Es la primera vez que Sooyoung ha pensado todo el día en una misma persona, sin saber, quien es esa persona. Solía tirar las cartas luego de leerlas, o como todas llevaban nombre las devolvía para no causar un malentendido, pero ¿a quién debía entregarle esa carta ahora?¿Que hacía con ella? Y obvio la pregunta que ha estado todo el día en su cabeza: ¿Quién fué la persona que envió esa carta? Sooyoung sabe que es una chica y de su grado, pero no sabe quien de todas podría ser.

Intentó ver algunos nombres pero a la mitad ni siquiera las conocía, así que era un problema. Ahora debía prepararse para las pruebas, al ser capitana del equipo tenía la obligación de asistir y también daba su opinión a la hora de elegir nuevos miembros para el equipo. Aunque ese día solo quería irse a casa, no había visto a Hyeju, y era obvio que no preferiría irse con ella por cuenta propia, entonces no tenía que preocuparse por ello.

Caminando por los pasillos vio a una chica tarareando una canción, tenía una linda voz, ella se encontraba guardando varias cosas en su casillero y no se dió cuenta de que habían caído unas hojas del mismo por ella estar revisando con la mitad de su cuerpo casi dentro del casillero. Sooyoung se acercó con una sonrisa recogiendo los papeles del suelo. "Hey, se te ha caído esto". La chica al escucharla salió rápidamente del pequeño espació golpeándose la cabeza con el techo del casillero, la de fleco se quejó recién conectando miradas con la más alta.

Sooyoung creía haberla visto alguna vez, no sabía su nombre pero su cara le resultaba conocida. "¿Estás bien?¿Te has golpeado muy fuerte?" Sooyoung estiró su mano libre hasta tocar la parte trasera de la cabeza de la más baja.

Kim Jiwoo no podía creer lo que estaba sucediendo, rápidamente se quitó del tacto con el corazón desenfrenado y las mejillas rojas. "Y-yo... estoy bien, n-no pasa nada". Rió nerviosa. Sooyoung rió bajo asintiendo. "Okey, solo te quería entregar estos papeles, se te han caído". La de fleco asintió tomando tímidamente los papeles de la mano de Sooyoung casi con la punta de los dedos para no tocar a la otra.

"Gracias". Casi susurró. La más alta asintió con una sonrisa y haciéndole un simple gesto de despedida se fue en dirección a la cancha. Jiwoo tuvo que revisar sus signos vitales y luego pellizcarse para saber que estaba viva y que no estaba soñando. Guardó con rapidez todo lo de su casillero, tomó su mochila y corrió a la salida mientras llamaba a Jungeun.

Sooyoung se detuvo un segundo con curiosidad. "Oye, ¿cómo te ll-" Su pregunta quedó a la mitad al darse cuenta de que la chica ya no estaba y no había rastro de ella. Ha miró hacia los lados pero no había nadie. La chica era linda, tenía una voz bonita, recordaba haberla visto en la escuela y no es que ella conociera a todos por eso quería saber su nombre, al parecer tendría que quedarse con la duda y esperar encontrarla otro día.
Las pruebas por suerte fueron bien, las chicas de primer año no eran profesionales obviamente, pero muchas de ellas se veían esperanzadas para entrar al equipo a futuro, por lo que las cosas fueron bien. Sooyoung sabía que no pasaría, pero tuvo un pequeño atisbo de fé en ver a Hyeju ahí, pero era obvio que no lo haría.

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Al día siguiente, Chaewon era feliz, además de ser viernes, ese día no compartía clases con Hyeju y tampoco tendría que verle la cara en varios días, por otra parte ese día a pesar de salir temprano, pues salían a las 1, no compartía clase con nadie más, era solo ella.

Su primera clase era literatura, que por suerte tenía por ella sola sin toparse a Hyejuí. Al entrar al salón escaneó por un segundo los asientos hasta toparse con Choi Yerim. Choi Yerim era una linda y amable chica, Chaewon lo sabía, pero aún así, no solía mezclarse con ella, por una obvia razón: Son Hyeju. En primaria hablaron unas cuantas veces antes de que su relación acabara de la peor forma, no se atrevió a volver a hablar con ella. Choi también notó su presencia, la miró con sus grandes ojos curiosos mirando la silla vacía a su lado. Chaewon de todos modos negó su invitación silenciosa y se sentó en otro lugar mirando hacia cualquier otro lado. Yerim no tenía la culpa, pero ella no tenía ganas de hablar con ella sabiendo que podía mencionar a Hyeju o preguntarle algo sobre ella, prefería simplemente evitarlo. Chaewon sabía que estaba mal, no podía evitar sus problemas para siempre, pero vamos, era la secundaria, en poco tiempo estaría fuera y ella deseaba estar muy lejos de allí, de Son Hyeju.

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Jiwoo no había cumplido el llegar temprano ese día, por lo que tuvo que esperar minutos después de que las clases comenzaran para dejar su carta en el casillero de Sooyoung, pero al llegar sus pasos se detuvieron y miró con confusión, allí estaba su carta pegada en la puerta del casillero. Jiwoo estiró su mano para quitar la cinta notando que habían, no una, sino dos cartas. Tragó saliva con nerviosismo, tal vez Sooyoung estaba molesta y había dejado la carta allí para avergonzarla. Miró el otro sobre y había escrito algo.

Para K.J

Su corazón comenzó a latir con fuerza. Caminó un poco más lejos para no ser vista justo allí, abrió el sobre con rapidez viendo una simple hoja de papel.

Para K.J

Hola chica misteriosa. Nunca creí ser yo la que iba a escribir una carta, pero aquí me encuentro. Tenme paciencia, es mi primera vez escribiendo una de estas, no es por presumir pero recibo muchas de estas a la semana.

¿Podría decir que eres especial por ser a la única que le mando una carta de vuelta? Eso y porque no has dejado una pista para saber quien eres. Para ser sincera tengo curiosidad y mucha.

Te he dejado esta carta para que al menos me respondas, tal vez...¿una pista?

okey esto es una carta muy corta pero estoy orgullosa de mi esfuerzo

Ha Sooyoung

Jiwoo no pudo evitar sonreír apenas a la mitad de la carta, la letra de Sooyoung era desordenada pero para ella no había algo más lindo que la mismísima Ha Sooyoung le haya enviado una carta. Quería dar saltos como loca y correr mientras gritaba. De repente olvidó su carta de disculpas, fue de nuevo hasta su salón recibiendo un regaño pero la sonrisa no se le borraba. Se sentó con una pequeña sonrisa al lado de Jungeun que la miró con el ceño fruncido, pero tampoco podía preguntar. La de flequillo ni siquiera la miró mientras sacaba una nueva hoja para escribir una nueva carta.

Jungeun pareció entender, se encogió de hombros y recostó su cabeza en el escritorio, tener filosofía un viernes era sin duda una pérdida de tiempo, ella solo estaba esperando que llegara la hora de salida y poder pintar el cabello de Heejin.

De repente recordó que iría a casa de Chaewon. Vería a Jinsol. Tal vez cuando niña sí tuvo un crush en Jinsol, pero era algo inocente. Sin poder controlarlo se puso algo nerviosa al saber que probablemente la vería, probablemente tendrían que hablar. Quería hablarle, pero no sabía de que, habían pasado años desde que tenían una conversación, y obviamente sería diferente, ella ya no era una preadolescente con ideas extrañas hablando con una adolescente amable, ella era casi una adulta y Jinsol ya lo era.

Sacudió su cabeza ante los pensamientos negativos que estaban empezando a llenar su cabeza cerrando los ojos para poder dormir en clase, mientras Jiwoo a su lado escribía una nueva carta con una sonrisa imborrable.

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