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El reino de Wolfstone era uno muy poderoso. No era el más grande pero si era el más rico y pudiente y lo era gracias a que cada habitante tenía que pagar una comisión al rey por estar viviendo en los alrededores del castillo. El rey Johnson era un ser bastante repugnante en cuanto actitud se refería, era un hombre cruel y bastante malvado con las personas que lo rodeaban, actualmente se encontraba viviendo solo en el castillo, la que había sido su esposa por 15 años una tarde decidió escapar de sus garras junto con sus hijos y pues ya se había cansado de los malos tratos de su esposo hacia ella y a sus hijos
El pueblo era pequeño en comparación con otros, con la única diferencia de que en este reino habitaban más familias de clase alta que en los demás pueblos. Estas familias no tenían ningún tipo de problema con pagarle sus deudas al rey pues tenían dinero. Pero según habían familias ricas también habían familias pobres que no tenían nada con qué pagarle al reino, este era el caso de la familia Aethelu
Está familia era una sumamente pobre, no tenían nada que comer muchas veces porque el poco dinero que ganaban no les alcazaba para todos en la casa. Esta familia se componía de 4 personas, Theo era el padre de familia, trabajaba en los campos sembrando y recolectando cosechas para las casas de los ricos. Marry era la esposa de Theo y madre de 3 hijas, Cherryl de 20 años, Hanna de 18 y Ana de 16.
Marry era una mujer bastante callada y sencilla. No trabajaba por que su labor era quedarse en la casa, mantenerla limpia, hacerle de comer a su esposo y cuidar a sus hijas. Cherryl al ser la mayor ayudaba a su madre con las labores de la casa y ambas velaban por el bienestar de las más pequeñas
Hanna era una chica muy parecida a su padre, tenía la misma personalidad sarcástica y era bastante hostil en muchos aspectos, algo muy diferente a lo que era la hermana menor. Ana era una jovencita muy callada, bondadosa y bastante tímida. Era la típica persona que no le gustaba estar en problemas y aveces prefería mejor quedarse callada para evitar cualquier tipo de situación
-oye Ana, ¿no te cansas de hacer lo que mi padre y mi madre nos obligan?
-no Hanna, mamá necesita ayuda en la casa y no me molesta hacerlo
-yo estoy cansada ya de esto, odio ser pobre. Verás que me casaré con un hombre rico y saldré de esta maldita posilga
-Hanna no digas eso, agradece que tenemos un techo donde dormir. No será lo más lujoso pero nos protege de la lluvia
-eres igual a mamá y a Cherryl, siempre conformándose con tan poco pero yo no seré igual a ustedes. Yo pienso en grande y créeme que saldré de la pobreza
Ana continuo lavando la ropa en la parte trasera de la casa junto a su hermana durante un rato más hasta que escucharon el sonido de la puerta al abrirse. Theo llegó muy temprano del trabajo esa tarde y al momento de llegar reunió a su familia en al mesa y comenzó a hablar con ellas
-El rey envío dos de sus soldados esta tarde a los campos, fueron a darme un recado de su parte
-¿que te dijeron Theo? ¿Todo está bien?
-no mujer, nada está bien, fueron a decirme que me presentará hoy en el castillo porque el rey quería verme y hablar sobre la deuda que tenía. Me pidió que fuera con mis hijas
Las tres hermanas se miraron un poco asombradas por tal confesión y la madre se preocupó un poco
-¿por qué debes ir solo con ellas Theo? No me parece buena idea, ¿y si el rey le hace algo a mis hijas? Llévame contigo, por favor
-¡no mujer, no insistas! El rey pidió verme a mi con mis hijas, no mencionó nada sobre ti, así que no irás conmigo, ya bastantes problemas tengo con esto de la deuda. Ustedes tres, vayan a asearse un poco y vistanse con la mejor ropa que tengan, iremos al palacio y no quiero tener una mala imagen ante el rey. ¡¿Entendido?!
Las tres hermanas asintieron y fueron al río a darse un baño para luego ponerse la mejor ropita que encontraron y tener un mejor aspecto para el rey. Una vez todos estuvieron listos salieron hasta el castillo y cuando estuvieron frente al rey se arrodillron frente a él y bajaron sus rostros en forma de reverencia y respeto ante la ley suprema del pueblo
-por fin llega señor Aethelu, y veo que viene con muy buena compañía
El rey habló desde si trono alto con su voz fuerte logrando intimidar a las 3 chicas
-así es majestad, fui a casa por mis hijas y me encaminé hacia su llamado
-bien, muy bien, ya puede levantar su cabeza y mirarme señor Aethelu
Theo levantó su rostro y miró fijamente a los ojos del rey. Sus hijas en cambio tenían que permanecer mirando hacia abajo hasta que el rey les diera el permiso para mirarlo
-¿Sabes por qué estás aquí no?
-si alteza, sus hombres me hablaron sobre mi deuda con usted
-exactamente y por eso lo llamé junto a sus hijas. Le daré dos opciones, y seré lo más directo posible. O me paga el dinero que me debe o me veré obligado a quedarme con una de sus hijas como sirvienta de este castillo
-¿quedarse con una de mis hijas? ¿Por qué?
-sé que eres pobre Theo, sé que no tienes absolutamente nada de valor para poder pagarme así que el único remedio es que como pago a esa deuda, me des a una de tus hijas
-pero majestad yo...
-si no lo haces, me veré obligado entonces a matarte junto con tu esposa y tus hijas. Tu decides, o me das a una de tu hijas o te mato como la rata que eres
Theo se lo pensó un momento, no sabía que hacer, no quería morir pero sabía que no hacía algo pronto era muy posible que eso fuera lo que terminara pasando. Escuchaba el llanto de sus tres hijas y sus súplicas por no dejarlas ahí pero sabía que sí decía que no iban a morir y Theo era lo suficiente orgulloso como para aceptar morir por una deuda, así que tomó una decisión
-su majestad, como bien dijo usted yo no tengo nada con que pagar la enorme deuda que tengo con el reino, ni trabajando 10 años podré reunir el dinero que le debo, así que con todo el dolor de mi corazón le daré una de mis hijas a cambio
Las tres hermanas se abrazaron fuertemente mientras continuaban llorando esta vez más fuerte. El rey sonrió y ordenó a sus guardias a sostener a las chicas mientras él las observaba detenidamente mientras pensaba a cuál de las tres escoger
-digame los nombres de sus hijas
-Cherryl es mi hija mayor tiene 20 años, Hanna tiene 18 y Ana es la más pequeña de todas, tiene 16
Mientras Theo mencionaba a sus hijas fue señalandolas para que el rey supiera cuál era cual. Johnson volvió al trono y al sentarse habló con voz fuerte y burlona
-me quedaré con Ana, es joven y sé que podré sacarle mucho provecho a su juventud
Ana lloró y peleo por no quedarse en el castillo, le rogó tanto al rey como a su padre que no la dejaran ahí, pero fue inútil. Nadie hizo nada al respecto Theo salió con sus dos hijas del castillo y Ana se quedó en el palacio llorando por que su libertad y sus días felices se habían acabado para siempre.
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