Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 49

— Creo que Taehyung está molesto conmigo... — Musitó Jungkook aún sosteniendo su teléfono mientras miraba a Namjoon.

— ¿Te vas a poner así por una llamada? ¿Qué pasó, que me lo tienen tan controlado y bien portado? — Jungkook le lanzó un cojín que el alfa peligris esquivó con una sonrisa mientras se sentaba en la habitación de hotel que apenas una hora antes comenzaron a compartir. — Ya, hablemos en serio, ¿qué hiciste para que se moleste contigo?

— ¿Por qué tengo que haber hecho algo? No hice nada... — Calló pensativo... ¿Había hecho algo sin notar que su pareja se molestaría? — Creo que no hice nada.

— ¿Crees? — El pelinegro asintió ladeando un poco su cabeza rápidamente mientras pensaba. — No te rompas la cabeza ahora con eso, cuando hablen más tarde simplemente pregúntale, convérsenlo. No resolverás absolutamente nada haciéndote escenarios ficticios en tu cabeza, lo mejor siempre es dialogar las cosas.

— Tienes razón. — Asintió dándole otra mirada a su celular. — Bueno, llamaré a mis cachorros, los extraño mucho y no pude hablarle antes de irme.

— Mándales saludos de mi parte a ellos y a Jin.

Jungkook lo miró con una sonrisa ladeada, antes de asentir e irse a la habitación para hablar con ellos, no sabía lo que esos loquillos le pediría que hiciera. No le importaba, pero como se estaban dando las cosas, no tenía deseos de darle material a Namjoon para molestarlo en las próximas horas.

— ¿Qué pasó que luces tan agitado? — Indagó Jungkook preocupado en cuanto vio al rubio sudado, corriendo por los pasillos de la casa. — Seokjin.

Estábamos entrenando, tus hijos tienen una energía y fuerza que no parecen tan cachorros. — Su agitada respiración le dificultaba un poco el hablar, pero su sonrisa bastó para que el pelinegro se relajara. — ¿Todo bien por allá?— Un asentimiento llegó mientras Jin caminaba más calmado hacia sus hijos. — Papá al teléfono.

Papi, le gané a Jisung. Hice lo que me dijiste, estudié sus movimientos y resistencia, después de veinte minutos empieza a cansarse y se vuelve más lento porque arranca con demasiada fuerza y se debilita más rápido. Yo en cambio, comienzo un poco lento y voy volviéndome más ágil según mi cuerpo se va calentando, cuando él se cansa, yo estoy más fuerte. — Se vanagloriaba Ryujin con una sonrisa, ignorando el avergonzado rostro de su hermano. — Todo fue como dijiste papá.

L-Lo siento. — Se disculpó Jisung jugando con sus dedos, cabizbajo, acercándose cuando Jin acarició su espalda para que se acercara. — Me dijiste que debía controlarme, pero pensé que como ella estaba lenta, si usaba toda mi fuerza al comienzo acabaría todo rápido.

— No lo sientas, debes aprender de esto y saber que nunca puedes subestimar a tu enemigo por muy débil que parezca. Quien menos te imagines puede sorprenderte y tú, ustedes, deben estar siempre alerta. — Jungkook le dio un guiño a su exesposo mientras este sonreía alegre al ver a sus hijos hablando con su alfa. — Dejen que papá ponga la cámara en un buen lugar, quiero que me muestres el ataque a sus patas como les enseñé. El ganador se libra de recoger su habitación una semana.

Ambos se transformaron a gran velocidad entre tiernos gruñidos y un omega que rodó sus ojos porque los incentivos de Jungkook no siempre eran de su agrado, justo como ese. Sin embargo, no era tan descabellado. Miró fijo al alfa que le dio una sonrisa idéntica a la que sus hijos utilizaban para comprarlo y no pudo hacer más que negar mientras sonreía acomodando su teléfono en un lugar del salón que le permitiera a Jungkook ver bien.

+++

— ¿Puedes dejar de dar vueltas en la cama? — Preguntó Hoseok apoyándose sobre su codo izquierdo para verlo resoplar mientras miraba hacia el techo de la habitación. — ¿Vas a decirme qué te ocurre?

— Ya te lo dije, estoy preocupado, algo no se siente bien.

— ¿Qué no se siente bien?

— Sé que me has dicho que por momentos me vuelvo paranoico, que todo está bien con Seokjin, Jungkook y Tae, pero no puedo estar tranquilo. Huelo el peligro y lo siento asechando. A veces sueño cosas que me cuestan descifrar. Nunca supe que sería el élder del Ártico, apenas aprendí algunas cosas generales, no me preparé para este puesto. Eso ligado a que por años ni siquiera supe que seguía vivo porque mi mente junto a mi cuerpo estuvieron apagados y desconectados. A veces no sé si lo que tengo son premoniciones, simples sueños, pesadillas o recuerdos porque todo se mixtura de forma que me resulta extremadamente confuso.

Sin decirle nada, el licántropo de cabello naranja se acomodó utilizando el pecho de Yoongi como almohada, recibiendo automáticamente un abrazo con su mano izquierda. Su corazón estaba agitado, pero había descubierto que cuando más perdido se encontraba su Kappa, la cercanía de ambos lo ayudaba a controlarse y relajarse, justo como en ese momento en que suspiró.

— Quiero ser de ayuda, aquí encerrado siento que no sirvo de nada, que me oxido constantemente. Me siento inseguro de mis poderes porque no puedo controlarlos, mientras yo pierdo el tiempo aquí, Lezle sigue progresando porque él nunca descansa. Aunque su cuerpo permanezca inmóvil, su cerebro no deja de trabajar, siempre maquinando algo nuevo.

— Has sido y eres de mucha ayuda para todos aún sin salir de aquí. Cuando salimos al encuentro de Jungkook, peleaste junto a nosotros con una fiereza pocas veces vistas y batallas a mi espalda son las que me sobran. De no ser por ti, el Alfa Mul, tu sobrino, todavía estuviese perdido en muchísimas cosas con respecto a su vida, lo ayudaste y con eso ayudaste a todos a comprenderlo porque pocos entenderían que muchas cosas de su comportamiento, por ejemplo, él simplemente no las puede controlar justamente porque es un Theta.

— Eso no es nada.

— Eso es muchísimo. Llegaste y nos aclaraste el mundo con tu conocimiento. De no ser por ti, no hubiésemos descifrado ya quién era Lezle y lo cerca que se encontraba a nosotros. Tu aporte es constante, cada vez que lo haces, salvas vidas sin siquiera intentarlo. Entonces, mi maravilloso Kappa, no digas más que careces de valor y que tu existencia aquí de poco sirve. — Espetó Hoseok serio, elevando la mirada para encontrarse con la contraria, notando esa leve comisura izquierda que se elevaba sin mostrar por completo una sonrisa. — ¿Qué me miras?

La mano que descansaba en la espalda del menor ascendió hasta su cabello, atrayéndolo medio camino al encuentro de un Yoongi que se inclinó para alcanzar sus labios con dominancia, entrelazándolos para así perderse en la vehemencia de su beso.

Los labios del castaño a veces parecían finas líneas, una boca inocente que escondía toda la capacidad que tras esta se encontraba. Esa fue una de las cosas que sorprendió al beta la primera vez que en un arranque de furia lo empujó y besó, encontrándose con una respuesta inesperada por parte del mayor que lo volteó y guió al ritmo que quiso. Abría bien su boca, no era nada tímido o inocente, su lengua tenía vida propia, arrancándole siempre gemidos a él que muchas veces era silencioso.

Justo como en ese instante en donde estaban perdidos en una lucha de poder que por momentos ganaba. Yoongi lo dejaba ser, pero también tiraba de las riendas con ímpetu sin darle una brecha para replicar. A diferencia de Namjoon en donde siempre iba abajo, Yoongi lo enloquecía con cambios radicales yendo desde la actitud más agresiva y dominante hasta la más tierna y sumisa aunque el mayor muchas veces no hablaba de estos cambios. Una dualidad que iba del cero al cien por momentos, algo que disfrutaba al máximo, consintiéndolo y dejándose consentir.

Tenían días en donde ambos se rehusaban a retroceder, donde Hoseok llegaba a asustarse porque su agresividad y fuerza poco debía envidiarle a un alfa. El mayor jamás usaba su voz de mando, pero la única vez que lo escuchó, no fue muy diferente a la reacción que sufría frente a Jungkook o Namjoon. Existían otros días en donde Yoongi necesitaba de un mimo diferente que jamás pedía o demostraba abiertamente, pero que él reconocía a la perfección.

— Yoongi... — Con respiración entrecortada y sus manos sostenidas por encima de su cabeza, el castaño se quedó paralizado, si pestañear siquiera. Sus ojos se tornaron verde, sus cejas blancas, luego, simplemente bajó sus párpados y gruñó. — Kappa.

— Levántate y vamos. — Todavía recuperándose de la intensa sesión de besos anterior, Hoseok se sentó confundido en la cama.

— ¿Qué fue eso? ¿Qué sucede? — Preguntó acomodándose una vez más la camiseta que llevaba puesta viendo al contrario ponerse unas botas. — No podemos salir ahora, no hay nadie aquí, si sucede algo...

— A ver, no necesito niñera, Jung. — Espetó mirándolo con seriedad. — Comprendo que me estén protegiendo y quieran cuidar de todos los pormenores debido a Lezle. Sin embargo, no necesito la autorización de nadie para moverme o dejarlo de hacer. Además, si no nos movemos, todos nos arrepentiremos.

— ¿Movernos a dónde?

— Necesitamos el helicóptero ubicado en la mansión Bul, tú lo volarás. — Hoseok arrugó su frente más confundido que antes. — ¡Levántate y vamos!

— ¿A dónde vamos? Ese helicóptero no despegar sin la autorización explícita de Jungkook. No puedo simplemente llevármelo, mucho menos sin saber qué sucede. — Comentó siguiéndolo al exterior de la habitación.

— Tenemos que ir a Jeju por Jin y sus hijos, tenemos que sacarlos de ahí y solo podemos ir nosotros, máximo un alfa más de repuesto que sepa volar por si algo sucede. — El corazón del peli naranja se detuvo por breves segundos en donde articulaba su boca, pero no salían palabras.

— ¿Están en peligro? ¿Cómo sabes? Deberíamos llamar a Jungkook ahora mismo si eso es así, nos matará si sabemos algo de sus hijos y no le decimos.

— Nosotros podremos salvar a nuestro omega y a sus hijos en caso de que algo realmente esté ocurriendo. Lo que están haciendo Jungkook y Taehyung en estos momentos es de suma importancia, dudo que exista una próxima oportunidad para ellos hacer lo que deben. De eso dependen muchas cosas, incluyendo en un futuro la protección de sus hijos y de ellos mismos.

— No estás entendiendo, se trata de los hijos de Jungkook, no calculas la gravedad del asunto. Si no me mató en el pasado, ahora lo hará sin dudarlo si algo le ocurre a sus cachorros.

— No lo hará si mueves tu jodido culo y los mantenemos a salvo. — Comentó controlando su molestia, terminando de ponerse una gorra negra y chaquetas del mismo color, combinado completamente hasta la mascarilla de negro.

Hoseok no era un creyente de ninguna religión humana, pero aun así se persignó y le lanzó un beso al cielo antes de terminar de vestirse tal cual lo había hecho su pareja para salir corriendo hacia su automóvil y salir en dirección de la mansión Bul.

Mientras besaba al beta, varias imágenes mixtas llegaron a Yoongi. Su hermano enfadado lanzando una botella al suelo mientras golpeaba a alguien. Un gran número de hombres entrando a una casa que desconocía hasta que la imagen de Seokjin invadió toda su visión al verlo desesperado en busca de sus hijos. No sabía si eso pasó, estaba pasando o pasaría, cualquiera que fuera el resultado, no se quedaría sentado esperando. Preferiría disculparse con Jungkook a permitir que algo le ocurriera a su omega.

No iba a negar que el esquema de protección que utilizó todos esos años fue genial, pero habían cometido muchos errores y ahora, los niños estarían más seguros con todos ellos alrededor cuidándolos, que completamente solos en aquella isla.

Llevándose varias armas junto a otro piloto, Hoseok y él tomaron el helicóptero para dirigirse a Jeju a toda prisa. Yoongi intentaba concentrarse, volver a ver esas imágenes tal vez le ayudarían en algo, pero estas no se repetían, lo único que podía hacer era rezarle a la Diosa Luna para que no permitiera que algo les ocurriera a esos niños, que les permitiera llegar con bien, necesitaban salvar a su omega si todo eso realmente estaba pasando o evitar que sucediera en todo caso.

— Les dije que no salieran mojados del baño, miren como me acaban de dejar el piso que hace nada se limpió. — Vociferaba Seokjin molesto, siguiendo el rastro de sus hijos mientras con el pie y una frazada pasaba secando el agua en el suelo. — Vístanle de una vez, no se los pienso volver a repetir. Tienen hasta tres y voy por dos.

Esas malas manías que ellos habían adquirido del alfa que los ayudó a crear, las odiaba. Él no era así, tal parecía que habían escogido de cada uno lo peor. Tercos, voluntariosos y desordenados como Jungkook.

Los mellizos se miraron divertidos, pero serios, apresurándose antes de que su padre perdiera la paciencia porque a ninguno le gustaba cuando eso ocurría y Jin en lo profundo de su pecho lo agradeció. Una vez que se aseguró que se estaban vistiendo, secó lo que quedaba mojado en la habitación y regresó al baño en donde recogió toda la ropa que quedaba en el suelo. Estaba a punto de comenzar a desvestirse cuando todas las alarmas de la residencia se activaron y una fuerte explosión se escuchó.

Siempre protestaba cuando Jungkook lo obligaba a entrenar a él también, nunca creyó que realmente algo así sucediera porque, después de todos nadie sabía de ellos. Si se enteraban, seguían siendo la familia del Alfa de Alfas. Sin embargo... Estaba pasando.

Del espejo del baño que quebró sacó una pistola con un cartucho de repuesto antes de salir corriendo al cuarto de los niños, encontrándose con sus caras llorosas mientras estaban agachados en el suelo. Jisung abrazaba a su hermana de forma protectora, susurrándole que todo estaba bien a pesar de que él se encontraba igual de asustado, llorando hasta que vieron a su padre entrar.

— P-Papá... — Los dos hablaron a la vez, sintiendo el olor de todos los licántropos que estaban invadiendo su casa.

— Vamos, rápido. Los quiero cerca de mía corriendo en su forma humana a toda la velocidad que puedan.

— Papá dijo que si algo así ocurría deberíamos transformarnos, somos más ágiles y rápidos. — Ryujin habló.

Jin por varios segundo lo sopesó, en la casa no era tan buena idea que se transformaran, sin embargo, cuando por la ventada vio como hombres seguían llegando por todos lados, asintió, permitiendo que los cachorros se transformaban mientras él seguía como humano para poder al menos disparar. Contra tantos hombres las balas eran más efectivas que sus mordidas.

Todos corrieron hacia el túnel subterráneo, notando que eso había sido lo que explotaron, esos mal nacidos habían descubierto absolutamente todo y esto hizo que por momentos Seokjin se trocara asustado.

— ¡Corran hacia el patio! — Gritó disparándole a dos hombres que se acercaban, escuchando los chillidos de sus bebés asustados. — ¡Ahora! — Ordenó cuando estos se detuvieron.

Ellos lograron salir al patio, no obstante, este estaba totalmente lleno de hombres que ni siquiera las balas de Seokjin lograrían derribar. Los tres estaban acorralados y, ante esto, todo lo que el omega pudo hacer era transformarse para luchar hasta el final protegiendo a sus hijos. Como humano no duraría nada, eso fue todo lo que le quedó cuando el gatillo que presionaba solo hacía sonidos sordos avisándole que noqueaban municiones.

Cada hombre que se acercaba era atacado por un furioso omega en defensa de sus crías, aunque no siempre podía mantenerse activo. Por esto, cuando dos sujetos lograron someterlo en el suelo para inyectarlo y sedarlo, los cachorros se lanzaron como Jungkook les había enseñado directamente al cuello de ambos, logrando matarlos casi al instante, dándole a Seokjin una brecha para escapar de ellos.

No era suficiente, dos abajo, casi veinte hombres quedaban rodeándolos, listo para sacar sus pistolas con dardos tranquilizantes. Gruñendo con sus caninos fuera del modo más rabioso, el lobo mayor daba vueltas en círculo alrededor de sus hijos, dispuesto a recibir él cualquier cosa que lanzara si con eso podía protegerlos un poco más.

El seguro de todas las armas se quitaron, la uniformidad en este acto hizo que todo se sintiera extremadamente alto y en cámara lenta para esos tres atrincherados lobos que pese a su miedo, seguían de pie.

Nadie previno el tiroteo que repentinamente se desató desde el cielo en el que muchos de los hombres de Lezle perecieron. Desde el helicóptero, Yoongi y Hoseok disparaban sin que este terminara de aterrizar, a una distancia prudente, el Kappa se lanzó transformándose, mientras con una metralleta el beta continuaba disparando.

Seokjin mordió el lomo de Ryujin, Yoongi el de Jisung, juntos corrieron hacia el helicóptero, cubiertos por Hoseok y el propio piloto que desde su sitio disparaba. Solo cuando todos estuvieron a salvo, el peli naranja se transformó y corrió a toda velocidad porque sabía que llegarían refuerzos, dando un gran salto hacia el helicóptero que velozmente se elevó.

Todos tuvieron que volver a sus formas humanas para poderse acomodar, los niños lloraban asustados y desconsolados abrazados a su padre. Temblando por toda la emoción que los estaba azotando, sin saber, que aún a la distancia, su otro padre estaba transformado y molesto sin saber por qué, solo ese extraño presentimiento y dolor en su pecho que el estar en peligro le provocó.

— Todo está bien, ya pasó, ya pasó, mis valientes cachorros, ya pasó... — Logró decir el omega que se mecía con lágrimas en sus ojos, temblando tanto como sus hijos, controlándose solo cuando Yoongi y Hoseok los abrazaron.

En Seúl, a varios kilómetros de aquel lugar, un furioso Ksi golpeaba cegado de la rabia a Xiao Dejun.

— ¡Los niños no se tocan! ¡Los cachorros no se tocan! — Gritaba cada vez que su garra descendía abriendo su piel. — ¿Qué parte de eso no entendiste? ¿Qué parte de que no se hace absolutamente nada sin mi autorización no entendiste, imbécil? — Escupiendo sangre, el chino Xiao cayó en el suelo mientras Lucas gritaba con fuerza al techo.

Él había estado tranquilo hasta que en un brindis, su amante le dijo que le tenía una sorpresa y que, lo más probable era que tendría al Alfa de Alfas en su poder antes del amanecer del día siguiente. Que él finalmente le daría el lugar que correspondía. Según sus pensamientos, era el mejor momento para atacar porque el alfa se encontraba viajando y esto hacía todo mucho más fácil.

Aunque en un comienzo Lezle lo tomó como una estúpida broma, escuchar que sin su permiso el beta decidió mandar a un gran número de sus hombres por la familia de Jungkook, lo había hecho lanzar la botella con la que se servía, antes de furioso levantarse y pegarle.

— Ellos no se tocan, los cachorros no pueden pagar de esa forma por sus padres. Eran mi última carta... ¡La última! Y ni siquiera los iba a tomar así, ¿sabes el trauma que tendrán en su maldita infancia por lo que acabas de hacer? Ni siquiera son adolescentes, cómo te atreves a matar a un niño como me mataron al mío. — Volvió a exclamar con lágrimas cayendo antes de golpearlo una última vez antes de que se desmayara. — ¡Ahhh! Solo estúpidos me tocan, solo imbéciles.

Peinando su cabello respiró profundo para volver a llamar a los hombres que Dejun había enviado, enfureciéndose por no obtener respuesta.

— No permitiré que nadie estropee mis planes, ni siquiera tú Xiao Dejun, por mucho que me gustes. — Con cierto asco volteó su cuerpo ensangrentado y cerró sus ojos. — Que lo encadenen y encierren. — Mandó a uno de sus hombres, ese que permanecía en silencio a un lado mientras el Ksi se desahogaba. — Tengo que pensar, tengo que jodidamente pensar porque esto jode absolutamente todo.

¡Hola por aquí!
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro