— Mi amor, vamos a buscar a los niños al piso de abajo, no es que vayamos a salir de la casa. — Mencionó Jungkook viendo como Taehyung seguía sacando ropas en su vestidor. — Ponte cualquier pantalón y vamos, puedes incluso venir en pijama. — Taehyung le gruñó y el alfa solo pudo rodar sus ojos saliendo de su habitación para esperarlo en el sofá.
— ¡Puto pantalón de los mil endemoniados malditos demonios, carajo! — Gritó sacando sus garras para romperlo y quitarlo de su cuerpo con furia. — ¡Te dije que debías dejar de darme tanta maldita comida! ¡Casi nada me sirve, casi nada! Todos los malditos días es lo mismo.
— Por la Diosa Luna, amor, mañana reanudamos las actividades físicas, eso lo bajas en una semana. — Habló Jungkook, pero aquello no animó al peliblanco que optó por su pijama. — ¿Quieres ir de compras mañana?
— Sí. — Fue todo lo que dijo.
Debido al precalentamiento de Jin, estaban seguros de que esa noche entraría en celo, cada vez el olor a magnolias era más fuerte y esto tenía a ambos de sus compañeros listos para cumplirle. Jin había estado muchas veces con ellos, pero ese sería el primer estro que pasaría con ambos porque antes era Jungkook quien lo ayudaba sin faltarle en cada uno de estos, luego debido a todo lo ocurrido pasó el último solo.
Una vez que la pareja líder concluyó de copular en su forma de lobo y recobraron los sentidos, Jungkook pudo sentir que su destinado estaba entrando en celo. Conversándolo con su esposo, ambos acordaron quedarse por completo con los niños en su parte de la mansión hasta que el estro del omega culminara.
— ¡Papá! — Gritó Jisung lanzándose hacia Taehyung aunque todos hubieran creído que iría hacia su padre. — Hola, Tae.
— Hola. — Sonrió algo comedido y Jungkook se dio cuenta de esto.
Sabía que el menor estaba un tanto estresado, entre la reorganización de las manadas, toda la adrenalina que sacaron ese día y su molestia por haber subido de peso, este no estaba del mejor ánimo. Fue por esto que le abrió las manos a su hijo para jugar con él y así bajarlo de Taehyung.
— ¿Podemos ver televisor? — Preguntó Ryujin en cuanto estuvieron en la habitación de ellos, recibiendo un asentimiento por parte del alfa.
Rodeando la cintura de su esposo, lo alejó del cuarto para salir a una de las terrazas, besando calmo su cuello, luego sus labios. Cuando volvió a sentir que el Theta se relajaba entre sus brazos, suspiró aliviado y lo giró para enfrentarlo.
— ¿Todo bien? Veo que estás algo estresado con todo lo que está pasando y no te culpo. Si quieres tomarte tu tiempo puedes hacerlo.
— ¿Qué quieres decir con eso? — Enarcó una ceja antes de volver a atrapar sus labios.
—- Que sé que no estás de ánimo para lidiar con niños también ahora, es entendible. Solo dime si estás cansado, yo soy su padre y quien se tiene que encargar de ellos, tú puedes irte a descansar. — El peliblanco frunció su ceño mas no le respondió, solo lo besó antes de caminar al interior de la casa para ir directamente a su habitación.
Jungkook suspiró creyendo que tal vez su comentario había hecho enojar a Taehyung, mas cuando entró a su habitación, vio a este acostado con los mellizos utilizándolo como almohada, viendo los tres el televisor. No pudo evitar sonreír ante la imagen porque justo ahí, estaba todo lo que él amaba.
Cuando se alejó a su oficina para terminar de organizar algunas cosas, no pudo concentrarse. Podría jurar que había percibido desagrado de parte de su esposo cuando este cargó a su hijo. Sabía perfectamente que su Theta también quería a los cachorros, lo demostraba cada día y por eso se sintió mal de haberle sugerido que no tenía que quedarse con ellos tres durante esos días si no quería. Temiendo durante cortos segundos que algo no estuviese bien, pero simplemente no lo pudo evitar.
Agitó su cabeza eliminando sus pensamientos, procurando enfocar su mente en el trabajo para regresar con prontitud con sus lobitos antes de que estos se durmiesen.
+++
Era deliciosa la sensación de las manos de Hoseok limpiando su cuerpo mientras ambos estaban sentados en aquella tina. Durante sus estros, el sentido del olfato de Jin, al igual que con la mayoría de los licántropos o lobos, este mejoraba y era increíble sentir como incluso el aroma del beta era mucho más potente, eso sin contar el aroma del Kappa.
Todavía recordaba la primera vez que el élder se apareció en donde el beta y él estaban. El susto que se llevó, el gran miedo que lo recorrió de pies a cabeza. Él ni siquiera sabía de su existencia, para él, todo lo que había en la vida de Hoseok era Namjoon, porque fue por ese que lo vio llorar incontables veces. Esa fue la pareja que le conoció, una de las cosas que los unió, tener en común un amor no correspondido por sus esposos.
Si le tocara recordar el momento exacto en el que los tres se fueron alineando, no podría decirlo con seguridad. Con un instinto natural, lejos de terminar molestándose y perdiendo los estribos, el Kappa guio aquel primer encuentro de tres. Lentamente se fueron complementando más hasta llegar a donde estaban en ese momento.
Si bien a Jin fue a quien más le costó o costaba volverse uno con esos dos dejando de lado toda preocupación, no podía negar que sentir sin palabras el amor que le profesaban lo llenaban de dicha. Su corazón fue consolado y restaurado con la ayuda de ellos. No se percató del momento en que su alma comenzó a trenzarse con las otras dos.
Por eso ahora, esos brazos que lo abrazaban y hacían el agua correr por su cuerpo febril, esos aromas entremezclados que llenaban toda la habitación y baño, eran su casa, su hogar. Tenía la certeza absoluta que ahí pertenecía, ellos eran lo que por tantos años pidió en silencio.
Min Yoongi había acordado unírseles en el baño, pero estaba tardando, tratando de comprenderse a sí mismo. Sus estros se volvieron un poco irregulares desde que salió de aquella prisión en donde Lezle lo mantuvo por tanto tiempo. Siempre fue regular y él podía aún impulsar su propio estro, pero desde que dejó de recibir toda la mierda que su hermano le metía, sus épocas de reproducción se volvieron un poco irregulares.
Tenía cierto miedo porque aquel que pasó con Hoseok fue un tanto complicado, él perdió sus estribos y control volviéndose bastante salvaje, llegó a lastimarlo un poco. No obstante, el beta pudo soportarlo bien, pero tenía miedo de Seokjin. Temía ahora que el celo de su omega estaba despertando su estro. ¿Lo peor? Estaba despertando de forma doble. Como Kappa, él podía entrar en rutina y celo, mas muy extraña vez estas cosas ocurrían juntas como le estaba sucediendo en ese momento. Podía sentir la necesidad creciente de reclamar y ser reclamado.
Ese momento no se trataba de él, tenía que ser única y exclusivamente de Seokjin, pero la naturaleza le estaba jugando en contra. Suspirando y conteniendo sus garras, se sentó en el borde de la cama que los tres compartían. Temía, en verdad estaba asustado de sí mismo porque no quería dañar a sus compañeros. Tal vez, lo mejor sería que Hoseok ayudara a Jin mientras él se aislaba en el búnker hasta que su estro pasara.
El beta y el omega levantaron la mirada con una sonrisa cuando lo sintieron acercarse, ambos arrugando su frente perfectamente sincronizados al ver su rostro. El omega se acomodó, Hoseok le siguió.
— ¿No piensas meterte con nosotros?
— Ah, eso... — Rascó su cabeza. — Me temo que no, lo siento. — Se disculpó desde la puerta observándolos, deseando unírseles, mas cada vez que inhalaba los olores de sus compañeros esto hacía que todo él gruñera. — No podré estar presente en este celo, mi magnolia, pero prometo hacer todo lo posible para poder acompañarte en el próximo. Este será mejor que lo pases solo con Hobi yo deberé...
— No. — Sentenció Jin — Puedo oler que estás entrando en estro igual que yo, supongo que te estoy impulsando y tienes tanto derecho como yo a ser consentido y ayudado por tus compañeros, pero no puedo permitirte que te exilies solo.
— Amor, es peligroso. — Con el beta, él siempre discutía, con Jin también quería hacerlo, mas con solo mirarlo, con solo levantar el dedo en su dirección, le hacía callar con algún tipo de magia desconocida que solo el omega dominaba.
— Somo dos, creo que entre ambos podremos soportarte. Además, seré fuego puro, quizás después de mi celo me lo sienta, mas mientras dure, puedo soportar todo. — Pudo ver la negación perenne en la mente de Yoongi, quizás se encontraba desvariando, mas juraba que podía sentirlo en su pecho como si se hubiesen unido, como si él fuese su destinado aunque bien sabía que no era así. — Ven.
El castaño negó, dándose la vuelta para alejarse, causando que Jin automáticamente se pusiera de pie. Resbaló un poco, las manos de su beta fueron el sostén que lo mantuvo erguido mientras también se levantaba. Mojados, con precaución, ambos caminaron a gran velocidad, cerrando la puerta que Min recién abría.
Hoseok se posicionó sobre la puerta, llevando el cuerpo de Yoongi entre el omega y él. Claro que escucharon el gruñido de advertencia que se les fue dado, podían sentir el cuerpo del Kappa temblar, pero ninguno se apartó. Aprovechando los centímetros que le sacaba, Jin tomó su rostro obligándolo a mirarlo, sin hacer nada más que eso, verse.
— Confiamos en ti. — Musitó acariciando sus pómulos.
— Confiamos en ti del mismo modo en que siempre has confiado en nosotros. — Esta vez fue el peli naranja quien habló, besando su cuello. — Permítenos sostenerte y apoyarte en esto como tú nos apoyas en todo, como siempre nos sostienes.
Por encima del hombro del kappa, los otros dos buscaron unir sus labios, sintiendo la fija y enamorada mirada de Yoongi perforarlos de deseo. Cuando se separaron con un leve chasquido, el omega buscó deseoso los finos labios del mayor de los tres. No permitió que se desesperara, lo obligó a seguirle un tortuoso ritmo lento, tanto, que para el momento en que Jin se animó a enroscar sus lenguas con un poco más de lascivia, ya Yoongi se había rendido, entregado por completo a sus toques.
Hoseok casi los separó, calculó el tiempo exacto para desde atrás, utilizar la mano aferrada a la nuca del más bajo para girar su cuello y besarlo. Su beso también inició parsimonioso, carente de cualquier obscenidad o deseo lujurioso, era el momento de dejar su mente en blanco, embaucarlo como lo estaba haciendo mientras los tres caminaban ya casi secos hacia la cama. Sus cabellos evidentemente seguían mojados, a veces algunas gotitas caían refrescando esas pieles que ardían de deseo.
— S-Si pierdo el control al punto en que no puedan controlarme... — Ambos intentaron silenciarlo, mas el mayor continuó. — Esto es importante, si notan que comienzo una metamorfosis y no pueden regresarme a mi forma humana, busquen a Taehyung, solo él podrá regresarme, no intenten combatirme, por favor.
— Lo haremos.
— Lo prometo. — Agregó Hoseok. — Pero sabemos que no va a ocurrir, no hoy, tampoco durante el estro de ambos. — Yoongi asintió alternando su mirada entre uno y otro, sonriendo agradecido. — Vamos a colmar de amor a nuestro omega.
— ¿A dónde van? — Preguntó Seokjin cuando los vio ir hacia él. — Mientras tenga la cordura suficiente, estoy al mando. Harán lo que yo quiera. — Decretó dándoles una mirada desafiante que ambos adoraron ver. — ¿Problemas con eso?
— Ninguno. — Se apresuró a decir el beta llevando la mano a su frente para saludarlo como si fuera un soldado saludando a su general. Como si él fuera uno de los hombres de confianza del Gran Jefe, Kim Seokjin.
— ¿Qué deseas? — Indagó el mayor que se encontraba amasando el trasero del peli naranja sin notarlo. La mirada de Jin por el otro lado, sí captó eso. — Bebé...
— Quiero verlos, tengo deseos de admirar como vuelves a nuestro Hobi nada, quiero tocarme viéndolos. — Los otros dos se rieron, acercándose al omega serio que accedió a besarlos antes de acomodarse en la cama. — Los estoy viendo. — Terminó de decir apoyándose al respaldo, dejando que sus manos vagaran por su propio cuerpo.
— Esto es injusto, yo quería darle a ese culito. — Protestó el Beta casi haciendo un puchero.
— Lo harás, más tarde, pero lo tendrás todo para ti. — Habló bajo Min, tirando de sus hebras anaranjadas para bajarlo a su nivel con fuerza, apresando su labio inferior entre sus dientes, dejando que su lengua también lo rozara sin liberarlo.
Como ocurría bastante seguido, ambos se perdieron en una lucha de poder entre besos. Sus manos agarraban sus traseros, apretándolos, masajeándolos e incluso nalgueándolos hasta que el Kappa decidió que era suficiente, empujando al menor sobre la cama. Jin rio ante esto, amaba cuando eso sucedía aunque muy pocas veces pudiera ser un espectador entre sus licántropos porque estos siempre se lanzaban a agasajarlo con besos y caricias, no se podía negar tampoco a eso.
Ahora en cambio, amaba ver con detenimiento como esa poderosa y prodigiosa lengua de Min se disponía a torturar de la manera más deliciosa el trasero del beta que ellos amaban. Hoseok se había acostado completamente en la cama, aferrándose a los bordes de esta mientras el castaño lo elevaba escasos centímetros del colchón, abriendo prominentemente cada cachete.
Aunque no estuviera observándolos, Jin hubiese adivinado el momento exacto en que la humedad de la boca del Kappa entró en contacto con la zona más escondida del cuerpo de Hobi. Como el peli naranja empuñó sus manos apoderándose de la sábana, como su cabeza buscaba fusionarse con el colchón, el gruñido que ambos dejaron escapar, la intensificada presencia de las feromonas de ambos y por si fuera poco, el propio cuerpo del omega reaccionando a esto.
Nunca se imaginó ser capaz de presenciar a su licántropo con alguien más, que en su camba la palabra par no existiera. Sin embargo, actualmente creía que él bien pudo ser creado para eso. Jamás fue amante de los videos pornográficos que circulaban en muchas páginas, estaban carentes del afecto real que necesitaba, de la química que precisaba presenciar, pero ahora podría fácilmente convertirse en voyerista exclusivo de esos dos. ¿La mejor parte? Eran suyos, solo él los contemplaba y había tenido la dicha de ser adorado por ellos.
Los gemidos que llenaban la habitación cambiaron de color cuando la lengua fue ayudada por dos dedos que se dieron el tiempo de estiras cada pared interna, de ir decididamente a ese lugar que contrajo y arrancó un grito de Hoseok.
Las manos del omega acariciaban su propia erección, trayendo de vez en cuando esa secreción con olor a magnolia que corría por sus muslos y humedecía la cama. Tuvo que morder su labio con fuerza viendo como Yoongi se acariciaba llenando de besos y mordida la espalda del Beta que comenzaba a removerse augurando lo que estaba por venir.
— Entraré de una... — Avisó el Kappa cerca del oído del peli naranja mientras miraba descaradamente a su omega.
— Siempre has sido un bestia, para qué avi... sas... — Hoseok siseó mientras Jin reía por la situación, era tan divertido como excitante. — Maldito Kappa.
— Te amo, Beta. — Musitó tan bajo que de haber sido humanos, los otros dos no hubieran escuchado.
Yoongi se afincó casi sentado en su totalidad a los glúteos de Hoseok, elevando su mirada para ver como el omega frente a ellos se movía sobre la cama para tener un mejor ángulo de lo que estaba sucediendo. El movimiento inicial carecía de apuro, dejaba que su miembro y el interior del beta se saludaran cordial mente, fundidos en calidez, ajustados, apretados.
Sus manos tintinearon por su espalda, los costados de su cuerpo, vagando mientras dejaban caricias regadas. Cuando se aferraron a sus hombros, toda la situación cambió, Hoseok se apretó, Yoongi gruñó antes de comenzar a colisionar feroz y fervientemente su pelvis con aquel trasero que elevó hasta que el menor se apoyó sobre sus rodillas y codos.
Los tres gemía, todos estaban perdidos en ese momento en el que dos estros terminaban de incubarse, en esas acciones que producían sonidos bastante vulgares, pero excitantes.
Cuando el élder del Ártico volvió a mirar a Jin, se quedó tan ensimismado en la escena que sus movimientos se desordenaron por segundos. La mirada del omega estaba centrada en una zona específica. Su labio inferior dominado por sus dientes, con su mano derecha apretando su propio pene mientras sus caderas iban al encuentro, imitando e igualando las embestidas del Kappa.
— Bebé... — La mirada del omega buscó el rostro de un Hoseok perdido y luego el del mayor que lo observaba. — Ven aquí, relévame.
Al escucharlo, Seokjin dejó de tocarse un poco confundido, negando asustado. Él no podía hacer eso, era un omega sin experiencia en esa área.
— N-No puedo, yo no he... Nunca... Es decir, n-nunca he hecho eso antes. — Respondió mirando la mano que lo buscaba para acercarlo a un beso.
— Nunca lo has hecho porque no tuviste la oportunidad y con nosotros siempre asumiste el mismo rol por decisión propia, pero si te apetece intentarlo, si te gusta como veo que lo hace, puedes unirte a mí para hacerle el amor a nuestro beta desde esta posición. — Sonrió entre besos, llevando la mano que sostenía si mejilla a la nuca para obligarlo a mirar desde ese ángulo la forma en que se perdía en el interior de Hoseok.
— No sé qué hacer. — Agregó sin mirarlo, enamorado de esa vista nunca antes presenciada.
— Sabes lo que te gusta, eres un hermoso omega que exige en la cama todo lo que le gusta recibir. — El menor asintió y Yoongi sonrió instándolo para que acariciara a Hobi. — Puedes hacerle exactamente lo que te gusta que te hagan, tienes con qué.
Los ojos de Seokjin por alguna razón se aguaron, elevó la mirada para encontrarse con el Kappa que había ralentizado sus envites para abrazarlo y besarlo.
— Hobi, n-no te molestaría que y-yo... — Calló por cortos segundos cuando el Beta que se apoyaba en sus codos volteó la cara hasta donde pudo para verlo. — ¿Aceptarías que yo entre en ti?
— Por supuesto que aceptaría que mi omega me haga el amor de todas las formas existentes. — Le regaló una sonrisa tan brillante que iluminó todo el interior del omega.
Esa era una experiencia nueva, antes de Jungkook y después incluso que empezó con él, los alfas tendían a olvidar que los omegas tenían un pene idéntico al de ellos, completamente funcional. Bueno, carecían del nudo, pero por lo demás, eran casi idénticos, sentían placer como ellos en esa zona aunque muchos lo vieran como figura decorativa o lo estimularan muy brevemente solo para potenciar su orgasmo al final. Simplemente se había acostumbrado y olvidado de eso, al menos hasta ahora que su Kappa pudo descifrar el deseo en su mirada.
— Déjame sentirte, bebé. — Lo instó el beta.
¡Feliz día del amor y la amistad para todos!
Quería compartirles el trailer de esta historia YoonMinJoon que tengo terminada y estoy subiendo en mi perfil. Si a alguno le interesa o le dan una oportunidad, espero que les guste.
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Quienes la leen seguromanete notaron las referencias en este capítulo jejeJej. Amo dejar referencia de una historia en otra. En fin, los quiero mucho, manténganse saludable.
LORED
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