Capítulo Final - Part 1
Hoseok había estado llorando desde que lo hicieron bañar con algo extraño que le dio Lezle, ese hombre que aclamaba ser su padre. Se lo había confirmado de alguna manera, pero nada de eso lo hacía más real para él, todo seguía pareciendo una mera fantasía, un sueño extraño que no sabía cómo afrontar.
Durante todo su vuelo, pensaba en el paso a seguir, tenía que hablarlo, mas ni siquiera en su cabeza estaba claro, no sabía qué o a quién decirle primero. Tenía miedo por todo lo que eso pudiese desatar, no estaba preparado para lidiar con ese rencor que en el último tiempo había consumido a Taehyung. Lo comprendía por eso lo apoyaba aunque por momentos pareciera perder todo control de su persona por la sed de culminar con todo.
Yoongi, temía más que nada a la reacción de él y de su omega, de verse obligado a alejarse de todos, de sus hijos, solo por provenir del vientre de ese Ksi que le dio la vida. No debería, pero de alguna forma se encontraba en un conflicto mental. Toda su vida fue una mentira, nada de lo que creyó era cierto, ni siquiera esa cabaña en el bosque donde Min solía esconderse. Ese era un sitió supuestamente dejado atrás por sus padres, esos que de cierta forma lo criaron aunque nunca fueron los más amorosos o filiales.
Iba a ahí para intentar comprenderlos, para sentirlos más cerca, para buscar algún apoyo emocional más allá de Namjoon. Su esposo en aquel momento se convirtió en su familia, le entregó todo y de alguna forma, se hizo dependiente de su cariño porque se convirtió en su refugio, en su todo. No obstante, pudo notar que su amor jamás fue devuelto, que una vez más, amaba, pero no recibía un cariño completo o real del modo en que deseaba. Sus padres no le dieron el cariño esperado como hijo, Namjoon no le dio el esperado como esposo.
Así fue como fue entregándose a cortos momentos de placer aunque fuesen carnal, placeres que borraban la falta de todo lo demás en su vida. Encuentros donde quien lo acompañaba lo necesitaba y deseaba, donde veía ese brillo en los ojos que el sexo ocasional brindaba. Solo sexo como aquel que tuvo con Jimin y otras personas. Porque cuando se encontró a Seokjin, alguien tan necesitado de afecto e incompleto como él, no pudo quedarse atrás, sabía lo que era necesitar sentirse amado, querido, pero estar solo aunque estuviesen acompañados.
En un comienzo, pensó que el sexo bastaría, pero cada uno de ellos seguía anhelando otro tipo de amor, no estaban del todo listos para tener una relación. Entonces llegó Yoongi, ese que se preocupaba por su comió, si tenía alguna herida, si simplemente necesitaba conversar para dejar salir todo. Fue un desconocido del que no esperaba nada y recibió todo de la manera más honesta. Ahora, tenía miedo de volver a perderlo todo, sus compañeros, su familia, esa que incluía a quien por un tiempo solo vio como un jefe y amigo, Jungkook. A él y a toda su familia, esa que estaba dispuesto proteger con su vida.
Una vez más, sentía que le estaban quitando todo, descubrir esa verdad, era una bomba que explicaba muchas cosas de su vida, le daba algo y liquidaba todo. Porque por solo un segundo, la mirada que ese asesino le dio, la forma en que sin palabras sintió tantas cosas que creía que le quería decir, fue todo lo que esperó ver de sus padres un día. Cuando le daban comida o lo enviaban a dormir, cuando llegaba a cada y los saludaba, esperaba una mirada similar que nunca llegó. Esto le hizo sentir mal, que un ser tan despreciable como Lezle por un momento le hubiese hecho experimentar ese amor paternal que esperó por años sin llegar.
Por eso estaba confundido sin poder organizar una oración completa en su mente cuando lloraba sentado en ese enorme avión solo para él. Por primera vez veía directamente solo una pequeña parte del poder de ese sujeto en persona, se movía tan fácil y libremente. Según lo que escuchó, ni siquiera usaba siempre la misma ruta o avión. Todo estaba tan ordenado, tan perfectamente calculado que le era imposible no sentir por un minuto, cierta fascinación y confusión porque una parte de su mente, admiraba su tenacidad para llegar a ese nivel, el resto de su cerebro, lo aborrecía grandemente por todo lo que hizo.
No justificaba todo, joder, no lo hacía, pero todavía sentía en su cuerpo sus emociones después de aquella mordida. Aunque no le dijo, pudo experimentar todo lo que Lezle vivió desde niño en una especie de visión y hasta cierto punto, lo comprendía. Si le quitaban a sus cachorros en ese momento, no sabría su reacción, aunque no fueron perfectos, junto a Namjoon deseó matar a todos los que les hicieron daño. No quería volver a perder a toda su familia.
Fue trasladado con una custodia casi invisible aunque presente hasta el territorio de la manada Nala. Fue molesto ver la forma en que el líder de esta le pidió disculpas de un modo tan falso. De no ser porque el trastornado de Lezle lo dejó con vida, en ese momento sería uno más muerto, su disculpa no resolvía absolutamente nada, pero las aceptó. No sabía el motivo atrás de sus decisiones, tampoco quería saberlo, solo deseaba irse a casa. Sin embargo, una parte de él no estaba listo para entrar a la mansión.
Cuando se estacionó en las afueras de aquel gigantesco lugar que se había convertido en su hogar, se sintió tan sucio que no pudo descender del vehículo. Se quedó viendo la construcción, los hombres que la rodeaban, las luces que alumbraban las plantas de forma légate, pensando con su mente en blanco, sosteniendo la manilla de la puerta.
La abrió, realmente lo hizo, mas no pudo entrar, solo la cerró nuevamente y se dispuso a arrancar. No obstante, su escape fue tronchado por el Alfa Mul que terminaba de transformarse frente a él, con uno de sus hombres corriendo para entregarle una bata para cubrirse. Sería muy extraño si simplemente se marchara así apenas llegaba, por eso, en contra de sus deseos, se bajó intentando mentalizarse.
Jungkook miró al peli naranja, sabía que había tenido un altercado con alguien que atacó a la manada Tierra, el propio líder se lo dejó saber, explicándole los por menores y aclarando que Hoseok estaba bien. Verlo ahí frente a él le entregó un alivio inexplicable. Una alivio que se transformó en confusión cuando este sin más caminó hacia él para abrazarlo.
Esas muestras de afectos no eran comunes, no entre ellos dos. No lo alejó, solo rio intentando hacer una broma. — ¿Estás hormonal? — Por un momento volvió a reír, pero su nariz se arrugó. — Hueles raro, apestas, creo que tu kappa ha hecho un buen trabajo pasándote genes diferentes. — Bromeó haciendo que el corazón de Hoseok se agitara sorprendido, separándose rápidamente.
Había sido limpiado, al parecer no lo suficiente para el olfato de quien tenía al frente. Se secó rápidamente las lágrimas que habían corrido por su rostro mientras pensaba en el hecho de que el Alfa de Alfas era su hermano, una familia no solo por palabra, sino también porque compartían sangre. Odiaba que por mucho que intentara pensar no pudiese tener pensamientos claros.
Pensaba en cómo le diría lo que acaba de descubrir, pero incluso él seguía procesándolo. Además, sentía que aunque no deseara, los primeros en conocer todo lo que le afligía, eran sus compañeros. Fue raro ese comportamiento de uno de sus hombres de confianza, pero Jungkook no dijo nada, lo siguió al interior de la vivienda con varios pasos de distancia.
El Alfa fue a su piso, él al suyo, encontrándose con los mellizos que hacían sus deberes y un Jin que salía del baño recién acabando de ducharse, corriendo a él para abrazarlo. Gracias al vínculo que los tres compartían, tanto Yoongi como el omega fueron capaces de sentir que algo no estaba bien. Estuvieron inquietos a pesar de la llamada que el líder Nala dio.
Arrugó un poco la nariz, poniendo espacio entre ellos para observarlo, mirando de soslayo a sus hijos antes de tirar al que seguía conociendo como un beta a otro lado. Hoseok lo siguió hasta la habitación que compartían, encontrándose con un Yoongi que los esperaba desde que lo sintió, abrazándolo, intentando besarlo pese a que Jung dio paso atrás.
— Hueles a él. — Espetó Yoongi haciendo que Jin lo mirara confundido. — Hueles a Lezle, Hobi. ¿Qué fue lo que pasó? Ese no fue un simple ataque a los Nala, ¿cierto? ¡Ese maldito se atrevió a tocarte! Diosa Luna, lo voy a...
— C-Creo que tenemos que hablar. — Lo interrumpió controlando los temblores de su cuerpo.
Por algún motivo, los mayores intercambiaron miradas y asintieron, Jin salió para hablar con los niños, de este modo, ellos no los interrumpiría. El ambiente estaba tenso y de alguna forma, se sabía que la conversación no sería la más jovial de todas. Yoongi estaba preocupado, si su olfato no le fallaba y sus recuerdos tampoco, por muy camuflado que estuviese, él todavía sentía rastro de su hermano en el ambiente. Hoseok era un Beta, pero el aroma que traía era demasiado fuerte, mucho más que cuando se fue en la mañana, muchísimo más.
Cuando el omega regresó a la habitación, Min se encontraba sentado a una esquina de la cama con su mirada fija en el peli naranja. Tenía los dedos entrelazados con los antebrazos apoyados en sus muslos, su toso inclinado y su ceño fruncido. El menor de los tres, por su parte, estaba sentado en el suelo, pegado a la pared con los ojos cerrados y su cabeza baja. Sus manos estaban sobre las lozas del piso, simulaban estar quieta, mas el temblor fue visible para sus compañeros.
Seokjin los miró a ambos, su pecho parecía sostener una mole de plomo que amenazaba con aplastarlo. No le gustaba lo que veía y sentía ni siquiera un poco. No habían hablado, pero sus deseos de llorar, así como de gritar lo estaban golpeando sin contemplación.
— ¿Podríamos los tres sentarnos en la cama para hablar? — Preguntó centrándose ahora en el beta.
— Preferiría permanecer aquí si no les molesta, no me siento capaz de ensuciar nuestra cama en estos momentos. — Los mayores compartieron una mirada silenciosa, sus corazones disminuyeron el ritmo mientras que el de Hobi aumentaba, los tres podían oírse.
— ¿Qué es eso que deseas hablar con nosotros? ¿Qué sucede con Lezle? Sigo diciendo que hueles a él. — Espetó el Kappa.
— Si lo dejaras hablar sería genial. — Musitó el rubio caminando para también pasar a sentarse en el suelo, entre la cama donde estaba el mayor de todos y la pared en donde se recostaba el beta. — Mi amor, toma tu tiempo para explicarnos lo que sea que te moleste, estamos juntos en lo que sea que esté ocurriendo. Te amamos, no habrá nada que no podamos entender si lo hablamos correctamente. — Estiró su mano para rozar aquella sudada en el suelo, oliendo el miedo y la preocupación en su beta. — Beta...
— Hoy en la mañana c-cuando me fui a encontrar con el líder de la manada Tierra, mis hombres y yo fuimos emboscados dentro de su edificio.
Los contrarios asintieron, esa parte ya la conocían, el propio líder había llamado para contarles y tranquilizarlo, pero no era motivo suficiente para que Hoseok, alguien que había estado en incontables enfrentamientos, estuviera en ese estado. No era la primera vez que alguien quería atacarlos, nunca se encontraba tan abatido por esto.
— Fueron los hombres de Lezle. — Min cerró los ojos y apretó sus manos entrelazadas maldiciendo por lo bajo. Lo sabía, apestaba a su hermano.
— Quiero matarlo y...
— Escúchame. — Interrumpió el peli naranja. Si lo cortaban una vez más, no estaba muy seguro de tener la fuerza y la claridad mental como para decirles todo ese día. Se encontraba a momentos de sufrir un colapso mental aún mayor a aquel que experimentó horas atrás. Era como si su cuerpo y mente le dijeran que ya estaba en territorio seguro para dejarse ir. — Necesito que no me interrumpan más, que me escuchen hasta el final y... Y después, podrán d-decirme lo que q-quieran.
Seokjin y Yoongi asintieron, los dos tenían un enorme nudo en su garganta, presintiendo que lo que escucharían no sería del agrado de ninguno. Guardaron total silencio, dejando que el beta les narrara todo lo sucedido a detalle, hasta el momento en que entró por la puerta de la casa. Lo escucharon con detenimiento, pero al final, los dos palidecieron, perdieron el habla e incluso comenzaron a sudar tanto como Hoseok.
— L-Lezle es tu, tu, tu... — Seokjin no podía completar la oración, su mirada pasó de un Hoseok a un Min con los ojos muy abiertos, uno tembloroso que permaneció mirando al beta aun cuando este hizo contacto visual con él.
— Él es mi padre y yo soy un Epsilon, sí. — Reiteró como si ellos no hubiesen escuchado eso minutos antes.
— Mierda. — Susurró Jin elevando sus rodillas para apoyarse en estas, apoyando ambos codos sobre estas antes de perder la cabeza entre sus manos.
Los tres permanecieron en silencio, el epsilon lloraba, el omega simplemente se había quedado sin habla procesando todo y el Kappa en trance, pasó un tiempo mirando a la nada antes de que sus lágrimas descendieran por su rostro. Las limpió velozmente con cierta brusquedad, recapitulando toda su vida una y otra vez como si esto le fuera ayudar a comprender todo mejor.
Hoseok era el cachorro que le habían matado a su hermano, esa última parte de su alma que se quebró haciendo que todo Lezle cambiara. Después de esto, el Ksi se obsesionó con su familia, con su especie, con fortalecer sus castas y a experimentar como un loco. Después de esto, Yoongi no solo estuvo recluido recibiendo tratamientos simples, los experimentos cambiaron por completo, Lucas se volvió agresivo, fue que intentó volver a salir embarazado como si de esto dependiese su vida.
El licántropo que escogió para ser su compañero, ese con quien cerró vínculo al igual que con Jin y que fue capaz de embarazarlo, era el hijo de Lezle. Cerró sus ojos por un momento negando, secano continuamente sus lágrimas sin querer mirar al peli naranja que no se atrevía a mirarlo.
— Amor... — Musitó Jin estirando su mano para acariciar la rodilla del mayor, pero este se separó sin querer, poniéndose de pie. — Kappa.
— Kappa... — Hoseok también llamó, pero se arrepintió de hacerlo cuando vio el desencaje en el rostro del mayor, sus manos empuñadas y sangrando, la forma en que miraba hacia la puerta sin querer verlo a él.
Dolía, lo comprendía y supuso, mas esto no hacía que doliera menos ser testigo de esa reacción. Yoongi estaba muy confundido, se cuestionaba el motivo para no sentir ningún lazo familiar por Hoseok del modo en que reconoció a Taehyung al momento, cualquier cosa que le indicara su procedencia. Su hermano era un Ksi, sabía que los hijos de estos por su debilidad, nacían protegidos de alguna forma, sus castas y aroma permanecían ocultos, no se mostraban hasta que algún familiar no lo mordiese, pero como élder, como descendiente del Ártico y hermano de Lezle, él tenía que haber notado algo.
— Esto no cambia el hecho de que Jin es nuestro omega, que los tres tenemos hijos en común. — Mencionó pausado, parado frente a la cama. — No obstante, no sé si pueda continuar con lo que tenemos. Más allá de nuestro parentesco que por nuestra especie no influye, el hecho de que eres h-hijo de él es... — Cerró sus ojos cuando escuchó el dolorido sollozo del menor de los tres. — Yo necesito espacio, tiempo, ahora no... No puedo hablar en estos momentos.
Caminando a paso firme hacia la puerta bajo la mirada de los otros dos, Yoongi abandonó la habitación que solían compartir los tres. La boca de Hoseok se abrió para llamar, mas no tenía derecho de hacerlo, incluso él se reprochaba por ser hijo de quien era, no podía esperar diferente de alguien más. No podía, pero no por eso sufría menos ese rechazo. En un llanto sin igual que le hizo perder el equilibrio sentado, siendo abrazado por un omega igual de afectado.
— Te amo, Hobi, yo te amo por quien eres, no por donde provienes. No me importan tus antecedentes, tus parientes, solo me importa el excelente compañero que has sido, el gran amigo, el padre de mis hijos. — Sollozaba con él, abrazándolo, conteniéndolo con toda su fuerza para que el menor no se derrumbara por completo. — Yo seguiré aquí, contigo, nada ha cambiado, ¿de acuerdo? Nuestro K-Kappa necesita tiempo, pero...
— No va a perdonarme, soy su sobrino, el hijo del hermano que tanto daño ha hecho. Nadie me lo perdonará. — Lloraba como un niño entre sus brazos, asustando a un Seokjin que jamás lo había visto así y no sabía cómo calmarlo. — M-Mis hijos, ustedes, todos van a odiarme, todos...
El Epsilon se quebró en manos del omega durante toda la noche. Por primera vez en un buen tiempo, los tres dormían separados. Por primera vez en meses, Yoongi volvía a llorar toda una noche a solas, confundido, preocupado.
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Taehyung abrió los ojos esa mañana encontrándose con su cama vacía. Somnoliento, descalzo, en pijama y con su cabello revuelto salió de su habitación para dirigirse a la de los cuatrillizos, sonriendo cuando vio a su alfa en el suelo con sus cachorros sobre él. Estaban regados como si fuesen un juego de Tetris, resoplando, soltando pequeños ronquidos hermosos.
Amaba esa imagen, su hermosa familia, esa que sin importar qué quería proteger a todo costo. Ahora, comprendía demasiado a Jungkook, mucho más que antes. Realmente el amor por los hijos era incalculable, jamás creyó amar con la intensidad que amaba a ese hermoso licántropo con el que se casó, pero se había equivocado. Amores diferentes, pero estaba totalmente enamorado de sus cachorros. Esos cuatro corazoncitos que latían, fueron creados dentro de él, gracias a la unión con ese pelinegro que abría sus ojos y lo miraba adormilado.
Sus miradas se encontraron y el Theta no pudo contener su sonrisa. Sigilosamente se aceró a ellos, quitando al pequeño Beomgyu de encima de la espalda de Jungkook para que este se pudiera levantar y juntos, acostaron cuidadosamente a los cuatro cachorros en sus camas.
— Shhh, cierra tus ojitos, mi amor. — Susurró con cariño el peliblanco acariciando la espalda de Yuna, ella fue la única que se despertó en el traslado. — ¿Qué hacían en el suelo? — Preguntó cuando salieron de la recámara, abrazando a su alfa, besando su espalda.
— En la madrugada cuando los sentimos chillando, fui a verlos como te dije. Huening Kai quería subirse en la cama de Yeji y esta no lo dejó. Cuando llegué lo cargué, me senté en el suelo con él para calmarlo, pero los otros tres se me unieron y en algún momento me dormí, ellos conmigo también. — El peliblanco negó risueño, caminando hacia la cocina con un Jungkook que apoyó el mentón en su hombro para caminar. — Me han pateado como bestias, definitivamente son hijos tuyos, creen que todo el espacio para dormir les pertenece.
— Yo no soy así.
— Claro que no, en una cama de poco más de dos metros, yo termino durmiendo en quince centímetros mientras tú te quedas con todo lo demás. — Bufó viendo al menor sonreír con su labio perdido entre sus dientes. Avanzó hasta él y se perdió entre sus piernas abiertas, siendo recibido por Jungkook gustoso. — ¿Cómo dormiste? — Estuvo algo preocupado, estuvo varias noches durmiendo mal, según le dijo, al parecer Taeyong había sido asesinado por Lezle, pudo sentir el final de su lazo, de alguna forma, sus mentes se conectaron al final.
— Excelente, toda una cama para mí después de que mi Alfa me dejara sin energías. — Rieron uniendo sus labios, ambos sintieron el alivio en el mayor. — Te extrañé. — Llevó su mano a la cabellera negra para inclinarle la cabeza, olisqueó y lamió su marca escuchando al contrario sisear para luego besarlo. — Quería comentarte algo, no quiero volver a hacer las cosas por mi cuenta sin tu autorización.
— No necesitas mi autorización, sino estar al tanto de las cosas, principalmente en asuntos de suma importancia de los cuales pueden depender la vida de muchos. Tienes la potestad de tomar decisiones por tu cuenta, pero ahora, no eres solo tú. Sé que estás bajo mucho estrés, que en este tipo de situaciones podemos llegar a perder el norte, pero para eso estamos juntos, para ayudarnos a guiar nuestros caminos mutuamente.
— Fuiste muy severo conmigo.
— No fui severo contigo, solo te hablé seriamente, mi actitud no podía ser diferente porque actuaste mal. Yo soy más que condescendiente contigo, Theta, no puedes decir que yo soy un alfa severo contigo, nunca ha sido así. Tiendo a dejarte salir con la tuya, pero no siempre puede ser así, no en asuntos como estos. No puedo dejarte hacer tu voluntad, evitar regañarte cuando lo mereces ya sea como tu esposo, socio, tu luna o tu alfa. Hay cosa que puedo pasar por alto, otra simplemente no.
— No me gusta cuando estás bravo conmigo.
— Entonces no hagas cosas que me hagan estar bravo contigo para empezar. No eres un cachorro, has vivido lo suficiente como para saber qué es bueno y qué no. No me voy a tentar más para escarmentarte, no te pasaré la mano. Eres el jodido líder de la especie y como tal quiero que te comportes. — El menor asintió encontrando su mirada, acariciando el mentón de Jungkook con cuatro dedos de una mano mientras la otra jugaba con el pelo de su cabeza que cubría la nuca. — ¿Qué me quieres decir?
— Se trata de Lezle. No lo haré solo, pero realmente necesitamos irnos contra él.
— Eso es obvio, nunca dije que no lo haríamos, Lezle debe tener a alguien que lo detenga, pero no del modo en que lo hiciste, no atacando a su hija.
— Mi amor, esa niña realmente es una bomba de tiempo. Toda descendencia de ese hombre lo es, hijo, seguidores, sus hombres, todo aquel asociado a Lezle, es nuestro enemigo, pueden dañarnos en cualquier momento. Tú viste lo que dijo, incluso tiene hombres infiltrados que no hemos logrado descubrir, conoce cada uno de nuestros movimientos, no podemos seguir extendiendo esto. ¿No crees que merezcamos seguridad, descanso y paz?
Antes de que Jungkook pudiera responderle, la entrada de Jimin con Taehyun en brazos les hizo poner una pausa. El omega risueño se acercó a ellos, dándole un beso a su por siempre alfa antes de dejar al menor en el regazo del pelinegro.
— No sé quién ronca más, este mocoso o el padre. Maldición, no pude dormir una mierda. No sé cómo es que no lo escuché antes de formar una familia.
— Estoy seguro de que lo escuchaste, pero lo ignoraste, así como yo ignoré al Theta que constantemente me quiere desalojar de mi propia cama. — Jimin asintió extendiéndole una mano que Taehyung chocó. — Impulsivo hasta en el sueño esta cosa que la Diosa me regaló.
— No pues si no me quieres, devuélveme. — Bufó el peliblanco mirando a su sobrijo, pellizcándole sus cachetes. — Este no tiene vergüenza, es igual que el ser que lo trajo al mundo, mira como se ríe de todas las cosas malas, ni se inmuta. ¿Quieres ir con tus primanos?
— Nuestros hijos no sabrán hablar de aquí a unos años con tantas palabras que ustedes dos inventan. — Intervino el alfa negando. — ¿Los ayudo con el desayuno?
— Prefiero que te encargues de todos los cachorros. — Espetó Jimin viendo como Jungkook se llevaba su hijo sobre sus hombros, escuchándolo reír divertido. — Avísale a todos que en cuarenta minutos desayunaremos.
— ¿Desayuno colectivo?— Preguntó Jungkook a punto de salir de la cocina.
— Todos estamos en casa hoy, así que sí, todos. — Afirmó su esposo. — Baña a Kai si se orinó en la cama.
— Recién hace un rato que los acostamos en ella, no se hizo nada en toda la noche.
— Revísalo de todas formas, está grande ya, es el único de sus hermanos que sigue mojando la cama. — Musitó mirando al pelinegro asentir antes de salir con Taehyun.
Los mejores amigos se encargaron de preparar el desayuno juntos, también la mesa en donde todos se fueron reuniendo. A pesar de lo sucedido, el trío también compartió la mesa, sentándose en los lugares de siempre. La gran diferencia radicaba en el silencio y la tensión que todos notaron mas no comentaron. Todos tenían sus días, ninguna pareja estaba toda la vida sin discutir y se debía respetar la privacidad de todos. Vivían juntos, eran familia, pero nadie tenía el derecho de inmiscuirse en los problemas personales y de pareja.
— ¿Más jugo de naranja? — Preguntó Namjoon levantando una de las jarras, extendiéndosela al Theta que asintió.
Sin embargo, el intercambio se detuvo cuando el teléfono de Taehyung sonó y todos miraron en su dirección. Jimin pasó a tomar la jarra que su esposo sostenía mientras miraba a su mejor amigo. Por un momento quiso responder tan radical como siempre, pero al mirar a su alfa, el peliblanco exhaló descolgando la llamada.
— ¿Qué quieres? — Logró responder más calmo de lo que realmente estaba, se trataba de Lezle y no había forma de que él estuviese calmado.
— Ponme en altavoz, quiero que todos los que te acompañan me escuchen. — El entrecejo de Taehyung se arrugó mirando rápidamente a los alrededores.
Todas las semanas hacían una revisión en la mansión en búsqueda de cámaras, micrófono o cualquier otra cosa que pudiera exponerlos, ponerlos en peligro, estaban limpios. No obstante, odiaba esa sensación de sentirse observado en ese momento, odiaba que ese licántropo tuviera tanto conocimiento de su vivienda e intimidad.
Normalmente esa zona de la casa estaba fuera del alcance de sus hombres, ¿cómo demonios estaba tan bien informado? Los observó a todo y luego separó el teléfono su oreja bajo la extrañada y atenta mirada de todos, colocándolo en altavoz tal cual pidió su tío.
— Todos te escuchamos, Lezle. — Espetó Taehyung logrando que absolutamente todos dejaran lo que estaban haciendo para prestar completa atención.
Hoseok se tensó en cuanto escuchó su nombre, después de su partida, su progenitor le había escrito para saber si había llegado bien, si habló con alguien e. Incluso esa mañana le pidió perdón, deseando que su sueño hubiese sido bueno. No le respondió más que para decirle que sí había hablado con sus compañeros solamente. Ese era otro motivo por el que estaba tan preocupado, tanto como lo estaban aquellos que cerraron vínculo con él.
— ¿Qué deseas, Lucas? — Inquirió el Alfa de Alfa esta vez.
— Buen provecho a todos, perdón por interrumpir el desayuno, pero tengo entendido que es el único momento del día en donde todos están casi siempre reunidos. — El peli naranja tragó saliva y el resto se miró preguntándose lo mismo que Taehyung momento atrás. — Seré directo.
— Te lo agradeceríamos. — Musitó Jungkook sosteniendo la mano de su esposo porque sabía que ya estaba a punto de explotar. — Dinos de una vez el motivo de esta llamada.
— Una tregua. Rectifico... — Calló durante unos segundos. — Un cese a nuestra guerra. — La risa de Taehyung causó que todos lo miraran.
— ¿Esa es tu nueva? ¿Crees que de la nada creeremos que cesarás una guerra a cambio de nada?
— ¿Quién dijo que será a cambio de nada? — Espetó el Ksi con calma. — Después de tu ataque, es claro que lo menos que me apetece es dejarlos quieto, se metieron con lo más importante, lo único sagrado, mi hija. Saben que no ha muerto, Jeon lo hubiera sentido, por ende, sabrán que mi prioridad en estos momentos es ella. Para cuidarla, preciso tranquilidad, no una guerra.
El peliblanco iba a hablar, la mano de Jungkook en su muslo se lo impidió. Podía escuchar sus ruidosos pensamientos, no obstante, había que escuchar primero a Lezle para tomar una decisión cualquiera que fuera. Los impulsos no dejarían nada bueno, menos con ese Ksi.
— Prometo retirarme, dejarlos en paz a todo, pero necesito garantías. Deben asegurarme y confirmarme que absolutamente nunca, tocarán a mi descendencia. Ya sea Lia o cualquier otro hijo futuro, no quiero que me lo rocen ni siquiera con una pluma, no quiero que me los maltraten ni les hagan pagar por lo que yo he hecho. — Taehyung bufó, gruñó y resopló incrédulo, conteniendo todo aquello que quería gritarle.
— ¿Qué garantías tendríamos nosotros de que efectivamente te retirarás y no nos atacarás? En verdad, no creo mucho en tu llamada telefónica. — Esta vez la voz del Alfa de Alfas fue lo que se escuchó, igual de calmada que la contraria del otro lado de la línea.
— Por ahora, solo mi palabra, cuando tomen una decisión, entonces hablaremos de lo demás. Piensen si están dispuestos a ello, me comunicaré con ustedes en una semana, entonces hablaremos. — Terminó la llamada sin más, con sus ojos cerrados y su frente descansando junto a su pequeña loba. — Perdona a papá, bebé. Por no defenderte, por no castigar a quienes te hicieron daño. Te amo a ti tanto como a tu hermano, espero que nunca dudes de eso. Esta decisión es justamente por el bien de ambos, por tus hermanos, tus primos, sobrinos, tíos, por tu papá. Si tomo venganza por ti, dañaría a tus hermanos, esos cachorros que no quiero tocar, pero también a eso otro cachorro que llevé en mi vientre y ahora es todo un adulto. Esta es una oportunidad para que yo dé un paso atrás, por ustedes. Juro que siempre, los voy a proteger, a los dos. Después de esto, si solo se atreve alguien a rozarlos, conocerán todo lo que estoy guardando solo por ustedes.
En la mansión, todos se habían quedado en la mesa sin decir una palabra después de finalizar aquella llamada. Hoseok estaba pulcramente en silencio, su omega lo acariciaba por debajo de la mesa mientras Jimin y Namjoon miraban todo con sumo cuidado. No estaban seguros de que en esos momentos, ellos tenían una opinión que dar, se limitaron a esperar por los líderes. Taehyung se levantó de la mesa mirando en dirección al cuarto de los niños que seguían durmiendo mientras negaba en silencio con una sonrisa irónica.
— A mí me parece bien que no se toque a su descendencia. — Musitó Jin rompiendo el silencio. — Yo no tengo problemas con la niña porque es una inocente, nunca he estado de acuerdo en atacar a los niños, así que creo que eso es algo que podemos prometerle. Una guerra solo traería más pérdidas para todos y... — El Theta gruñó bajo logrando que el omega guardara silencio.
— Taehyung...
— No puedes estar comprando todo ese camión de mentiras que el trastornado de Lezle dijo. — Habló por encima de su esposo tratando de mantener la calma, no hablar solo por instinto e impulsos. — Nadie cambia de la noche a la mañana. ¿Después de lo que le hice a su hija? Es obvio que quiere mi cabeza en una estaca para asarla al carbón, ha matado a cientos por menos. ¿Realmente están sopesando la idea de que él esté diciendo eso en serio?
— En eso estoy de acuerdo, no creo que perdone el ataque a su única hija así sin más. — Mencionó Jungkook frotando su rostro. — Cuando dijo eso antes de todo lo ocurrido meses atrás, lo sopesé, no obstante, ahora, creo que es una trampa.
— Yo tampoco le creo. — La voz del Kappa atrajo las miradas, principalmente del Epsilon que la había evitado toda la mañana. — Lezle mató a nuestro padre, a mis dos padres. Nos cazó a mi hermana y a mí, buscó a Taehyung por años y casi lo atrapa. Como cualquier lobo completamente salvaje y sin el raciocinio humano que los licántropos tenemos, sometió a Jungkook de la peor manera, como se hacía antes. Sí, era legal, era normal incluso para nuestra especie que practicaba la licantropía, mas no significa que esos actos estuviesen bien. Lo hacían con omegas, gammas, phi y ksi principalmente, pero eran abusos que logramos abolir, que el propio Jeon terminó de erradicar lanzando leyes contra esto. Los actos de mi hermano siempre han sido siniestros, no es capaz de amar, ni siquiera a su propia descendencia.
Sus compañeros lo miraron sorprendido, Taehyung lo señaló dándole la razón y el Kappa evitó mirar a los padres de sus hijos. Nadie ponía en duda todos los actos atroces que el descendiente del Ártico no presente cometió. No obstante, algo en el peli naranja se sintió mal.
— A eso deberíamos agregar, que no es justo que después de tanto joder, aunque lo que diga sea cierto, Lezle se vaya sin más, sin pagar todo lo que hizo. Si lo hacemos pagar como corresponde y dejamos viva a su descendencia, esta sí o sí querrá vengarlo. No estaremos tranquilos nunca. Yo sé que nadie quiere tocar a la niña, los comprendo, pero es necesario, por nuestros propios hijos. Son ellos o somos nosotros. — Comentó el Theta tomando asiento.
Todos callaron, parte de ellos comprendían el pensamiento de Taehyung, mas seguían pensando que irse contra la cachorra no era el camino a seguir. Decirle esto al Theta, era volver a perderse en una discusión, por eso todos lo estaban pensando. Jungkook tenía en claro su posición, mas esperaba escuchar a los demás, evaluar la posición de todos porque quizás él era quien no estaba viendo las cosas con claridad.
— ¿Por qué nunca le creen a Lezle? ¿Por qué nunca lo escuchan? — La primera pregunta proveniente del que casi todos aún creían beta fue baja, la segunda, llegó más segura, elevando su mirada para observarlos, notando como todos lo miraban estupefactos. — Yo sé que Lezle es un hijo de puta, sin embargo, siempre ha sido claro con sus objetivos. Nunca ha mentido, no da vueltas, va por lo que quiere sin esconderse, no le importa lo que el resto opine. Entonces, me pregunto, por qué cuando dice algo no le creen si hasta donde he visto es de todo menos un mentiroso.
— ¿Porque es Lezle? Es la bestia que incluso obligó a su hermano a tener sexo. — Espetó Taehyung con obviedad.
— Nunca lo ha negado, todos lo sabemos, está jodidamente mal de la cabeza, pero dos cosas ha demostrado hasta ahora, no miente y no le gusta tocar a los cachorros. Que diga que no quiere hacer un ataque, es algo positivo y no veo la razón por la que no puedan darle el beneficio de la duda y conversar. Corea del Sur y Norte siguen en guerra, pero se hizo una tregua que hasta día de hoy se ha respetado. Podríamos hacer lo mismo por el bien de todos. Siendo obstinados, sin querer ceder cuando él ya dio el primer paso, no nos cuesta nada evaluarlo, conversar y luego tomar una decisión.
— ¿Conversar qué? Él claramente nos dijo ya lo que "planea". Una conversación podría ser una trampa que salga muy cara. — Habló Taehyung algo molesto por la forma en que Hoseok hablaba y lo miraba, como si el Theta estuviese tan loco por una matanza como Lezle.
— Solo digo que él nunca ha mentido, es directo en sus ataques y siempre que quiere, llega. No es alguien que tantee las aguas, deberías solo pensar lo que dijo. Aunque parezca loco, una parte de mí confía en sus palabras porque yo... — Sus palabras se interrumpieron cuando ambos de sus compañeros apretaron sus muslos.
Ambos pudieron ver que Taehyung estaba molesto, después de esa conversación con Lezle, estaba intransigente. Supieron que Hoseok planeaba revelar en ese preciso instante que era su hijo y no era el momento.
— ¿De qué lado estás? — Preguntó Taehyung frunciendo el ceño en su dirección sorprendiendo todos. En su mente seguía dando vuelta el hecho de que Lezle supiera tan bien sus movimientos, una rara idea estaba pasando por su cabeza que cada vez tomaba más forma. — ¿Quién eres? — Cuestionó caminando rápidamente en dirección del epsilon. — Dile la verdad a tu líder porque si no te juro que no sobrevivirás el día de hoy.
Tanto Seokjin como Yoongi intentaron intervenir, pero su compañero les gruñó para que se sentaran, mirando directamente a su Luna a los ojos. Vio aquellas irises cambiar de color, queriendo callar, pero actuando completamente diferente.
— Yo soy Jung Hoseok. — Los ojos del Theta se estrecharon. — Un Epsilon... — Todos lo miraron sorprendido sin comprender muy bien sus palabras. — Soy hijo del antiguo Alfa Bul y Lezle.
Yo les pregunté por todos lados si preferían que dividiera el final o no y la mayoría prefería esperar a que lo tuviera completamente escrito. Iba a hacerlo así, el problema es que en estos momentos, estoy bloqueada y sin muchos deseos de escribir, carezco de inspiración desde lo sucedido con mis historias.
La otra parte del final aún no se termina, está en proceso de desarrollo y no sé exactamente cuánto me tome aunque quiero hacerlo pronto. No quiero que sea un desastre, por lo que me estoy tomando el tiempo necesario para redactarlo. No obstante, tampoco quería mantenerlos tanto tiempo a la espera de una actualización. No me estoy excusando, solamente quiero explicarles el motivo por que cual, en estos momento estoy compartiendo solo la primera parte del final.
Como siempre, espero que haya sido de su agrado.
LORED
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Ayer he finalizado INDIGO. Quienes quieran darle un vistazo o leerla, pueden ya hacerlo sin esperas. 💜
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