¿Es un pajaro, es un avión? ¿es Superman? ¡no! es... ¿Wonder Woman salvando el día en ciudad Metropolis?.

Mientras el chico de Kansas se tomaba un pequeño escape de sus ocupaciones, Clark amaba la vida tranquila y apacible del campo, y su madre adoptiva Marta Kent no había estado bien de salud últimamente, para cuando le llegó la noticia del ataque terrorista a un banco en ciudad Metrópolis, ya su amiga Diana lo había resuelto.

Ella era como su igual, pero en versión femenina. Una guerrera amazona formidable que había estado en la tierra varias veces a lo largo de los años.

Ellos se habían conocido en Rusia, cuando el hombre de acero pasó por una crisis existencial, efecto de un fragmento de Kriptonita roja al cual fue expuesto por su eterno nemesis, Lex Luthor, y que lo llevó a atacar un pequeño pueblo en aquel lugar, donde por casualidad se hallaba ella, bajo su fachada de vendedora de antigüedades e historiadora, pero que como wonder woman logró detenerlo con el poder de su lazo de la verdad, ayudándolo a aclarar su mente.

Desde entonces se habían hecho buenos amigos.

Aunque él debía confesar que se sentía algo atraído por la belleza e inteligencia de la amazona. Sobre todo desde que cierta periodista, pasaba olímpicamente de él, concentrándose solo en su alter ego Superman ¿lo trataría igual si supiera que ambos eran la misma persona?, era una duda que lo agobiaba y sin embargo no se atrevía a desentrañar.