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Ana se había tomado varios días para pensar muy bien el vivir con Jay, había analizado muy bien ambas opiniones y entendió ambas posiciones. Había entendido que con las hadas no estaba segura y ellas tampoco lo estaban pues cuando ellas trataron de salvarla del ogro recibieron un golpe y Ana realmente no quería que a sus amigas le pasara algo, así que con su respuesta ya en la mente se levantó muy temprano ese día con intenciones de adentrarse en el bosque
Simmer, quien se encontraba dando su ronda preventiva por el bosque la vio despierta muy temprano y se acercó a ella pues se le hizo curioso
-Ana, buenos días ¿Cómo estás?
-hola Simmer buenos días, estoy bien gracias, ¿tu estás bien?
-si, pero como es tan temprano y te veo ya despierta crei que te sentías mal
-no, no te preocupes, iré a buscar a Jay
-oh, veo que tomaste una decisión
-así es, creo que tienen razón, no quiero volver a ponerlas en peligro....¿Sabes donde lo puedo encontrar?
-debe estar por ahí en algún lugar del bosque, es bastante inquieto y le gusta practicar su magia en un lugar donde nadie pueda verlo
-bien, lo buscaré, gracias Sim, te veo luego
Simmer solo asintió con una sonrisa y Ana se adentró en el bosque a buscar al elfo. Caminó mucho pues lo buscó en el lugar donde se había bañado y cerca de la aldea donde vivía, pero aún no lo había encontrado y ya estaba un poco cansada y algo desesperada, ya no sabía dónde más buscarlo así que se sentó en una roca a descansar un poco, hasta que vio unas luces extrañas a lo lejos detrás de unos árboles, se levantó y caminó hasta allá
Al llegar se dio cuenta de que se trataba de Jay practicando algunos trucos de magia, decidió quedarse detrás de aquel gran árbol mientras lo observaba, cada cosa que hacía tenía un nombre extraño y aunque Ana no entendía absolutamente nada de lo que Jay hacia sonrió grandemente, pensaba en lo grande y talentoso que era y eso logró que dentro de ella comenzará a pasar algo que por el momento, ignoró por completo
Una vez vio que terminó con todo se atrevió a salir y a hablarle
-eso fue maravilloso
-ahh Ana, no sabia que estabas ahí
-la verdad es que llevo un tiempo viéndote
-wow, no te sentí, pero de todos modos, es muy agradable verte, ¿necesitas algo?
-si, tengo que hablar contigo, ¿tienes tiempo o estás ocupado?
-tengo tiempo, para ti jamás estaría ocupado
Ambos cruzaron miradas y se sonrojaron un poco, Ana decidió y romper con el penoso momento y habló de inmediato
-vine a hablarte sobre lo de vivir contigo
-oh si, háblame sobre tu decisión
-luego de hablar contigo, hablé con las hadas y ellas piensan igual que tu. Dicen que contigo estaría más segura que con ellas
-si, eso es cierto, ¿qué decidiste?
-que si
-¿que si de qué?
-de vivir contigo
Jay sonrió grandemente y al igual que a Ana, sintió algo muy extraño dentro de él pero lo ignoró por completo
-me alegra muchísimo que hayas decidido eso, en serio me hace muy feliz
-gracias a ti por querer ayudarme
-no agradezcas, tenía que hacerlo. Regresa con las hadas, iré por ti en un rato, tengo que arreglar algo en casa antes de que llegues
Ana solo asintió y regreso a su casa en el árbol, Jay por otra parte regresó a su aldea y se dirigió a la casa del líder para hablar sobre la nueva invitada, por suerte lo encontró fuera de su casa jugando con uno de sus hijos
-Grimm
-Jay hola, ¿Cómo estás?
-bien, muy bien ¿y tu?
-bien también, que sorpresa verte por aquí
-si, lamento molestar necesito consultarte algo
-claro, dame un segundo. Thalion hijo, ve adentro con tu madre y tú hermana, iré enseguida
El pequeño asintió y entró a la casa dejando a su padre junto con el elfo
-dime Jay, ¿en que te ayudo?
-conocí una chica Grimm, es humana, vive con las hadas en el río del centro. Terminó aquí luego de haberse escapado del reino de Wolfstone, su padre la dio al rey para saldar una deuda y en el palacio sufrió mucho, el rey quería aprovecharse de ella, como no lo aceptó terminó en el calabozo y al momento de liberarla aprovechó para escaparse y así fue como terminó en este lugar
-wow, pobre muchacha. ¿Por eso has estado saliendo tanto verdad?
Jay sonrió travieso y Grimm también lo hizo
-sabes que siempre he sido un elfo inquieto y me gusta andar por ahí haciendo cualquier cosa
-si claro...bueno Jay, ¿es buena chica?
-lo es, es muy buena y tierna, tiene un corazón muy lindo y es bastante tranquila
-bien, si tu dices que es buena yo te creo, confío en tu criterio. Puede vivir aquí con nosotros
Jay se alegró mucho al escuchar eso y espontáneamente abrazó a Grimm, este le devolvió el abrazo sonriendo
-gracias, prometo que no dará problemas
-confío en que no lo hará, se como eres, jamás traerías problemas aquí
Jay volvió a agradecer a su líder y salió de inmediato a buscar a Ana, la encontró sentada a la orilla del río y se sentó a su lado
-hola Jay
-hola Ana, ¿estás lista?
-si lo estoy, pero antes de irnos, ¿las chicas pueden visitarme?
-las veces que quieras, no habrá problema
-bien, déjame hacer algo antes
Ana se levantó del suelo y fue con las hadas, les dio un abrazo de despedida y agradeció todo lo que hicieron por ella, tomó sus cosas y se alejó caminando con Jay. Una vez llegaron a la aldea y entraron a la casa Ana quedó sorprendida al ver lo linda y cómoda que era
-bienvenida
-gracias Jay
-lo único que te voy a pedir es que si las hadas vienen a visitarte no te vayas lejos, si te alejas mucho no podré protegerte
-esta bien, no me alejaré de aquí
-perfecto
Jay iba a salir pero Ana volvió a hablarle
-gracias por ayudarme
-no agradezcas, desde que te conocí vi algo en tus ojos y supe que tenia que protegerte y lo haré siempre, no importa lo que pase conmigo
Ana solo asintió sonriendo y Jay le devolvió la sonrisa tiernamente
-ponte cómoda, estás en tu casa
Y diciendo esto salió dejando a Ana con una sonrisa en su rostro y muy agradecida con su gesto
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