Las voces de las personas que hablan entre sí y pasan por mi lado se sientes tan lejanas. Envuelvo mi cuerpo con mis brazos mientras camino con un miedo profundo, miro a todos lados, pero no veo a nadie conocido. Quisiera contarle a Ylenia pero no quiero que ella se preocupe, ya ni puedo dormir en mi departamento. Tengo miedo, siento que me miran que me observan. Camino más rápido, quiero llegar lo más rápido al departamento de Ylenia. Ya no debería decir eso ya que ella vive con sus tres chicos, por lo cual tengo para mí sola, dos departamentos y un auto. Cuando estoy por cruzar la calle veo al otro lado una figura que se me hace conocida, entre cierro los bienes los ojos para que pueda ver quién es y me doy la sorpresa que es mi ex. Maldigo en voz baja y cruzo la calle, nos encontramos cara a cara, pero lo rodeo y sigo caminando. Escucho mi nombre, pero hago caso omiso y sigo mi camino, volteo para ver si sigue su camino, pero me asombro al verlo seguirme. Falta un buen tramo para poder dormir en paz, me paro para poder tomar un taxi, pero antes de que pueda levantar la mano se estaciona una patrulla en mi delante. Levantó la vista hacia el conductor, me asombro al ver a Corel. Dirijo mi vista hacia Roberto se detiene al ver que hay una patrulla a mi lado, me alegro un poco y sin detenerme abro la puerta y me siento poniéndome el cinturón de seguridad.

—Lo siento, ya que estas aquí me puedes llevar a mi departamento. —Su cara está descompuesta al ver mi acción. Desvió la mirada de él y veo por el retrovisor, Roberto retoma su andar y empieza a dirigirse a donde estoy. No tengo más elección que hablar con él si se acerca a la patrulla. Dirijo mi mano al cinturón para bajarme y enfrentar a Roberto, ya no sé qué quiere. Hubiéramos hecho que no nos conocemos, y caso cerrado. Pero no, él tenía que gritar mi nombre y para el colmo seguirme.

—Muy bien, ¿Dónde queda tu departamento? —La silueta de Roberto se aleja cada vez que Corel avanza, casi aplaudo al ver que Corel se aleja. Me sorprende que hace rato estaba asustada, pero ahora estoy tranquila, debe ser por qué estoy ser a de un policía.

—Mmm... El lugar donde ocurrió el incendio. —Mueve la cabeza y se desvía de la ruta. —¿A dónde te diriges?

—Al departamento de César, por qué si te llevo a la mía mi novia puede sentirse celosa y eso es lo que menos quiero. —Habla concentrado en la carretera.

—¿Disculpa a dónde...?

—César, estoy seguro que va estar feliz. Jamás le vi tan feliz, pero desde que apareciste lo veo sonriendo.

—Será que mejor te dirijas a...

—No lo aré, quiero que estés tranquila y eso es lo que voy hacer. ¿Piensas qué no me di cuenta del chico del retrovisor? Querías alejarte y eso es lo que va suceder más por lo que pasó ayer.

¿Quién se cree que es para que decida por mí? Puede que me guste un poquito y se parezca a César, pero eso no significa que me lleve a donde quiera.

—Puede que quería que me ayudarás, pero eso no te da derecho a que haga...

—Lo sé, lo sé. Pero no quiero que te pase nada... —Dejo de escuchar ya que veo por la ventana a una pareja andando. Achino bien los ojos y me doy cuenta que es Ylenia. —No me estás escuchando.

—Lo siento, es que mi amiga está con su novio allá afuera. —El semáforo se pone en rojo, Corel aprovecha eso para ver afuera. Al ver que no la encuentra señalo a la mujer que está con una cazadora grande.

—¿Es ella? —Se asombra, quien no lo haría ya que está al lado de un hombre más grande que ella. —Se v-ve muy pequeña al lado del chico.

—Ese chico es su novio, pero no sé cuál. — Lo último hablo en voz baja.

—¿Cómo se llama su novio? Debe quedar la mucho, por qué vi a personas que se sienten... mal cuando alguien les dice que su novia o novio es más pequeño que él o ella.

—Si alguien demente con ella, será para que les agarren a golpes. —Me río al pensar en que ella misma también lo haría. —Su nombre es... haber déjame ver bien quien es. —Miro detenidamente quién es.

—¿No sabes cómo se llama?

—Um, sí sé. Sólo que me olvidó. —Tiene ese porte de un hombre más cariñoso, lo veo abrazarla mientras las personas que están a su alrededor los miran. —Ya sé quién es, su nombre es Nathan Jackson. —Sólo espero que sea él, ya que el mayor es más notorio pero los otros dos son parecidos. Me pregunto qué hará sola con él.

La patrulla avanza, ahí me doy cuenta que el semáforo se puso en verde.

—¿Tu qué crees de La relación poligamia? —Mierda me arrepiento al instante que sale las palabras de mi boca. —Mierda lo siento, no quise preguntar eso. Sacarlo de tu mente. —Hablo moviendo las manos como si no importara.

—¿Estas en una relación así? —Yo no pero mi amiga sí. Pero eso no lo voy a decir.

—Soy una mujer engañada ¿Recuerdas? —Encojo los hombros como si fuera obvio. Recuerdo que lo dije ayer en el trabajo de su hermano.

—Oh, lo siento por preguntar.

—No hay problema. —Lo cual es cierto, ya no me importa. Ese sentimiento ya no está dentro mío.

—Pienso que la relación no es muy común, estar con más de dos mujeres o varones es raro, es asqueroso en tan solo pensar en ese tipo de relaciones. No me gustaría compartir a una mujer que amo con otras personas, eso la haría ver una...

—Zorra, puta y mujerzuela.

—Exacto. Yo la vería así. ¿Tú que piensas?

—Pienso que el amor viene de varias maneras y formas. Si una mujer quiere estar con varios hombres es una decisión de ellos, si eso les hace feliz, bien por ellos. Creo que no tenemos los mismos pensamientos. —No sé si su mirada muestra vergüenza, pero no me gustó lo que dijo. Mi amiga tiene una relación poligamia y ella no es una puta o zorra, ya no me cae bien.

—Oye, lo siento si...

—Opiniones son opiniones no tienes por qué sentirlo. Mmm, ¿Por cierto ya llegamos? —Muevo mi cabeza de un lado a otro para ver en qué lugar estamos. Por lo que veo es un lugar tranquilo con edificios de espejos, todavía hay personas caminando ya sea en parejas o solas. Me apego a la ventana para tener una vista mejor, pero para mí mala suerte la patrulla se estaciona en una casa.

—Ahora sí, ya llegamos.

Cuando la patrulla está bien estacionada, abro la puerta después de quitarme mi cinturón. La casa es bonita, tiene una linda fachada de color rojo arcilla. O eso veo con las luces de los faroles, Corel se dirige a la puerta y presiona el timbre. Me acerco junto a él y se escucha maldiciones antes de que abra la puerta y me ve a mí. Muestro una sonrisa y le doy un saludo lento con mi mano. Este vestido con un pantalón, que me imagino es suelto, por la forma como le queda. Y una camiseta sin mangas que está pegado a su cuerpo.

—¿Hola? Ya que no me llamaste para quedar vine a tu departamento. —Él mueve la cabeza mientras muestra una sonrisa, pero se cae cuando ve a su hermano que tiene una cara de pudor. No me miró desde que bajamos de su patrulla.

—¿Y a ti qué te pasa?

Juro que trató de no reírme al escuchar esa frase, la primera vez que la leí fue en un libro de romance. Me encanta como escribe la autora de ese libro, César me mira con el ceño fruncido al verme contener la sonrisa.
—Nada sólo disconformidad de opiniones, pero no te preocupes todo está bien, ¿Verdad? —Para que Corel no esté de esa forma pongo mi brazo en su hombro y le doy una mirada consoladora, sé cómo se siente él, pero respeto su opinión. —No estoy enojada, si eso es lo que piensas. Ahora quita esa cara que me estas asiendo sentir mal. —Separándome de él me dirijo a César para entrar, él sólo se mueve a un lado. —Ahora sí, ¿me puedes decirme por qué estoy aquí? Yo que sepa me dirigía a mi departamento, cuando tú hermano. —Señalo a Corel. —Me raptó y me trajo aquí.

—¡¿Qué?!... No. Eso no es cier...

—Lo sé Corel, la conozco bien y sólo exagera un poco en las historias. —Mueve la mano señalando a que entre, estando adentro veo que todo está ordenado lo cual es raro ya que él siempre fue desordenado. Pero quien sabe el tiempo cambia.

Me retracto nada cambió en él, su sala está con todo tipo de comida instantánea y delivery. Pone su brazo en la cabeza, que por cierto hace notar esos brazos bien formados y duros. Desvío la mirada de su brazo y muevo la cabeza negativamente.

—¿Por qué estabas así?

Se dirige a su hermano quien se sentó en el sofá, se sienta moviendo las cosas que estaban ahí. Restos de Snacks y otras cosas que no quiero saber.

—De poligamia.

Hago como si estuviera observando el lugar y muevo mi cabeza para que no vea mi cara roja. Por qué tenía que hablar, no quiero que me saque información.

—Mmm, y... ¿Qué fue para que estés así?. —Sólo me voy a encargar a escuchar y no decir nada.

—Le dije que era asqueroso, lo cual lo es. Pero ella dijo que el amor viene de cualquier manera y es su problema de ellos si así son felices. —¿Eso dije? Guau, me estoy volviendo sabía. Me doy palmaditas mentales por lo que dije.

—Eso es cierto, te acuerdas cuando nos enredamos con la chica de...

—¿Enredarse?... ¿Ustedes se acostaron con una mujer? ¿Los dos con una? —Dije que no quería hablar, pero esto es más fuerte que eso. Me quedo pasmada al escuchar eso, ósea en mi pita vida imaginé que César pudiera hacer eso. No estoy juzgando, pero... esto me supera.

—Fue hace tiempo, éramos críos. —Corel trata de justificar, pero eso no tiene justificación.

—¿Aja?... ¿Les gustó? —Pregunto entusiasmada, pero me repongo y muestro mi cara neutra.

—No. —La respuesta escueta de César no me agrada, quería más detalles. La mirada que me manda me da miedo, así que desvío mi atención hacia Corel.

—A mí... s-sí podría decirse que sí. Pero volver hacer eso, ya no ya.

—Ósea a uno sí le gustó, pero al otro no. Qué bueno por ustedes. —Veo por el rabillo del ojo a César poniendo sus brazos en sus rodillas.

—¿Tu estuviste en una relación así? —¿Relación? Ni en mi maldito sueño.

—S-sí, —No. —¿Ustedes tuvieron una relación con la chica? —Mi pregunta es obvio, no dijeron que si yo había experimentado, él dijo relación.

—Fue una sola noche, pero después jamás. ¿Y cómo te sentiste?

Okey esto se está saliendo de control y ya me está tratando de sacar información sobre mi vida sexual, que por cierto no tengo desde hace tiempo.

—Mira, Corel me trajo para dormir. No sé si estarás contento con eso, pero si no lo estás puedo irme.

—¿Por qué te trajo? Digo debe haber una razón para eso. —Estoy por hablar y decirle una mentira blanca, pero Corel me gana.

—Un chico le estaba siguiendo.

—¿Un chico? No. Fue mi ex pareja, pero sólo quería hablar. —O eso quiero pensar.

—Te estaba siguiendo y por lo que veía mientras me dirigía a mi departamento fue a una chica abrazándose y mirando atrás.

¿Eso hice? Viéndolo así, si da miedo. Me estremezco al pensar lo que me pasó en mi departamento cuando dormía.

—Si eso es cierto, significa que ya no vas a regresar a tu departamento, además están averiguando que fue lo qué pasó y no creo que te dejen entrar.

—Ese no era mi departamento, es de mi amiga. —Juego con mis dedos. —Sólo fui a dormir ahí, ya que mi ex me molestaba en donde vivía y sé que ni soñando se acercaría al departamento de Ylenia, más con lo que le hizo.

—Pues hora vas a quedarte aquí, no voy a permitir que ese imbécil te fastidie. —Se levanta y esta vez se dirige a su hermano. —Muy bien que le hayas traído. Será mejor que vuelvas a tu departamento, conozco a tu novia y te vas a llevar un regaño.

Se despide de César con un apretón de manos y un abrazo, a mi me da un beso en la mejilla. Siento el calor de sus labios suaves besando mi mejilla, hago lo mismo y cuando se dirige a la puerta su mano se dirige al lugar que le di un beso y creo que lo ¿limpia?

—Su novia es bien celosa, no me agrada. No sé por qué está con ella.

Ya somos dos.