2
Varios días habían pasado desde que Ana estaba en el castillo viviendo como sirvienta, a ella le tocaba la cocina y junto con 3 chicas más limpiaban y preparaban la comida. Pero Ana no era feliz, ese tiempo que había estado viviendo en el castillo siempre estaba pensativa y muy triste, todas las noches lloraba hasta quedarse dormida deseando que lo que estuviera viviendo fuera una pesadilla.
Nunca se imaginó que su padre la diera a cambio de saldar una deuda y ya estaba cansada de las miradas asquerosas y comentarios libidinosos que el rey siempre le hacía, más los intentos que había tenido por tocarla. Ana ya estaba cansada, deseaba poder salir de ese lugar y volver a su casa
Gloria, una de sus compañeras se dio cuenta de lo distraída y pensativa que estaba Ana y decidió acercarse a hablar con ella y tratar de averiguar qué era lo que pasaba
-Ana cariño, ¿qué es lo que tienes?
-nada, no te preocupes por mi, estoy bien
-nadie se pone así por nada linda, dime si te puedo ayudar en algo
Ana no pudo contenerse más y se echó a llorar en los brazos de Gloria, esta mujer era ya bastante mayor y veía a Ana como si fuera una de sus hijas. Le daba mucha pena verla siempre triste y más al saber la historia de como terminó ahí, así que solo la abrazó y trató de consolarla un poco
-ya ya ya, tranquila linda, todo mejorará. No estás sola, me tienes aquí para lo que necesites
Ana solo se quedó llorando en sus brazos y ya cuando estuvo más calmada se incorporó de nuevo y la miró con ojos tristes. Gloria le dio un paño para que secara las lágrimas
-perdóname, siento que ya no puedo con tanto. Nunca pensé que esto fuera a pasarme, me siento tan triste
-lo sé mi niña y te entiendo, no tienes que pedir disculpas por sentirte de esa manera y por llorar mucho menos. Es entendible que te sientas así
-debes pensar que soy una tonta por andar triste todo el tiempo y llorar cada minuto
-para nada mi niña, al principio cuando yo llegué aquí también me pasaba lo mismo. Lloraba todo el tiempo y siempre estaba triste
-¿a ti también tu padre te dejó aquí?
-no, mi padre no fue el que me dejó aquí. Mi esposo debía dinero al reino y como pago a esa deuda decidió entregarme al palacio, y desde entonces he vivido aquí, sin él derecho de salir o ricibir visitas. Ya incluso olvidé el rostro de mis hijas, no sé como están y posiblemente nunca me enteraré
-Gloria lo siento mucho, no quería que por mi culpa recordaras tu pasado, no fue mi intención
-no te preocupes linda, ya lo superé, luego de haber pasado 25 años aquí es fácil olvidarlo y tratar de no pensar nada
Gloria se levantó de la silla donde estaba y luego miró a Ana
-vamos afuera a buscar los vegetales para la cena
Ana solo asintió y decidió salir al jardín y recoger los vegetales que se necesitaban para la cena. Ana se había distraido un poco y ya no se encontraba llorando pero su mirada se posó en la enorme roca que se encontraba detrás del castillo. Era una montaña, pero en la punta se podía ver la roca en forma de cabeza de lobo. Esto llamó mucho la atención de Ana pues desde su casa no tenía esa vista
-gloria, ¿esa roca qué es?
-es la montaña del bosque encantado
-¿bosque encantado?
-así es, se dice que dentro de ese bosque habitan hadas y ogros. En el pasado, hombres valientes se adentraron en el bosque a confirmar si era cierta la leyenda
-¿y qué pasó?
-descubrieron que realmente si habían hadas y ogros, desafortunadamente no muchos volvieron luego de ese enfrentamiento y decidieron no volver a entrar al bosque.
-vaya, que horrible
-así es, pero esto solo es una leyenda, no sabemos si realmente ocurrió en el pasado o fue solamente una historia para acompañar aquella roca en la montaña
Ana no dijo nada más y solo se quedó mirando la roca que para su pensar era realmente hermosa y un poco tenebrosa pues estaba realmente muy bien esculpida
-parece como si le aullara a la luna
-si, a pesar de verse tan tenebrosa se ve muy bonita, ¿no crees Ana?
-si
Las mujeres terminaron de recolectar los vegetales y fueron a preparar la cena. Estuvo lista en una hora y cuando ya era momento de comer Ana tuvo que ir a buscar al rey para que llegara hasta el comedor, lo encontró sentado en su trono
-alteza
-Ana, hola, dichosos los ojos que te ven preciosa. ¿Qué se te ofrece?
-he venido a dscirle que la comida ya está lista. Puede pasar al comedor cuando guste
El rey se levantó de su trono y caminó hasta acercarse a la joven, la miraba con gran deseo y lujuria, mientras que Ana, solo se limitó a simplemente mirar el suelo y evitar todo contacto visual con él, hasta que sintió como la mano del rey tocaba sus nalgas
-¡oiga! ¡No se pase! ¡No me toque!
-¡aquí se hace lo que yo diga mocosa, y si quiero tocarte lo voy a hacer!
El rey comenzó un forcejeo con Ana hasta que ella lo empujó lejos y eso fue lo que ocasionó que el rey se molestara aún más. Llamó a sus guardianes y le ordenó que la encerraran
-lleven a la mocosa al calabozo, ella tiene que aprender a saber quien es el que manda aquí
Los soldados llevaron a Ana a la parte más baja del castillo y en una de las celdas más pequeña que había la encerraron y luego salieron sin importarle absolutamente nada de lo que pudiese pasar con ella o con alguno de los presos que se encontraba ahí abajo
-algún día despertaré de esta pesadilla y volveré a ser feliz...
Ana solo se arrodilló en el piso a llorar y a pensar en la miserable vida que llevaba en ese castillo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro