empujaba hacia atrás. — ¡BITE SHOOT! —

Forneus empujó a Mandrillus contra el suelo, haciendo que este pare en seco.

Por instinto Franco abrió la boca con una sonrisa, aunque Myroon se asustó al verlo y salió corriendo sin agarrar su bey.

— ¿Qué tengo en la cara? — preguntó Franco, mientras miraba a su equipo.

— Emh... — dijo Acoidan.

— Usa la cámara del teléfono... — dijo Ramón pálido.

Franco usó la cámara del teléfono y vio que sus dientes tenían la forma de los dientes de un tiburón.

— ¿What? — preguntó Franco, pero parpadeó y sus dientes ya se veían normales.

Franco agarró a Forneus y a Mandrillus, luego fue a darle su bey a Myroon. Volvió con el último rival de la noche.

— EL ÚLTIMO COMBATE SERÁ ENTRE FRANCO REY Y KYLE ARTHUR — gritó el narrador.

— Este es mi bey, Kyūbi — dijo Kyle, mostrando un Bey azulado.

El bey tenía 9 salientes en forma de colas que se unían en el centro, formando la cabeza de un zorro.

— Bien, vamos — dijo Franco.

— 3 — dijo el narrador.

— 2 — dijo el público.

— 1 — dijeron los bladers. — ¡Let it rip! —

Los beys cayeron al estadio y Kyūby tomó el centro.

— Hora de morder, Forneus — dijo Franco, mientras un aura lo cubría e invocaba a su bestia. — ¡Bite shoot!

— Ya he visto esa técnica — dijo Kyle, mientras un zorro de nueve colas aparecía arriba de su bey. — ¡Kyūby! Rasensan

Forneus impactó contra Kyūbi, pero no fue en el espacio entre cada cola, haciendo que antes de que llegue a tocarlo, Kyūbi lo impactó con una de las colas, haciendo que ambos se muevan un diente.

— ¡Forneus! Counter Bite — dijo Franco, mientras se inclinaba.

Forneus fue disparado contra Kyūbi.

— Kyūbi, Bijudama — dijo Kyle, mientras su bey se inclinaba (de casualidad también usaba Unite).

Kyūbi se fue del centro, al inclinarse. Pero fue disparado al centro, donde Forneus usó Counter Bite, para esquivarlo, quedando él de nuevo.

— ¡AGH! — dijo Kyle enojado. — ¡DEJA QUE TE GOLPEE! —

— ¡NO, VOS DÉJAME A MÍ! — dijo Franco, pero vio una apertura.

Kyūbi estaba volviendo a salir del centro.

— Ahora. ¡Usa Bite shoot! — dijo Franco, mientras Forneus se inclinaba para moverse contra Kyūbi.

El tiburón impactó en una de las colas del zorro, haciendo que este sea empujado al suelo y frenado por éste.

— FRANCO REY GANÓ 3 BATALLAS SEGUIDAS, RING STREET ES EL GANADOR — dijo el anunciador, mientras Franco y Kyle agarraban sus beys.

— Bien jugado — dijo Kyle, mientras le daba la mano.

— Lo mismo digo — dijo Franco, mientras apretaba sus manos.

Cuando Franco volvió, recibió un abrazo de Pedro, que los lanzó al suelo.

HORAS DESPUÉS

Ya estaba por ser completamente de noche, pero Franco seguía en el estadio del parque Rivadavia, entrenando.

— Tengo que volverme más fuerte... Ahora tengo una motivación — dijo Franco, pensando en Sofía.

Continuará...

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