nets
2024
Cuando un cuarto balón le dio directo en el rostro, su entrenador decidió sacarlo de su miseria.
—Byun, vete de aquí y límpiate eso. —El entrenador Choi sopló el ensordecedor silbato, haciendo que todos se encogieran—. Do, acompáñalo para que no termine perdiendo la cabeza. ¿Qué demonios te pasa hoy, chico?
Eso mismo quería preguntarse a sí mismo. Hoy, de entre todos los días, sus jugadas habían sido tan terribles que no le sorprendía que su entrenador le hubiera preguntado si alguna vez había tocado un balón de voleibol en su vida. Su defensa seguía siendo sólida, pero todo lo que había trabajado para poder aportar mucho más que solo tirarse al suelo por los balones, había sido mucho más complicado de lo que esperaba.
Tuvo que morderse los labios al tiempo que salía de la cancha sintiendo las miradas de los demás. Ya había aprendido a identificar cada una de ellas y sus significados: primero estaban las de simpatía, aquellas inofensivas de los más veteranos quienes lo conocían lo suficiente como para entender su situación; después, estaban las irritables, aquellas dadas por sus pares o rookies uno o dos años más jóvenes que él —afortunadamente no eran más que un par— que eran tan penetrantes como para sentir cómo apuñalaban su pecho y, finalmente, las curiosas. Pequeñas chispas de compañeros entre quienes lo idolatraban por seguir intentándolo y lo apoyaban pasara lo que pasara.
Para esas alturas ya eran un senior. No tan viejo como para retirarse, pero tampoco tan joven como para no hiperventilar cada vez que terminaban los intensos entrenamientos. Su rodilla derecha ya le comenzaba a pasar factura después de sus miles de caídas mal hechas y el raspón en su codo ya se había convertido en una herida de guerra que portaba con orgullo y dolor.
Kyungsoo le estampó una botella de agua en su estómago, haciendo que jadeara por la fuerza desmedida del colocador.
—¿Quieres que te pongan en la banca? —Y sí, al parecer su rol paternal también estaba activo. No el acogedor y el hombro donde podría llorar, sino el diligente y estricto. Todavía se le erizaba un poco la piel cuando se ponía de ese modo—. ¿Qué ocurre?
En ese momento ya habían salido del edificio para terminar sus estiramiento en la sala afuera de las duchas. No respondió de inmediato al tiempo que extendía rodilla hacia la derecha mientras aguantaba una mueca de dolor. Su compañero siguió sus movimientos y, al no percibir respuesta inmediata, se dedicó a mirarlo. Una mirada no muy bien recibida si era sincero.
—Solo estoy... —Su propia boca se quedó en silencio algunos segundos—. Nervioso.
—¿Sobre mañana?
—Tengo la teoría de que Choi va a mantenerme en la banca durante los próximos juegos —suspiró, cambiando de pierna—. Conoces las señales también, ¿no? No me ha hecho capitán durante los entrenamientos y, a diferencia de hoy, ni siquiera se había molestado en regañarme como siempre. Cuando le interesaba.
Pudo escuchar una pequeña risa de parte de su compañero que fue oculta por un tosido.
—No seas dramático.
—Solía amarme —siguió Baekhyun, mirando a la nada mientras pasaban un sin fin de imágenes en su cabeza—. ¿Recuerdas cuando me dijo que diera cien vueltas a la cancha? ¿O cuando era el encargado de lanzar el balón para los nuevos? ¿O cuando me gritó tanto que no pude escuchar nada durante todo el día?
—Mhm. También recuerdo cuando Sehun le tiró un puñetazo al minuto que intentó molestarlo.
Baekhyun lo miró horrorizado ante el recuerdo.
—Los niños de ahora dan miedo, sí.
Ante esa última observación, su amigo no hizo más que encogerse de hombros. No iba a entender del todo su preocupación debido a que Kyungsoo ha sido un genio del volley desde su existencia, por lo que procuró respirar diez veces para deshacer ese mal día.
—Por primera vez en décadas pasamos a octavos de final. —Para cuando ya estaba cerrando su casillero asignado y dando por terminado el día de entrenamiento, señaló el colocador. Caminaron hacia afuera del edificio, listos para dirigirse cada uno a sus actividades favoritas correspondientes: Kyungsoo a su habitación para dormir y Baekhyun... explorar un sin fin de bocadillos—. Y eres el mejor líbero del equipo, no es casualidad que hayamos llegado tan lejos hasta ahora. Choi está estresado por ello, todos lo estamos. No te abrumes y tampoco creas que estás solo en esto. Vamos contra los anfitriones mañana, después de todo —Se puso su bolsa en el hombro y suspiró—. No pierdas lo divertido de todo esto... si no...
Los ojos del otro se movieron por detrás de él, más allá de los cientos de edificios iguales en donde los atletas pasaban sus tardes y noches entrenando, justo por encima de un pequeño puente que divide dos secciones grandes de un jardín extenso. Baekhyun siguió su mirada y, justo se arrepintió de haberlo hecho sin pensar, ya que de manera involuntaria su cuerpo dio un respingón, aunque se pudo mantener quieto.
Por encima de ese puente se encontraba un gran edificio lejano, pero lo suficientemente grande como para mostrar propaganda o anuncios oficiales de las olimpiadas de ese año. Los más grandes y mejores aparecían allí, entre aquellos que tenían campañas con bebidas energéticas o zapatillas para correr, había algunos pocos que anunciaban cosas sencillas como... ¿barras de chocolate y almendra? Baekhyun se dignó a parpadear durante un par de segundos, algo confundido, al mismo tiempo que permanecía ansioso al tener el gran y plausible rostro de Park Chanyeol en la pantalla.
—Lo que sea. —Kyungsoo continuó, sacándolo de su estupor momentáneo, pero sin dejar en fuera la intención de sus palabras y el ejemplo al señalar al otro hombre en la pantalla—. Vive tu juventud plena.
Ante eso, Baekhyun no pudo hacer más que reírse.
—¿Por qué siempre citas cosas como mi abuelo?
—Es la realidad. Una vez llegas a los treintas la percepción de la vida cambia.
Baekhyun apretó sus labios, pasando su mirada a la pantalla una vez más. Kyungsoo achicó los ojos ante eso.
—¿Qué? ¿Sigues procurando hacer todo lo posible para evitarlo?
La sorpresa hizo que sus ojos se abrieran, regresando la mirada a su amigo.
—Yo no...
—Claro que sí, lo evitas como la peste. ¿Hace tres semanas cuando nos reunimos en Corea todos los atletas como ceremonía de bienvenida? Fue su primera aparición pública en años y tan sólo se subió al escenario te pusiste verde. —Kyungsoo dijo eso con suspicacia, como si estuviera tratando de armar un rompecabezas. Baekhyun quería vomitar—. ¿Y en el vuelo a París patrocinado por Nike? Vi cómo te diste cuenta que habías tocando en la misma fila que él y le suplicaste a Sehun que cambiara lugar contigo. ¿En la inauguración de los juegos cuando estábamos todos en el yate en donde fue elegido como representante y tenía que saludar a todos los capitanes de equipo y tú, en reemplazo a Jung, tomaste el lugar como co-capitán? Prácticamente vi cómo estabas intentando saltar al agua sin morir en el intento mientras más se acercaba a nosotros.
¿Y este interrogatorio repentino? Baekhyun ya estaba sudando frío. Mediante más hablaba —y, al parecer, era la primera vez que hablaba demasiado sin estar ebrio— más se acercaba a él con su traje imaginario de Sherlock Holmes y su pipa.
—Me dan nauseas los viajes en...
—Tonterías. Yo te vi perfecto en nuestras vacaciones en Roma. Fuiste el primero en subirte a la lancha para hacer snorkel después.
—El jetlag fue realmente... —Y sí, pudo sentir cómo una nube blanca salía de sus orejas al tiempo que el bochorno acaloraba todo su cuerpo. Se mordió los labios, mortificado. Maldita sea, no era bueno mintiendo en lo absoluto. Se pudo sentir a sí mismo puchereando.
—Bien. No me tienes que contar nada. Todo a su tiempo —Aunque Kyungsoo lo decía con honestidad, todavía tenía cierto tono hostil en él. Sabía que estaba preocupado. La hostilidad no iba dirigida a Baekhyun, sino probablemente al imaginario Chanyeol en lo que fuera que su amigo se estuviera creyendo que hubiera hecho.
Se quedaron algunos segundos en silencio, al tiempo que Baekhyun trataba de recuperar su compostura y no verse como un tomate en las finas calles de París. Ese mal hábito no había desaparecido en absoluto aunque ya fuera más maduro y su cerebro se haya desarrollado por completo.
—Sólo no me puedo imaginar... —susurró Kyungsoo, más para sí mismo, con una cara entre confundido y molesto. Volvió a mirar hacía donde estaba el anuncio de Chanyeol y volvió a él, como si eso le diera algo más de información—. ¿Qué demonios sucedió entre ustedes dos que te tiene así?
No tenías que ser un genio para darte cuenta de que algo pasó. Baekhyun era malísimo para ocultar cosas, y más con la gente cercana a él, así que, cuando pasó todo hace tres años, a Kyungsoo no le tomó más de un par de meses después averiguar que algo sucedía con él.
Empezó con miradas penetrantes como bien las conocía, esas profundas que no puedes ignorar y te provocan un agujero en la nuca. Después, como todo un prodigio de la averiguación y el chisme, su amigo comenzó a descartar posibles estímulos que le hicieran sentirse como lo hacía cuando veía o escuchaba algo relacionado a Chanyeol.
Fue así como poco a poco y sumando dos más dos —además de sus nulos e incompetentes intentos de disimulación—, el colocador supo que había una extraña relación entre su estado de ánimo melancólico y el nombre del nadador número uno de la nación. Después de eso, su amigo no dejó de hacerle preguntas al respecto.
"¿Te insultó?"
No.
"¿Le pediste una foto y te la nego?"
No.
"¿Intentaste animarlo después de su derrota y te mandó al carajo?"
Mhm, no.
"¿Te lastimó?"
Ante esa pregunta, Baekhyun reflexionó. Objetivamente...
No.
Eso no quitaba que, aún después de todo este tiempo, se siguiera sintiendo mal. No. Chanyeol no hizo absolutamente nada como para lastimarlo. Era él mismo quien mantuvo esa sensación por años, culpándose por algo que evidentemente —después de mucha introspección y con ayuda de su angelito bueno— estaba fuera de sus manos y era imposible que fuera su responsabilidad que hubiera perdido en los juegos de Tokio. Ni siquiera el mismo Chanyeol, aunque hubiera tenido la oportunidad, le recriminó o dijo algo al respecto en todo este tiempo.
Se puso el objetivo de decirse a sí mismo: no fue tu culpa. No fue tu culpa. No fue tu culpa.
Aunque, por mucho tiempo, en sus sueños a veces aparecía ese terrible mensaje: Fallaste.
Me fallaste.
—Ahí va otra vez esa expresión. —Kyungsoo soltó un resoplido.
—¿Ah? —sonrió, al menos como pudo.
—Eso es lo que me molesta —Retomando el camino hacía su edificio, su amigo negó con la cabeza—. Tal vez no sucedió algo digno de reportarlo a la policía, ¿pero por qué luces tan triste?
Baekhyun levantó las cejas.
—¿Luzco triste?
—Como perro pateado bajo la lluvia.
—¿Tan mal?
—¿Fue un malentendido? —Ahí iba otra vez con su investigación, Baekhyun no evitó el sonreír levemente—. Veamos, conozco al idiota desde la preparatoria. Eso fue hace más de diez años, pero no creo que sea un imbécil como todo el mundo lo pinta. Así que, ¿qué pudo haber hecho para que se rompiera tu corazón?
Baekhyun se detuvo, soltando un bufido.
—¿Quién dijo que rompió mi corazón?
—Se te rompe el corazón muy fácilmente, ¿olvidas lo de hace minutos con Choi?
Sí, bueno. No tenía culpa de tener corazón de pollo. Lloraba más por cosas felices que por cosas tristes, eso era un hecho.
—No rompió mi corazón —afirmó, en un tono más seguro.
—¿Por qué no quieres decirlo?
—¿Dónde quedó el "Todo a su tiempo"?
—Me harté. No me hagas obligarte a decirlo a la fuerza. —Sí, era una broma, pero los ojos de Kyungsoo ni siquiera parpadeaban y lo miraba directamente. Tal vez no era broma del todo.
—No puedo decirlo. —Baekhyun rompió el contacto visual, siguiendo su camino.
—¿Por qué?
—Es confidencial —soltó, sin más. El corazón de Baekhyun comenzó a latir un poco más agitado de lo usual, sabía que este día llegaría. Pudo contenerlo durante años.
Esperó la respuesta de Kyungsoo. Deseaba que pudiera leer entre líneas lo que estaba diciendo y que, aunque realmente no hubo un contrato tal cual, la situación no era muy distinta a ello.
—¿Confidencial...? —Kyungsoo ahora sí que parpadeó y, aunque quería evitarlo, pudo ver en cámara lenta cómo la realización de sus palabras cobraban sentido al mismo tiempo que su cuello enrojecía—. ¿Acaso...?
Sinceramente a Baekhyun le sorprendió que no saltara a esa conclusión tiempo atrás. Tal vez era demasiado improbable. Inalcanzable, incluso risible siquiera pensar en eso. A veces se imagina que fue todo producto de su mente, por ingerir tanta azúcar en su sistema que le hizo creer que realmente se había acostado con Park Chanyeol.
Sin embargo, las sensaciones eran bastante reales. Los recuerdos, aunque difusos ahora, permanecían en su sistema nervioso al punto que se le ponía la piel de gallina. Incluso ahora, confesando lo que no creyó compartir nunca, de alguna manera se estaba materializando. Al ver la reacción de Kyungsoo en cámara lenta, cómo sus ojos se abrían más de la cuenta así como su boca, se afirmó que sí, había sucedido.
—¡Te acostaste con Park Chanyeol!
Dios.
--
—Y pensar que a mi me tomaban por un joven irresponsable. —La voz de Sehun llenó sus oídos, muchas más chirriante que nunca, lo cual no mejoraba su intento por parecer con tanta resaca como en verdad tenía—. Todavía puedo oler alcohol hasta acá...
—Sehun —ladró Kyungsoo, lento y con un aura para nada amigable—. Cállate. Si algo vuelve a salir de tu boca en los próximos seis minutos que tenemos para descansar no vas a poder abrirla durante mucho tiempo.
Por el bien de su dignidad física, Sehun le hizo caso, aunque seguía juzgandolos duramente y no era para menos. Al menos era el único que se había dado cuenta de su condición esa mañana, poco antes de las siete para presentarse al entrenamiento. Cuando el menor los vio, comenzó a hacer una mueca y seguramente iba a gritar a los cuatro vientos alguna pregunta indecorosa, por lo que Kyungsoo lo apuñaló con su puño antes de que pudiera hacer algo más.
—Ni una palabra.
Eso fue suficiente.
El día anterior fue un caos. Después de su sutil revelación, Kyungsoo canceló la cita con su almohada y se lo llevó a un pequeño bar que les habían recomendado tiempo atrás. Le pidió todos los detalles, los cuales Baekhyun se negó a revelar en su totalidad, pero contó lo suficiente como para darle un contexto decente y, como no, al menos para poder compartir su pesar con alguien.
Los shots llegaron de la nada. Originalmente eran solo un par de cervezas, pero entre que apenas comprendía el inglés y no sabía ni un pelo de francés, al parecer terminaron con licor cien por ciento puro en su mesa que no iba a desperdiciarse.
La peor decisión de su vida. Negligente, también. ¿Irresponsable? Definitivamente.
—Uhg... —Fue lo único que Baekhyun pudo decir. Era eso o vomitar y apenas estaba haciendo un buen trabajo en no hacerlo cuando se aventaba boca abajo por los balones. Había aprendido lo suficiente como para saber que debió haberse tomado una aspirina y agua suficiente para no despertar así, pero fue en vano, ya se había desmayado antes de agarrar el taxi que los trajo de regreso.
—Byun. —Su cuerpo se irguió de una en el momento que su entrenador llamó por su nombre. El hombre era lo bastante listo como para saber su estado en ese momento, pero no hizo ningún comentario al respecto, al contrario, lucía extrañado—. Te necesitan en la oficina olímpica ahora mismo.
—¿Qué?
Choi miró su teléfono por segunda vez, como tratando de cerciorarse de lo que parecía ser un mensaje era verdad o no.
—Favor de hacer que el competidor Byun Baekhyun acuda a nuestras instalaciones en la oficina olímpica sección dos en la brevedad posible —leyó el hombre, al tiempo que su ceño se fruncía cada vez más—. ¿Hay algo que debería saber, Byun?
Baekhyun miró alrededor, viendo cómo todos estaban en lo suyo, menos Kyungsoo quien, aunque parecía estar estirándose, sus orejas estaban puestas en él.
No supo qué decir en el momento, ni siquiera sabía qué rayos era eso de la oficina olímpica, ¿existía en verdad?
—La sección dos es para sospecha de conductas antideportivas. —Cuando su entrenador dijo eso, sus ojos se ensancharon.
—¿Conductas antideportivas? ¿Yo?
—¿Sucedió algo de lo que debería estar enterado?
Baekhyun negó rápidamente.
—No, de verdad no tengo idea... —Se detuvo un momento—. A menos que... ¿beber un par de cervezas estuviera en contra de las reglas?
Choi asintió, relajando su expresión un poco.
—Ve ahora y manténme al tanto. Iría contigo, pero necesitamos cerrar con el entrenamiento antes del partido. Llámame en cuanto sepas lo que sucede, ¿bien? Haré que Lim vaya lo antes posible cuando regrese de su tour.
—¿No es el día libre del sub entrenador Lim?
Su entrenador sólo lo miró y Baekhyun supo que era mejor irse.
—Bien. Le avisaré en cuanto sepa lo que sucede.
--
—¿Estás seguro de eso?
Baekhyun parpadeó varias veces, tratando de descifrar qué más decir o hacer en esa situación. Hasta ese punto se había mantenido con la cabeza en alto y, bajo su criterio, un rostro monótono que no mostraba más que seguridad pura aunque su estómago estuviera a punto de colapsar por toda la situación.
—Sí señor.
El hombre frente a él no pareció creerle. De hecho, su expresión solo iba empeorando ya que, si hacía diez minutos no le creía, ahora mucho menos. La arruga en su frente y su constante golpeteo de su pluma sobre el escritorio lo evidenciaban, a parte de una mirada terrible que cualquier persona se encogería ante ello. Tal vez Baekhyun lo haría si tanto solo no estuviera congelado en su lograr tratando de sobrevivir con lo que podía y, a parte, porque todo de lo que le acusan era pura mentira.
En parte.
—Entonces, recopilando la información... —Quien era el director deportivo representando a Corea lo vio una vez más, como si quiera detectar cualquier movimiento en falso de su parte—. Hace tres años te reuniste a eso de las veinte horas con Park Chanyeol en un negocio de comida en el centro, cenaron juntos y pasaron por un bar a la media noche. Todo ese tiempo hablaron —El hombre enfatizó la palabra, como si ahí hubiera un gancho— hasta que le dio la madrugada y cada uno regresó a su edificio por la mañana. No vio nada sospechoso y, definitivamente, no colocó algo extraño en los alimentos de Park Chanyeol esa noche. ¿Es esto todo correcto, joven Byun?
Y, como lo había estado haciendo todo ese tiempo, asintió.
¿Qué demonios estaba sucediendo? Sabía poco, pero era suficiente como para intuirlo. Cuando entró por esa puerta y cruzó la oficina, lo menos que esperó encontrarse era al mismísimo directo Kim con su espléndido traje hecho a la medida y a lo que parecía ser su secretario junto a él. No hubo bienvenida salvo un 'tome asiento' y un sin fin de equivocaciones en su nombre de pila mientras le hacía una extraña introducción sobre su llamado. Había estado tan confundido hasta que el nombre de Park Chanyeol fue nombrado y, efectivamente, se había quedado más helado que nunca. Aunque, viendo lo imposible, fue peor cuando le contextualizó la situación.
—Hace tres años en la competencia final de natación, Park Chanyeol tuvo una reacción inusual de comportamiento. Hubo investigaciones, así como análisis y se descubrió que tenía droga en su sistema. —El director Kim le explicó, como si eso no hubiera sido una explosión en su pecho—. Y, considerando que Park no es alguien quien ingiera esas sustancias, lo más probable es que alguien puso esa droga en su bebida. Y usted, a indicaciones de testigos, fue la última persona con la que estuvo una noche antes.
No solo fue el impacto de la situación y la acusación lo que le hizo estremecerse, sino el hecho de que genuinamente alguien haya hecho eso. Sin embargo, no tuvo tiempo de preocuparse por ello, porque después de eso vinieron un sin fin de preguntas para 'cuadrar' los hechos. ¿A qué hora? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿De que hablaron? Fueron un sin fin de preguntas en donde Baekhyun se limitaba a responder sin detalles porque esa noche definitivamente no hablaron demasiado.
El directo Kim mantenía una postura muy obvia. Sospechaba de él, pero no necesariamente sobre si cenaron o no —pareciera que esa versión estaba bastante asegurada—, si no de que Baekhyun hubiera sido quien puso algo en su bebida.
—¿Puede probarlo, joven Byun? —insistió el hombre, recargándose en su silla como su sabelotodo.
—¿Probar? —preguntó, a sabiendas de lo que se refería.
—Que no fue usted quien hizo que Park perdiera la competencia. —Eso resonó en su sistema, pero claramente no porque haya puesto algo en su bebida inexistente.
Tomando un respiro, Baekhyun procuró no perder el contacto visual.
—No fui yo —decretó, con toda la seguridad que tenía—. No sabría cómo probarlo. Fue hace tres años y él lucía bien durante nuestro encuentro. Tampoco hubo nadie que se acercara a nosotros —Eso, en teoría, era cierto—. Puede hacerme alguna prueba. Jamás he ingerido drogas, mi historial está limpio, no me he metido en ningún problema de ese estilo.
—Esto es muy serio, joven Byun. —El director lo miró como si hubiera asesinado a todo un jardín de niños—. No hay otro sospechoso más que...
Antes de que pudiera continuar, ambos saltaron en su lugar cuando la puerta de la oficina se abrió de golpe. Los ojos de Baekhyun se expandieron cuando vio entrar a un muy muy furioso Park Chanyeol.
—¡No puede pasar ahora mismo! —Se escuchó el grito de una chica, quien parecía ser la recepcionista, acompañado del traqueteo de sus tacones. Cuando alcanzó la puerta, la mujer se inclinó—. ¡Lo siento director Kim, le dije que tenía una reunión!
Ignorándola, Chanyeol caminó un par de pasos hacia ellos, con una mirada intensa que iba dirigida hacia el director Kim. Se veía ligeramente agitado, como si hubiera corrido hacía allí, todavía con su uniforme de entrenamiento. Por inercia, Baekhyun se puso de pie.
—Está bien Minha —soltó el director Kim, haciendo un ademán para que la mujer saliera de la habitación. Aunque seguía luciendo estoico, Baekhyun pudo ver que el hombre tenía la quijada apretada—. Sr. Park, no contaba con su presencia aquí.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Chanyeol sin moverse un milímetro.
—Mi trabajo.
—¿Tu trabajo? ¿El trabajo que mi equipo realizó hace tres años y el cual era un caso cerrado?
—No acepto un 'inconcluso' por respuesta, Sr. Park. Esto es un tema de ataque que se puede considerar a nivel nacional. Afortunadamente no hubo represalias para usted para informar al comité de esto mucho tiempo después, y por supuesto, no fue tan severo como para poner en riesgo su salud. Eso, claro, no quiere decir que me voy a quedar con los brazos cruzados.
La mirada de Chanyeol no cambió, pero un bufido salió de su boca. Como si poco le creyera al interés del hombre frente a él, como si sus palabras, aunque coherentes, no hicieran más que ofenderlo de cierta manera.
—Este interrogatorio terminó. Si vuelves a hacer algo del estilo la próxima cara que verás será la de mis abogados y no te va a gustar —espetó Chanyeol.
Sin más, el alto tomó el brazo de Baekhyun, arrastrándolo ligeramente hacia la puerta sin siquiera darle oportunidad de despedirse del hombre quien tenía el mando de todos los deportistas de su país.
¿Qué demonios? Baekhyun se dejó llevar por varios segundos en lo que su cerebro procesaba todo.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó, un minuto después, a mitad del pasillo.
Lo único que podía ver era el perfil de Chanyeol, todavía con una expresión nada simpática. Caminaba mucho más rápido de lo usual y, cuando menos le sacaba una cabeza de altura, por lo que sus propios pies se tambaleaban para seguirle el paso.
—No le tomes importancia. —Su voz estaba más calmada.
—¿Cómo voy a hacer eso? ¿Lo que dijo es cierto?
Chanyeol no le contestó de inmediato. Cruzaron el pasillo para llegar a otra sección en donde se encontraban los elevadores.
—No pienses en eso.
—¡Imposible! ¿Qué va a pasar ahora?
—No tienes de qué preocuparte. Los detalles están ocultos y las versiones concuerdan.
Baekhyun frunció el ceño, todavía levemente confundido y frustrado por no tener una respuesta clara.
—No... —Se detuvo parcialmente al momento que Chanyeol lo empujó al elevador. Cuando las puertas se cerraron, continuó. El otro miró directo a la puerta sin mirarlo—. ¿Te drogaron? ¿Por eso... por eso estaban tan mal antes de la competencia? ¿Quién...? ¿Cómo...? ¿Cómo pasó eso? —Las preguntas vinieron en cascada.
El nadador miró brevemente el piso en el que iban bajando como si quisiera que el tiempo pasara más rápido.
—Nadie sabe que estuvimos juntos esa noche en el hotel —afirmó, todavía evitando su mirada—. Así que no tienes que preocuparte de que lo sepan. La versión que di fue simple y, por lo que entiendo, seguiste esa línea así que...
—¡Eso no es...!
—Tu carrera y reputación están a salvo. No tienes por qué...
—¡Escúchame! Lo que pasó ahí...
—Podemos darte una recompensa monetaria, así no tendrás que pensar en...
Y, como seguían en un sin fin de interrupciones y eso último definitivamente no le gustó para nada, Baekhyun soltó un fuerte resoplido e hizo lo que nunca esperaría hacer: presionar el interruptor de emergencia para detener el elevador. Ante el pequeño impacto, tuvo que detenerse del mismo cuerpo del alto, chocando levemente con él. Esto hizo que el otro finalmente lo mirara con sorpresa menos de medio segundo como si no creyera lo que acababa de hacer. Por su lado, Baekhyun se reincorporó procurando no tocar demasiado y se ajustó el uniforme.
—Escúchame, Park Chanyeol —Baekhyun le tocó el antebrazo para que volteara en su dirección. Sabía de antemano que su rostro, anteriormente blanco por el miedo, ya se encontraba en un rojo vivo por la molestia. El otro seguía incrédulo—. No me importa tu dinero y no me importa si saben lo que pasó esa noche. Lo importante es, ¿alguien te drogó antes de la competencia?
Finalmente el nadador se dignó a mirarlo. Sus cejas estaban levemente juntas ante sus palabras, como si no terminara de entender su reacción.
Por ello, solo se limitó a decir—. Sí.
Los ojos de Baekhyun se enternecieron con preocupación. Aunque había escuchado todo del director Kim, no había podido creerlo hasta que él mismo Chanyeol se lo dijera.
—Entonces, ¿tu comportamiento en la última competencia fue por ello? ¿Qué tipo de droga? ¿Por qué hasta ahora lo están investigando?
—Lo investigamos cuando sucedió. Como dijo Kim, los resultados fueron inconclusos. Ni siquiera pudieron identificar qué tipo de droga usaron, pero había probabilidad de que era algo nuevo o una mezcla entre varías sustancias. Ni siquiera sabemos si fue ingesta o mediante otros medios. Vomité tanto que apenas pudieron averiguar algo.
El estómago de Baekhyun se retorció ante eso.
—¿Lo mantuvieron en secreto?
—No era necesario que la federación lo supiera hasta hacer la investigación interna. No podíamos dejar de lado alguna intoxicación por alimentos u otros motivos. Además, si la federación hubiera tomado cartas en el asunto... —suspiró—. Se hubiera salido de control. ¿Viste cómo te interrogo intentando hacer que dijeras algo? Créeme que eso es lo más decente que llegas a ver de él y su equipo.
Cierto. Y de verdad tenían mucha cola que pisar con todas las irregularidades de los últimos años. Demasiadas carreras han sido arruinadas por el simple hecho de estar bajo sospecha de algo, por lo que todo el mundo prefería ignorar o evadir al comité.
No estaba seguro de su expresión, pero eso hizo que Chanyeol se volteara directo hacia él y bajara levemente su barbilla para encararlo.
—Vas a estar bien.
—¿Sospechas que fui yo quien te drogó?
La simple idea de que Chanyeol pensara eso de él fue terrible. Sin embargo, no podría evitarlo. No se conocían de nada y no había manera de que pudiera confiar en él sólo porque sí.
Si a Chanyeol le sorprendió la pregunta no lo demostró.
—No. —Fue directamente a la negativa.
—Está bien —dijo Baekhyun, casi en un susurro—. Es normal si piensas que fui yo. Es... es natural. Solo yo estaba contigo cuando esto sucedió.
—Es por eso que sé que no fuiste tú.
—Pero...
—Y en la mañana, estuve con muchas personas más. —Baekhyun elevó las cejas ante eso—. Quiero decir... en el entrenamiento, las duchas, el desayuno. Muchas personas estuvieron en contacto conmigo antes de la competencia. Normalmente soy cuidadoso con todo eso, pero ese día estaba... —Se detuvo unos segundos, como si meditara algo en su mente—. No importa. No eres sospechoso, por lo poco que sabemos de la droga, es que tiene una reacción de pocas horas, así que los tiempos no cuadran. ¿Sí?
—Aun así...
—¿Quieres que te incrimine? —cuestionó Chanyeol ante su insistencia.
Baekhyun negó rápidamente.
—No fui yo.
—Bien.
—¡Pero tenemos que descubrir quién fue! ¿Y si lo vuelve a intentar?
—No va a pasar.
—Nunca lo sabremos. ¡Tenemos que capturarlo!
Chanyeol suspiró, aunque en un tono más de... ¿frustración? Como si intentara todo lo posible para evadir algo.
Ante sus últimas palabras, Baekhyun apenas se había dado cuenta de lo cerca que estaban. Mientras más conversaban pareciera ser que su cuerpo se había acercado poco a poco, como si eso hiciera que sus palabras le llegaran mucho mejor al otro. Para este punto con una ligera inclinación sus pechos podrían tocarse y, debido a que el alto dirigía su cabeza hacia abajo, sus rostros estaban a la par.
Hasta ese momento se hizo consciente de que había invadido totalmente el espacio personal del otro, encerrados en un diminuto elevador con una luz que muy apenas podía alumbrarlos bien. Momentáneamente, y acompañado del extraño silencio, Baekhyun se dio cuenta de que algo en la mirada del otro había cambiado. Como si subiera de tono. Esa mirada que iba de un ojo a otro, tratando de entender lo que estaba haciendo y como si quisiera asegurarse de algo.
Después de todo el ajetreo, frente a él, finalmente estaba ese mismo Chanyeol que años atrás le preguntó si quería acostarse con él. Con su mirada serena, estoica, pero con un toque distinto que le hizo erizar la piel. Se sintió algo avergonzado, pero no apartó la mirada.
—Entonces —Su voz tembló levemente—. ¿No perdiste por mi culpa?
En sueños, se había hecho la misma pregunta. Aunque se había dedicado a olvidar todo y seguir con su vida, de manera patética eso venía a él una y otro vez cuando se dejaba ir en su línea de pensamiento o sentía que fracasaba en alguna cosa. No creyó hacer esa pregunta jamás en voz alta y mucho menos a la persona a quien iba dirigida.
Y aunque era una pregunta simple que pensó que solo él comprendería del todo, fue monumental cuando los ojos de Chanyeol se suavizaron, como si cientos de pensamientos cruzaran por su mente y comprendiera.
—Mierda —susurró Chanyeol, más para sí mismo. Baekhyun resintió el cambio de temperatura cuando la mano del alto tocó su rostro, como si quisiera tenerlo más cerca—. Me vas a matar uno de estos días.
—¿Eso es un no?
—¿Qué tanto pensaste sobre esto todo este tiempo?
—¿Entonces es un sí?
—No. —Chanyeol escabulló su mano por detrás del cuello de Baekhyun, como si no controlara del todo sus movimientos y, hasta cierto punto, luchara en contra de ello—. La droga hizo casi todo el trabajo para joderme ese día.
—¿Casi?
Chanyeol no contestó de inmediato, o en absoluto. Fue como si al fin se hubiera hecho caso a sí mismo, logrando detener su boca, aunque su mano no recibió la misma orden. Fue más allá, por encima de la nuca de Baekhyun, a lo largo de su cuero cabelludo y, él, se encontró a sí mismo disfrutando de la sensación.
Una extraña vista, si alguien externo los observara, claro.
—¿Todo bien allí adentro?
La mano de Chanyeol se detuvo al momento que la voz sonó en el intercomunicador. Sus ojos se abrieron —porque, sí, ¿en qué momento los había cerrado?— y el terror se reprodujo en un bochorno de cuerpo completo.
—Sí —Ese fue Chanyeol, con su voz neutra, aunque no había apartado la mirada de él y parecía disfrutar de su pánico—. Golpeamos el botón sin querer.
—Correcto. Tengan cuidado la próxima vez. El elevador funcionará nuevamente en unos segundos.
Dicho y hecho, el elevador recobró la luz y el movimiento poco después, haciendo que ambos tomaran una distancia decente para respirar adecuadamente. No contaba con que su corazón estaría tan devastado al punto que la resaca desapareció.
Cuando llegaron al primer piso se quedaron quietos fuera del elevador. Había un par de personas en recepción y... ¿ahora qué demonios hacía?
—Hiciste un buen trabajo. —Para su sorpresa, Chanyeol le dijo eso. Baekhyun elevó la mirada, solo para encontrarlo mirando en otra dirección, con las manos detrás de su cuerpo y decidiendo por cuál salida partir—. Suerte en los octavos de final.
—¡Byun!
No tuvo tiempo para contestarle o decir algo más, ya que el entrenador Lim llegó corriendo a su lado, con dos bolsas llenas de lo que parecían ser regalos y una extraña boina color verde que citaba "Paris was here" en ella. En un parpadeo, Chanyeol ya se encontraba saliendo por la puerta más próxima, dejándolo ahí con una sensación de alivio limitado y... un nuevo problema en su interior.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro