Me desperté y quise levantarme con el ánimo fuerte, sé que el amor no puede durar mucho más si una de las partes no pone de su parte. Estar con un hombre de años de relación y de un momento a otro se acaba... duele. ¿En qué momento acabó el amor?, sé que no fue mi culpa jamás lo será, yo di mucho hacia él, pero él sólo me pagó con una infidelidad. Y eso no perdono, eso me enseñó mi amiga, ella es fuerte, quisiera ser como ella. Pero soy yo y eso me hace única.

Me levanto por qué tengo la sensación de que este día va ser mejor. Lo primero que hice fue vestirme, con ropa de campo por qué eso quiero hacer. Me detengo cuando pienso en que vehículo voy a ir. Y pienso que Ylenia dejó su auto en su departamento. Agarro la llave y me dirijo caminando, ella acabará enamorándose de ellos lo veo en la mirada de ambas partes, quisiera tener una relación así, quisiera...pero creo que la vida me quiere soltera, y si eso quiere eso le daré. Viviré toda mi vida sin un hombre y con gatos. Esa es una buena vida ya que ellos no te engañan. Cuando llego saludo al portero que al conocerme me deja entrar, cuando llego al departamento entró y veo casi desordenado. Muevo la cabeza negativamente. Agarro la llave del auto y salgo de ahí. Estoy emocionada, ella me enseñó a conducir, pero hasta el momento tengo mis papeles así que puedo estar.

Enciendo el auto y empiezo a conducir cuando estoy por llegar a mi destino que es un tipo juegos extremos. Y eso me emociona. Pero la emoción termina rápido ya que escucho el sonido de la sirena de una patrulla. Estoy bien ya que tengo los papeles en regla. Cuando bajo la ventana me encuentro con la cara de mi fantasía de colegio César. ¿Es policía? Jamás me imaginé que cooperara con la nación. Le miro y sonrío, espero que me reconozca. Cuando dirige su vista hacia mí. Me mira con indiferencia. Jamás en mi vida me miraron así.

—Buenos días, sus papeles por favor.

Mi ceño está fruncido y le entregó lo que pidió, sin saludar ya que no me reconoció y eso me pone de mal humor. Él lo revisa y me mira de lado. Agarra una de sus libretas y en su equipo. Me lo entrega vi medio borroso, al principio pensé que era su número, pero cuando lo veo mejor me da una cólera.

—Una papeleta pero ¿Por qué?.

—El carro no le pertenece, es eso a que le detenga. Según el código...

Levantó la mano para no escucharlo, pero creo que hice mal ya que me mira mal.

—Es el carro de una amiga, ¿No tiene por qué ponerme una papeleta por eso?. Tiene mis datos yo no podría robar nada...bueno robé un chocolate. Pero tenía hambre y no quisieron darme nada, lo tenía que hacer por qué sino moría y eso no quiero.

—¿Terminó?, si es así. Espero que su día le vaya bien. —Dicho esto se va dejándome con el monto en mano.

—Idiota. Espero que el tuyo sea malo.

Arranco, pero doy vuelta hacia mi departamento para deprimirme por mi mala suerte. Primero el imbécil de mi ex, luego Jev que resultó ser gay y ahora César el idiota que no me reconoce. Mi vida es trágica.

5 meses después

Estoy aquí nuevamente en el departamento de Ylenia, me pregunto quién estará pagando por él. Ya que está votado y sin un alma viviente aquí. Me decidí en quedarme aquí a dormir, quiero estar en paz. Roberto viene a molestar a mi departamento eso no lo sabe Ylenia, y espero que no lo sepa. Sé que jamás va venir aquí por eso quiero tener un día de descanso. Tengo un sueño profundo y me tiendo en el sofá.

Escucho ruido y me levanto, pero veo todo borroso, mis ojos escuecen y me doy cuenta que toda la habitación está infestada de humo. Me levanto inmediatamente y trato de buscar un trapo mojado para ponerme en la boca y nariz. Empiezo a toser al ver que no encuentro. Cuando quiero dirigirme a la ventana la veo trabada. Agarro algo con metal cuando lo encuentro trató de mirar, pero el humo me lo impide. Sólo puedo empezar a golpear quiero que me escuchen.

Me dirijo hacia la puerta y trato de abrir, pero no se puede, me empiezo a tener miedo. Empiezo a gritar tan fuerte mientras siento el humo entrar por mi boca. No quiero morir...por favor. Busco una ventana, pero no lo encuentro. Escucho el sonido de los bomberos, espero que me ayuden. Agarro por última vez el metal y hago dos golpes antes de caer para buscar aire. Escucho sonidos, pero no sé de dónde viene. Siento que flota y al abrir mis ojos veo los mismos ojos de hace cinco meses, sonrió al saber que el que me salva tiene los mismos ojos que César.

—Irene, ¿Me escuchas? ¡Irene!.

Hasta mi nombre es hermoso cuando lo dice, por fin me recordó. ¿Pero por qué está vestido de bombero? Cierro los ojos, pero siento un golpe en la mejilla. Cuando lo abro veo las estrellas, son hermosas como es que antes no me di cuenta.

—¿Señor me lo puede dar? Ella necesita oxígeno.

Escucho una voz de una mujer, pero me quedo viendo los ojos ya que su cara está tapada de mi salvador. Pero sé que es César.

—La conozco y quiero estar aquí, mis compañeros se encargan de apagar el fuego.

¿Fuego? ¿Qué fuego? Yo no vi ningún tipo de fuego. En lo único que me mantengo fija es en sus ojos. No sé cuánto tiempo pasa, pero sigo en los brazos del chico. No me quiso soltar y eso me da una alegría profunda.

—¡Hermano! ¿Dónde estás?.

—¡Aquí!.

Escucho que dice, su hermano también debe tener los mismos ojos que él. Cuando estoy respirando bien dirijo mi vista hacia la dirección de la voz del hermano de mi César. Casi muero de la impresión. ¿Otro César?.

—Corel, ¿Qué haces aquí?.

—Recibí una llamada, más con la emoción que sentí. Lo cual significa que sólo venía de ti.

El policía se llama Corel...eso significa ¿Qué estuve pensando estos cinco meses en Corel y no en César? Veo el rostro del verdadero César y es igual al tal Corel.

—Tú...tú. no eres César —Afirmo señalando al policía, eso significa que son ¿gemelos? —¿Tienes un hermano gemelo?.

Le pregunto al nuevo César con la boca abierta ya que me quite la máscara de oxígeno. Trata de ponerme de nuevo la máscara, pero me muevo.

—Eso significa que ahora no tengo ni idea de quien me gustó. Por qué me gustó el policía que sé que ahora se llama Corel, pero me gustó también César del colegio. ¿Ósea a mí quien me gusta, César o Corel?.

Ellos me quedan viendo con a la boca abierta. Y lo primero que hago es ponerme el oxígeno y querer que la tierra me trague.