Día 11: Usando kigurumis
La última vez.
Definitivamente esa tenía que ser la última vez, eso que habían hecho les dejo más cansados que una batalla o que el entrenamiento en el coliseo, estaban ambos en la cama calmando su respiración, viendo al techo con la esperanza que ese fuera el ultimo día, no soportarían uno más.
Rogaban a todos los dioses que los padres de los cinco niños que ahora cuidaban en el cuarto templo aparecieran y se llevaran a sus engendros lejos de ellos, nunca pensaron que cuidar a cinco niños de no más de 5 años era una tarea sumamente difícil.
—Dime por qué hacemos esto Death
—era esto o limpiar todo el santuario por dos meses enteros.
Ahí se dio cuenta que hubiese sido mucho mejor hacer limpieza que cuidar a unos mocosos por una semana entera, pero para desgracia de Afrodita el tiempo no podía volver atrás, se levantó de donde estaba observando a los niños dormir plácidamente en la otra cama que habían adaptado para ellos, luego observo a su compañero, estaba quedando dormido también, no iba a mentir, él también estaba cansado, apenas llevaban tres días y parecía el peor castigo de todos.
Volvió a la cama dispuesto a dormir, debería descansar lo suficiente para soportar a las cinco personitas al día siguiente y lo que restaba de la semana.
Los tenues y cálidos rayos de sol despertaron a los mayores, esa había sido su cuarta sentencia de muerte por cansancio y las posibles canas verdes en su cabello ya estaban haciendo cita previa; el desayuno, los juegos y los libros de cuentos que tenían que leer.
Death Mask pensaba que ese era un trabajo para alguien con más paciencia que él y su compañero de la última casa, para alguien como Mu, incluso Aioros o Aioria, pero no para él, ¿Dónde tenía la cabeza cuando acepto?, cierto, la tenía en las nubes, pero ahora tenía que ser el "niñero" responsable.
— ¡JUGEMOS!
Oh no, esa frase otra vez, los pequeños tenían a Afrodita tomando sus manos y le decían una y otra vez que querían jugar, un suspiro pesado y una respuesta positiva, el clásico juego, escondidas, los primeros en ser encontrados serían castigados, Death y Afrodita empalidecieron, el juego empezó y ellos no tenían idea de donde poder esconderse sin tener que perder de vista a ninguno de los niños y evitar accidentes.
Mala idea y mala suerte, fueron los primeros y por ende los castigados, tenían que usar, por el resto de la semana, unas tiernas pijamas que cubrían todo su cuerpo de figuras tiernas y a petición de los niños Afrodita quedo con un bonito traje de conejo mientras Death se quedó con uno de oso.
En definitiva esa iba a ser la última vez que accedían a algo tan cansado, a la próxima vez preferirían limpiar el santuario entero o alguna otra cosa menos cansada.
Dan R
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